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Exploradores del Espacio

Origen y formación de la atmósfera terrestre

La atmósfera terrestre ha tenido una evolución desde los mismos inicios de la consolidación del planeta.  Desde su interior han emanado los gases que la forman y a lo largo de su historia ha tenido importantes cambios.  La aparición de la vida en la Tierra y en especial la presencia de grandes cubiertas vegetacionales han sido determinantes en los procesos que han generado la atmósfera actual, tal como se muestra a continuación:

·        El nitrógeno, vapor de agua y el anhídrido carbónico.

·        El oxigeno y la vida.

El nitrógeno, vapor de agua y el anhídrido carbónico

 La atmósfera sólo pudo formarse reteniendo los gases que emanaban del interior de la Tierra, como consecuencia de la actividad volcánica. En ella se retuvo el vapor de agua, el anhídrido carbónico y el nitrógeno procedentes de la fusión del núcleo terrestre y del hundimiento del componente hierro-níquel a través del magma. Estos gases quedaron atrapados en la atmósfera gracias a que la gravedad de la Tierra impedía que escaparan hacia el espacio exterior.


La Tierra, un Planeta Espectacular

Todo ello explica la abundancia de nitrógeno y vapor de agua en nuestra atmósfera, pero no la del anhídrido carbónico, el que en ese caso debería representar el 99% de los gases.Esto habría generado una inmensa presión atmosférica de 80kg/cm2 y una temperatura superficial muy elevada, del orden de 430ºC, como consecuencia del efecto invernadero. Con esta temperatura no habría existido agua en estado líquido, y por lo tanto, no se habría desarrollado la vida, al menos tal como la conocemos. Una explicación a este fenómeno es que el CO2 se eliminó de la atmósfera por una simple reacción química con el silicato cálcico de la superficie terrestre para producir cuarzo. Asimismo, la disminución del CO2 permitió el descenso de la temperatura y la aparición de la vida en los océanos

El oxígeno y la vida

 La relación entre la luz y la vida es fundamental para el desarrollo de esta última. La luz solar ha activado los procesos vitales, y los organismos vivos han modificado el ambiente terrestre para seleccionar las longitudes de onda más favorables.

Antes de la aparición de la vida, a la Tierra llegaba mayor cantidad de radiación que en la actualidad. Parte de la radiación solar de onda corta, al actuar en las capas bajas de la atmósfera, y probablemente en la superficie de los océanos, debió jugar un importante papel en la síntesis e interacción de las moléculas orgánicas que permitieron el ulterior desarrollo de los primeros seres vivos. Estos se desarrollaron en un ambiente anaerobio mediante mecanismos fermentativos, a expensas de la materia orgánica acumulada hasta entonces.

El oxígeno surgió como un subproducto de la vida a través de la actividad fotosintética, jugando un papel fundamental en la aparición del agua tras su combinación con hidrógeno. Asimismo el ozono en las capas altas de la atmósfera, actuó como filtro de la radiación solar de onda corta. Esta circunstancia permitió la colonización de los ecosistemas terrestres por parte de los primeros seres vivos que se habían formado en los océanos, los que de esta forma pudieron abandonar la protección que suponía el filtro acuático. La presencia de oxígeno determinó también el desarrollo del proceso de respiración celular, mediante el cual se produce un intercambio de gases opuestos al de la fotosíntesis, contribuyendo a su equilibrio en la actual atmósfera. El desarrollo del ciclo del oxígeno en la Biosfera hizo posible la evolución de formas de vida multicelulares, incluido el hombre, al poder satisfacer sus necesidades energéticas a través de su metabolismo.

 

 

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