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Los Planetas

 

 

La astrología astronómica de los babilonios fue el principal manantial del que surgió la astronomía de occidente. De ellos heredamos nuestra semana de 7 días y el día de 24 horas. El orden de los días de la semana y sus nombres tambien provienen de ellos. Entonces se conocían sólo los 5 planetas observables a simple vista (Venus, Mercurio, Marte, Júpiter y Saturno), además de la Luna y el Sol. Los babilonios asignaron el nombre del día de la semana, según el planeta que rigiera la primera hora del día, y de acuerdo a una regla que establecía un orden entre los planetas, el Sol y la Luna. Por ejemplo, si Saturno (Sábado) regía la primera hora de un cierto día, según sus cálculos el planeta que regiría la primera hora del siguiente día, sería el Sol (Domingo). El siguiente la Luna (Lunes), luego Marte (Martes), Mercurio (Miércoles), Júpiter (Jueves) y Venus (Viernes). Los nombres de los planetas con que los conocemos hoy en día, si bien fueron asignados por los babilonicos según sus propios dioses, provienen de los dioses equivalentes de la mitología romana. Los planetas no parecen haber tenido nombres especiales en la antigua Grecia.

Pero la palabra misma “Planeta”, proviene de una palabra griega que significa cuerpo errante o vagabundo. Y el nombre le viene muy bien por su vagabundeo por los cielos. Cualquiera de nosotros puede comprobar este hecho peculiar si contemplamos atentamente a un planeta durante varias noches. Lo veremos mudar de posición por entre las estrellas.

 

En la foto del cielo se dibuja un planeta en forma resaltada, para mostrar su cambio de posición sobre las estrellas de fondo, lo cual podemos apreciar semana tras semana

 

Los planetas están muchísimo más cerca que las estrellas y aunque la velocidad de movimiento de las estrellas es mayor que la de los planetas, por la distancia parecen quietas. Es similar a lo que sucede al mirar las nubes del cielo. Pueden moverse mucho más rápido que cualquier ave, pero las notamos como detenidas por su gran lejanía, mientras que vemos al pájaro pasar rápidamente.

 

Los planetas son cuerpos sin luz propia, que a semejanza de todos los muebles de nuestro hogar, los vemos porque la luz del Sol los ilumina. Cuando un cuerpo oscuro como un planeta, asteroide o luna, está cerca de una estrella, como el Sol, sucede que una cara o hemisferio se baña de luz, mientras que la otra permanece en sombras. El día y la noche, entonces, son cualidades que sólo pueden disfrutar los cuerpos sin luz propia. Las estrellas, al irradiar ellas mismas la luz por doquier, no conocen la noche.

 

En nuestro sistema solar, nueve son los planetas que se han descubierto. Mercurio, Venus, la Tierra y Marte son los más cercanos al sol y su estructura es sólida al estar constituidos principalmente de rocas (por esto se los llama planetas rocosos). Los planetas más lejanos del Sol son Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón. A excepción de Plutón, todos estos planetas lejanos gozan de propiedades únicas: son los más grandes (llamados gigantes), en su mayor parte la materia está en estado gaseoso (con pletóricas atmósferas) o líquido y todos tienen anillos a su alrededor. Plutón, el más lejano del Sol, es un extraño cuerpo, que no sigue la regla de estos gigantes. Probablemente esté revestido con hielo, y tiene una Luna tan grande para él, llamada Caronte, que bien puede decirse que ambos son dos planetas en comunión.

 

(amplíe con clic)

Fotos superpuestas de los planetas, no a escala. Los cuatro de adelante son los gigantes gaseosos Neptuno, Urano, Saturno y Júpiter. Al fondo los rocosos, Marte, la Tierra, Venus y escondido, Plutón.

 

 

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