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   ¿Desempleo o subempleo?

Iniciamos el 2004 con noticias relevantes. En el 2003 aparecen cifras nada alentadoras. De acuerdo al Banco de México, el crecimiento del producto interno bruto (PIB) del año pasado sólo alcanzó el 1.2 por ciento, contra 3.0 pronosticado; la inversión extranjera disminuyó en 3 mil millones de dólares, llegando a 11 mil millones; las reservas internacionales superan los 57 mil 500 millones de dólares; la tasa de inflación tiende a la baja. Y algo de lo que no nos deberíamos de enorgullecer: las remesas (dólares) que envían los mexicanos -legales e ilegales- principalmente de los Estados Unidos, es mayor a la inversión extranjera, y ya se acerca a lo que obtiene el gobierno mexicano por actividades relacionadas con el petróleo. El Presupuesto de Egresos de la Federación aprobado a fines de diciembre no contempla -otra vez- una Reforma Fiscal, y será financiado principalmente con la recaudación más baja con respecto al PIB de la OCDE, del TLCAN y de la mayoría de los países de América Latina.

El asunto que nos ocupará en esta ocasión será la del desempleo en nuestro país en los últimos años. La tasa de desempleo anualizada en el gobierno foxista ha ido incrementándose, llegando a 3.25 por ciento en el 2003, cifra que es mayor incluso que la de 1998. Hay que aclarar que existen diversas tasas para medir el desempleo que nos podrían arrojar resultados más objetivos que sólo la "tasa general de desempleo abierto". Además, se señalará el porcentaje de la población trabajadora que gana menos de un salario mínimo (sm), que trabaja más de 48 hrs., que percibe menos de 2, 3 ó 5 salarios mínimos, o quiénes reciben más de 5 o 10 sm. Por último, sabremos quiénes padecen más el desempleo, si las personas con instrucción o los que no tienen ninguna instrucción.

Con esta información se pretende observar una radiografía de la situación real en la que se encuentra la población que trabaja, que busca trabajo sin encontrarlo, la que no busca trabajo y la que labora en condiciones críticas. Es importante recordar que en México no existe un seguro de desempleo como en otras naciones. Los datos fueron tomados de la página de Internet del INEGI, que resultaron de la Encuesta Nacional de Empleo Urbano que se realiza en las 32 entidades federativas.

Para poder comprender las cifras que adelante aparecen, considero necesario que se definan algunos conceptos. La población económicamente activa (PEA) es aquella que tiene 12 años o más, que realiza algún tipo de actividad económica -a la que se denomina población ocupada-, o que buscaron "activamente" hacerlo en los dos meses previos a la semana de referencia de la encuesta; a estos últimos se les clasifica como población desocupada abierta. La población ocupada en condiciones críticas es la que recibe menos de 1 sm y la que trabaja más de 48 hrs. a la semana.

La población en México que tiene 12 años o más pasó de representar el 74.3% de la población total en 1994 a 77.5% en el 2003, siendo la más alta en la historia. La población económicamente activa (PEA) el año que terminó fue de 55.6%; en 1994 era de 54.7%. Lo que destaca aquí es aclarar qué significa que las personas buscan "activamente" trabajo. Si uno le pregunta a un padre de familia desempleado si ha buscado trabajo, por orgullo o vergüenza va a decir que sí.

La PEA se puede dividir en masculina y femenina. La PEA masculina representó el 73.5% en 2003 contra 74.7% de 1994. Esto quiere decir que ha ido en aumento, aunque marginalmente. Por otro lado, la PEA femenina sólo abarca el 39.3% de la población de mujeres de 12 años y más. ¡Es casi la mitad de los hombres!

La población desocupada con experiencia laboral alcanza ya el 86.7% respecto a la población desocupada abierta, contra 85.2% de 1994. Por su lado, los desocupados sin experiencia es de únicamente el 13.3% contra 14.8% de 1994; esto quiere decir que se incrementa el desempleo de las personas con instrucción, mientras que la población sin experiencia accede un poco más a las fuentes de trabajo y esto resulta obvio si pensamos que las empresas prefieren contratar a más personas que pretendan menores salarios.

Una parte significativa de la población que se encuentra ocupada trabaja por menos de un salario mínimo y más de 48 horas a la semana (12%), contra 4.3% de 1994; esto significa casi tres veces más que hace diez años. El personal ocupado que NO tiene prestaciones (como seguro social, aguinaldo, etc.) ha pasado del 12% en 1995 a ¡50.1%!, esto es más de cuatro veces en 8 años. Asimismo, los asalariados sin prestaciones han pasado de 22.5% en 1994 a 25.9%.

Otro indicador importante es el porcentaje de la PEA que percibe ingresos inferiores al salario mínimo o que está desocupado, al que se abrevia TIID. Aquí, la cifra es del 10% y desde mi punto de vista refleja de mejor manera la situación de subempleo y desempleo en México que la Tasa General de Desempleo Abierto (TGDA) o tasa de desempleo que oficialmente nos reporta el gobierno federal. La TGDA durante el gobierno de Vicente Fox ha ido en aumento, pasando de 2.42% en 2001 a 3.25% en el 2003. En esta tasa los hombres tienen un porcentaje menor que las mujeres, 3.12% contra 3.46%.

Ahora, si vemos el desempleo abierto por rama de actividad económica, resalta el Sector Servicios con 33.7% en el 2003 contra 32.7% de 1994. La Industria de la Transformación ha subido de 24.7% en 1994 a 27.1% en 2003.

El último indicador y uno de los más preocupantes es el de la Población Desempleada Abierta por Nivel de Instrucción. Imagínese que las personas sin instrucción encuentran más fácil trabajo que las que tienen educación media superior y superior. El 47.3% de los "más educados" NO encuentra trabajo, mientras que sólo 1.1% de las gentes sin instrucción tienen problemas de desempleo. Aproximadamente, 684 mil personas con estudios universitarios están en el desempleo, por lo que se incrementan los indicadores de emigración, es decir, nuestros profesionistas se ven en la necesidad de ir al extranjero a buscar la chamba que en su tierra no hay, y después se asombra el gobierno de la "fuga de cerebros".

Salarios y Subempleo

El salario mínimo ha crecido en México un 5% del año 2000 al 2004. Este dato es aceptable, pero si nos comparamos con economías parecidas como las de Brasil, India, Hungría o Costa Rica, vemos que también crecen 5%, pero anualmente, lo que es una desventaja mayor. Aproximadamente, la tercera parte de la población total del país tiene trabajo y percibe algún salario. Casi 6.2 millones reciben ¡menos de 1 sm!; 9.9 millones más de 1 y menos de 2 sm; 8.2 millones más de 2 y menos de 3 sm; 6.7 millones más de 3 y menos de 5 sm; 3.1 millones más de 5 y menos de 10 sm, y sólo 1 millón percibe más de 10 salarios mínimos (sm). Esto quiere decir que casi 9 de cada 10 mexicanos perciben cinco o menos salarios mínimos, y se ha aceptado que apenas con 5 sm se puede acceder a la mayoría de los bienes que integran la canasta básica; ésta es la realidad de las personas que se encuentran asalariadas.

De acuerdo al Centro de Estudios Económicos y Sociales del Sector Privado, los costos implícitos que ocasionan esperar 57 días en México para iniciar un negocio, significan una pérdida potencial de 136 mil 600 puestos de trabajo. Si queremos generar un millón de empleos al año, el sector de la microempresa tendría que generar 530 mil, 119 mil la pequeña empresa, 53 mil en la mediana y 298 mil provendrían de las grandes empresas.

El 2004 puede ser un poco mejor en términos económicos que el año pasado, pero debemos tener cuidado en cómo se mueven todas las variables macroeconómicas de Estados Unidos y la Unión Europea. La Inversión Extranjera de la Unión Europea se dirigirá en gran medida a los diez nuevos miembros que se localizan en la parte central del viejo continente y Estados Unidos dejará de recibir un flujo importante de divisas. Aspiramos a un crecimiento de nuestro PIB de 3%, con baja inflación; a que se generen si acaso 300 mil empleos contra 1.2 millones necesarios. La recuperación del crecimiento se debe basar en la economía real -que es la producción de bienes y servicios- y no en la especulación o sólo apostando a la exportación de las grandes empresas. Se requiere que nuestros legisladores pongan en su agenda un proyecto viable a mediano y largo plazo de crecimiento y desarrollo del país, sin importar el partido político que gobierne o que tenga o no mayoría en el Congreso.


Fuente: Elaboración propia con datos del INEGI, 2004.

Réplica y comentarios al autor: jjordian@yahoo.com




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