"Mandó Juan Macabeo ofrecer sacrificios por los
muertos,
para que quedaran libres de sus pecados"
2Mac. 12, 46.
Salamaleko Bantu.
Con licencia to’ Tatas ye Yayis que
kuenda Nfuiri.
In the
Kimbisa Rule of the Saint Christ of the Good Journey, we have different kind of
spirits of the deads, mainly two, the Nfumbe and the Nfuiri.
Basically
Nfumbes are the spirits that lives inside our magickal cauldrons, the Ngangas,
there are various secrets to build a Kongolese pot and transform the soul of a
dead man into an Nfumbe of a Nganga. The nfumbe could be compared to the hebrew
“Zelem”, or spirit of the bones.
The
word Nfuiri means spirit of the dead, from “Nfwa” which is the Kongo name for
Death. Ancestors and Spiritual Guides should be considered as Nfuiri.
Bewteen
the various Nfuiris we have the Bakulus, the ancestors spirits of a person and
also the Ndundus, or wraths, wandering souls and the Nkuyos, wandering and
powerful spirits often of evil nature.
The
Eggun are spirits similar to our Nfuiri seemed from a Yoruban perspective; even
if normally, in Cuba, the word Eggun is referred to “los muertos”, the dead
ones in general.
The
altars of the deads may be done in the espiritismo way, called “Boveda
Espiritual” or like “Rincon del Muerto” influenced by Santeria. Some Kimbiseros
of Haitian lineage a special form of altar which is a mixture of Espiritismo,
Santeria and a tiny flavour of Haitian Voudon.
The
Kimbisa Rule celebrates a big party for them the 2nd of November.
In Our
House the very same day, but in a different contest, We celebrate even Baron
Samedi and the Ghuedhes Spirits.
Kimbiseros
also uses a lot the Roman Catholic Mass following St. Gregory Magnus customary
to say the Mass for the evolution of the dead souls of the purgatory.
A
Kimbisa Legend says that Our Mighty Founder, Tata Mpambia Andrés Facundo Cristo
de los Dolores Petit, asked for thirty Dead’s Masses after His Death.
Sambiampungo los acutare
Tata Manuel Kongo
+Santo+Cristo+Buen+Viaje+
Dios omnipotente, Padre de bondad y de
misericordia, apiadaos de las benditas almas del Purgatorio y ayudad a mis
queridos padres y antepasados.
A
cada invocación se contesta: ¡Jesús mío, misericordia!
Ayudad a mis hermanos y parientes.
Ayudad a todos mis bienhechores espirituales y temporales.
Ayudad a los que han sido mis amigos y súbditos.
Ayudad a cuantos debo amor y oración.
Ayudad a cuantos he perjudicado y dañado.
Ayudad a los que han faltado contra
mí.
Ayudad a aquellos a quienes profesáis predilección.
Ayudad a los que están más próximos a la unión con Vos.
Ayudad a los que os desean más ardientemente.
Ayudad a los que sufren más.
Ayudad a los que están más lejos de su liberación.
Ayudad a los que menos auxilio reciben.
Ayudad a los que más méritos tienen por la Iglesia.
Ayudad a los que fueron ricos aquí, y allí son los más pobres.
Ayudad a los poderosos, que ahora son como viles siervos.
Ayudad a los ciegos que ahora reconocen su ceguera.
Ayudad a los vanidosos que malgastaron su tiempo.
Ayudad a los pobres que no buscaron las riquezas divinas.
Ayudad a los tibios que muy poca oración han hecho.
Ayudad a los perezosos que han descuidado tantas obras buenas.
Ayudad a los de poca fe que descuidaron los santos Sacramentos.
Ayudad a los reincidentes que sólo por un milagro de la gracia se han salvado.
Ayudad a los padres que no vigilaron bien a sus hijos.
Ayudad a los superiores poco atentos a la salvación de sus súbditos.
Ayudad a los pobres hombres, que casi sólo se preocuparon del dinero y del
placer.
Ayudad a los de espíritu mundano que no aprovecharon sus riquezas o talentos
para el cielo.
Ayudad a los necios, que vieron morir a tantos no acordándose de su propia
muerte.
Ayudad a los que no dispusieron a tiempo
de su casa, estando completamente desprevenidos para el viaje más importante.
Ayudad a los que juzgaréis tanto más severamente, cuánto más les fue confiado.
Ayudad a los pontífices, reyes y príncipes.
Ayudad a los obispos y sus consejeros. Ayudad a mis maestros y pastores de
almas.
Ayudad a los finados sacerdotes de esta diócesis.
Ayudad a los sacerdotes y religiosos de la Iglesia católica.
Ayudad a los defensores de la santa fe.
Ayudad a los caídos en los campos de batalla.
Ayudad a los sepultados en los mares.
Ayudad a los muertos repentinamente.
Ayudad a los fallecidos sin recibir los santos sacramentos.
V.
Dadles, Señor, a todas las almas el descanso eterno.
R. Y haced lucir sobre ellas vuestra eterna luz.
V. Que en paz descansen.
R. Amén