EL CODIGO BUSHIDO
Por Bryn Williams
"Quienes se aferran a la vida mueren, quienes desafían
a la muerte sobreviven"
Uyesugi Kenshin (siglo XVI)
Aunque el karate moderno se ha
desarrollado en el siglo XX, derivado de Okinawa, actualmente
ha sido influido fuertemente por la psicología de las
artes marciales japonesas, con los orígenes y actitudes
feudales de tales artes. Por lo tanto, es difícil, si
no es que imposible, comprenderlo ampliamente sin conocer algo
relacionado con esa cultura. El propósito de este capítulo
es describir esa cultura en lo que sea pertinente para el estudio
del karate.
Con la apertura de Japón al comercio occidental en 1853,
forzada por el poderío naval estadounidense y el final
consecuente del feudalismo, los Samuráis, o clase guerrera,
que eran casi 2 000 000 dentro de una población aproximada
de 30 000 000, se convirtieron en un anacronismo y a pesar de
sostener varias rebeliones, fueron erradicados. No obstante
su desaparición como clase social, toda la literatura,
el arte y la cultura japoneses estaban influenciados profundamente
por las tradiciones de los Samuráis, y su espíritu
aún sobrevive y se manifiesta en diversidad de formas.
Una de ellas, mas no la menor es en las artes marciales, incluyendo
el karate; asimismo lo encontramos en la psicologia que motivó
a los Kamikaze, o pilotos suicidas de la Segunda Guerra Mundial,
la supervivencia en la selva y la prolongada resistencia de
29 años después de la guerra de los soldados japoneses
ultranacionalistas (como el teniente Onoda en las Filipinas),
y en las políticas económicas postbélicas
de Japón. Muchos japoneses todavía añoran
el periodo feudal como una época heroica y romántica
en la que el Samurai representaba la figura heroica.
Por lo tanto, para comprender
el karate es necesario apreciar el espíritu de los Samuráis
que aún motiva a muchos de los karatekas más grandes
del mundo. Por supuesto, esto no significa que dicho espíritu
mueva a la mayoría de los karatekas occidentales, o nipones
en todo caso. Muchos de los occidentales en particular lo tratan
únicamente como un método de combate o defensa
propia y sólo están conscientes de modo vago de
la que podría llamarse filosofía implícita.
El periodo feudal japonés duró de fines del siglo
XII a mediados del XIX y es comparable en muchos aspectos al
periodo feudal europeo. Ambos mantuvieron rígidas estructuras
jerárquicas de clase y un estricto código ético
para la clase guerrera. Este código fue conocido en Japón
como Bushido, que traducido literalmente significa "Modos
Militares del Caballero", o código de conducta apropiado
para un caballero guerrero. En el vértice de la pirámide
social estaba el Emperador o "Hijo del Cielo", quien
fue adorado hasta 1945 como un dios viviente; pero no tuvo ninguna
intervención práctica en los asuntos de Estado
durante la mayor parte del periodo feudal. Su función
principal residía en promover la cultura y el arte recatado
de la vida cortesana, la arquitectura, la jardinería
ornamental, la poesía y las muchachas geishas, para todos
los cuales se aplicaban reglas estrictas. El poder político
residía en manos del shogun o ''General" quien personificaba
al Dios de la tormenta o padre espiritual de los Samuráis.
Sus poderes eran una combinación de los de un primer
ministro y los de un caudillo militar contemporáneo.
Abajo de los Shogun estaban los daimyo o nobles de la corte,
cada quien con séquito de asistentes o guardias (Bushi
o Samurai) equivalente a un pequeño ejército privado.
Las demás clases sociales en orden descendientes de importancia,
más no necesariamente de riqueza, eran los aldeanos,
los artesanos y los comerciantes. Es interesante notar que los
comerciantes - relativamente acaudaladoss eran inferiores en
un sentido social a los campesinos y los artesanos, al igual
que lo eran los Samuráis. Los Samuráis estaban
excluidos del comercio y recibían su paga del Shogun
o del daimyo en forma de arroz, que en años posteriores
vendían generalmente a los mercaderes cuando apareció
el dinero como un medio de cambio. Muchos que vivían
en un estado de pobreza empedernida consideraban de mal gusto
hablar de dinero o preocuparse demasiado por él. A pesar
de esto se convirtieron en el ideal de la nación y en
uno de los principales temas del arte y la literatura. Si no
es que el principal.
Bushido: El Código Samurai
Los criterios respecto al Samurai
varían considerablemente. Para algunos eran feroces peleadores
profesionales y asesinos despiadados. En cambio los románticos
los ven como idealistas comparables a los caballeros de las
leyendas del rey Arturo. Sin duda la verdad está situada
entre los extremos. Tenían muchos privilegios, no trabajaban
y estaban exentos de impuestos. También tenían
el derecho legal de matar al instante a cualquier plebeyo irrespetuoso.
Se requería lógica mente de algún código
para evitar el abuso absoluto de esos poderes. Dicho código,
el Bushido aunque nunca fue redactado emergió en el siglo
XII.
Bushido significa el código de conducta adecuadc para
el caballero combatiente. Tiene un notable pare cido al de los
caballeros feudales europeos, cuyo periodo histórico
también es muy semejante. Para vivir de acuerdo con este
código, un Samurai debería ser valeroso, honorable,
motivado por un deseo de actuar con rectitud y justicia, debería
ser misericordioso, veraz, cortés, leal, poseedor de
un gran dominio de sí mismo y capaz del autosacrificio.
En verdad era un código estricto, que sin duda más
de unos cuantos dejaban de cumplir. Sin embargo, según
la experiencia del escritor, es notable observar cuántas
de estas características todavía son exhibidas
por muchos de los karatekas más grandes del mundo, en
particular quienes tienen antecedentes de entrenamiento en Japón.
Esto sucede presumiblemente porque fueron entrenados en un medio
empapado en las tradiciones subyacentes. Una proporción
mucho mayor de karatekas Occidentales son entrenados en una
atmósfera que pone énfasis sólo en lo físico
o incluso en lo comercial. Tal vez esto sea inevitable, ya que
es imposible virtualmente transplantar todo un rasgo cultural.
Esto ocurre especialmente cuando la instrucción no está
en manos de un japonés o de alguien entrenado en Japón;
o también si existe un problema de lenguaje.
El énfasis del Bushido en la virtud militar de la bravura
es inevitable y no requiere mayor discusión. No obstantes
está ligado de modo estrecho con la virtud del honor,
que aún es una poderosa fuerza motivadora en el moderno
Japón. Con el reciente y fenomenal desarrollo económico
del Japón, los occidentales pueden creer que la motivación
principal de ese país es el dinero. Esto no sucedía
en el Japón feudal y si hoy sucede es por un motivo yuxtapuesto
al del honor. La apertura forzada de ese país al comercio
occidental en 1853, significó una gran humillación
para los japoneses, y con objeto de recuperar su prestigio (honor)
necesitarán vencer a Occidente en su propio juego. De
allí la revolución social, la abolición
del shogunato y de los Samurai que no habían podido rechazar
a los bárbaros y la importancia que le dan al poder económico
e industrial lo mismo que al militar. Fue simplemente el espíritu
Bushido adaptado a circunstancias modernas. E1 honor y el respeto
propio fueron los motivos primarios, y la riqueza se consideraba
en un lugar muy secundario; aunque sin duda, ahora se ha transformado
en un símboio del éxito y por lo tanto en una
prueba de la recuperación del prestigio. Entre los karatekas
más grandes del mundo, el honor y la fama siguen siendo
la mayor fuerza impulsora, pero como es tan grande la demanda
de instructores de karate, se suscitan inevitablemente fuertes
intereses financieros. Como el código feudal occidental
de caballeria está muerto y enterrado hace mucho tiempo,
tal vez sea ilógico pensar que los japoneses sigan adhiriéndose
a sus principios de Bushido por más de un siglo desde
el derrumbamiento de su raison d' etre esencial. En tal caso,
es una gran lástima. Es de esperarse que estos Samuráis
de nuestros días sigan coincidiendo con sus antepasados
Samuráis, para muchos de los cuales la pérdida
de honor conducía al Seppuku (Hara- kiri)ritual, que
señala:
"Cuando se pierde el honor, es un alivio morir; la muerte
no es sino un retiro seguro de la infamia".
Tenemos la esperanza al igual que el profesor Nitobe, de que
"el Bushido puede desaparecer como un código independiente
de ética; pero no así su poder sobre la tierra;
sus escuelas de proezas marciales u honor cívico pueden
ser derruidas; mas su lucha y su gloria sobrevivirán
por mucho tiempo a sus ruinas".