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PERDIENDO LAS MEJORES TÉCNICAS
SENSEI JHOEL TEJADA

A través de la historia, las artes marciales han sido una escena que consta de dos actores: los que poseen los conocimientos y los que los desean aprender. Convirtiéndose así en una sucesión de roles de generación en generación. Los primeros desaparecen algún día, y los segundos se convierten en los maestros. La escena nunca desaparece porque siempre ha surgido un nuevo grupo de personas interesadas, y porque siempre algunos, aunque sean solo unos pocos, se convierten en maestros. Pero, a esto nos preguntamos: interesados en que?
Y son varios los aspectos que interesan a los grupos que buscan las artes marciales: existen los que las buscan en orden de encontrar una herramienta que les permita aprender a defenderse; muchos buscan el ejercicio físico; otros buscan la disciplina y responsabilidad; algunos buscan una experiencia filosófica y espiritual; y, en el peor de los casos, muchos buscan satisfacciones personales vanas.
Sin embargo, son las técnicas, básicamente, el aspecto que despierta el mayor interés en las personas que se inician en el camino de las artes marciales. Todo practicante es instruido en un numero especifico de técnicas que le corresponden por grado, las aprende, las desarrolla al punto máximo de su eficacia personal y aspira a aprender las nuevas técnicas del próximo grado al que aspire.
Los instructores por su parte, se empeñan en traspasar a sus estudiantes los conocimientos que a su vez aprendieron de sus maestros, corregir los detalles, alentar a la practica e imponer el espíritu de disciplina para optimizar el clima del aprendizaje en el dojo (lugar de la iluminación).
No obstante, en nuestros días se han perdido algunas "técnicas" que son vitales para el desarrollo integral de todo arte marcialista .....
La primera técnica es el compromiso. Esta es una técnica que prácticamente ha desaparecido de nuestro arsenal. Puntualidad en las actividades (llegada a clases, asistencia a eventos, etc.); involucramiento en la vida del ryu (ayuda en las clases, asistencia al plantel físico, conocimiento de las situaciones particulares que afectan la actualidad de la escuela a la que se pertenece, entre otros) y por ultimo, la visión de alcanzar las metas máximas que ofrece el arte que se practica, han sido sustituidos por una apática asistencia a lo que se ha convertido en un "club social" o un simple entretenimiento para ocupar la agenda personal.
Otra técnica valiosa que se ha depositado en el closet del olvido es el conocimiento trascendental del sistema que se practica, junto con sus técnicas e historia. Esta técnica, que rige todas las otras, esta siendo reservada para algunos "fanáticos" que tienen a su cargo esta tan "innecesaria" tarea, perdiéndose así, los que tal hacen, de un enorme beneficio, pues ignoran que la técnica que desean aprender, depende de pequeños factores (lugar de origen del arte, factores de física elemental, etc.) que, todos juntos, influyen ampliamente en el correcto empleo de la técnica.
Una técnica muy sutil, que se ha ido lenta, pero seguramente degradando es la técnica del respeto. Y si bien es cierto que esta técnica se realiza por dos, (pues el respeto depende en gran parte de los conocimientos, autoridad, ejemplo, etc. de la persona que lo demanda), también es igual de cierto que este debe de estar impecable en la mente de la persona que debe tributarlo. La confianza nunca debe de confundirse con el libertinaje...
Y quizá por ultimo, una técnica que no hacemos sino una vez cada década es la técnica del compañerismo. El sacrificio por el otro, la solicitud para ayudar, el interés por el estado marcial y personal de nuestros próximos, la alegría por los triunfos han desaparecido, tristemente del panorama marcial, el cual se ha convertido en un desierto de egoísmo.
Como digo siempre a mis estudiantes:
"La técnica esta formada por muchos pequeños detalles. Perderse de los detalles, es perderse de la técnica..."
Esforcémonos por llegar a manejar estas técnicas, y las otras las dominaremos a la perfección; pues las primeras, sin las segundas, no nos sirven de mucho...

 

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