sin encuentro con Cristo no hay cristianismo
Y les ofrece los medios para hacer esa
experiencia
CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 1 marzo 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha escrito una misiva a los jóvenes
del mundo para explicarles que no hay cristianismo sin encuentro con Cristo y
presentarles los medios que les permiten encontrarse con él.
Es la
propuesta central del mensaje que ha escrito con motivo de la próxima Jornada
Mundial de la Juventud, que se celebrará en las diferentes diócesis del mundo el
próximo Domingo de Ramos, 4 de abril de 2004.
Con estas líneas,
publicadas por la Sala de Prensa del Vaticano este lunes, el pontífice lanza la
recta final de preparación de las Jornadas de la Juventud que a nivel mundial se
celebrarán en agosto de 2005 en la ciudad alemana de Colonia.
«Queremos
ver a Jesús» es el tema del mensaje pontificio que retoma la petición que
presentaron a los apóstoles unos griegos en el Evangelio. El deseo más sentido
del Papa para los jóvenes de hoy es precisamente el de emprender esa misma
búsqueda.
«Ante todo haced silencio en vuestro interior --les aconseja
desde la altura de sus 83 años--. Dejad que emerja desde lo profundo del corazón
ese ardiente deseo de ver a Dios, deseo en ocasiones sofocado por los ruidos del
mundo y por las seducciones de los placeres».
«Dejad que emerja ese
deseo y haréis la maravillosa experiencia del encuentro con Jesús --añade--. El
cristianismo no es simplemente una doctrina; es un encuentro en la fe con Dios,
presente en nuestra historia con la encarnación de Jesús».
El Santo
Padre presenta a continuación los medios con los que los jóvenes pueden
encontrarse con Cristo vivo.
«Buscadle con los ojos de la carne en los
acontecimientos de la vida y en el rostro de los demás --les aconseja--; pero
buscadle también con los ojos del alma a través de la oración y de la meditación
de la Palabra de Dios, pues la contemplación del rostro de Cristo se centra
sobre todo en lo que de él dice la Sagrada Escritura».
El sacramento de
la presencia real de Jesús, la Eucaristía, es el otro medio que el obispo de
Roma presenta, así como descubrir a Cristo «en vuestros hermanos y hermanas, en
particular en los más pobres».
«¡El mundo tiene necesidad urgente del
gran signo profético de la caridad fraterna! --reconoce el mensaje--. No es
suficiente, de hecho, "hablar" de Jesús; en cierto sentido hay que hacérselo
«ver» con el testimonio elocuente de la propia vida».
«Amar no es sólo
un sentimiento; es un acto de voluntad que consiste en preferir de manera
constante el bien del otro al bien propio» --explica citando las famosas
palabras de Jesús-: «Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus
amigos».
Por último el Papa invita a los jóvenes a encontrara a Cristo
«en la Iglesia», que «es como la prolongación de su acción salvadora en el
tiempo y en el espacio».
«En ella y por medio de ella Jesús sigue
haciéndose visible hoy y haciendo que le encuentren los hombres», les explica
pidiéndoles que hagan de sus parroquias, movimientos y comunidades... lugares de
acogida.
«Dios se sirve de la amistad humana para llevar los corazones
al manantial de la caridad divina --concluye el Papa--. Sentíos responsables de
la evangelización de vuestros amigos y de todos los de vuestra edad».
ZS04030105