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   ¿Ahorro para el retiro o el retiro de nuestros ahorros?

Todo parece indicar que el rastro y el rostro de la experiencia argentina sigue presente en algunas decisiones de carácter financiero en nuestro país.

Muy recientemente, algunos legisladores de las dos bancadas mayoritarias en el Congreso plantearon la necesidad de modificar la Ley del Sistema de Ahorro para el Retiro, con el propósito de buscar nuevos mecanismos para hacer más eficiente y rentable al sistema referido.

De entrada, la razón de intentar hacer mejor las cosas es sustentable, sin embargo, cuando analizamos las cuestiones de fondo y los mecanismos propuestos para lograrlo, se ponen en evidencia intenciones que en muy poco o casi nada beneficiarán a los trabajadores y a sus ahorros de largo plazo.

Resulta increíble -por no decir otra cosa- que en una nación como la nuestra, altamente importadora de capital extranjero para proyectos productivos e inversiones especulativas en la bolsa, algunos legisladores estén proponiendo exportar los fondos de pensiones de los trabajadores mexicanos a los mercados bursátiles internacionales, provocando mayores distorsiones al sistema financiero "nacional", que dicho sea de paso, lo ponemos entrecomillado, ya que la mayor parte de los activos financieros del país son propiedad de grupos financieros extranjeros como el Citibank de Estados Unidos, el Scotiabank de Canadá y los grupos Santander y Banco Bilbao Vizcaya Argentaria de España.

En el planteamiento de las modificaciones a la ley del SAR, se considera la posibilidad de invertir hasta cierto porcentaje (20%) de las pensiones de los trabajadores que aportan a través de las diversas Afores, en valores y documentos en el extranjero con el supuesto argumento de obtener mayores rendimientos. Se les olvida a los ciudadanos legisladores que respaldan este tipo de iniciativas de ley las siguientes consideraciones:

Primero.- Para competir en la globalización financiera, primero debemos formar y preparar banqueros profesionales que cuenten con el talento necesario para ser exitosos en el mundo de la rentabilidad económica y social.

Segundo.- Los sistemas de pensiones en muchos países del mundo se constituyen en verdaderas instituciones que premian el ahorro de largo plazo de los trabajadores y contribuyen, no sólo a la estabilidad política, sino a la salud económica de largo alcance en esas naciones.

Tercero.- ¿Para qué exportar capital nacional cuando por otro lado estamos buscando financiamiento para empresas como PEMEX y la CFE?

Cuarto.- Dada la gravedad del asunto, los legisladores postulantes deben someter a la consideración de sus electores la necesidad de los cambios a la legislación del SAR.

Quinto.- Generarle todavía más beneficios a una clase financiera que ha demostrado ser ineficiente y desleal con el país, representará sin duda, una cuantiosa factura política más que los ciudadanos cobraremos en los comicios electorales federales del año 2003.

Sexto.- Los susodichos legisladores se equivocan si creen que con el paso del tiempo nos van a vender la idea de un posible rescate a las Afores, que en el futuro enfrentarán problemas de turbulencias financieras.

Séptimo.- Antes de pensar en la casa del vecino, debemos mirar la nuestra, y los legisladores deben entender que fueron electos por ciudadanos en un distrito electoral mexicano y no por un cantón suizo.

Los liberales progresistas estamos convencidos de la necesidad de modernizar el sistema de pensiones en México, ya que de su solución responsable en el presente, depende la estabilidad futura de la República.

Cuidado con respaldar soluciones que sólo miran la inmediatez, los difíciles tiempos que vivimos obligan a buscar afanosamente respuestas de largo plazo; sí, aquellas que resisten el paso del tiempo por su solidez y seriedad. Bien pudieran ser las siguientes:

A.- Los fondos de pensiones podrán obtener mayores rendimientos financieros al invertirlos en empresas rentables y productivas del país; específicamente en aquellas en donde la obtención del financiamiento les imprima un mejor desempeño comercial.

B.- Las Afores se deben desvincular de los grupos financieros actuales y constituirse en verdaderas empresas especializadas en la administración profesional de las pensiones. De esta forma se les quitaría la tentación a los banqueros mediocres de especular con los ahorros de los trabajadores.

C.- Que los fondos creados para subsanar los estragos financieros del FOBAPROA e IPAB para los próximos años, se apliquen para las reservas técnicas de los fondos de pensiones del IMSS y del ISSSTE.

D.- Preparar nuevos empresarios que estén técnicamente habilitados para administrar fondos de pensiones y darles la oportunidad de participar en los negocios financieros. Es preferible tener a muchos empresarios pequeños y medianos que sean entusiastas, competitivos y productivos, a tener pocos grandes, maleados y mediocres.

E.- Crear los mecanismos de ingeniería jurídica y financiera para que los trabajadores disfruten de sus ahorros en vida, a plazos menores y con esquemas más flexibles para la disposición de sus recursos.

F.- Establecer máximos y mínimos para el cobro de las comisiones de las empresas administradoras de los fondos. Los máximos se establecerán atendiendo a los criterios de equidad, rentabilidad y eficiencia, en tanto que los mínimos, responderán a los criterios de viabilidad económica, competencia comercial y servicio.

G.- El ahorro de largo plazo, invariablemente se vincula a una mayor calidad de vida para las próximas generaciones.

La cultura del ahorro es para disfrutarse en vida y no debe tener como fin constituirse en la herencia de viudas o en el botín de financieros y banqueros sin escrúpulos que apuestan a los enredos jurídicos para no pagar los frutos de los fondos de pensiones a quienes legítimamente se lo han ganado.

Los trabajadores mexicanos tienen el derecho a decidir en qué tipo de pensión invertir o no; al fin de cuentas, un clima de libertad en el mundo financiero no nos haría daño y me refiero amigo lector, a la capacidad de los ciudadanos para tomar las riendas de su destino.

No más tutelajes, ni paternalismos. Las pensiones deben ser un modo digno de vida para aquellos que se esforzaron durante muchos años con su trabajo. Justo sería no regatearles sus merecidos frutos.

Que el interés superior de la nación prevalezca, recordando que no debemos mirarnos mucho en los espejos rotos del norte. ...ni del sur.

Que sea por el bien de los pensionados y de México.

Derecho a réplica y comentarios: salvadorordaz@hotmail.com y senadors@hotmail.com




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