A través de la historia,
las artes marciales han sido una escena que consta de dos
actores: los que poseen los conocimientos y los que los desean
aprender. Convirtiéndose así en una sucesión
de roles de generación en generación. Los primeros
desaparecen algún día, y los segundos se convierten
en los maestros. La escena nunca desaparece porque siempre
ha surgido un nuevo grupo de personas interesadas, y porque
siempre algunos, aunque sean solo unos pocos, se convierten
en maestros. Pero, a esto nos preguntamos: interesados en
que?
Y son varios los aspectos que interesan a los grupos que buscan
las artes marciales: existen los que las buscan en orden de
encontrar una herramienta que les permita aprender a defenderse;
muchos buscan el ejercicio físico; otros buscan la
disciplina y responsabilidad; algunos buscan una experiencia
filosófica y espiritual; y, en el peor de los casos,
muchos buscan satisfacciones personales vanas.
Sin embargo, son las técnicas, básicamente,
el aspecto que despierta el mayor interés en las personas
que se inician en el camino de las artes marciales. Todo practicante
es instruido en un numero especifico de técnicas que
le corresponden por grado, las aprende, las desarrolla al
punto máximo de su eficacia personal y aspira a aprender
las nuevas técnicas del próximo grado al que
aspire.
Los instructores por su parte, se empeñan en traspasar
a sus estudiantes los conocimientos que a su vez aprendieron
de sus maestros, corregir los detalles, alentar a la practica
e imponer el espíritu de disciplina para optimizar
el clima del aprendizaje en el dojo (lugar de la iluminación).
No obstante, en nuestros días se han perdido algunas
"técnicas" que son vitales para el desarrollo
integral de todo arte marcialista .....
La primera técnica es el compromiso. Esta es una técnica
que prácticamente ha desaparecido de nuestro arsenal.
Puntualidad en las actividades (llegada a clases, asistencia
a eventos, etc.); involucramiento en la vida del ryu (ayuda
en las clases, asistencia al plantel físico, conocimiento
de las situaciones particulares que afectan la actualidad
de la escuela a la que se pertenece, entre otros) y por ultimo,
la visión de alcanzar las metas máximas que
ofrece el arte que se practica, han sido sustituidos por una
apática asistencia a lo que se ha convertido en un
"club social" o un simple entretenimiento para ocupar
la agenda personal.
Otra técnica valiosa que se ha depositado en el closet
del olvido es el conocimiento trascendental del sistema que
se practica, junto con sus técnicas e historia. Esta
técnica, que rige todas las otras, esta siendo reservada
para algunos "fanáticos" que tienen a su
cargo esta tan "innecesaria" tarea, perdiéndose
así, los que tal hacen, de un enorme beneficio, pues
ignoran que la técnica que desean aprender, depende
de pequeños factores (lugar de origen del arte, factores
de física elemental, etc.) que, todos juntos, influyen
ampliamente en el correcto empleo de la técnica.
Una técnica muy sutil, que se ha ido lenta, pero seguramente
degradando es la técnica del respeto. Y si bien es
cierto que esta técnica se realiza por dos, (pues el
respeto depende en gran parte de los conocimientos, autoridad,
ejemplo, etc. de la persona que lo demanda), también
es igual de cierto que este debe de estar impecable en la
mente de la persona que debe tributarlo. La confianza nunca
debe de confundirse con el libertinaje...
Y quizá por ultimo, una técnica que no hacemos
sino una vez cada década es la técnica del compañerismo.
El sacrificio por el otro, la solicitud para ayudar, el interés
por el estado marcial y personal de nuestros próximos,
la alegría por los triunfos han desaparecido, tristemente
del panorama marcial, el cual se ha convertido en un desierto
de egoísmo.
Como digo siempre a mis estudiantes:
"La técnica esta formada por muchos pequeños
detalles. Perderse de los detalles, es perderse de la técnica..."
Esforcémonos por llegar a manejar estas técnicas,
y las otras las dominaremos a la perfección; pues las
primeras, sin las segundas, no nos sirven de mucho...