Ese día se le cumplía al abanderado del PAN "echar al PRI de los Pinos".

Ninguna duda cabe, que la campaña mediática había dado resultados. Se estableció una especie de simbiosis entre el candidato ganador y los que honestamente le dieron su voto. El rosario de promesas hechas durante su campaña, las frases que repitió despertaron expectativas como: ¡Vamos a terminar con la pobreza! ¡Vamos a combatir la inseguridad! ¡Acabaremos con la corrupción! ¡Estén tranquilos los servidores públicos (burócratas), a nadie se despedirá! ¡El salario estará por encima de la inflación (6.5 de aumento)! ¡No subirán los impuestos!

¿Y ya empezaron a cumplirse las promesas? Ahí te va lo que anunció el Sr. Fox el 4 de abril a través de la televisión, eso sí, en cadena nacional, en tiempo triple AAA, a todo color, en vivo y desde la ciudad de México: Una reforma hacendaria que resolverá todos los problemas del erario y por ende tendrás una mejor vida y a los pobres se les darán $108.00 mensuales en moneda nacional y de cuño corriente. ¿Te imaginas? $108.00 pesos que alcanzan para tu tele, tu vocho y tu changarro.

¿Que van a gravar con el 15% de IVA? Alimentos, medicinas, colegiaturas, libros, en fin, casi todo. Hombre, no seas pesimista. ¿Qué no entiendes que luego te devolverán tus $108.00 pesotes al mes?

Ahora que francamente, te pido que me descifres ese galimatías, que soy tan torpe que no lo entiendo. Primero te clavo el 15% de IVA, y luego te lo devuelvo. ¿Seré acaso uno de los pocos mortales que no entiende eso? Como decían en mi barrio: "daca y toma"... Pues te repito, no entiendo.

¡Ah! También te pido -abusando de tu bondad- que me ilustres. ¿Qué pasó con el Fobaproa y el rescate carretero? Según entiendo, se le dio carpetazo. ¡Perdón! Que fue aprobado por el PRI y el PAN, o sea el partido que abanderó al Sr. Fox, en la legislatura pasada, y que según me han dicho, la tendrán que pagar tres generaciones de mexicanos.

A según, como dicen en mi rancho, ahora sí ya no deberán preocuparse por el bienestar de la familia. ¿A qué familia se referirán?

En fin mi amigo, sólo queda decirte: ¡Bienvenidas las promesas!

Prof. Alberto A. Moreno Colín