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   Cuba: Revisar nuevos y viejos temas

La nación

La nación es el hacer permanente de un grupo humano en una naturaleza cambiante. En consecuencia, la interacción con el entorno, por dominante que pueda ser, consolida la nación, y una nueva nacionalidad se desprende de ella. Aunque parezca antagónica, si en su sentir ésta se mantiene vinculada a su sociedad de origen, y si se incrementa el contacto, la nación separada se integra nuevamente.

Esta primera reflexión nos obliga a afirmar que nunca podemos determinar el nacimiento de una nación. Se requiere un largo ciclo histórico para poder con cierta certeza afirmar cuándo la nación nace o desaparece, y esto último requiere que se haya perdido la razón de su existencia.

En consecuencia, la nación no se crea; está en permanente creación, y continuará este proceso por tiempo indeterminado. Puede suceder que en un estado existan diversas nacionalidades, o que una nación esté dividida en territorios, que a su vez puedan ser beligerantes entre sí. Ejemplos vivos e inquietantes los tenemos en el pueblo kurdo, con sus pobladores residiendo en Irak y en Turquía; o el pueblo vasco: unos en Francia y otros en España. Este drama se hace más lacerante en el continente africano, donde las potencias extra-continentales dominantes demarcaron los estados sin considerar las nacionalidades que los integran. Quizás este error elemental no fue involuntario, sino un plan fríamente calculado para que los frecuentes conflictos en esos pueblos permitieran continuar el proceso colonial de explotación.

Espacio tiempo histórico

Es tal vez necesario, para llegar a la comprensión de la realidad social, aplicar el concepto de lo que Víctor Raúl Haya de la Torre denominó acertadamente espacio tiempo histórico y hacer algunas consideraciones sobre el mismo.

La persona es un ser histórico y creador de historia por naturaleza. Consecuentemente, sus realizaciones en sociedad han de estar normadas por sus experiencias y conformación cultural. Cuando en su realización se imitan o trasplantan instituciones que corresponden a otras sociedades, se crea inestabilidad, alienación y frustración.

El espacio tiempo histórico es la realidad misma, que se conforma en valores telúricos, étnicos, económicos, culturales y psicosociales. Éstos constituyen una unidad, e interactúan conformando las condiciones imprescindibles para permitir el desarrollo de una fuerza creadora de la historia. Es la trama de relaciones de cada fenómeno social, que se relativizan por la coexistencia de otros espacio tiempo históricos tangentes o superpuestos parcialmente o no.

¿Qué es la democracia?

La discusión sobre la democracia resulta generalmente la discusión sobre el absurdo, ya que cada cual hace referencia a una estructura jurídica determinada. Luego, al contrastarla con otra, defiende a una en contradicción con la otra. Muchos establecen que el medio para lograr la democracia es la guerra, o que ésta puede ser impuesta por la voluntad de un hombre o de un grupo. En este caso parece que la democracia consiste en una serie de requerimientos superficiales como:

  • El que haya varios periódicos, revistas y transmisoras de televisión y radio.
  • El que cada 4, 5 ó 6 años se celebren competencias electorales entre unas organizaciones que se llaman partidos políticos.

Así no logramos saber qué es la democracia. Hablamos y hablamos para lograr la precisión tratando de enmarcar a una sociedad como democrática o no, o pretendiendo figurar qué tenemos que hacer para implantar la democracia. Acabamos con la pregunta de si es irrealizable la democracia, y en esa nebulosa nos perdemos.

Una situación similar la tenemos en cuanto a la apreciación de la democracia. Unos afirman que ha fracasado; otros pretenden que se reduzca a un torneo de partidos donde el que resulta ganador garantiza los derechos pretendidamente adquiridos. En esto aparece el llamado "derecho de propiedad", donde todo y todos son considerados como mercancía. Produce indignación y repugnancia el pretender institucionalizar el trabajo como si fuera una mercancía sujeta al viejo concepto de la oferta y la demanda.

La plena dignidad del hombre

Por supuesto, algunos afirmamos que la única razón de la normación de la vida en sociedad es para que ésta garantice la plena dignidad del hombre. Según esta concepción, la sociedad está en la responsabilidad de crear y desarrollar las condiciones para que cada persona, cada familia, pueda satisfacer adecuadamente sus necesidades tanto materiales como espirituales.

Sustentándonos en esta razón sobre la vida en comunidad, inferimos que el concepto de sociedad democrática no está determinado por una u otra estructura jurídica. Depende en verdad de que la estructura jurídica sea consecuencia de una decisión de la comunidad libre, no manipulada.

La sociedad ha de estar en un constante desarrollo y ejercicio de su espíritu crítico. El uso de los recursos mediáticos ha de estar bajo la supervisión de los órganos sociales, con la conciencia clara de que cada cual es capaz de respetar. Y la sociedad, a su vez, debe garantizar que sea respetado.

Resulta evidente que la democracia no ha existido aún en la historia. Sólo podemos concluir que hay sociedades que tienen distintos niveles de democracia. Expresado de otro modo, hemos de afirmar que en el presente no existe país democrático. Pero además debemos concluir que la democracia no se puede crear por decreto ni mediante la mera práctica de elecciones, si no existen las condiciones suficientes en las mismas. Mucho menos es posible la realización de la democrática por la simple decisión de un rey, un dictador o un conjunto de personas que se han apoderado del poder político. La democracia no se constituye por decreto de gobierno.

Socialismo

Si el concepto de democracia resulta extenso e intensamente mal interpretado, algo muy similar resulta con el socialismo. El socialismo es fundamentalmente ético. Tal es así que un sacerdote jesuita, el padre Vigo, hace mas de dos siglos identificó el socialismo con el cristianismo. Quiso decir, en modo coloquial, que todo socialista es cristiano y todo cristiano es socialista.

El socialismo requiere la internacionalización social de la solidaridad y la colaboración. Agregando, aunque no sea necesario, que la actividad económica ha de estar al servicio de la sociedad. Jamás podremos aceptar que sea la sociedad la que ha de estar al servicio de la economía.

El pensamiento socialista-revolucionario no se limita a contemplar la realidad -eso sería diletantismo- sino a percibirla, a aprehenderla en su naturaleza permanentemente cambiante, para confrontarla. Ha de comprender que en cada confrontación la realidad cambia y que nuestro método de transformarla ha de cambiar también. Ése es el objetivo mismo de la realización de la persona en libertad. Consecuentemente, el socialista ha de ser revolucionario. Su razón de ser no implica simplemente conocer la realidad, sino transformarla.

A esta realidad es a lo que llamamos espacio tiempo histórico, y para reformarla es importante comprender su diversidad cambiante y percibir el factor relativizante de unos sobre los otros.

Cuba

Hoy Cuba es una nación que se proyecta en la agonía de su realización. Es el más hispánico de los pueblos ibéricos y el más comprometido históricamente con Latinoamérica.

Quizás el nacimiento de la nacionalidad cubana se hizo patente cuando los cabildos demandaban su autonomía, inspirados en las comunas de Castilla. Acaso el instante del nacimiento se produjo en 1568, cuando el general de flota Pedro Menéndez de Avilés demandó la autonomía del gobierno de la Isla y definió el rol histórico de la misma como la de antemural de las Indias. O tal vez lo fue a raíz de la insistencia de la corona española, a finales del siglo XVIII, en mantener el control sobre Cuba y evitar que las potencias europeas se desbordaran sobre Nuestra América. Pero indudablemente lo fue cuando, más tarde, la "gran potencia del norte" emergió con su agresivo expansionismo, y no le fue posible convertir a la Isla en el puesto estratégico necesario para avanzar sobre los pueblos del sur.

En Cuba, el proceso de desarrollo fue notable cuando el Dr. Ramón Grau San Martín, al asumir la Presidencia de la República, derogó la Enmienda Platt el 10 de Septiembre de 1933.

Precisemos conceptos: una nación es un permanente esfuerzo de realizarse, que sólo puede perecer cuando el pueblo pierde su cohesión y la perspectiva de su destino.

En el caso de Cuba, su pueblo sufre las consecuencias históricas de ser el antemural de las Indias. Como profetizara José Martí: "En el fiel de América están las Antillas que, si esclavas, mero pontón de la guerra de una república imperial contra el mundo celoso y superior que se prepara ya para negarle el poder -mero fortín de la Roma americana-, y si libres y dignas de serlo por el orden de la libertad equitativa y trabajadora, serían en el continente la garantía del equilibrio para la América española aún amenazada. Pueblo, y no pueblos, decimos de intento, por no parecernos que hay más de uno del Bravo a la Patagonia."

Réplica y comentarios al autor: r.simeon@psrdc.org




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