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Contrajo segundas nupcias con doña Aúrea Dávila Santana, de cuyo matrimonio se procrearon los siguientes hijos, a saber; José A. Balseiro, Rafael Balseiro, Aúrea Balseiro (doña Yuya), Juan Ramón Balseiro, Ramón, Anita y Mercedes Balseiro. Fué dueño de la finca Palenque en Barceloneta. Don Rafael se trasladó de nuevo a Arecibo y compró la finca Santa Bárbara. Una prolongada sequía que afectó a todo Puerto Rico sumió prácticamente a don Rafael en la ruina económica. Sin amilanarse por el infortunio, hombre de gran valor y visión en el mundo de los negocios, obtuvo un crédito de la firma Roses & Cía. de Arecibo y con nueve yuntas de bueyes se trasladó a Barceloneta, donde poco tiempo después adquirió el Ingenio Azucarero Plazuela de sus antiguos dueños don Cornelio Kortright y esposa, que había pasado a manos de la segunda por deceso del citado. Plazuela estaba en franco deterioro, próxima a desaparecer. Don Rafael la levantó trabajando sin desmayo. Fué don Rafa pionero de la siembra de cañas en bancos, cuya práctica agrícola predominó durante casi tres décadas en la agricultura de cañas de azúcar. Diseñó y dirigió el sistema de drenaje de todas las fincas del área de Plazuela. Compró, con don Eduardo Giorgetti la Florida Agrícola, convirtiéndola en Compañía Balseiro y Giorgetti. Don Rafael era además amante de la buena música, que solía practicar con sus hijos Rafael y Aúrea, y cuyos estudios realizaron bajo la dirección del profesor y compositor, padre del Lcdo. Ernesto Ramos Antonini. En el año 1902 lo atacó fatalmente la glaucoma y perdió su visión. El 10 de marzo falleció de un ataque al corazón. Sus restos descansan en el Cementerio de Manatí, P.R.
Como un tributo de admiración y cariño a su memoria la Asamblea Municipal de Barceloneta le dió su ilustre nombre a la Escuela Intermedia Urbana, cuya construcción se realizó en el año 1922.