POR FERNANDO ABAGA EDJANG
JORNADAS SOBRE GUINEA ECUATORIAL
FUNDACIÓN OLOF PALME
La
llegada del petroleo ha supuesto “una bonanza” para Guinea Ecuatorial.
Las tasas de crecimiento económico
alcanzadas estan entre las mas altas del mundo, siendo considerado “un Champion de la Croissance” por la revista Jaune Afrique
Economique.[1]
Mientras que algunos sostienen que Guinea Ecuatorial se encuentra en el
umbral de una nueva era, otros, en especial las instituciones financieras
internacionales, como el Banco Mundial han llamado la atencion de las
autoridades sobre lo que consideran el “desafío de la riqueza inesperada”.
Por su parte, el FMI en el sentido de que si la naturaleza de la gestión
y de las políticas actuales se mantienen la oportunidad única que representa
la producción de petróleo podria perderse.[2]
Mientras tanto, Guinea Ecuatorial ha perdido el anonimato y se ha
conviertido en un imán para las empresas petrolíferas que, atraídas por el
olor del “oro negro”, perciben que sus inversiones en este país son seguras
porque, según la United States Energy
Information Administration, “Guinea Ecuatorial sigue siendo un país
relativamente estable para la inversión en la región”.[3]
En
sus estudios sobre la evolución reciente de la economia de Guinea Ecuatorial,
el Banco Mundial y el FMI siempre se quedan cortos, al no especificar lo que
podría pasar en caso de que sus advertencias fueran ignoradas, como ha sido el
caso hasta ahora. Cubrir ese hueco
es el objetivo de esta presentación, en la que intentaré esbozar el futuro que
depara a Guinea Ecuatorial, si se mantienen las tendencias actuales.
Utilizaré fundamentalmente datos del FMI, que gozan de mayor fiabilidad.
A
pesar de sus deficiencias, el Modelo Harrod-Domar,
al establecer claramente la relación entre el crecimiento económico, la
inversión y el ahorro, sigue siendo un potente instrumento para estudiar la
evolución del crecimiento económico en un país. En virtud de este modelo, para crecer hay que invertir; y
para invertir hay que ahorrar. Tomando
este modelo como guía, se puede postular que las altas tasas de crecimiento
económico alcanzadas con la producción de petróleo son el resultado de
una fuerte inversión, financiada con altos niveles de ahorro.
Sin embargo, el análisis de los datos disponibles[4],
como se ve en los apartados siguientes, arroja resultados que no encajan en el
esquema Harrod-Domar.
En
1998 la economía experimento un robusto crecimiento de 71.2%, lo que justifica
el calificativo de “Champion de Croissance” aludido ya arriba. Sin embargo,
hay que destacar que, a diferencia de los países industrializados, el
crecimiento económico en los países subdesarrollados debe ser analizado
juntamente con otros factores, como es el caracter del crecimiento, los sectores
que lo generan y su distribución, entre otros.
En ese sentido, cabe resaltar la fuerte incidencia del petróleo en esta
envidiable actuación económica, ya que su exclusión reduce la tasa de
crecimiento a solo 0,2%, es decir que hubo estancamiento económico.
Además de que más de un 60% de la población todavía vive directamente
de la producción de subsistencia, lo que justifica la necesidad de esta
desagregación, la enorme diferencia en las tasas de crecimiento entre el sector
petrolífero y el sector no petrolífero constituye una prueba clara de que el
sector petrolífero no esta arrastrando a los demás en su dinamismo.
Esta revelación no debe sorprender, pues este sector produce
exclusivamente para la exportación y casi todo lo que cosume se importa.
Por lo tanto, su actividad esta vinculada más a las economías de los países
de origen de las empresas que realizan la producción, que con la economía
nacional.
A nivel de inversión, en 1998 se alcanzó una tasa de inversión de 91.5% del PIB. En los años anteriores, por ejemplo, 1997 y 1996, fue de 65,7% y 113,5% del PIB, respectivamente. En 1992 sólo fue de 24,2%. No hay duda que estamos ante una evolución favorable pues, la actual tasa de inversión supera con creces la tasa de inversión de 26% del PIB, que la Comisión Económica para Africa estima necesaria para sostener una tasa de crecimiento económico anual de 5%. Sin embargo, estas cifras no deben ser motivo de celebración, ya que una inversión equivalente al 77,1% del PIB se realizó en el sector petrolífero, mientras que la del sector no petrolífero sólo fue de 6,9% del PIB. Más decepcionante aún es el hecho de que el ahorro interno sólo fue de 9,6% del PIB en 1998, muy inferior a la tasa de inversión, lo que significa que el déficit de financiación se tuvo que cubrir recuriendo al ahorro externo, con negativas consecuencias en la deuda externa, como se verá más adelante. Es deprimente observar que esta tasa de ahorro no solo es la más baja alcanzada desde 1992, año en que fue de 10,7% del PIB, sino que, además, cuando se excluye la contribución del sector petrolífero, se obtiene una tasa de ahorro negativa para el sector no petrolífero en todo el período desde que se produce petróleo en Guinea Ecuatorial, a excepción únicamente del ano 1995. Un ahorro negativo se produce cuando se consume más de lo que se produce. Lo que estos datos revelan es que la producción del petróleo esta dando lugar al abandono de los demás sectores, lo que se conoce con el nombre de Enfermedad Holandesa.
A
medida que aumenta la produccion de petróleo asi también aumentan los ingresos
públicos. Estos se beneficiaron de
un empujón como consecuencia de la renegociación de los contratos con la
empresa Mobil Oil en 1998, lo que
resulto en un aumento en los ingresos públicos, de un 10% del valor de las
exportaciones de petróleo a un 20%.
Los ingresos públicos han subido, de 8.829 millones de F. CFA en 1992 a
75.974 millones de F. CFA, lo que representa un aumento de 760.5%! en los
escasamente seis años que van de 1992 a 1998.
Esta masiva inyección de recursos en las arcas del Estado hace posible
la eliminación del déficit público. Sin
embargo, no ha sido así, ya que los datos disponibles muestran que, a excepción
de 1997, cuando hubo un superavit de 6.296 millones de F.CFA como consecuencia
de que tanto el ingreso petrolífero como el no petrolífero se doblaron, el
espectro del déficit publico sigue planeando sobre la economía de Guinea
Ecuatorial. Pues, en 1998 éste
alcanzó los 11.651 millones de F. CFA en 1998, un nivel jamás alcanzado en la
historia económica reciente de Guinea Ecuatorial.
El caso es que con la fuerte afluencia de ingresos públicos, se ha
descontrolado el gasto público, dando lugar a lo que el FMI ha denominado
“aumento expectacular del gasto”.
Con
la desaparición del Programa de Ajuste Estructural que permitía a las
Instituciones de Bretton Woods, es
decir el Banco Mundial y el FMI, ejercer un control directo sobre el gasto
publico, han desaparecido “… la disciplina y la transparencia fiscal”, según
el FMI. Pues, cuando en años como
1992 y 1994 se lograba reducir el gasto público como medida para combatir el déficit
público, actualmente asistimos a tasas de crecimiento del gasto que no bajan de
40% al año, llegando a superar el 60%, como en 1996 y 1998.
Mas paradójico aún es el hecho de que parte de este gasto se financia
mediante la obtención de avances de las empresas petrolíferas, los cuales
ascendieron a un total de 23,7 millones de dólares en 1998, a una tasa de interés
implícita de 19%. Estos avances se
pagan mediante la retención de los ingresos por las empresas.
Esta situación dió lugar a las tremendas dificultades de caja vividas
en 1999, lo que forzo al gobierno a recurrir al credito del BEAC, el cual, para
el mes de abril de 1999, ya habia alcanzado su techo máximo equivalente al 20%
de los ingresos públicos de 1998.
La situación de la Balanza de Pagos, que recoge las transacciones de Guinea Ecuatorial con el resto del mundo, es igualmente de preocupante como la del prespuesto público. A pesar del fuerte aumento de las exportaciones gracias al petróleo, las importaciones crecen con más rapidez, lo que no permite eliminar el crónico déficit en la balanza de pagos que se viene arrastrando desde hace decadas. La cuenta corriente de la balanza de pagos ha alcanzado niveles insostenibles, es decir el 81,9% del PIB en 1998, cuando en 1992 solo era de un 13.1% del PIB. Esto no debe sorprender, pues como se ha dicho arriba, el sector petrolífero tiene pocos vínculos con la economia nacional, por lo que tiene que importar casi todo lo que consume. En consecuencia, de los 659,9 millones de dólares invertidos por las empresas petroliferas en 1998, solo 6,5 millones de dólares se gastaron localmente. Y para empeorar las cosas, al poner todos los huevos en una canasta, y como consecuencia de la caída de los precios del petróleo en 1998, se aceleró el deterioro en los términos de intercambio inciado en 1996, a la vez que el F. CFA experimentaba una apreciación de 25% en términos reales efectivos durante el período 1994-1998. Ya que la cuenta de capital no lograr cubrir el déficit en la cuenta corriente, el déficit en la Balanza de Pagos, que bajó de 16,8 millones de dólares en 1994 a sólo 3,9 millones de dólares en 1996, aumentó a 12,2 millones de dólares en 1998. Este deficit se financió fundamentalmente, acumulando atrasos en el servicio de la deuda externa.
A
nivel de la deuda externa, la llegada del petróleo no parece haber tenido el
impacto que de él se esperaba. Pues,
la deuda externa de Guinea Ecuatorial todavía era de 263.5 millones de dólares
en 1998, cuando en 1992, cuando se inicia la exportación de petróleo, sólo
era de 221.1 millones de dólares. En
términos relativos sólo representa el 57.7% del PIB, lo que es una drástica
reducción respecto de los niveles de 1992, cuando era de 146,6% del PIB.
No obstante, esta reducción en cuando al peso de la deuda externa se
debe principalmente al aumento del PIB, lo que explica tambiéºn que el
servicio de la misma haya bajado, tanto respecto de las exportaciones como del
gasto público, que actualmente son de 4,3% y 15,3%, respectivamente, cuando en
1992, eran de 44,9% y 78,3%, respectivamente.
De todos modos, constituyen aceptables indicadores de solvencia y
liquidez, en el sentido de que Guinea Ecuatorial debería ya poder hacer frente
al servicio de sus obligaciones con sus acreedores externos y mejorar su
cridibilidad. Por el contrario, lo
que se observa es que como consecuencia de la desfavorable evolución de la
Balanza de Pagos y de la dificultad de financiar el deficit público generado
por un gasto desenfrenado, y a pesar de haber recurrido al BEAC, como se ha
dicho arriba, el gobierno todavía no pudo cuadrar sus cuentas, por lo que se
acumularon atrasos en el servicio de la deuda externa, que en 1998 alcanzaron
los 48,2 millones de dólares.
Con
las altas tasas de crecimiento económico actuales, la renta per cápita se ha
elevado a 1.109 dólares, lo que sitúa a Guinea Ecuatorial en el grupo de países
de ingresos medios, según la clasificación del Banco Mundial.
En consecuencia, Guinea Ecuatorial ha perdido su derecho a los créditos
blandos de la AIF. Pero, cuando se excluye la producción del petróleo, la
renta per cápita se reduce a sólo 420 dólares.
Teniendo en cuenta que más de un 60% de la población todavía vive de
las actividades de subsistencia, estas diferencias en la renta per cápita es un
buen indicador del nivel de desigualdad que existe, constituyendo, de hecho, una
medida de la acentuacion de la misma. Efecivamente,
el Banco Mundial ya calculó en 1995 que solo el 5% de la población controlaba
el 80% de la riqueza nacional, mientras otras fuentes estiman que un 60% vive en
la pobreza absoluta, con una esperanza de vida al nacer de 50 años, una Tasa de
Mortalidad Infantil de 109/1000, y una tasa de alfabetización de 50.2%, ademas
de con unos altos niveles de malnutrición, ya que solo un 25% de la población
satisface la dieta diaria necesaria. Para
Adam Smith “ninguna sociedad puede ser floreciente y feliz, cuando la mayor
parte de la población es pobre y miserable”.
Del mismo modo, el filósofo John Rawls establece como criterio para
medir la evolución del bienestar de un país, el nivel de bienestar del
ciudadano mas pobre. Obviamente, el analisis realizado demuestra que la
mayor parte de la poblacion de Guinea Ecuatorial no ha sentido hasta ahora los
efectos de la celebrada “bonanza”. Lo
que estamos viendo es que, a nivel
de la renta per cápita, Guinea Ecuatorial ya pertenece al grupo de los países
con ingresos medios, mientras que a nivel de los demás indicadores socioeconómicos,
se trata de un País Menos Adelantado.
Los
resultados presentados arriba se desvian enormemente de la lógica económica convencional. Lo que esta ocurriendo no es lo que debería ocurrir.
Y es que una fuerte expansión de la actividad económica como la que atraviesa Guinea Ecuatorial
en estos momentos y durante tantos años,
con las diminutas dimensiones territoriales y demográficas de este país, deberían
haber dado lugar a una situación
totalmente diferente de la que estamos viendo.
Por el contratrio, la economía sigue soportando el yugo de los
desequilibrios internos y externos, saber: a) los crónicos déficit público y de la balanza de pagos, b) la creciente deuda
externa, y c) la expansión
de la pobreza relativa, a medida que unos se enriquecen mientras que otros se
empobrecen.
En
vista de lo que antecede, cabe preguntarse, pues, cómo es posible tal ruptura con la lógica. Tanto
Pigout, como Marshall y Keynes dejan bien claro que una teoría económica
que no tenga una aplicación
inmediata en la vida real, no sirve para nada.
Se sabe que la aplicación
de la teoría económica
se realiza en el campo político, por los políticos, mediante la adopción de unas políticas económicas determinadas. También se sabe que la naturaleza de las políticas depende
de la ideología de la clase gobernante. Los economistas solo pueden asesorar,
aconsejar, orientar, efectuar los análisis necesarios para sostener una toma
racional de decisiones por los políticos.
Por esta razón,
en el debate sobre las cuestiones de desarrollo la atención se está centrando ultimamente en la problemática
de la gobernabilidad, que Tessy Bakary define como “la gestión imparcial y
transparente de los asuntos públicos a través de un régimen político
comunmente aceptado como constitutivo de la autoridad legítima, cuyo fin es
promover y mejorar los valores sociales”.[5]
Pues, según Bakary, la naturaleza de la gobernabilidad en un país tiene
una fuerte incidencia en la economía, a través de los siguientes factores
estrechamente vinculados al gobierno:[6]
·
El tamaño del gobierno,
·
El papel del Estado en la economía,
·
La competencia y la efectividad del gobierno en satisfacer las
expectativas de la población,
·
Los instrumentos que utiliza el gobierno para promover el desarrollo,
·
La calidad de liderazgo,
·
La legitimidad y la representatividad del gobierno
Efectivamente, según el FMI, la paradoja económica que se ha presentado arriba se debe a la existencia de “graves debilidades en los procedimientos presupuestarios y de gobernalidad; la ausencia de un compromiso para controlar el gasto; la persistencia de gastos extrapresupuestarios, los cuales perjudican la integridad del ejercicio prespuestario asi como la posibilidad de disenar y ejecutar una politica economica sana”. Del mismo modo, la Junta de Directores del FMI expresó su preocupación por “las persistentes debilidades en la politica economica, la gestion macroeconomica y la gobernabilidad.” Se trata aquí de canciones que vienen cantando desde hace años, no sólo el FMI y el Banco Mundial, sino todos los demás organismos mulitilaterales y bilaterales, incluyendo propuestas concretas para superar esta situación, dejando bien claro que la producción de petróleo representa una oportunidad única que se puede perder si no se adoptan las medidas correspondientes para superar las deficiencias señaladas arriba. La naturaleza de la gestión económica así como sus resultados no deja ningún lugar a dudas sobre cual ha sido el nivel de aceptación de estos consejos: han caído en un saco roto. Por lo tanto, la explicación a la situación económica presentada anteriormente hay que buscarla en el campo político, más concretamente en el sistema político existente en el país.
El
Neopatrimonialismo y la Asignacion Suboptima de los Recursos
En Guinea Ecuatorial existe un sistema político neopatrimonial. Max Weber lo define como aquel sistema en que “el objeto de la obediencia es la autoridad personal del gobernante, que disfruta en virtud de su status tradicional, de la lealtad de sus sujetos.”[7] Para Montesquieu, se trata de un régimen en que “…una persona sin ley y sin normas lleva todo según su voluntad y capricho."[8] Las características de este régimen, según Callagy, Jackson and Rosberg, son:[9]
·
Una autoridad ejecutiva altamente centralizada en torno a un monarca
presidencial o líder militar;
·
El apoyo al gobernante por autoridades y cuadros administrativos basado
en una relación de patrón-cliente, mediante recompensas financieras, el acceso
al poder y las posiciones de privilegio;
·
El Estado representa la mejor avenida
para subir y adquirir status, poder y riqueza;
·
La ausencia de normas institucionalizadas y de contrapesos
constitucionales, la centralización del poder, así como la existencia de límites
a nivel de los derechos políticos de la población;
·
La autoridad indiscutible del gobernante, sin límites constitucionales
en cuanto a su permanencia en el poder, y el disfrute del poder absoluto, el
honor, la riqueza y el prestigio;
·
Un gobierno autoritario, con la monopolización del poder.
También
se puede mencionar como característica adicional de los regimenes
neopatrimoniales la desconfianza en los datos, el análisis de los mismos, que
se considera una actividad “subversiva”, y en los que manejan los datos y
realizan los análisis, que se consideran “subversives”..
Y aquí encaja el que se me considere un “hombre peligroso” y se me
acusara de “atentado contra la paz y la estabilidad politica del país” a raíz
de un estudio que realicé en mayo de 1999, sobre las consecuencias económicas
del petróleo[10].
Estas
características determinan que el sistema económico este totalmente fundido en
el sistema político, encarnados ambos en la figura del gobernante, lo que
limita fuertemente el funcionamiento del sistema de libre mercado, que es el
sistema económico oficial de Guinea Ecuatorial. Por otra parte, la profunda distribución desigual de la
renta otorga una influencia determinante en las decisiones de qué se produce, cómo
y para quién, fundamentales en todo sistema económico, a aquellos en cuyas
manos se concentra la riqueza nacional.
Por lo tanto, el sistema económico resultante se caracteriza de una
fuerte intervencion del gobierno en la actividad economica, distorsionando el
mecanismo de los precios, fundamental en una economía de libre Mercado.
En consecuencia, los precios ya no reflejan la verdadera escasez de los
productos y de los factores de producción y ya no pueden servir como mecanismo
eficaz para transmitir la información, como lo concibió Frederich A.
Von Hayek.[11]
En este sistema distorsionado, la armoniosa mano invisible de Adam Smith
ha sido sustituida por un estrangulador pie visible, resultando en una asignación
subóptima de los recursos, generando crisis internas y asimilando aquellas que
surgen más allá de nuestras fronteras. Abundan
ejemplos de este fenomeno:
·
La mayor parte de los profesionales formados con los escasos recursos
del pais, se encuentran fuera del mismo,
lo que lo priva de sus servicios;
·
Se da prioridad a las actividades productivas intensivas en capital, en
detrimento de aquellas que son intensivas en mano de obra, como podría ser la
industria manufacturera, resultando en un crecimiento que no genera empleo;
·
La asignación de crecientes cantidades de divisas a la importación de
alimentos, cuando el pais dispone de favorables condiciones climatológicas y de
suelos que son capaces de sostener un desarrollo agrícola importante;
·
La asignación de escasos recusos a la importación de bebidas alcohólicas,
casi en cantidades iguales a las destinadas a la importación de productos
alimenticios, en un país en que sólo el 25% de la población satisface la
dieta alimenticia diaria;
·
La realización de fuertes inversiones en la construcción para la
ostentación, cuando los hospitales, las escuelas, ademas de las
infraestructuras de apoyo a las actividades productivas están deterioradas;
·
La asignacion preferente del crédito interno al sector público, en
detrimento del sector privado lo que, en combinación con un entorno
generalmente desfavorable para el desarrollo del sector privado, retarda su
despeque;
·
En definitiva, la preferencia del corto plazo, en detrimento del largo
plazo en la toma de decisiones económicas, en un contexto lleno de
incertidumbre y especulación.
El
concepto de “alternativas” conlleva otros dos conceptos: a) la libertad de
elegir, y b) pronosticar el futuro. Robert
L. Heilbroner, en su esfuerzo por explicar por que los economistas no
aparecieron antes del siglo XVIII, postula que eso se debe a que las decisiones
económicas se tomaban en el contexto de la tradición o través de sistemad
económicos autoritarios. En el
primero, la tradición dicta lo que se produce, para quién y como; mientras que
en el segundo, lo hace una autoridad
investida de poderes absolutos. Según
Heilbroner, en sistemas de este tipo, al ser simples, no hacen falta los
economistas, pues no hay nada que estudiar ni explicar.
En ese sentido, asocia la aparición de los economistas con el
advenimiento del sistema de libre mercado, por su complejidad.[12]
Del mismo modo, Amartya Sen, Premio Nobel de economía en 1998, asegura
que el desarrollo se puede concebir como el proceso de ampliación de
libertades, aclarando que “el desarollo requiere la eliminación de los
factores que limitan libertad, a saber: la pobreza y la tiranía, las
insuficientes oportunidades económicas así como la privación social sistemática,
el descuido de los servicios públicos así como la intolerancia o la excesiva
actividad de los Estados represivos.” [13]
Por lo tanto, para que haya desarrollo, hay que crear un ambiente de libertades,
según Sen.
Por su parte, Yorick Blumenfeld explica que “el estudio de nuestros posibles futuros no solo puede mejorar nuestra abilidad para comprender lo que esta occuriendo en un contexto histórico más amplio, sino que además puede dotar a nuestros actos de una conciencia mayor y un sentimiento de participación. Ampliando nuestro espectro de lo que llamo ‘verosimilitud’ constituye un reto, ya que haciendolo podemos al final, influir en los resultados. A través de estas piezas puedes participar en muchos niveles en el proceso creativo de imaginar un mundo mejor.”[14] Se puede deducir del pensamiento de Blumenfeld que el estudio de lo que el futuro depara para nosotros tiene que hacerse en un contexto de libertades para que valga la pena.
Finalmente,
el economista Joseph Stigler, tras analizar la actuación de varios destacados
economistas durante siglos, llega a la conclusión de que el papel del
economista en la sociedad es de predicar, que define como “hacer razonadas
criticas o recomendaciones sobre el comportamiento de personas o grupos de
personas.”[15]
Pienso que Keynes pensaba lo mismo cuando afirmo que un buen economista
debe “ser matemático, historiador, hombre de Estado, filósofo…Debe
entender los símbolos y hablar en palabras. Debe contemplar lo particular en términos
de lo general, tocar lo abstracto y lo concreto en el mismo vuelo de
pensamiento. Debe estudiar el
presente en vista del pasado para los propósitos del futuro.
Ningún aspecto de la nauraleza humana o de sus instituciones debe
quedarse totalmente fuera de su vista…”[16]
Tanto Stigler como Keynes nos enseñan que sólo en un ambiente de libertades un
economista puede serlo y desempeñar su papel.
De
lo arriba expuesto, se puede deducir que en los regimenes neopatrimoniales, al
brillar la libertad por su ausencia, no se puede hablar de alternativas económicas.
En ese sentido, esta claro que la situación económica de Guinea
Ecuatorial seguira igual, por mas petroleo que se produzca, siempre y cuando que
el contexto político que lo sostiene permanezca igual.
Por lo tanto, no hay alternativas económicas.
No obstante, si pudieran existir estarían vinculadas a la evolución política
del país. Por lo que, en vez
de alternativas económicas, es más pertinente hablar de las alternativas políticas
a las que puede desembocar el contexto actual, teniendo siempre presente que el
sistema económico esta fundido en el sistema político.
El Futuro: Diferentes
Escenarios
Para examinar las alternatives politicas que ofrece el futuro de Guinea Ecuatorial, he recurrido al economista ghanes George Ayittey quien, al estudiar los procesos de transformaciones políticas en Africa, distingue tres escenarios. Estos son: a) el Escenario “Doe”, b) el Escenario “Kereku”, y c) el Escenario “Eyadema”. Como se puede ver, estos escenarios llevan los nombres de destacados dictadores Africanos: Samuel Doe, de Liberia; Mathiew Kereku, de Benin; y Gbasimbe Eyadema, de Togo. En su configuración, estos escenarios se presentan como sigue:
En
este escenario, el gobernante se niega rotundamente a aceptar las demandas
populares a favor de la democracia. En
consencuencia, provoca la destructión de su país. Este escenario se ha desarrollado en Liberia (Samuel Doe),
Mali (Mousa Traore), Etiopía (Mengitsu Mariam), y se espera que se repita en
los siguientes países: Argelia,
Camerun, Djibouti, Guinea Ecuatorial, Libia, Malawi, Sudán, Tunez y Uganda.
Este escenario se refiere a aquellos casos en que el dirigente es prudente, por lo que cede a las demandas populares y se aparta del poder. Al hacerlo, salva a su país de la destrucción. Los casos más emblemáticos son: Benin (Kereku), Congo Brazzaville (Sassou Nguesso) y Cabo Verde (Pereira). Dos de los dirigentes apartados del poder han vuelto a tomarlo desde que Ayittey publicara su libro, a saber: Kereku, mediante elecciones democráticas; y Sassou Nguesso, mediante la violencia, provocando la destrucción de su país.
Aquí,
el dirigente primero cede como consecuencia de las presiones nacionales e
internacionales. Luego, intenta
manipular las reglas del juego democrático a su favor.
Destacan bajo este escenario: Angola, Burkina Faso, Costa de Marfil,
Mozambique, Nigeria, Ruanda, Sierra Leona, Tanzania, Togo, Zaire, Zambia,
Zimbabwe
Ayittey
concluye con un veredicto de doble vertiente, uno feliz y otro no tan feliz, a
saber: a) por más resistencia que pongan los dictadores, al final sucumben, y
b) cuanto más resistan a la necesidad de cambio, mayor sera la destrucción del
país.[17]
Lo hemos visto en Liberia, Somalia y lo estamos viendo en Zaire, solo
para mencionar unos ejemplos. Y Costa de Marfil, que hasta diciembre de 1999 muchos
consideraban el país más estable de Africa Subsahariana, ha dado ya los
primeros pasa su destrucción. En
ese sentido, la inclusión de Guinea Ecuatorial en el “Escenario Doe” y la
resistencia ferrea que ofrece el status
quo a la idea de reforma a pesar de las recomendaciones de las instituciones
internacionales y de las voces internas que claman por mayores espacios de
libertad, hacen de este pais un candidato a la destrucción.
Este es el futuro inmediato que pronostico para Guinea Ecuatorial:
convulsiones y caos. Ya no tenemos
escapatoria!
La
creciente producción de petróleo esta creando una especie de espejismo, al dar
la sensación de que una profunda transformación de la economía está en
curso, cuando en realidad el sector no petrolífero, del que depende la mayor
parte de la población está sufriendo un estancamiento, con un impacto negativo
en los niveles de vida de las personas.
Pues, el advenimiento del petróleo ha acentuado el caracter dual de la
economía, en que el dinámico sector petrolífero se desenvuelve al margen del
resto de la economía nacional, con evidencias claras de que la Enfermedad
Holandesa ya es una realidad. Es
débil la capacidad nacional para establecer mayores vínculos entre ambos
sectores y no se percibe la voluntad para tal fin.
Precisamente, no se ha aprovechado el abundante asesoramiento ofrecido
por las institucionales internacionales y bilaterales y se ha resistido
ferreamente a la condicionalidad de la ayuda, prefiriendo vivir sin ella y
aceptando las consecuencias que el resultante brusco recorte de la misma ha
acarreado para la vulnerable población, a la vez que un sector minoritario de
la misma se enrique rapidamente gracias a la producción del petróleo.
De
este estado de cosas, solo puede resultar una catástrofe, tal como ha ocurrido
en otros países. Pues, la situación
se hace cada vez más insostenible a medida que aumenta la tension interna.
Montesquieu afirma que un Estado despotico “…estará en situación óptima
cuando pueda considerarse único en el mundo, rodeado de desiertos y separado de
otros pueblos.” También asegura que “así como el principio del gobierno
despótico es el temor, su fin es la tranquilidad, pero no es esta la paz, sino
el silencio de las ciudades que el enemigo va pronto a ocupar”. [18]
En esta época del Internet, de las antenas parabólicas, de los aviones
supersónicos, el necesario aislamiento para perpetuar la odisea económica de
Guinea Ecuatorial ya no existe.
Abaga
Edjang, Fernando, El Sistema Economico de un Pequeno Estado Neopatrimonial,
a ser publicado proximamente.
Abaga
Edjang, Fernando, Las Consecuencias Economicas del Petroleo:
Del “Boom” a la Quiebra, presentado en las Jornadas sobre Guinea
Ecuatorial celebradas en Leganes, en Mayo de 1999.
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Richard, The Politics of Africa’s Economic Stagnation, Cambridge
University Press, Cambridge, U. K., 1985.
Sen,
Amartya, Development as Freedom, Anchor Books, New York, 1999.
Stigler,
George, El Economista como Predicador y Otros Ensayos, Folio, McGraw Hill
Books Company, New York, 1987.
United
States Energy Information Administration, Equatorial Guinea, November,
1999.
[1] Ver suplemento Jaune Afrique Economique, 19/10-1/11, 1998.
[2] Ver Fondo Monetario Internacional, Ayuda Memoria, Malabo, 1996.
[3] United States Energy Information Administration, Equatorial Guinea, November, 1999.
[4] Los datos utilizados en este analisis proceden de documentos del Fondo Monetario Internacional, en concreto: International Monetary Fund, Equatorial Guinea: Statistical Appendix, January 14, 1998; International Monetary Fund, Equatorial Guinea: Recent Economic Developments, IMF Staff Country Report No. 99/113, October, 1999; y International Monetary Fund, Public Information Notice (PIN) No. 99/86, August 30, 1999. Todos estos documentos se publican en la website del FMI, de donde se pueden obtener con facilidad.
[5] Bakary, Tessy, “An Ambiguous Adventure: Transition from Authoritarian Rule and Economic Reforms in Africa”, en USAID, Economic Reform in Africa’s New Era of Political Liberalization, Proceedings of Workshop for SPA, April 14-15, 1993, Washington D. C.
[6] Ibid.
[7] Citado en Healy, John and Robinson, Mark, Democracy, Governance and Economic Policy, Overseas Development Institutue, London, 1992, pagina 27.
[8] Montesquieu, Del Espiritu de las Leyes, 3a. Edicion, Editorial Tecas, Madrid, S. A., 1995, pagina 11.
[9] Un analisis mas elaborado de estas caracteristicas se presenta en Abaga Edjang, Fernando, El Sistema Economico de un Pequeno Estado Neopatrimonial, a ser publicado proximamente.
[10] Ver Abaga Edjang, Fernando, Las Consecuencias Economicas del Petroleo: Del “Boom” a la Quiebra, presentado en las Jornadas sobre Guinea Ecuatorial celebradas en Leganes, en Mayo de 1999.
[11]Ver Hayek, Frederich, A., “The Price System as a Mechanism for Using Knowledge”, en Morris Bornstein, Comparative Economic Systems: Models and Cases, Richard D. Irwin, Inc., Homewood, Illinois, 1985, paginas 29-40.
[12] Este argumento se desarrolla ampliamente en Heilbroner, Robert L., The Worldly Philosophers: The Lives, Times and Ideas of the Great Economic Thinkers, Revised seventh Edition, A Touchstone Book, Simon & Schuster, New York, 1999.
[13] Para mas detalles, ver Sen, Amartya, Development as Freedom, Anchor Books, New York, 1999.
[14] Blumenfeld, Yorick, ed., Prospect for Tomorrow: Scanning the Future, Thames & Hudson, New York, 1999.
[15] Stigler, George, El Economista como Predicador y Otros Ensayos, Folio, McGraw Hill Books Company, New York, 1987.
[16] Citado en Heilbroner, pagina 285.
[17] Para mas informacion sobre estos escenarios y sus consecuencias, ver Ayittey, George, Africa Betrayed, St. Martin’s Press, New York, 1992.
[18] Ver Montesquieu, pagina 45.