17 de marzo

29 de marzo del 2003

La pugna entre las potencias sobre Irak

Isaac Bigio
Analista Internacional

Washington y Londres necesitan ponerse de acuerdo sobre cual ha de ser la administración de un hipotético Irak post-Saddam. La ambición de Bush es la de crear un protectorado encabezado por civiles y militares estadounidenses y afianzado en 'virreyes' locales. Blair busca presionarlo para que de paso a una mayor participación de su país y de Naciones Unidas.

Otro elemento en cuestión es la relación con Israel. Blair pide que como precio a su apoyo EEUU implemente rápidamente un plan a fin de establecer un pequeño estado palestino. Bush de palabra le consiente pero está bajo la presión del poderoso lobby sionista y de su amigo Sharon quien ha puesto en su gabinete a ministros que abiertamente plantean la anexión total y la limpieza étnica del grueso de los 4 millones de árabes de los territorios que Israel detenta u ocupa. A la postre él debe escoger entre su aliado Sharon o Bush, el primero tiene más peso interno en EEUU y el segundo le es importante para su política externa.

Resulta difícil que el gabinete halcón israelí acepte alguna formula de estado palestino, algo de la cual se oponen en principio Netanyahu y dos de los cuatro miembros de la coalición gobernante. Para éstos habría que aprovechar la guerra y la ansiada derrota del mayor promotor del panarabismo para sofocar a la autoridad nacional palestina. Blair necesita mostrar progresos en el conflicto árabe-hebreo para no afectar su política externa y producir m'as rebeliones de las que ya tiene en su partido laborista.

Francia y Rusia no quieren que el financiamiento de la reconstrucción post-bélica de Irak caiga fundamentalmente en manos de Naciones Unidas. Aducen que los responsables de un ataque unilateral deberían contribuir más. Mientras tanto la posición gala se endurece y Chirac pode el inmediato cese a las hostilidades.

Tras la pugna en el consejo de seguridad se esconde la rivalidad entre las petroleras francesas y rusas con buenas relaciones comerciales con Bagdad y la de las corporaciones anglo-americanas que quisieran beneficiarse de una nueva administración estadounidense en el principal yacimiento de oro negro entre Arabia Saudita y Asia central.


(*) Isaac Bigio es un analista internacional formado en la London School of Economics & Political Sciences. En ésta, considerada la principal universidad internacional especializada en ciencias sociales, él ha obtenido grados y postgrados en Historia y Política Económica, y ha enseñando.

Su especialidad son países en conflicto y transición entre distintos sistemas sociales. Ha pasado por las aulas del Instituto Europeo, la Escuela de estudios Asiáticos y Orientales, la escuela de Estudios Eslávicos y Europeo Orientales así como en otras dependencias de la Universidad de Londres.

Sus artículos han sido publicados en unos 200 medios en 5 continentes. En 1998 obtuvo 2 Premios significativos: el de la Excelencia de Dillons-Waterstone (la mayor librería británica), y el E.H. Carr del Departamento de Política Internacional de la Universidad de Gales, Aberyswyth (el primer departamento de dicha disciplina en el mundo).


Tomado de www.mbr200.com

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