17 de marzo

México D.F. Sábado 15 de febrero de 2003

La estación de la estupidez

Molly Ivins
La Jornada

"Cada pistola que se fabrica, cada barco de guerra que se lanza al mar, cada cohete que se dispara implica, en el sentido último, un robo hacia aquellos que tienen hambre y no son alimentados; aquellos que padecen frío y no son arropados".
Dwight David Eisenhower, 6 de abril de 1953.

Las noticias no son buenas. Osama Bin Laden quiere que invadamos Irak. Estamos en código de alerta naranja. La economía se está hundiendo. Gastamos mil 80 millones de dólares al día en el ejército.

El presidente quiere una reducción de impuestos por 674 mil millones de dólares. Durante el primer año en que esta medida esté en vigor, 50 por ciento de dicho recorte beneficiará al uno por ciento más rico de la población estadunidense y tres cuartas partes irán al 5 por ciento más rico. En los próximos años, esta concentración en la cima empeorará, según la agrupación Ciudadanos por la Justicia Fiscal.

Para pagar por estas exenciones fiscales, el presidente quiere incrementar las rentas en los hogares subsidiados destinados a los más pobres del país, así como descentralizar programas de vivienda como Head Start, para que sean administrados por los estados, cuyos gobiernos ya están haciendo desesperados recortes donde pueden. El dinero destinado a pagar todo, desde labores de limpieza y fondos para la niñez están siendo recortados para cubrir estas obscenas exenciones fiscales.

Estamos a punto de ir a la guera con un país que jamás ha disparado contra nosotros ni contra nadie más. Nuestro plan de guerra requerirá que en el "shock y sorpresa" a Irak, sean arrojados 800 misiles Crucero sobre Bagdad en las primeras 48 horas de guerra. Esto es, un misil cada cuatro minutos, noche y día. Según Harlan Ullman, el "intelectual de defensa" que promueve la táctica de "shock y sorpresa", esto debe funcionar igual que la bomba atómica sobre Hiroshima. Eso sirvió de mucho, desde luego.

Durante la pasada Guerra del Golfo, matamos a 13 mil civiles de manera directa, mientras otros 70 mil murieron a consecuencia de dicha guerra, por falta de agua, alimentos, electricidad, atención médica, etcétera. A mí me gustaría deshacerme de Saddam Hussein, ¿pero cuántas vidas costaría eso? Y esas personas que morirían, ¿tendrían derecho a votar sobre el tema?

Mientras tanto, los integrantes de Al Qaeda, quienes de hecho nos atacaron, siguen corriendo por doquier y preparándose para entregar "paquetes". Corea del Norte está ocupada desarrollando su poderío nuclear. Todos nuestros aliados creen que estamos equivocados, aun cuando sus gobiernos hayan sido forzados a apoyarnos. Cuando todos tus amigos creen que estás a punto de hacer algo estúpido, es muy sabio detenerse y escucharlos.

Lo que esta administración nos hace creer que es diplomacia es apabullante. En el nombre del cielo, ¿qué estamos haciendo al permitir que gente como Richard Perle hable en nuestro nombre? Según la agencia Upi, Perle -director del buró de asesoría política del Pentágono- dijo el pasado martes que "Francia ya no es un aliado de Estados Unidos y la alianza de la OTAN debe desarrollar una estrategia para contener a nuestro alguna vez aliado, pues de lo contrario no hablaremos más de una alianza de la OTAN". ¿Es que estas personas nada saben de cómo se conduce un diálogo entre naciones civilizadas? ¿No podrían al menos leer el libro de superación personal Cómo ganar amigos e influir en las personas?

Tengo noticias para Perle. Nuestros aliados tienen gobiernos democráticamente electos. Sus pueblos se oponen mayoritariamente a esta guerra. ¿Qué cabría esperar de sus gobiernos entonces? El sentimiento antibélico en Gran Bretaña es compartido por 47 por ciento de la población y tiende a incrementarse, además de que 81 por ciento opina que es esencial que la ONU apruebe una resolución antes de emprender cualquier acción militar. Esto coloca a nuestro amigo Tony Blair en riesgo electoral.

En Turquía, 88 por ciento se opone a toda la idea de la guerra, pero su nuevo gobierno ha sido literalmente sobornado para unirse a nosotros. ¿Se imagina alguien lo que nos depara el futuro ante estos sondeos?

Si 88 por ciento de los estadunidenses estuvieran opuestos a esta guerra, ¿creen realmente que nos lanzaríamos a ella? ¿Querría alguien que lo hiciéramos? Perle calificó a Gerhard Schroeder, de Alemania, de "canciller desprestigiado". Y el siempre carente de tacto Donald Rumsfeld incluso logró echar en el mismo costal a Alemania con Cuba y Libia. ¿Es que no tenemos ya suficientes enemigos y por eso andamos por ahí insultando a nuestros amigos?

Sonamos tan belicosos y arrogantes como las facciones antiestadunidenses en Europa nos acusan de ser.

La audiencia que dio esta semana el Comité de Relaciones Exteriores del Senado reveló que prácticamente no existen planes para un Irak posterior a Saddam. "¿Quién gobernará Irak y cómo?", preguntó el senador Richard Lugar. "¿Quién se encargará de la seguridad? ¿Cuanto tiempo podrían permanecer en el territorio las tropas estadunidenses? ¿Qué papel jugará la ONU? ¿Quién administrará los recursos petroleros iraquíes? A menos que la administración estadunidense pueda responder detalladamente a estas preguntas, la preocupación que comparten gobiernos árabes y europeos, así como buena parte del público estadunidense, sobre nuestra 'capacidad de permanencia' sólo se incrementará". El Departamento de Defensa ha estado moviendo tropas en la región de Medio Oriente durante meses, pero abrió una oficina de planeación de posguerra apenas hace tres semanas.

Y como última mala noticia para cerrar el día: el movimiento antibélico ha hecho algo vergonzoso al negarse a permitir que Michael Lerner, director de la inteligente (y muy liberal) revista judía Tikkun, hable en una marcha por la paz que habrá el domingo próximo en San Francisco. Lerner fue colocado en la lista negra con el argumento de que es "pro israelí", por algo que se llama ANSWER, y que es el más izquierdista de los cuatro grupos pacifistas que auspician la marcha.

Estoy completamente asqueada. ¿Por qué tendría que haber un examen ideológico que acredite tu antibelicismo? ¿Y por qué el movimiento antibélico no está buscando formar la coalición más amplia posible? Todo indica que ésta es la estación de la estupidez.

Columnista cuyo trabajo aparece en más de 300 periódicos, y autora de tres libros best-seller sobre la política actual en Estados Unidos.

Traducción: Gabriela Fonseca


Tomado de La Jornada

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