Según Vicente Fox, en diez años, y si México crece al 6% anualmente, nuestra economía podría alcanzar las dimensiones de Japón, o en 18 años la de Estados Unidos. En dos años de la administración foxista la economía mexicana ha crecido ¡0.25%! y para el 2003 se espera que lleguemos a un poco más del 1.5%, cifra que es la mitad de la que calculó el gabinetazo. Nuestro presidente anduvo en Europa hace unas semanas proponiéndole a las naciones desarrolladas del G-8 que participaran en todo tipo de proyectos en México, como son: carreteras, puertos, aeropuertos, telecomunicaciones, inclusive en sectores aún "no privatizados" como la energía eléctrica y el petróleo; todo con el afán de "pertenecer" al grupo de los ocho países que marcan el ritmo político y económico de nuestro globo.

México ha realizado algunos progresos en la esfera del desarrollo humano durante la década pasada, de acuerdo a cifras del Banco Mundial. El ingreso per cápita para el año 2000 era de US $5,070 al año (unos $4,400 pesos al mes); la esperanza de vida al nacer llega a 73 años; entre 1990 y 2000, la mortalidad de niños menores de cinco años descendió de 46 a 29 por cada 1000 habitantes; casi tres cuartas partes de los 100 millones de habitantes viven en zonas urbanas; el 86% de la población tiene acceso al agua potable; la tasa de alfabetización supera el 90 por ciento.

Aquí es necesario aclarar varios aspectos. Aunque el ingreso por persona es de los más altos en América Latina, no nos dice nada sobre la gran desigualdad que persiste y que crece cada vez más; la esperanza de vida es alta pero no nos dice el tipo y calidad de servicios que recibe una persona de la tercera edad; el hecho de vivir en una zona urbana no es una condición suficiente para no ser pobre en México, la prueba es que por lo menos hay 30 millones de pobres urbanizados; a pesar de que "sólo" el 10% es analfabeta, existen muchos millones de mexicanos que saben leer y escribir pero que son "analfabetas funcionales". Esta "mejoría" no se debe a políticas implementadas por el gobierno del cambio.

• El año pasado, en Desarrollo Humano ostentaba el lugar 54 (esperanza de vida al nacer, nivel educativo y PIB per cápita o Producto Interno Bruto por persona).
• En el mismo año ocupó el lugar 51 en Competitividad, basada además en bajos salarios y en dotación de factores; en 1999 tenía el lugar 35.
• El sector turismo aportará este año en divisas casi 9 mil millones de dólares.
• El saldo de divisas enviadas desde Estados Unidos por migrantes mexicanos es de 10 mil millones de dólares.
• El gasto público en salud es del 2.3% del PIB; en América Latina es del 3.3%.
• El gasto en seguridad social es del 2.9% del PIB; en América Latina es del 7.4%.
• Los altísimos niveles de corrupción permean a una gran parte del gobierno y de la sociedad en su conjunto.
• Tenemos una de las más bajas recaudaciones en impuestos del mundo.
• El 25% de la población depende del sector primario, pero importamos una gran cantidad de alimentos básicos incluido el maíz.
• El insuficiente empleo que se crea cada año es por regla de tipo temporal. El 62.7% de la población económicamente activa labora en la informalidad.
• Los salarios de los trabajadores están en niveles de hace veinte años.
• Existen reconocidos oficialmente 54 millones de pobres.
• Los dudosos rescates bancario, carretero y azucarero han elevado la deuda del gobierno, teniendo que desviar cuantiosas sumas de dinero hacia algunos empresarios.
• La venta de las empresas públicas en los últimos 15 años no se ha traducido en crecimiento económico sostenido ni mucho menos en desarrollo económico; dependemos cada vez más del mercado internacional y de los flujos de capital.
• En el año 2000, ocupaba el 13º lugar en exportaciones de mercancías y el 11º en importaciones.
• México es el puente para que Estados Unidos "gobierne comercialmente" a América Latina y el Caribe con la puesta en marcha del Plan Puebla Panamá y el ALCA.

El grupo de los ocho (G-8) está conformado por: Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia, Rusia y Canadá. Si sumamos el producto interno de estos ocho países se llega a casi el 50% del PIB mundial, contando con sólo el 13.7% de la población total. De estas naciones, acaso Rusia es la única cuyos indicadores económicos y sociales no son para envidiar, debido a que hay una alta desigualdad y pobreza, pero todavía cuenta con una gran influencia militar y política en muchos países cercanos, por lo que resulta "conveniente" tenerlo mejor como aliado que como enemigo.

Faltando 19 días para que se llevaran a cabo las elecciones del pasado 6 de julio, el presidente Fox anunció que de acuerdo a cifras de la Encuesta Ingreso Gasto de los Hogares para 2002 (reportada por el INEGI y que sí pertenece al gobierno) el ingreso de los hogares más pobres aumentó, mientras que el de los más ricos disminuyó en los dos últimos años. Esta información causó gran revuelo debido a varias razones. Los datos se presentaron siete meses después de su levantamiento, cuando normalmente se tardan más de un año y medio; la muestra tomada fue el doble que la utilizada para el año 2000; se agregaron preguntas sobre programas como Procampo y Progresa; el conteo de la población utilizado en la del 2000 fue con datos del Censo de 1995 y para la del 2002 se empleó la del Censo del 2000. Lo más curioso es que hemos estado en un periodo de recesión sin crecimiento económico, con aumento en el desempleo y aun así disminuye la pobreza. Una razón creíble y vergonzosa puede ser la gran cantidad de dólares que envían nuestros connacionales del "otro lado", es decir, ¿en qué han ayudado las políticas del gobierno del cambio para disminuir la pobreza?

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) considera que para que el 10% más pobre acceda a niveles mínimos de bienestar tendría que esperar ¡64 años! Lo anterior se daría si en México creciera el PIB por habitante a una tasa sostenida del 3% anualmente; el segundo decil tardaría 33 años; el tercero 21 años y el cuarto 10 años.

Opino que para que México aspirara a participar en el G-8 o para dejar de ser subdesarrollado se debería poner atención en reactivar el mercado interno, y esto no ha sido posible nada más por la falta de reformas estructurales -como afirma Fox- que, por supuesto, son necesarias. Es cierto que hace falta inversión en el sector energético mexicano, pero en lugar de que les pongamos en "charola de plata" a la CFE o a PEMEX a los inversionistas privados -sean nacionales o extranjeros- se podrían recaudar 10 mil millones de dólares al auditar a las instituciones bancarias que vendieron ilegalmente su cartera al fobaproa, así como al rescate carretero y azucarero. Asimismo, debemos retomar el manejo adecuado de una política monetaria, fiscal, cambiaria, crediticia, comercial y ambiental que garantice condiciones de confianza y rentabilidad a favor de los sectores productivos como son la agricultura y la industria. Esto impulsaría la inversión creando empleos permanentes, para que en el corto y en el mediano plazo se pueda mejorar la condición de vida de los mexicanos.

Hasta ahora no hay datos contundentes que señalen que la recesión económica estadounidense haya terminado. Además de considerar una recesión cuando hay dos trimestres consecutivos con contracción del PIB, el National Bureau of Economic Research -que es la organización que declara el inicio y fin de esos procesos económicos- analiza el empleo no agrícola, la producción industrial, las ventas al menudeo y el ingreso real menos las transferencias; resultando que estos indicadores marcan caídas desde octubre de 2002 para Estados Unidos, y hasta ahora no se vislumbra su recuperación; aunque el G-8 sostiene que podría haber una mejoría económica para el segundo semestre del 2003 que llegaría al 2.9%. Este grupo condiciona su ayuda a los países en vías de desarrollo si es que combaten la corrupción mediante una mayor transparencia, buena administración y respeto del estado de derecho.

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