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Amor Real

Capitulo 7º

Odisea de una carta

Por: Maria Elena Venant

Al salir de la iglesia, Manuel se encuentra con el Acalde corrupto quien menciona que se enteró que robaron ganado de la Hacienda de San Cayetano. Manuel pregunta si eso les ha ocurrido a otros terratenientes. El alcalde dice que no recuerda. ¿No sé acuerda? Pregunta Manuel sarcástico.

En San Cayetano, un primer plano de una gran rata en la hierba, la cámara pasa a Benigno (¡Ah nos dicen que es una rata!). Llega Nazario (el criado que fue a avisarle a Manuel del robo) y le dice a Maligno que Manuel viene a la hacienda y que sospecha que el Alcalde estuvo detrás del robo. Nazario tiene miedo y quiere zafarse. Benigno casi lo golpea y le dice que mantenga la boca cerrada. Pasa Antonia por el patio. Viste una hermosa falda escocesa negra y blanco con alforzas de encaje y una blusa blanca con vuelos. Maligno le avisa que Manuel ya llega.

Antonia se vuelve loca arreglando la casa, ordenando la cena, exigiendo más esencia de lavanda para las toallas. Ella misma arregla el baño de Manuel. Las criadas se burlan de ella diciendo que ya se siente la patrona.

Manuel llega e interroga a Benigno y a Nazario sobre el robo. ¿Cómo no ladraron los perros? Los perros habían muerto días antes porque comieron algo “malo”. ¿Y los hombres que cuidaban el ganado? Desaparecieron misteriosamente explica Maligno.

Esa noche en la cena, Manuel interroga a Gastón Tusset (descubrimos que es el padre de Antonia y administrador de las haciendas), sobre Benigno. El administrador parece bien pavo. Ni sabía del robo y da muy buenas recomendaciones de Maligno. Manuel cambia el tema. Dice que quiere que atiendan el jardín. Antonia se ofrece a hacerlo ella misma. El Dr. Fuentes Guerra quiere cambiar los muebles, los tapices, las cortinas. Antonia y su padre están felices al verlo tan entusiasmado. Y ahí viene el chorro de agua fría. Manuel anuncia que quiere la Hacienda perfecta para recibir a su nueva dueña. “Me caso en tres meses” anuncia. A Antonia se le saltan las lágrimas y finge tomar agua para ahogar su turbación. Más tarde, su padre la encuentra llorando. La consuela diciéndole que aunque sabe que ella le tiene cariño a Manuel, hay mucha diferencia entre ambos. Antonia escupe que la única diferencia es que ella es legítima y él es un bastardo.

En la cocina, las criadas se burlan de Antonia y hablan de la madre de Manuel. Una dice que era costurera en Barranquillas, pero poco después de nacido el niño, Joaquín mandó que se la llevaran al Norte.


En Ciudad Trinidad. Renato visita a los Peñalvert que le cuentan del compromiso de Matilde. Esta baja con un costurero en la mano. Viste un corpiño color rosa mexicano y falda blanca con moños del mismo color. Renato la felicita por su compromiso. Ella le agradece con una falsa sonrisa y con ganas de ponerle el costurero de sombrero.

Cuando las damas se retiran, Renato se pone a tocar el piano y comenta que no vio a Mati muy contenta. Greñaldo le cuenta del romance de Matilde y Adolfo y como el General Bermúdez Cañero lo quito de en medio. Renato menciona que siempre ha notado en la mirada de la hermana de Humberto un “Je ne sait quoi” (no se qué. A Renato le gusta mezclar frases en francés, italiano e ingles en su plática). El presiente que dentro de Matilde se esconde un temperamento apasionado que sólo conocerá su marido. Greñaldo se incomoda y su amigo le dice que no sea mojigato. Humberto muy machista recalca que su hermana es una señorita decente. Renato burlón dice haber olvidado que las damas no sienten nada en la cama. Humberto casi le cierra la tapa del piano en los dedos.

A solas, Augusta con un precioso vestido de shantung cobre, aconseja su hija que si no quiere que la gente piense que se casa por interés que aparente alegría al hablar de Manuel y le dice que le escriba su prometido. Augusta quiere en realidad otro préstamo para cubrir los gastos del ajuar. Le dice a su hermana que ella no puede escribirle a su futuro yerno, puesto que este la aborrece, pero Prudencia si puede hacerlo. Pru se niega y le dice a su hermana que mejor empeñe sus joyas. El General también se ha percatado que no hay dinero para el “trousseau” de su hija y le ordena a Augusta que venda sus alhajas.

Esa noche, Augusta y Humberto se quejan de la falta de dinero. En eso traen una carta. Es del banco, Manuel adelantándose a los hechos ha dejado órdenes de que provean el dinero necesario para el ajuar de su futura esposa. Humberto enseguida dice que el necesita traje nuevo y unas botas. Augusta le exige silencio. Si Hilario se entera, no querrá aceptar ese dinero. Augusta va a ver a su hija y le dice que arregle su equipaje. Se marchan a la capital a comprar el vestido de novia. Augusta dice que tuvo que vender sus joyas para costear el ajuar de su hija. Esto afecta mucho a Matilde (¡Que descarada es esta Augusta!)

En casa de la Señora Pilar Piquer de Márquez se recibe una carta. Es para Matilde y viene acompañada de una esquela de Adolfo solicitándole que se la entregue a Mati. Renato ve la carta y le dice a su hermana que espera que sea de un enamorado. Pilar corre a casa de los Peñalvert, pero Humberto le dice que Mati esta de viaje. Nerviosa, Pilar le dice que tiene algo “para darle”. Se corrige, “para decirle”. Greñaldo sospecha y le cuenta de esta extraña visita a Renato quien a su vez le cuenta de la carta. Ambos sospechan que es de Adolfo

En San Juan de Ulua, Adolfo ya esta recuperado de la pierna. Le dice a Delfino (el guardia) que le debe la vida. Delfino le pregunta si no sabe la razón de su encierro. Adolfo dice que sospecha que es venganza por amar a alguien que esta muy alto. Pero esta seguro que ni Mati ni el General saben lo ocurrido y por eso les ha escrito.

En Ciudad Trinidad, el General Peñalvert llama a Humberto. Le ordena que se corte las greñas y le da una carta para el Gobernador, en ella solicita un empleo para su hijo. Greñaldo esta horrorizado. ¡El hijo del General Peñalvert como un simple empleadillo! ¡Eso es vergonzoso! Más vergonzoso es pasársela en burdeles y francachelas le dice su padre. Don Hilario es firme y claro. Hay que pagarle a Manuel, por eso Humberto ha de trabajar y si no lo echa de la casa.

Greñaldo en la plaza se lamenta con Renato cuando aparece Finita. Renato la presenta “La Srta. Josefina de Icaza”. Vamos a describirla. Viste un 2 piezas color pizarra sin miriñaque (probablemente por falta de coquetería más que por economía) tiene un color de piel amarillento, un peinado horroroso como de perilla de puerta y una verruga en la cara, pero no es monstruosa. Cuando se va, Greñaldo amablemente la llama “Horrible” Sentencioso, Renato le dice que es huérfana y tan rica como Manuel. Además es soltera. Humberto atentamente anuncia que seguirá soltera. Nadie se va a casar con ella. Renato lo mira enojado. El joven Peñalvert le pregunta si acaso quiere que se case con ella. Renato redice que no es necesario. Mujeres como esa mueren por tener un enamorado. Se la puede desplumar sin casarse con ella.

Manuel decide visitar a su vecino el Sr. Heredia para averiguar si también le han robado ganado. Gregorio Heredia resulta ser un hombre muy simpático que poco sabe del campo ya que acaba d heredar la hacienda que pertenecía a un tío de su esposa. Manuel le pregunta si sabe si el tío le pagaba al Alcalde por protección. Heredia le pide unos días para revisar sus libros. Manuel le cuenta que va a casarse en tres meses. Gregorio esta encantado, para entonces su esposa e hijas ya estarán instaladas en la hacienda y harán amistad con Matilde.

En Ciudad Trinidad, Pilar se debate entre abrir la carta o esperar a Mati. Su hermano soluciona el problema, abriéndola el mismo. Pilar se sorprende al descubrir que Renato sabe de la existencia de Adolfo e incluso de su supuesta esposa. Renato lee la carta. Pilar descubre del horrible destino de Adolfo y de las trampas en que cayeron el y Mati. Renato le cuenta a Humberto de lo que hizo el General Bermúdez Cañero con el novio de Mati. Greñaldo suplica a Renato que convenza a Pilar que guarde silencio. La verdad solo los perjudicaría

Renato consigue la carta, pero esta encerrada en una cajita con llave y Pilar no quiere dársela.

En San Cayetano, Manuel invita al Padre Urbano y a Gregorio a cenar con el. La mesa es muy sencilla, sin mantel ni cristalería. El mismo Dr. Fuentes Guerra sirve a sus invitados. Gregorio ha descubierto que su tío si pagaba por protección, pero el no lo hará. Se confiesa manirroto pero no le gusta botar dinero en cosas turbias.

Las Peñalvert regresan del viaje. Ignacia le avisa a Mati que llegó una carta para ella. Esta corre a leerla creyendo que es de Adolfo. Es de Manuel y le dice que espera que a través de esa correspondencia pueda vencer la natural timidez de su prometida y establecer confianza entre ambos. Humberto le cuenta a su madre sobre la carta de Adolfo. Cuando Augusta se entera que gracia le dio una carta su hija la agarra pescozones y corre al cuarto de Matilde. Mas sereno, Humberto descubre que es de Manuel y detiene a su madre antes que esta se ponga en evidencia.