Site hosted by Angelfire.com: Build your free website today!
Inicio

 
www.tiemposdereflexion.com Anúnciate con nosotros
   Cuba. El golpe de estado del 10 de marzo de 1952

Cuba. El golpe de estado del 10 de marzo de 1952 y el inicio de un nuevo proceso.

Un joven de una universidad cubana me escribió pidiendo información sobre principios, organización y acciones del Directorio Revolucionario en su enfrentamiento a la dictadura de Batista para un trabajo de investigación a nivel universitario. Cumpliendo los deseos del joven estudiante cubano comencé estas notas que proyecto han de ser la razón de una serie de dos o tres artículos sobre el tema.

Es necesario, para comprender el proceso de fundación del Directorio Revolucionario y las diferentes organizaciones que confrontaron al gobierno de facto del Gral. Batista, hacer referencia a algunos aspectos de lo que sucedió en el país como antecedente al golpe de estado del 10 de marzo de 1952. No podemos comprender el mismo si no conocemos los factores que concurrieron para crear las condiciones que hiciera viable su organización y su ejecución.

No es posible tampoco comprender la constitución y características del actual gobierno y su oposición si no conocemos el proceso insurreccional y las diversas organizaciones que participaron, y posteriormente fueron marginadas, unas, y automarginadas, otras.

En la etapa final del gobierno del Gral. Batista las organizaciones más preponderantes eran el Movimiento del 26 de julio y el Directorio Revolucionario 13 de marzo. En cuanto a la primera de ellas, su nombre proviene del ataque a los cuarteles del Moncada y al cuartel de Bayamo; la segunda, cuyo nombre es Directorio Revolucionario, responde a una tradición universitaria, y después del ataque al Palacio Presidencial agregó a su nombre esa fecha en conmemoración de tan audaz hecho.

En los dos últimos años se crearon en diferentes áreas rurales varios grupos guerrilleros; los más famosos en la Provincia de Oriente, extremo este de Cuba, perteneciente al Mov. 26-7, y el Directorio Revolucionario que operaba en Las Villas, zona central de la Isla de Cuba. Existían otros grupos en distintas áreas del país: la Organización Auténtica en distintos frentes, y el II Frente del Escambray. Las diferentes organizaciones armadas tenían grupos de guerrillas urbanas que operaban en las principales ciudades del país desde los primeros tiempos de la dictadura.

Después de este preámbulo hemos de hacer referencia a los factores que crearon las condiciones para que se produjera el golpe de estado, explicar los sucesos posteriores y las características del Directorio, sus bases ideológicas, acción y estrategia.

Factores que crearon las condiciones para el golpe de estado del 10 de marzo de 1952

Primero: La mentalidad plattista (en Cuba se les da ese calificativo a los que tienen una subordinación cultural o intereses económicos vinculados a los Estados Unidos) que imperaba en la mayoría de nuestros grupos empresariales e importantes sectores populares. Esta se ha internalizado en los que no ven solución de la problemática política o económica del país si no es mediante un acuerdo con los Estados Unidos. Esta actitud ha hecho que la mayoría de los grupos políticos cubanos que se oponen al actual gobierno de Cuba se subordinen o busquen simpatía o colaboración económica y política de los Estados Unidos. En el gobierno y el no gobierno de Cuba de hoy y de ayer, es obsesiva la preocupación sobre la posible conducta del gobierno norteamericano ante cualquier decisión.

En el caso cubano, el imperialismo norteamericano es una realidad y es un cuento. Realidad, porque el poder que dispone y su capacidad de injerencia en los asuntos de Cuba y toda Nuestra América, genera una fuerza enorme. Cuento, porque en Cuba era el pretexto de grupos determinantes empresariales, mercantiles y políticos para justificar su política de integración al mercado norteamericano para que el gobierno de ese país fuera su respaldo y garantía. El arco iris de estos grupos políticos y económicos fue muy amplio, desde los nazi-fascistas al Partido Comunista de Cuba (estalinistas).

Segundo: Los grupos y profesionales de la política. identificados con el anterior régimen que representó el Gral. Batista, estaban siendo desplazados de toda posibilidad electoral, y los comunistas habían sido desplazados del movimiento obrero organizado.

Tercero: Los militares y jefes policíacos, cuyas posibilidades de sinecuras de muy diferentes procedencias, se habían reducido a un mínimo. Sus salarios legales eran muy bajos y no les permitían satisfacer sus necesidades; eran permanentemente inquietados por la instigación constante de oficiales militares y policíacos pasados a retiro por su manifiesta vinculación política a las fuerzas que representó el Gral. Batista. O por la corriente de oficiales jóvenes que consideraban podían imponer "orden y progreso", la cual se identificaba como "nazeristas" o sencillamente "nazi-fascistas".

Cuarto: El temor, de la mayor parte de los empresarios y comerciantes, a la fuerza creciente del movimiento obrero organizado y sus constantes demandas sobre más adecuados convenios de trabajo y participación en la decisiones económicas en el país.

Quinto: La demagogia política y campaña creciente de desprestigio generalizado contra las personas y las instituciones de la república sin hacer las distinciones necesarias. Algunas de estas campañas manejadas desde el exterior, y otras por los más diversos factores políticos y muy diversas motivaciones.

La difamación generalizada a todos los políticos. La verdad no importaba. Se atacaba a proyectos de leyes que creaban el Tribunal de Cuentas, o al que creaba la Banca Nacional. Se hacían denuncias -siempre a los políticos, nunca a las empresas- de fraudes e inmoralidades reales y otras ficticias. Se cuestionaba el diferencial azucarero o la posición política internacional del gobierno.

Sexto: El gobierno norteamericano que durante la 2da. Guerra mundial fue "condescendiente" con las actitudes independientes del gobierno cubano fue manifestando su creciente "disgusto".

Séptimo: Percibida la actitud del gobierno norteamericano por sectores políticos, militares, y policíacos desplazados del poder, sin excluir a "logias nazi-fascistas que operaban dentro y fuera del ejercito". Si queremos evitar confusiones o discusiones no importantes, llamémosle "grupos".

Resultando evidente que en las elecciones convocadas para los próximos noventa días, las posibilidades de poder de los grupos "de la vieja política" era cero, ya que el poder sólo era accesible al Partido Autentico en el gobierno o al Partido Ortodoxo en la oposición. La candidatura presidencial del Gral. Batista era puramente simbólica; su partido creado al efecto -el PAU- no tenia ni miembros interesados en ser candidatos a los cargos electivos de la próxima elección; sólo contaba con una modesta -por su numero e influencia- sección obrera constituida fundamentalmente por cuadros sindicales estalinistas de segunda fila.

Los grupos identificados como nazi-fascistas en la oposición decidieron utilizar al Gral. Batista para producir el golpe de estado. Este aceptó, después de que la Embajada de los Estados Unidos en Cuba, en larga entrevista celebrada en la embajada días antes del golpe de estado -sin que se hiciera público lo tratado y la razón de la misma-, le hizo conocer el embajador que el gobierno de su país no veía con desagrado que ocurriera el mismo, pero la responsabilidad sería solamente de los golpistas.

Octavo: Con la luz verde de la embajada fue muy fácil coordinar a todos los factores motivados para producir o lograr el apoyo para ejecutar el golpe. Excluyendo del mismo a los comunistas por manifestación expresa y enérgica del Sr. Embajador de los Estados Unidos.

Perpetrado el golpe de estado, los instrumentos que pudieran haber reaccionado eficientemente por sus raíces populares y porque en ellos existían militantes formados en el pensamiento revolucionario cubano, hubieran podido ser el Partido Autentico, el Partido Ortodoxo y el movimiento obrero organizado. El Partido Autentico y el Partido Ortodoxo estaban profundamente electoralizados y el movimiento obrero, no obstante sus conflictos internos, el posibilismo lo había permeado en el ultimo cuarto de siglo, y los "consejos del movimiento obrero internacional" hicieron énfasis que lo importante era conservar las conquistas logradas. Se aseguraba que la consecuencia segura de enfrentarse a la "situación pasajera" de los golpistas, serían las pérdidas de las reivindicaciones y el aplastamiento de las organizaciones obreras.

Termina mediante un asalto cuartelario el régimen constitucional presidido por Carlos Prío Socarras, conmovidos de escándalos y con el aval de grandes realizaciones. El gobierno surgido por el golpe de estado fue de inmediato reconocido por el gobierno de los Estados Unidos.

La repulsa inmediata al golpe surge en la Universidad de La Habana. Los estudiantes iniciaron masivas protestas callejeras, que culminaron en forma simbólica con la muerte del estudiante Rubén Batista, de nombre igual al del hijo mayor del Gral. Batista, figura visible del golpe, aunque no tenían relación familiar con el dictador que resurgía.

Empresarios norteamericanos se hacen presentes de inmediato después del golpe de estado. El 12 de marzo, Elliot Roosevelt, hijo del fallecido presidente de los Estados Unidos del mismo apellido, se entrevista con el Gral. Batista para proponerle un negocio de televisión e indagar sobre futuros negocios. Funcionarios de United Steel. Co. se entrevistan con Ernesto de la Fe, Ministro de Información del gobierno golpista. Al final de la misma, en comunicado público, expresaron que su empresa y otros capitales norteamericanos estaban en disposición de suministrar a Cuba todo lo que necesitara.

La Universidad se convirtió en tribuna y centro de fermento insurreccional. Las asociaciones de banqueros, colonos, hacendados y otras entidades económicas o sociales ofrecieron respaldo al gobierno de facto. Los dirigentes políticos, unos se hicieron cómplices del asalto, algunos esperaron semanas para comprometerse, y muchos otros hicieron el papel de leales oposicionistas, prestándose a farsas electorales. Los partidos políticos no tuvieron ni la menor capacidad para erguirse con dignidad. Algunos activistas se pusieron bajo la protección de personeros del gobierno de facto y por suerte para su personal destino, estuvieron a punto de ingresar en un Consejo Consultivo creado por nombramiento. La presión de amigos lo impidió, lo que les permitió participar en la lucha insurreccional que se avecinaba de forma protagónica.

El partido comunista envió una comisión al campamento militar de Columbia para entrevistarse con el Gral. Batista, integrada entre otros por Blas Roca, Salvador García Agüero y Lázaro Peña al objeto de ofrecer la colaboración del Partido al gobierno golpista. La gestión fue de inmediato neutralizada por el Embajador Norteamericano que le comunicó al general que todo acuerdo tendría por consecuencia el no reconocimiento de su gobierno por Estados Unidos. No obstante el nuevo régimen, estableció un concordato de tolerancia. Los sindicatos en su gran mayoría se plegaron en pocas horas al nuevo gobierno. La Iglesia en la voz del Cardenal Arteaga felicito a Batista por el exitoso asalto.

Los grandes partidos auténticos y ortodoxos se fraccionaron dedicando sus energías mayores a la lucha por el liderazgo, más que al enfrentamiento a la dictadura que surgía.

El gobierno de facto renuncia a todo protagonismo internacional del estado cubano, al objeto de lograr el apoyo del gobierno de los Estados Unidos. Empresarios extranjeros consideran que había llegado una nueva era dorada, para incrementar el dominio sobre el mercado y sus posibilidades de usufructuar las riquezas nacionales. Una facción protagonista de golpistas -militares y políticos-, proyectan construir un régimen de corte nazi-fascista o nasserista. El pueblo incrementa su resentimiento y frustración frente a la usurpación. El sentimiento de violencia se generaliza, extendiéndose a las distintas capas de la población cubana.

De la Universidad, el Partido Autentico, el Partido Ortodoxo, el movimiento obrero y jóvenes desempleados comienzan hacerse presentes en agrupaciones creadas, desconociendo las directivas de organismos que proceden, se proyectaban desde su propia existencia. En las organizaciones que surgían, lo menos importante eran principios y programas; lo motivante eran las acciones a ejecutar. Manifiestos y proclamas no tenían otro significado que una carta de presentación para los que en una forma u otra se oponían al gobierno de facto.

El Partido Aprista constituido meses antes del golpe de estado se proyectaba dentro de los principios del socialismo democrático. La triple A liderada por el Profesor universitario Aureliano Sánchez Arango, antiguo dirigente del Ala Izquierda Estudiantil. La Organización Autentica revive los principios tradicionales del gobierno revolucionario del 33, en posición más moderada. La XYZ y el ARO de origen ortodoxo, inspiradas en la Organización Autentica de la década del 30. El Grupo Montecristi de postura centrista conformada por intelectuales de la clase media alta. El Movimiento Nacional Revolucionario (MNR) de fuerte sabor nacionalista liderado por el profesor universitario Rafael García Barcena, miembro destacado del Directorio Universitario de los años treinta, profesor de la Escuela Superior de Guerra y el Directorio Revolucionario fuertemente inspirado en la tradición universitaria.

Relacionar la diferencias entre los grupos insurrecciónales frente al gobierno de facto requeriría un mayor tiempo. Aunque por supuesto es necesario hacerlo, y lo haremos en alguna otra ocasión para comprender exactamente el dinamismo que desarrolló el proceso.

Por el momento podemos decir que lo motivante en aquel instante era lo que se estaba haciendo, y qué se estaba dispuesto hacer para derrocar al gobierno. Los manifiestos y programas eran lo secundario, en consecuencia la constitución o incorporación a un grupo no estaba fundamentada en la proclama o en los principios postulados. La decisión era esencialmente, sobre todo, consecuencia de las relaciones personales de sus integrantes, y el éxito que pudieran tener en la adquisición de medios para la publicidad y la acción violenta.

Los grupos se integraban o desintegraban conforme a cómo eran golpeados por los aparatos represivos del gobierno. Los principios políticos que sustentaban guardaban poca relación en el pensamiento de algunos de sus dirigentes y militantes. Generalmente respondían a la relación o grupo social de sus integrantes; en consecuencia de ello, un activista después de varios meses de militancia, era probable que hubiera pertenecido a muy diferentes organizaciones y frecuentemente actuaba en más de una al mismo tiempo.

En razón de la conducta histórica de los estalinistas -el viejo partido comunista que por razones electorales cambió de nombre varias veces-, militantes y grupos que confrontaban la dictadura eran no comunistas o formalmente anti-comunistas. El partido comunista mantenía una actitud de permanente crítica contra los que adoptaban la violencia como método de enfrentamiento al gobierno de facto.

La opinión pública conforme avanzaba el proceso, simplificaba la problemática nacional en una formula simple: Batista se quedaba por la fuerza y la ayuda de los americanos, o se le sacaba por la fuerza. Los manifiestos se convertían en papeles publicitarios, sin mayor trascendencia, a no ser la de incrementar la aversión pública al gobierno y no confrontar especialmente la hegemonía de los intereses económicos del país. Con la excepción del Manifiesto del APRA -organización pequeña compuesta fundamentalmente por un grupo de activistas jóvenes en las provincias de La Habana y Oriente- y la del Directorio Revolucionario.

Continuará...

Réplica y comentarios al autor: r.simeon@psrdc.org




*
Anúnciate con nosotros

Recibe nuestro boletín mensual
*
* Tu email:
*
*
*
*
*

Noticias
*

Archivo
*
* Consulta los boletines de ediciones pasadas. *
*

Panel de Opiniones
*
* Opina sobre este tema o sobre cualquier otro que tú consideres importante. ¡Déjanos tus comentarios! *
*

Escribe
*
* Envía tus ensayos y artículos. *
*
___
Logos de Tiempos de Reflexión cortesía de Matthew Nelson y Chago Design. Edición, diseño y actualización por Morgan y MASS Media
Resolución mínima de 800x600 ©Copyright pend. Acuerdo de uso, políticas de protección de información