El Kung Fu
Los Origenes del Kung-Fu.
Para poder tener una idea más o menos concreta del nacimiento
del boxeo chino, y de cómo se ha ido forjando duramente
a través de la historia, es necesario remontarse al siglo
VI a. C.
Anteriormente a este período el kung-fu había
surgido de la necesidad del hombre de conocerse a sí
mismo y a los demás, así como adquirir cierta
capacidad cuya meta era dominar el medio en que se desarrollaba
su vida; esta inquietud de potenciar el nivel físico
y mental del individuo, junto con el afán de profundizar
en su espíritu en busca de respuestas a las preguntas
que todo ser humano se ha hecho siempre, acababan en logros
interiores como la paz, la armonía, la serenidad y el
equilibrio sustancial del practicante, llevándole a un
nivel formativo de sumo interés.
Volviendo al año 600 a. C. y adentrándonos en
las concreciones biográficas de la Antigua China, nos
encontramos con la teoría del yang y el yin, representando
los principios masculino y femenino, positivo-negativo, frío-caliente,
etc., de la cual surgió el pa-kwa: los ocho trigramas,
teoría que se adjudica a u- a fu-hi.
n esta época Lao-Tse crea las bases del taoísmo,
a las cuales se une el kung-fu, junto con los tratados de meditación,
alquimia y concentración.
El kung-fu era entonces un privilegio de la burguesía
china y sólo los aristócratas de cuna podían
acceder a su práctica.
Unos quinientos años más tarde este derecho adquirido
por la alta sociedad china empieza a fenecer, debido a las manifestaciones
de campesinos y gente de bajo nivel, que creando revueltas y
luchas antimanchú, hacen que el kung-fu sea un arte popular;
el promotor de este movimiento fue el monje Ta-Mo (Bodhidarma),
que se había establecido en el monasterio de Saolín,
en la región Honan; tras nueve años de meditación
crea la primera tendencia budista china, del ch'an o zen. Desde
aquí, y partiendo de los ocho primeros movimientos de
kung-fu del y-king-king, el boxeo chino evoluciona rápidamente,
hasta el punto de establecer las cinco primeras bases o estilos.
Más tarde las escuelas de kung-fu se dividirían
en dos ramas: la externa (Nei-Chia, taoista) y la interna (Wei-Chia,
budista); al mismo tiempo llegamos a la revolución china
de Mao-Tse-Tung, quien convierte el kung-fu en el orgullo nacional
favoreciendo su práctica y conservándola como
patrimonio.
Escuela Externa e Interna.
La escuela interna de kung-fu (nei-chia) es completamente opuesta
a la externa, se caracteriza básicamente por la suavidad
de sus movimientos, la armonía, la coordinación,
la agilidad, la serenidad y calma del individuo, el trabajo
y desarrollo de la mente y la canalización del chi (energía
cósmica).
Los estilos más expresivos de esta escuela son: el t'ai-chi-ch'uan,
el pa-kwa-chuan y el hsin-yi-ch'uan.
La escuela externa de kung-fu se caracteriza en su práctica
por la fuerza y potencia de sus movimientos, la intensidad del
ejercicio físico y de todas las técnicas que la
componen el ritmo de ataque y defensa, la precisión de
los golpes, velocidad y perfección, y destreza atlética
del practicante.
Los estilos más significativos de la escuela externa
son: El hung-gar kung-fu, el t'ang-iang-ch'uan, el choi-lee-fat,
el hong-ch'uan, el hung-ch'uan, el fan-ch'uan y el ezh-lang-men.
Aparte de estas dos escuelas de boxeo chino, existen infinidad
de estilos que han ido surgiendo de variantes de los modelos
clásicos; también se da el caso de maestros que
mezclan la escuela interna con la externa y viceversa, etc...,
elaborando así un estilo propio y fundando nuevas escuelas
y estilos.
En el nei-chia (escuela externa) la modalidad de combate, es
de lo más duro que pueda existir; en la actualidad existen
una serie de reglas de competición que controlan y prohiben
el golpear en ciertas zonas del cuerpo, así como la utilización
de determinados golpes y agarres, todavía esta permitido
el romper al adversario sus piernas, sus brazos y varias cosas
más, así como golpear en la cara, siempre que
no se deje herida. Aunque aparentemente pueda parecer un método
salvaje de combate en el cual no se usa ningún tipo de
protección, en la realidad no lo es, debido al sistema
de puntuación y eliminatoria basado en algo más
o menos así: "Es mejor esquivar que bloquear".
- "Es mejor bloquear que esquivar". - "Es mejor
golpear que romper". - "Es mejor romper que matar".
- "Es mejor no luchar que vencer matando".
Por
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Ricardo Orduz Marzal Personal WEB page