Site hosted by Angelfire.com: Build your free website today!
- Articulos -

EL AYER Y EL HOY
SENSEI JHOEL TEJADA

-“Muchacho, que haces aquí”. -“Quiero ver al maestro”
- “El maestro no te puede atender. Levántate y vete o morirás de frío aquí
afuera.”
Tal era el diálogo que se daba a la puerta de la casa de un reconocido maestro
de cualquier arte marcial, entre un sirviente del mismo y un joven que venia
desde el pueblo a buscar el conocimiento de la técnica.
Y allí permanecía por varios días, e incluso meses, hasta que era atendido por
el gran maestro, el cual lo pondría a hacer las mas extrañas tareas, le
propinaría los mas diversos y contundentes golpes en ataques sorpresa para
probar su habilidad, le recalcaría, para su vergüenza su ineptitud al
equivocarse, para luego, después de un largo tiempo de ansiosa espera, dedicarse
a la enseñanza de la técnica.
Los aprendices padecían todo tipo de suplicios para aprender la magia de la
técnica y llegar a ser como sus maestros. Eran obligados a entrenar muy temprano
en las heladas mañanas del invierno nipón, combinaban sus entrenamientos con las
tareas domesticas, y ni hablar de la limpieza y mantenimiento físico del dojo,
lo cual era completa responsabilidad de los mismos. Nada le era negado a su
maestro, y cualquier osadía o negligencia era imperdonable y recibía el castigo
inmediato. Los constantes koanes (acertijos incomprensibles) que a diario se les
pronunciaban los dejaba en el mismo medio de la confusión, y a veces pasaban
meses en el desarrollo de una misma técnica, aun cuando pensaban que ya era
bastante y que estaba perfeccionada...
Este es el origen de las practicas en el antiguo Japón. Y si bien es cierto que
el tiempo a cambiado un poco la forma de las cosas, no creo que haya podido
cambiar su espíritu.
Las actuales generaciones están acostumbradas a la obtención de un fin por los
medios mas cómodos y permisivos que encuentren. Todo lo que no se adecue a este
esquema de juicio, rápidamente es desechado y cambiado por algo mas fácil. Quizá
nos hemos dejado llevar por la tecnología, por una mentalidad occidental que se
basa en lo material, lo físico y lo temporal en vez de pasar las barreras que
nos separan de lo espiritual y lo trascendental y de esta forma nos hemos
adecuado a un arte hueco, a otra actividad mas en nuestras agendas...
¿Qué hacemos de más hoy? ¿Qué aportamos? ¿Dónde llevamos el estilo que con
tanto trabajo y sacrificio, y a través de un largo tiempo se nos ha transmitido?
¿Quiénes somos para rebajar los estándares de práctica y dedicación que a lo
largo de la linea del tiempo se han inculcado a todos los que practican un arte
marcial, y más aun, cualquier disciplina que conlleva esfuerzo y dedicación?
Y sabemos que la práctica ardua y constante hace la perfección. Con tan
sólo demostrar dedicación y esfuerzo lograremos alcanzar todas nuestras metas y
llevar con orgullo nuestro estilo, y cualquier otra actividad, hacia adelante.

JHOEL TEJADA
- Volver -