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Una semblanza de Raúl Hernández Viveros
Imágenes autobiográficas de la trayectoria literaria de Raúl Hernández Viveros



Cultura de VeracruZ
Ejemplares de abril 2010 a junio 2011

Descarga Cultura de VeracruZ #65

Cultura de Veracruz 65
Haz click en la imagen y descarga. Selección poética de Freddy Ayala Plazarte

   Por Alberto Hernández Vásquez

   En este número de Cultura de VeracruZ, como un homenaje a la obra de Leonora Carrington, el novelista Irving Ramírez da a conocer su relato: “La otra Remedios”, en cuyas líneas se permite reflexionar sobre las expresiones estéticas de una de las más valiosas impulsoras en la pintura mexicana: Leonora Carrington.

   Resulta sorprendente la lectura del cuento “Campo minado”, de Sandra A. Torres Herrera, autora originaria de Álamo, Veracruz, 1971. Narradora que ha publicado en periódicos y revistas literarias de Tamaulipas y Veracruz. Fue becaria del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes en 1997. También resultó finalista en el Premio Nacional de Cuento Beatriz Espejo 2003. Es interesante advertir el talento en la escritura de Sandra A. Torres Herrera.

   Edgar Aguilar ofrece sus versos de “Agonía del pensamiento”.

   Sara Ladrón de Guevara analiza el papel fundamental de las enseñanzas a través del Huehuetlahtolli, como herencia cultural de nuestro pasado indígena.

   Raúl Hernández Viveros da a conocer su leyenda “La magia de las flores”, sobre el misterioso origen de los dulces realizados por las monjas en la capital veracruzana.

   Farah Ennuar Pérez Aureoles participa con su investigación sobre “La labor cultural de Leonardo Pasquel Jiménez”; uno de los promotores que impulsaron la edición de libros y revistas en el estado de Veracruz.

   Gabriel Fuster demuestra el dominio narrativo en su texto “Muchacha italiana viene a cansarse”, y el poder de la imaginación.

   Desde Ecuador, Freddy Ayala Plazarte ubica una trascendental selección de su obra poética bajo el título “Con un manuscrito en el horizonte”. Juan Ventura Sandoval rescata algunas líneas acerca del aprendizaje existencial en su nota “Mi primer cigarro”. Héctor Campos E. realiza un comentario sobre la presentación de la novela “El cantante de muertos”, de Antonio Ramos Revillas, durante la reciente Feria del libro organizada por la Universidad Veracruzana.

   Carlos Roberto Morán reseña la novela “Vicio inherente”, del norteamericano Thomas Pynchon, bajo el escenario de la literatura negra, con los aspectos relacionados a la psicodelia, paranoia, humor y gratuidades. También analiza la importancia de la obra “Traiciones para la memoria”, de Héctor Abad Gómez.

   Se reproducen canciones de Leonard Norman Cohen, con motivo de haber obtenido el Príncipe de Asturias Letras 2011. Armando Ortiz examina el papel de los medios de comunicación en su artículo “¿Qué no es la libertad de expresión?”. Por su parte Irving Ramírez, destaca el papel de “Algunas consideraciones sobre el poder”, para entender la descomposición social y la falta de valores y tolerancia.

   En la portada y en páginas interiores se acompañan ilustraciones de Leonora Carrington. Al mismo tiempo, hay que ubicar la calidad de las fotografías realizadas por Álvaro Brizuela Absalón, en este número de junio de la revista de VeracruZ.


Descarga Cultura de VeracruZ #64

Cultura de Veracruz
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Por Alberto Hernández Vásquez

   En el número 64 de la revista Cultura de VeracruZ, se lleva cabo un reconocimiento a Fidencio González Montes, quien nació en Poza Rica, Ver., en 1954. Autor de cuentos y novelas. Radica en la ciudad de México, y el año pasado obtuvo el premio Gran Angular a la mejor lectura juvenil de las Ediciones SM con su novela “El ritual de la banda”. A Héctor Medina Varalta le declaró que: “Esta novela-comenta el escritor -está escrita en un lenguaje como lo hablan los chavos y las chavas: cabrón, guey, bato, pendejo, etc. Yo creo que por ese lado no me costó mucho trabajo adaptar ese tono de Priscila, una joven de 16 años. Si el libro lo hubiese escrito en los años 60 me hubiera costado más trabajo porque es una voz femenina; en este caso, como que se rompe esa diferencia entre lo masculino y lo femenino. Es como una “trampa” porque tal parecería que es el relajo por el relajo mismo. Es decir, es como una forma de sacudir al joven y decirle ‘si continuas por esa ruta, puedes caer.’ La novela tiene un trasfondo de grupos de rock, desde Botellita de jerez hasta Café Tacuba, Julieta Venegas Eli Guerra. Es un libro escrito para los chavos de secundaria, de preparatoria y de universidad”. También se incluye el primer capítulo de su novela “El ritual de la banda”, y una breve entrevista, en donde Fidencio González Montes reflexiona sobre su trabajo literario y acerca de la literatura veracruzana expresa que: “Quisiera tener la erudición de Alfredo Pavón o Mario Muñoz para hablar con profundidad sobre este particular. Sin embargo, me atrevo a mencionar mis ases de siempre, como Sergio Pitol, Juan Vicente Melo, Luis Arturo Ramos, y Raúl Hernández Viveros. También destaca a la maestra Beatriz Espejo, originaria del puerto de Veracruz, que sigue vigente, y Marco Tulio Aguilera Garramuño ha escrito lo mejor de su obra narrativa en Xalapa. De tal manera que la literatura veracruzana, aun en contra de las deficientes políticas culturales, sigue viva”.

   Abre esta entrega de Cultura de VeracruZ, el comentario de Sara Ladrón de Guevara, “El Sol-Dios y Cristo”, sobre la investigación realizada por Guy Stresser-Péan: “El Sol-Dios y Cristo. La cristianización de los indios de México vista desde la Sierra de Puebla”. “Después de revisar esta magnífica obra, no puedo dejar de concluir con un comentario acerca de nuestro académico quehacer cotidiano: ¡Qué distinta es la idea acerca de construir el conocimiento humanista en alguien como Stresser-Péan de la burocracia académica que nos consume actualmente en las Instituciones de Educación Superior!”, señala, acertadamente, Sara Ladrón de Guevara.

   Irving Ramírez, incluye una selección de sus poemas. Desde Argentina se da a conocer el talento narrativo de José Gabriel Ceballos, con su impecable relato “Perfume fatal”.

   El escritor xalapeño Jesús Miguel Montes Domínguez, colabora con sus textos infantiles “Un niño, la luna y el chocolate”, “Regalo de navidad”, y sonetos. Adán Echeverría, participa con su relato: “Los manifiestos de manifestarse”. Juan Ventura Sandoval, reflexiona sobre la situación existencial de “Señoras de las cuatro décadas…”

   Carlos Roberto Morán, rinde pleitesía a la extraordinaria narradora canadiense Alice Munro, de quien acaba de ser traducido su libro "Demasiada felicidad". Armando Ortiz, describe la nostalgia de vivir en “Xalapa, la de las jacarandas en flor”.

   Raúl Hernández Viveros, reseña el libro "El espejo de Beatriz", que recoge una muestra narrativa, en cuyas páginas destacan los cuentos de Fidencio González Montes y Juan Pablo Rojas Texon.

   El narrador veracruzano Gabriel Fuster, colabora con su artículo “Mambrú se fue a Al-qaeda”. Samuel Pérez García, cuestiona la violencia y el vacío de poder en las líneas de: “¿Eres Javier Sicilia o un pedazo de corcho?”. Cierra este número la información sobre las protestas de la sociedad civil española, en la página de “Colorín colorado, este cuento se acabó”.


Descarga Cultura de VeracruZ #63

      El número 63 de la revista Cultura de VeracruZ, se encuentra ilustrado por una selección de fotografías correspondientes a Israel Alvarado Torres. También pueden consultarse sus textos literarios que acompañan las páginas de esta entrega, que se abre con el texto poético “Laberinto”, de Fernando Winfield Reyes, autor originario de la capital veracruzana. Enseguida, resultan interesantes las creaciones de Armonía Montes Acevedo, “La familia y el perro”, y “La princesa y su coronación”, quien nació en el 2001, en el Puerto de Veracruz.

     La muestra poética de Carlos Valenzuela Quintanar bajo el título de “Gritos en silencio”, lleva de la mano hacia la reflexión crítica sobre la violencia e incertidumbre que se vive a nivel nacional. Por su parte, Crescencio García Ramos ofrece un estudio sobre el “Patrimonio cultural e identidad de los totonacas”.

     Edgar Aguilar, poeta veracruzano, da a conocer sus versiones al castellano de “Dos poemas”, de Tehos Phill. En esta ocasión se reproduce un relato extraordinario de la escritora xalapeña Maggie Rodríguez: “Yo La generosidad divina y la generosidad humana”, advierte a los lectores de la experiencia literaria del autor veracruzano Raúl Hernández Viveros, director de la revista Cultura de VeracruZ.

     Irving Ramírez, uno de los principales escritores veracruzanos, colabora con sus artículos sobre: “Baudelaire Metrosexual”, “Del placer de olvidar las cosas”, y “Ser escritor en esta época”. En esta última reflexión se refiere a las cuestiones que involucran a la creación literaria con la falta de respaldos institucionales a la difusión cultural, y la vitalidad de inventar un universo literario propio y original.
     Armando Ortiz participa con su excelente texto “Una epifanía”. Se incluyen las líneas de Omar Piña, “Chambear de rey”, relacionadas con la búsqueda de temas y personajes literarios. Cierra este número de Cultura de Veracruz, Gabriel Fuster, quien incluye la viñeta literaria que lleva el título de “La silla sencilla”. Con lo cual se logra la difusión, en su mayor parte, de lo más representativo de la literatura que se escribe en el Estado de Veracruz, a través de un espacio editorial independiente.



Cultura de Veracruz 62 marzo 2011

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Cultura de VeracruZ 62
Marzo 2011
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Por Alberto Hernández Vásquez

 

   Cultura de VeracruZ, en su número 62, correspondiente a marzo del presente año, publica el “Tríptico del amor filial”, de Javier Acosta, quien obtuvo el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 2010. Su lectura vislumbra la esencia vital entre la relación familiar: “Ya no me encuentras, padre / Dirías que soy el más imperceptible de los hombres / que no aprendí a volar, ni a jugar pelota / y el agua me internó en sus torbellinos / Con su rumiante bestia, sus ingentes repúblicas / de niños extraviados, el mundo / era también un derruido laberinto / Sólo tú y yo / pensábamos que había una salida.”

 

   Entre el estilo poético destaca el ejercicio reflexivo de la escritura como forma de encontrar el camino hacia los sentimientos. Desde esta perspectiva los poemas de Javier Acosta permiten la aparente conexión con la naturaleza humana y la tradición cultural en la transferencia de valores humanos: “¿Qué debo hacer aún por conquistar / tu corazón vedado? / ¿Qué debo hacer de nuevo para oír / una por una tus lecciones / sobre la dura vida? / ¿Qué debo hacer para internarme / otra vez de tu mano / por esta desvalida / noche de los hombres?”

 

   El etnólogo Álvaro Brizuela Absalón realizó las ilustraciones de la portada y los interiores de esta entrega de Cultura de VeracruZ. En algunas páginas se divulga una muestra de sus fotografías, que acompaña la lectura de su interesante trabajo de campo sobre: “Un asentamiento campesino en el Tajín”. También participa el lingüista Román Güemes Jiménez, quien colabora con un “Homenaje a Serafín Fuentes Marín”, donde se hace referencia a: “Esta fiesta por excelencia del pueblo zonteño, prácticamente les arrebataba el alma a los pobladores quienes dedicaban una buena temporada de su calendario festivo: cinco días antes del miércoles de ceniza y un carnaval chiquito en el sábado de gloria.”

 

   Por su parte, Raúl Hernández Viveros, escribe sobre “La trascendencia de Miguel León-Portilla”. En sus líneas ubica un fragmentos valiosos de las enseñanzas de Miguel León-Portilla: “en el siglo XX respaldó el proyecto de rescatar los testimonios orales de la “Visión de los vencidos”, para que las nuevas generaciones tengan a la mano fragmentos indispensables del pensamiento y la memoria que se transmitió entre los pueblos, comunidades y miembros en cada generación de los indios de México. Frente a una guerra desigual hubo actos de heroísmo que desembocaron en la terrible derrota. Ante las armas rusticas, los cañones, espadas, caballos, arcabuces, y armaduras, se logró la destrucción del imperio azteca. Fue la conciencia histórica que presentó objetivamente la traición y la intriga de convencer a otros pueblos indígenas en colaborar contra los centros más importantes del México antiguo.”

 

   Ileana Garma, inserta el formidable relato: “El hombre es un pequeño pájaro en el mundo”. Su lectura logra transmitir sentimentales recuerdos sobre el papel de la mujer en la vida provinciana. Desde el principio se advierte una profunda sensibilidad y el dominio casi perfecto de la escritura. Obed González Moreno, incluye las líneas rebeldes de sus textos que llevan el título de: “Zumban silencios”. Yamily Falcón, da a conocer las líneas provocativas de sus: “Las mías bastardas”.

 

   Félix Treviño, aborda el tema de la: “Gripe porcina”. Relato descriptivo de la transformación de una persona en verdadero cerdo. Juan Ventura Sandoval, en la brevedad de la escritura analiza la soledad y el hastío de cualquier mujer, entre las líneas de su texto “Amor en tres tiempos”. Gabriel Fuster, inventa un encuentro con: “Fuentes de la novela”, como homenaje a Carlos Fuentes.

 

   Héctor Campos E., incursiona en el campo de la narrativa con la inspiración de su relato “El resplandor”. El novelista Irving Ramírez, analiza la fuente inspiradora de sus autores predilectos en las reseñas: “Coetzee: las memorias de un hombre lento”, “Henry Beyle, alias Stendhal y la adolescencia perpetua”, y “El Dolor y La Alegría, en Giuseppe Ungaretti”. Desde Argentina Carlos Roberto Morán, realiza una verdadera aproximación hacia las aportaciones literarias, en su artículo: “El rescate de una novela inédita y de la escritura impar de Silvina Ocampo”. Por lo cual se divulgan traducciones de poemas de Emily Dickinson, realizados por la extinta escritora argentina.

 

   Armando Ortiz informa sobre el 23 aniversario de “La Revista sintonía 1550”. Se recoge la noticia de la muerte de Fortunato Ramírez Camacho, quien falleció en un lamentable accidente el 8 de Marzo de 2011. El presente texto forma parte de la propuesta que la Unidad Regional de Culturas Populares-Querétaro, enviara para su candidatura al Premio Nacional de Ciencias y Artes 2005, en el campo de Artes y Tradiciones Populares, galardón al que Fortunato Ramírez Camacho se hizo acreedor. El autor del huapango “La soledad” y que lo compuso en 1958, expresó entonces: “Lo hice pensando en mi mujer que le gusta mucho ir a la iglesia, ese huapango nació andando yo en mis huertas, con mi yunta, se me vino a la mente hacer algo y la letra del primer verso dice: Si a misa fueres un día no quiero que te confieses porque no me gustaría que ya lo hagas tantas veces al cabo que tú eres mía, no es pecado que me beses. Lo hice pensando en mi esposa que andaba en la iglesia y yo allá con la yunta, el verso sigue: Triste, triste mi corazón estará por una joven que yo amo que se llama “Soledad”.

 

   Cierra este número de Cultura de VeracruZ, una página dedicada Javier Acosta Escareño, Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 2010, en donde se recogen algunas ideas de su escritura: -¿Por qué surgió la necesidad de buscar una poesía más natural y dejar a un lado lo artificial? “Por un lado tiene que ver con las lecturas que he realizado de libros místicos orientales y occidentales. Por el otro lado experiencias personales, como la familia misma. Cuando estoy con mi hijo he querido hablar con él con la mayor honestidad posible y de alguna manera eso lo trasladé a mi obra”. Y agregó que: “En el momento que te das cuenta que no posees nada hay poesía. Hablo del desapego, de la misericordia, de empezar a dejar que fluyan las cosas, de no controlar, de dejar ser”.


Cultura de Veracruz 61

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Cultura de VeracruZ 61
Febrero de 2011
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Por Alberto Hernández Vásquez

   El número 61 de Cultura de VeracruZ, se abre con las reflexiones del escritor Samuel Pérez García, “La palabra escrita independiente”, en donde advierte sobre la tarea difícil de sostener e impulsar un espacio editorial al margen de los apoyos hacia la divulgación cultural. “Frente a los gigantes que gozan del presupuesto público, tal y como son la Universidad Veracruzana, el Instituto Veracruzano de la Cultura, la Secretaría de Educación Pública, y la propia Editora del gobierno, Cultura de VeracruZ se mantiene enhiesta todavía con el carácter que le da su autonomía cultural y económica: ser expresión original de los transfondos de la literatura veracruzana que se empezó a escribir hace década y media; cuyos ecos sonoros se repiten en cada calle y callejón jalapeño, a través de los productos de quienes colaboran con ella y ejercen su derecho a expresar de lo que creen y piensan.”  

   De esta manera, se realiza la interpretación sobre el papel que representan los espacios culturales independientes en México. Por su parte, Esther Mandujano escribe unas profundas aproximaciones a la obra poética de Francis Mestries. En su artículo “Viajero en tránsito”, analiza: “un discurso fluido, en donde los sentidos se abren al goce de la naturaleza, del deseo, de la poesía manifiesta en el mundo real y el mundo imaginario, en lo concreto y lo intangible. Expresa su enojo, su impotencia ante toda esta belleza amenazada por una civilización que se conduce por caminos equívocos de destrucción, banalidad e insensibilidad. Nos comparte sus temores, sus miedos, sus fantasmas, el insomnio, la ira. Vulnerable, y sin embargo esperanzado, solitario y nostálgico pero persistente en el viaje, transitando por los distintos matices del paisaje, llevando en su equipaje la convicción de que la vida, a pesar del misterio, no termina en este sendero, tal vez sobre las alas de un colibrí, continúa su vuelo indestructible.”

   Se da a conocer el relato de Irving Ramírez, “Pochtecas”, en cuyas líneas se rescatan escenas de nuestra historia prehispánica. Mario Calderón, en su interesante ensayo: “La Revolución mexicana a través del lenguaje”, advierte del significado relacionado con los hombres del poder en México. Desde los protagonistas revolucionarios hasta los presidentes contemporáneos y los más recientes al frente de las administraciones federales. Importante y valiosa aportación al conocimiento y encuentro con la fisonomía y el carácter de cada alto dignatario nacional.

   Julio César Aguilar colabora con sus poemas: “Antiepitafio”, “Palabra ¿de honor?”, “Aleteo entre los trinos”. Líneas bien definidas sobre: “Cisterna la opacidad. / Incertidumbre por los recodos: mínimo / polvo, inasible arena: / luz insaciable. Esa la luz / aleteando / con levedad / entre los trinos todos del nunca atardecer. / Médanos /de nada.” El autor yucateco Adán Echeverría, ofrece sus “Pequeñas narraciones”, breves textos sustraídos del impulso creativo de la fantasía.

   El escritor argentino Carlos Roberto Morán, en su reseña: “El mundo paranoico”, presenta a dos novelistas recientes Gustavo Ferreyra y Gustavo Nielsen. Javier Pulido Biosca, comenta la obra “Educación en vilo”, de Samuel Pérez García. Edmundo López Bonilla, en “Las razones de la sinrazón” realiza un análisis de las propuestas de la Real Academia de la Lengua. Irving Ramírez, con su nota “Cazador de casualidades”, lleva a cabo un viaje a los recuerdos de la adolescencia.

   Armando Ortiz, reflexiona en su artículo “El hijo pródigo”, sobre la importancia de contar con las enseñanzas bíblicas. De los recientes fallecimientos de compositores e intérpretes, Armando Herrera Silva, rinde un breve reconocimiento a Salvador Negro Ojedal. Se reproduce un texto de Charles Chaplin: “Por la no violencia”. Cierra esta entrega de Cultura de VeracruZ Raúl Hernández Viveros, con su ensayo: “La luminosidad del espíritu”.

   En esta ocasión, se incluye una muestra gráfica de Caravaggio, con motivo de su magna exposición que se celebra en Roma, Italia. También sus páginas están acompañadas de algunas fotografías de las películas “Tiempos modernos”, que el presente año cumple el 75 aniversario de su creación, y “El gran dictador” de Charles Chaplin. Por lo que Cultura de VeracruZ recogió en esta entrega de febrero varias citas de Chaplin. Entre las cuales siempre es necesario recordar siquiera esta: “Un día sin una sonrisa, es un día perdido".


 Cultura de Veracruz

Descarga Cultura de VeracruZ 60
Enero de 2011
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Por Alberto Hernández Vásquez

   Con motivo del XV aniversario de la revista Cultura de VeracruZ, acaba de aparecer a la luz pública, el número 60 con un nuevo formato ahora tamaño carta que ofrece otra perspectiva de este proyecto editorial independiente. Abre sus páginas la interesante propuesta: “Reorientar la cultura”, del narrador xalapeño Edgar Aguilar. Impresionante reflexión sobre el papel que deben desempeñar los institutos de cultura estatales antes de su posible desaparición. Debido a que en otras entidades, como la de Puebla, se plantea la necesidad de transformarse como fondos estatales para la cultura y las artes. Esto con la finalidad de ubicar la verdadera posibilidad de fomentar y respaldar las expresiones culturales en cualquier rincón de la República Mexicana.

   Por su parte, el poeta Mario Calderón colabora con su ensayo “Relación del nombre propio y el apellido de personajes con su carácter y su actuar”. Es importante interpretar la propuesta de que: “esta reflexión persigue dos propósitos: el primero es de tipo lingüístico. Pretende mostrar que existe una relación directa de motivación entre nombre y apellidos de una persona y su labor en la historia de la humanidad; encierra la intención de descubrir y exponer el verdadero valor de la obra de algunos protagonistas de la historia y la cultura universal a través del desciframiento de la significación del lenguaje, evadiendo los arreglos de las diversas tendencias de los historiadores. En realidad, se trata de la descripción de un fenómeno de significación.”

   Sin duda alguna, vale la pena la lectura del estudio de Mario Calderón, porque plantea que a través del conocimiento del nombre de las personas, se puede alcanzar a interpretar la personalidad y el perfil de las ambiciones personales. Del artista gráfico Israel Alvarado Torres, se incluye su breve texto: “¿Quién lo hizo?”. Otro ensayo histórico lo presenta Porfirio Mamani Macedo, acerca de “La biografía de Melgar”; seguimiento crítico sobre uno de los intelectuales peruanos que impulsaron la Independencia.

   Se incluye un cuento premiado en Argentina de Gustavo M. Galliano, “La casa de mi vida”, que tiene como escenario la ciudad de Santa Fe. La revista Cultura de VeracruZ recoge “Dos sonetos”, del escritor originario de Coatzacoalcos, Ver.: Carlos Alemán (1976-2010). El narrador veracruzano Samuel Pérez García, en su nota “La vida es maravillosa” destaca la amistad que tuvo al final de la vida con su colega que nunca pudo obtener el apoyo institucional para dar a conocer su obra poética.

   También en la sección de reseñas y comentarios, el escritor argentino Carlos Roberto Morán, analiza “El regreso de Ricardo Piglia”. Edgar Aguilar, se asoma en las profundidades de la novela Verano de J.M. Coetzee, en las líneas de “Retrato de un escritor muerto”. El escritor xalapeño Irving Ramírez, participa con sus profundas notas reflexivas: “Del oficio de rascarse la espalda”, y “Fuentes de la novela”. El director de Cultura de VeracruZ Raúl Hernández Viveros, informa sobre “La visita de Rubén Darío”. Acto cultural que el año pasado ni siquiera tuvo alguna conmemoración por parte de las autoridades federales o estatales. Del narrador xalapeño Omar Piña, se reproduce su comentario acerca de la violencia que experimenta nuestro país en “Viento de San Miguel Arcángel”. Otro escritor originario de la capital veracruzana Armando Ortiz, participa con su artículo “Breve carta a una joven poeta”, en el cual confiesa no sentirse todavía poeta.

   El autor originario de Río Blanco, Ver., Edmundo López Bonilla, lleva a cabo una sátira: “A propósito de la letra CH”, en la cual advierte de la desaparición de la letra “H” en nuestro idioma. Una trascendental colaboración es la de Lina Odena Güemes Herrera, con su pequeño ensayo “Los mirlos se están muriendo”. Discurso sobre la situación cultural en México, y la crisis económica y política. Lina Odena Güemes Herrera, en uno de sus párrafos señala que: “Lo mismo ocurre con las mujeres vejadas y asesinadas día a día en el aparato de Estado controlador y vigilante, de estructura panóptica, que ha perdido el poder y no puede –o no quiere ver— que con cada mujer que muere se va del mundo una parte de la humanidad que debió ser honrada como matriz de vida. Por esto hay que repetir ¡Desde la más profunda indignación de un pueblo que se siente herido en su dignidad por la impunidad de los poderosos!, Ni una gota más de sangre.”

    Concluye este número sesenta de Cultura de VeracruZ con la nota y fotografías Álvaro Brizuela Absalón, relacionadas con la expresión cultural de “La danza de los Parachicos en Chiapa de Corzo”; explica su experiencia etnográfica sobre un tema educativo mexicano que recientemente fue declarado patrimonio cultural de la humanidad. Se debe distinguir la mirada antropológica de Álvaro Brizuela Absalón, a través de cada una de sus fotografías esparcidas en las páginas de Cultura de VeracruZ, ya que refleja la excelencia académica de un investigador originario de Catemaco, Veracruz.


Cultura de Veracruz 2010

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Muestra de Luis Vidal Martínez

Por Alberto Hernández Vásquez

   La revista Cultura de VeracruZ, número 59, octubre 2010, da a conocer dentro de sus páginas y portada, una serie de dibujos de Luis Vidal Martínez. Por lo cual, Álvaro Brizuela Absalón reconoce que se trata de “ilustraciones que complementan, son obra de Luis Moisés Vidal Martínez, pintor nacido en Santiago, Chile, y de corazón xalapeño. Lucho, como lo conocemos sus amigos, vino a radicar a Xalapa a raíz del golpe de estado en 1974, como profesor, en 1975 se incorporó a la Universidad Veracruzana impartiendo el Taller de Grabado en la Escuela de Artes Plásticas. Posteriormente pasó a formar parte del personal académico del Museo de Antropología, donde compartimos experiencias, y es el lugar donde comienza una fructífera carrera, y también donde nacieron los antinucleares Bichópodos, las Flores y los Guerreros Arqueológicos”.

   También Álvaro Brizuela Absalón reconoce que dichas ilustraciones fueron realizadas “al estilo antiguo, de esas en que palpamos el papel y escrita a mano, la envió por el correo de aire, cuando abrí el sobre, empezaron a brotar las flores y a saltar los guerreros, imágenes que son los bocetos para un futuro mural allá en Santiago, que tiene que ver con el contenido del mural: la belleza que es alegría, el tiempo y la verdad. Estos dibujos a tinta, que hoy compartimos con los lectores de Cultura de VeracruZ, también son un reconocimiento al Gran Maestro y hombre generoso, que ha sabido compartir los colores del camino a través de su obra, que la define como Bioarte; concepto basado en la observación, en la vida de su entorno, arte orgánico, que es fuego, agua, tierra y viento”.

   Dentro de las colaboraciones, en esta entrega hay que revisar el espacio de la poesía. Yamily Falcón, (1976). México D. F. Estudió dos semestres en la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM). Ha colaborado en revistas literarias como “Meretrices” de Jalisco y en “Almiar Margen Cero” de España. Comparte la escritura breve de “Dos poemas”. En algunos de sus versos, acepta que: “Parte de mi vida son silencios / Tropiezo con el denso sabor de la oscuridad que habita tus ojos / Me oculto en el hueco más profundo del olvido / Esos ojos van borrando mi esqueleto / Al miedo escandalizo / Arrastro la presencia que me incluye y destierra… / Un reflejo golpea mi consciencia… / Al tiempo en que devoro mi cabeza”.

   El poeta veracruzano Edgar Aguilar, da a conocer una muestra de su reciente creación, y con la serenidad de la reflexión expresa que: “Apenas tiras delgadas / cayendo / gravitando / qué perezoso día / inflado / como un globo / en lo alto / quemándose / de tanto cielo / de tanto fulgor / repentino / sobre sus anchas espaldas / robustas espaldas / pues la historia / como un hilo / como un globo quemado / humeante va trepando ese cielo / puesto al revés / y ya no es eso que parece / sino un infierno / donde cae el globo / desinflándose / como una flor muerta / pero sin vida / sofocada /y oscura”.

   Angélica González Macías, originaria de la capital veracruzana, fragmentos de su reciente trabajo poético. Nos explica que: “Se dice el poema, pero no la luna que lo hizo. / Se aconseja al poeta que se rasque con sus propias lunas. / Quien noches tiene, en poesías piensa. / Aunque el poeta se vista de lunas, bohemio se queda. / El que con noches se viste, las lunas lo desvisten. / Está como luna para chocolate. / Qué tiempos aquellos, cuando se amarraba a los hombres con versos. / Recuerda que: poetas somos y en la noche andamos. / ¿A quién le dan poesía que llore?”.

   Hay que agregar la lectura de los “Cantos”, de Obed González Moreno, para comprender la representatividad de este género literario, que es el más difícil de la literatura. De igual manera acepta que: “Escribo, escribo, escribo: se recrea el tiempo, lo numinoso despierta, el sudor en mi cuerpo, las ventanas ya no existen, el aire se calienta, la luz se opaca, la tinta se apresura, los ladrillos crepitan, se compactan, me asfixian. / Uno me invita, otro me lo impide, en medio, yo… tirito. / Las tierras se levantan, los cielos avanzan, los recuerdos se detienen, las lágrimas regresan, el dolor se suspende, mis muertos se alzan…”

   El narrador veracruzano Fernando Winfield Reyes, publica su texto “Caminando en la noche desnuda”.

   José Luis Velarde, realiza un sentimental reconocimiento a “Carlos Monsiváis en Ixtac”.

   El escritor originario de Río Blanco, Ver., Edmundo López Bonilla, reseña el libro “La Revolución Mexicana en Veracruz”, de Bernardo García Díaz y David Skerritt Gardner. Samuel Pérez García, comenta los “Versos de Maria Esther Mandujano”, donde se analizan las aportaciones del libro Fuera del Mapa. Armando Ortiz, se refiere a “La infausta suerte de ser poeta”. Por su parte, Irving Ramírez, ensaya la nostalgia, la soledad y el olvido, en su artículo: “Los Lunáticos enamorados ó del enigma y la fábula”. Cultura de VeracruZ prosigue con la difusión de autores veracruzanos, y de otras partes de México.


DESCARGA LA REVISTA No. 58, AGOSTO 2010

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Jóvenes autoras en Cultura de VeracruZ
Por Alberto Hernández Vásquez

 

   La revista Cultura de VeracruZ, No. 58, correspondiente a agosto de 2010, abre sus páginas con la joven escritora veracruzana Maggie Rodríguez, quien da a conocer su relato “Sobre la falsedad”. Texto sorprendente porque continúa su trabajo literario que recoge temas juveniles, en donde se demuestra la crisis en que se encuentran inmersos los adolescentes mexicanos. Particularmente se trata de recrear la imagen en que sobreviven algunos jóvenes que no pertenecen a los más de 7 millones en México, y enfrentan la incertidumbre, desesperanza y abandono institucional. Fue en una entrevista que dio el rector de la UNAM, José Narro Robles, quien señaló dicho término de los 7 millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan en el país, y se reconocen por los “Ninis”.

   Por lo cual resulta interesante la lectura del relato “Sobre la falsedad”, de Maggie Rodríguez, ya que describe la desintegración de una familia mexicana de clase media acomodada. Dentro del campo de la poesía mexicana, hay que destacar la obra de

   Ileana Garma. Cultura de VeracruZ, recoge sus versos que forman parte del largo poema “Un amor”. Fue becaria en el 2005 del Programa de Fomento a la Creación y Desarrollo Artístico de Yucatán 2005. Diplomada en Literatura, Protocolo y Periodismo por la editorial Santillana 2006. Egresada de la escuela de Creación Literaria de la Sociedad General de Escritores Mexicanos 2007-2009.
   Premio Estatal de Poesía Jorge Lara 2005. Premio Estatal de Poesía José Díaz Bolio 2005 del Patronato Pro Historia Peninsular (PROHISPEN). Premio Nacional de Poesía Charles Bukowski 2008. Premio Nacional de Poesía Francisco Javier Estrada 2008. Ganadora del torneo de poesía VersoDestierro 2009. Libro de poesía 2006 Itinerario del agonizante por el Ayuntamiento de Mérida. Forma parte de las siguientes antologías: Del silencio hacia la luz: Mapa poético de México. La otredad: Antología de Poesía Yucateca. Nuevas Voces en el laberinto: Escritores nacidos a partir de 1975 y Antología del beso en la poesía Mexicana. Plaquette de poesía Y el estado de sitio, por La Catarsis literaria El drenaje 2010.

   En la sección II, de su poema “Amor”, Ileana Garma advierte que: “Las cenizas crecen en el tiempo / entre los vidrios rotos en el pasto que las vacas devoran que los infantes pisan / debajo de los libreros sobre las camas sobre las mantas impecables / las cenizas crecen en el tiempo / sobre el viento hasta la sonrisa de tus hijos apretando los ojos / por las calles donde los hombres sudan el infierno en el verano / y desde las cenizas / mi voz te busca / se adhiere a tus manos a tu cuello al cabello que tu madre acariciaba / en otro tiempo también tu madre desde las cenizas / las cenizas bebías y las cenizas entraban a tu sangre / a toda velocidad /A toda velocidad / las cenizas crecen en el tiempo”.

   Del escritor veracruzano Rafael Rojas Colorado, se rescatan sus breves textos “Alicia”, y “El álbum”. En este último refleja el intento por recuperar algunos fragmentos de episodios infantiles que tuvieron como escenario calles céntricas de Coatepec, casi como un homenaje a las vivencias que marcaron el rumbo de este autor que coleccionaba estampas como recuerdos de su vida. Esther Mandujano García, realiza un trabajo de crítica literaria sobre el libro La generosidad divina, de Raúl Hernández Viveros, a quién también le dedicó su poema “En la soledad del recuerdo”

   Otra valiosa reseña y nota de presentación del libro Acá de este lado y de otros rumbos, de Edmundo López Bonilla, es la que escribió Gino Raúl De Gasperín Gasperín. En la cual lleva a cabo un reconocimiento a la trayectoria literaria de un escritor originario de Río Blanco, quien con la edición de su nuevo libro de cuentos forma parte ya de la literatura mexicana.

   El poeta y cuentista Edgar Aguilar, realiza una importante reflexión sobre “El valor literario en Los hombres verdaderos”, de Carlo Antonio Castro. Su ensayo culmina con el siguiente párrafo: “Como se ve, Los hombres verdaderos es una riquísima fuente de concepciones míticas y culturales de un pueblo, de valiosos registros etnográficos y lingüísticos, y hasta de complejas estructuras sociales que tienen que ver con la opresión, la pobreza y el desarraigo, y que Carlo Antonio Castro supo llevar de manera formidable al plano de la literatura, superando en mucho la “barrera” meramente antropológica que tan bien conocía y en donde se desenvolvía como pez en el agua; es decir, superándose así mismo, como todo hombre realmente verdadero”.

   Juan Antonio Rosado Z., con su colaboración “Del infierno al cielo”, reseña el libro Polvo de pabilos, de Ricardo Muñoz Murguía. Advierte a los lectores sobre que: “La mirada de Muñoz Munguía en Polvo de pabilos es intensa al recobrar, recrear, reinterpretar realidades. En estos “poemas-serpientes hundidos en los sueños”, el poeta no formaliza la forma ni materializa el fondo destruyendo la unidad (fondo es forma), sino que —como lo quiere Johannes Pfeiffer— encuentra el “punto medio en que esencia y palabra se funden”.

   Julieta Jiménez Torres, celebra la aparición de la revista Indagación, con las siguientes palabras extraídas de su profunda reseña: “En este panorama poco halagüeño, es muy importante y meritorio el esfuerzo conjunto del equipo de docentes, investigadores y editores que hacen posible la aparición del número 2 de la revista anual Indagación, publicada en Xalapa por la Universidad Pedagógica Nacional de Veracruz, correspondiente al periodo agosto 2009-enero 2010”.

   Cierra este número de Cultura de VeracruZ, mi comentario, “El sueño ha culminado”, relacionado con los cuarenta años de la desintegración como grupo de Los Beatles. Desde la distancia aquellos años sesenta marcaron definitivamente a una generación que tuvo la oportunidad de cambiar el rumbo de la realidad mundial. Sin embargo, en la actualidad los jóvenes ni siquiera tienen idea de lo que sucedió, y sobreviven en el desempleo, marginación, violencia y la incertidumbre de entrar a las filas de los millones de “Ninis”.


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Narradores veracruzanos y colombianos

Por Alberto Hernández Vásquez

 

   La revista Cultura de VeracruZ, correspondiente a junio del año en curso, y al número 56, ofrece en esta ocasión un breve panorama sobre algunos narradores veracruzanos y colombianos. Dos autores originarios de la capital de Veracruz dan a conocer muestras de su reciente producción literaria. Edgar Aguilar abre estas páginas con su relato “La torta”, en el cual arma la estructura narrativa en base a circunstancias ocasionadas por el desgaste de la vida en pareja. Desde la maestría y esmero del cuento perfectamente elaborado con un sistema de engranajes situados en descripciones y diálogos, Edgar Aguilar se permite demostrar el aparente cansancio y el hartazgo de la vida cotidiana.

   Por cualquier imprevisible situación, brota la realidad dolorosa de sentirse cada quien acosado frente a las banalidades de la monotonía a que llegan los seres humanos dentro de la fantasía de vivir aparentemente inmersos en la felicidad de los años juveniles. Un cuento interesante porque demuestra la capacidad literaria de Edgar Aguilar, quien lleva de la mano a sus lectores hasta las últimas consecuencias del enfrentamiento absurdo de no saber qué hacer ante la crisis existencial de cualquier pareja.

   Desde Colombia, Juan Carlos Álvarez Herrera, presenta la descripción de la decadencia del medio ambiente, en su relato “Extraño los árboles”. Apasionante texto que demuestra la destrucción de la naturaleza, y refleja la defensa de la ecología. Un panorama desolador del futuro crítico que destruye selvas, mares y ríos. Delante de esta terrible destrucción, los científicos preparan la comida del futuro y la defensa de los restos que todavía no han sido contaminados.

   También de Colombia: José María Luna participa con su relato: “Mosto”. Texto fascinante por el misterio que se resuelve en cada capítulo de esta historia de intriga policíaca y con matices de ciencia ficción. Por su parte, el escritor veracruzano Fernando Winfield Reyes da a conocer la elaboración narrativa de “Habitar la memoria de un lugar”. Con bastante objetividad en sus descripciones, se permite balancear la reflexión subjetiva que permite el oficio de escritor.

   Se reproducen fragmentos de la novela: “Agua clara en el Alto Amazona”, de Marco Tulio Aguilera, autor originario de Bogotá, pero arraigado ya desde hace varias décadas en tierras veracruzanas. Con esta reciente producción narrativa incursiona en el terreno de las obras maestras que tienen como escenario el paisaje de América Latina. Dentro de esta muestra narrativa, sorprenden los textos de Irving Ramírez: “Fervor por Natassja Kinski” y “Heath Ledger y Brandon Lee”, ya que reflejan el tipo de narrativa contemporánea, en donde se mezclan aspectos autobiográficos, comentarios personales sobre el arte, y al mismo tiempo que destaca el manejo perfecto de la escritura.

   En la sección de reseñas destaca el comentario de Fernando Tascende, sobre la “Nueva obra de Marco Tulio Aguilera”. Por supuesto en relación a la novela “Agua clara en el Alto Amazona”. Sin duda alguna es importante enfatizar que se habla del relevo generacional en la literatura colombiana de nuestros días, y al mismo tiempo en general a nivel latinoamericano. Desde luego se reconoce la culminación de una trayectoria personal que se ha permitido construir su propio universo literario. Fernando Tascende advierte que: “Ahora que los lectores de García Márquez hemos quedado desamparados y desesperanzados al saber o suponer que este autor insustituible posiblemente no vuelva a ofrecernos otra de sus acostumbradas obras maestras –es claro que Gabo ha ido mermando la calidad de sus obras; sin embargo su impronta no la tiene nadie—, nos queda el consuelo de saber que Marco Tulio Aguilera, otro colombiano de la estirpe de los grandes contadores de historias, sigue vivo y produciendo a un impresionante ritmo…”

   Para cerrar las páginas de este número de la revista Cultura de VeracruZ, se ubica un trascendental ensayo “La lírica religiosa de Emma Godoy (1918-1989)”, de la investigadora María del Rocío González Serrano. Con bastante profundidad se revisan algunos aspectos de la obra poética de una de las más importantes escritoras de México. Emma Godoy destacó en la docencia y la creación literaria; realizó ensayos acerca de sus autores preferidos, y elaboró extraordinarios textos narrativos. No se debe perder la lectura de este interesante análisis de la obra de Emma Godoy. María del Rocío González Serrano destaca que:

   “La originalidad de la escritora guanajuatense radica en las múltiples formas de apelar a la Divinidad; por lo que está en deuda con poetas como San Juan de la Cruz, Fray Luis de León y Lope de Vega. El empleo que hace del pronombre Tú para apelar a Dios es una influencia directa de los místicos españoles. Evidencia en su escritura, también, una sobrada intención estética, de buscar la imagen perfecta, la palabra exacta, haciendo del ejercicio poético, un espacio de la experimentación, en donde el hallazgo poético prevalece a lo largo de su lírica.”
   Las ilustraciones fueron realizadas por Álvaro Brizuela Absalón. De quien se escribe en una nota final lo siguiente:

   “En el imaginario de Álvaro Brizuela Absalón, que expresa en escritos y policromías antropomorfizadas, relata el eco de las noches vividas en la antigua urbe Tajín. En aquel deambular nocturno, compartido con personajes fantásticos, seres alados y con los totonacas contemporáneos, todos compartieron historias que el antropólogo logró plasmar en los dibujos que ahora revolotean en torno a la Pirámide de los Nichos, y entre las páginas de este número de Cultura de VeracruZ.


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Novísima Poesía Ecuatoriana
Por Alberto Hernández Vásquez

 

   La revista Cultura de VeracruZ, en su número 55, de mayo de 2010, recoge la muestra Novísima Poesía Ecuatoriana, realizada por Freddy Ayala Plazarte; de quien puede consultarse su ficha bibliográfica en las páginas del número 52 de la revista Cultura de VeracruZ, en donde dio a conocer su profundo estudio: “El eterno retorno a la vanguardia ecuatoriana. Homenaje al poeta vanguardista Hugo Mayo”. Ahora, en esta ocasión realiza las notas, recopilación y selección de los jóvenes poetas ecuatorianos, como un importante y trascendental prólogo.

   Se trata de una antología de poetas nacidos a partir de 1979, como Oswaldo Calisto Rivera 1979-2000, “Cachibache”. Una verdadera revelación y homenaje a este autor, casi de culto, entre las nuevas generaciones. Sin duda alguna, destaca la rebeldía y el atrevimiento por reformar el estilo literario. Puede apreciarse su fuerza arrolladora en el empleo de las palabras: “Vuestro espía acordona un veneno de espigada claridad Y el gafete de cándido murmullo apareja al reinado Pelirrójese, he aquí la victoria de tilos en vuelo ¿habéis preferido el álbum al farallón empotrado? ya os comenta el bravo relente que en lo alto mece al afrecho pues excelencias, a bien comprobar pueden los arcanos de una inmensa gloria Si, aquí vuestro caudillo hinca la mollera”.

   Juan Carlos Astudillo (Cuenca, 1979), se permite continuar con la tradición de la lamentación: “¡Somos los elegidos! –recordamos–, los encargados de / embriagar, drogar y fornicar la fe…de patentar un nuevo. / Dios…una nueva religión…” En cambio, Johanna López Santos (Quito, 1979), lleva a cabo un recorrido hacia la desintegración de los sentimientos: “No sé qué valía representa la tristeza…. / ahora / cuando la soledad / cubre párpados disecados, / ojos desapacibles y mejillas mojadas; / no hay punto de llegada / ni de partida.”

   Entre estas búsquedas extrínsecas de la forma poética destacan las imágenes de Juan José Rodríguez (Quito, 1979): “La vida prefiere perseguirse a sí misma / bajo lunas que sienten coronarse de yedras. / Yace el cuerpo en el claro distante.” La prosa poética de Carlos Luis Ortíz (Alausí, 1979): “Verter en la ruina de los espejos los escombros de una lágrima. Considerar al miedo como un parpadeo necesario e imposible, pedirle a alguien que detenga el cuerpo antes de la caída y si es posible que zurza las cicatrices antes de la lástima.”

   Por Rocío Soria (Quito, 1979), se consiguió el extraordinario contacto y la promoción de las letras actuales de Ecuador. Lo cual permitió el encuentro con su propia poesía: “Dios arrojaba un vómito de sangre, / un vómito supremo, / hablaba con su habitual tendencia al secreteo / se visitaba con el espanto que producen las visitas inesperadas, / se rendía ante sí con el arte histriónico de su confesión. / Dios supremo, Dios de exterminio”.
Alexis Cuzme (Manta, 1980), colabora con algunos de sus versos. Es conveniente leer en voz alta el siguiente poema: “Soy un diario sin tachaduras / que no cabrá en tu entendimiento, / una pulcritud superior impenetrable, / una desleal combinación lexical / para arruinar la convivencia. / Y no hay remordimiento, / porque cada letra suturada / entre sí, / se volvió mi cédula / de invisibilidad”. En esta línea de búsqueda de la identidad, César Eduardo Galarza, (Guayaquil, 1981), propone que: “No ofendamos al encuentro de nuestras carnes / con glotonería lírica y estéril. / Ha cesado la etapa del cortejo / ¿por qué prolongar la falsedad?”

   Dentro de estas reflexiones, David Sánchez Santillán, (Quito, 1981), contempla: “Día tras día, / un solo sosiego, / oscura aberración”. César Eduardo Galarza (Guayaquil, 1981), enfrenta convincente la objetividad de la: “Arena desvanecida / Atrás queda el puerto, / atrás los seres que exigieron tu presencia.” La necesidad vital del diálogo de Sebastián Lazo (Cuenca, 1982), quien narra un fragmento sentimental: “Apresuro estos días, lluvia y ciudad. / Siento en el aire un empujón de la vida / y aquel que mi pecho martilla / despierta con ansias de fuego.”
   Sin embargo, Dina Bellrham (Milagro, 1984), intenta desafiar a la soledad: “Necia la médula / que fermenta mis pestañas / de buscarte a hurtadillas / cuando la noche muere / y tu voz disipa febrículas”. La señal del paso del tiempo deja sus huellas en la juventud de Andrea Samaniego (Quito, 1985): “He cronometrado mis movimientos por años, / hasta la música que ahora te explota en la nuca. / Apenas si te mueves hacia delante”. Las sentencias de Wladimir Zambrano (Guayaquil, 1985), definen la existencia de la creación: “Feliz sea el hombre que respira su ceniza, / que como una suerte de Dios”

   La tragedia de la caducidad permite a Tyrone Maridueña (Guayaquil, 1986), escribir los versos: “En esta hora / La verdad se convierte en una enfermedad de los dioses / Los hombres desean reconocer la cura. / Pero su cuerpo / No es más / Que carne y memoria.” La actitud del papel femenino como una lógica diversa y fundamental de Carolina Patiño (Guayaquil, 1987-2007): “Mujer de espíritu vaciado / por una pérdida /
algo lejano su rostro / abruma a mis pupilas / hechas piedra / débiles ojos cansados de llorar / evaporan su esencia.”

   El papel trascendental de la función y el empleo exacto de cada palabra, con la cual Cecibel Ayala (Cayambe, 1986), expresa que: “Solo basta un momento para que la intensidad y la duración / liberando ese antaño grito contenido / en la garganta.” La indagación de Edison Navarro (Quito, 1983), sobre los principios, conocimientos y realidad, en la que: “Se ve a los ángeles fornicar, / ruedan botellas y retazos de alas con carne / la orgía se desató en el paraíso.” En este sentido lúdico, Yuliana Marcillo (Chone, 1987), consuma su visión literaria de vencedora: “Sin tetas ni caderas, / conquisto a mi modo.” Todo corresponde a lo que Ezra Pound solicitaba sobre que: “Los poetas son las antenas de la raza”, y antes Martín Heidegger planteó: “La poesía es la fundación del ser mediante la palabra”.

Se debe mencionar y destacar que esta entrega mensual de Cultura de VeracruZ, está ilustrada por el artista visual Pedro Herrera Ordoñez, Carchi, 1956. Dentro de las propuestas de esta revista independiente, la principal desemboca en la promoción de los jóvenes escritores de México, América Latina y España. Por lo cual, los lectores tienen la oportunidad de aproximarse a sus páginas en representación virtual, a través de su descarga en el blog: Nueva Época, como una forma de enlace sin fronteras, ni aduanas o censuras institucionales, en la libertad única de las palabras.


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José Emilio Pacheco en Cultura de VeracruZ
Alberto Hernández Vásquez

   En el presente número 54, correspondiente a abril 2010, se incluye una de las narraciones de la joven escritora veracruzana Ayulía Lira Grajales, “Blues en mantarraya”. Se trata de una reflexión literaria sobre los encuentros y desencuentros entre las parejas de jóvenes que viven inmersos en la crisis existencial y la falta de valores en nuestro tiempo. Del novelista xalapeño Irving Ramírez, se incluye su texto “Viajero de larga distancia”, en su lectura se pueden apreciar las características del estilo literario de un autor veracruzano que se encuentra instalado en la búsqueda de la perfección narrativa.

   Por su parte, José Luis Velarde, originario de Ciudad Victoria, Tamaulipas, da a conocer su interesante relato “Delimitaciones”; donde demuestra el poderío en los alcances del enfrentamiento con su propia y original literatura. Dentro de la sección enfocada a la poesía, Mario Calderón, miembro del Consejo Editorial de la revista Cultura de VeracruZ, ofrece fragmentos de su reciente obra. Sin duda alguna, su capacidad de concretar y compactar los versos hasta permitir introducirnos en la transparencia de cada línea.

   Es fundamental citar a Mario Calderón en sus poemas: “Desierto”: “Página blanca / de alta temperatura / germinó vida.”, o bien en el siguiente: “Arena / aire / silencio / es de- cierto / espejismo / de efluvios / de vida.” En verdad representa casi una revelación sobre la prueba de nuestra existencia, que permite situar cada uno de los destellos de los seres humanos, que gracias a la inspiración poética, se permiten dejar sus huellas a través de la escritura, como forma de probar la existencia y el enfrentamiento con el paso del tiempo.

   Desde Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua, María Dolores Guadarrama Orozco, incluye algunos poemas relacionados con su lugar de origen. Se encuentra un original homenaje a: “A Juan Rulfo / Ese hombre / fue tragándose el hambre de todos / amasijando los vértigos / en la boca del estómago / mecido por el sol de un medio día / pegajoso y caliente / atravesando la gruesa e invisible / cara del viento / manos del viento / ablandando la muerte en la humedad / del río de su sangre.”

   El escritor ecuatoriano Augusto Rodríguez, colabora con una muestra de su obra literaria: “El beso de los dementes” y poemas. Este autor nació en Guayaquil, 1979. Periodista, editor y catedrático. Ha publicado los poemarios: Mientras ella mata mosquitos (2004), Animales salvajes (2005), La bestia que me habita (2005), Cantos contra un dinosaurio ebrio (Barcelona, España, 2007), Matar a la bestia –recopilación- (Guadalajara, México, 2007) y La gramática del deseo (La Paz, Bolivia 2009/ Monterrey, México 2009/ Neuquén, Argentina 2009). Ha obtenido el Premio Nacional de Poesía David Ledesma Vázquez (2005), el Premio Nacional Universitario de Poesía Efraín Jara Idrovo (2005), Mención de Honor en el Concurso Nacional de Poesía César Dávila Andrade (2005), Finalista del III Premio Internacional de Poesía Màrius Sampere (2007), Finalista del VII y VIII Premio Internacional de Poesía Joven Martín García Ramos (2008-2009). Es uno de los fundadores del grupo cultural guayaquileño Buseta de papel. Editor de la revista literaria El Quirófano.

   El joven poeta veracruzano, Jorge Andrés Pérez Ruiz, da a conocer sus artículos: “El entorno bíblico y erótico de las dos Magdalenas”, y “La desmitificación de Jaime Sabines”. El escritor veracruzano Raúl Hernández Viveros, reflexiona sobre “La lucidez de Carlo Antonio Castro”, y “Cervantes y José Emilio Pacheco”. Con este artículo se hace un reconocimiento a nuestro nuevo Premio Cervantes, y se reproduce su discurso de recibimiento. Por su parte, Irving Ramírez, comenta “Los sonámbulos, de Hermann Broch, y analiza “El artista, el genio, el gran novelista (Flaubert, Balzac, Víctor Hugo) y la novela actual”. El narrador veracruzano Armando Ortiz, destaca la obra de Pilar Fernández.


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