4 de junio del 2003
"Keynesiano"
Sergio Ferrari
Partido Obrero
Dos grandes grupos
capitalistas encabezan el pelotón de los adoradores del "hare-Kirchner",
según la ironía propalada por un programa radial. El primero es el de los
gigantes petroleros. "Tenemos una buena relación con él", declaró
tempranamente el vicepresidente de Repsol - Rodolfo Blanco -, desestimando
cualquier "inquietud" por el ataque del santacruceño a las "corporaciones":
"Conoce el sector y esto será muy positivo", agregó (La Nación,
15/5). No es poco, viniendo de un capo de la mayor corporación capitalista del
país. En la misma línea se ubicó Oscar Vicente, hombre de Perez Companc, "que
comprada por Petrobrás y con campos de hidrocarburos y negocios en el área
minera de Santa Cruz" (Cronista, 14/5).
Kirchner, puntualmente, ha vivido de las regalías de la petrocracia y de las
privatizaciones. Pero la dependencia del petróleo es un pagaré con vencimiento
fijo: "Cuando se termine el petróleo, la provincia va a ser una enorme Sierra
Grande", según el presidente de la cámara patronal del Comercio y la
Industria, en alusión al derrumbe provocado por el cierre de la mina de hierro
rionegrina en los años '90. El "modelo productivo" del ahijado de Duhalde
es pura ficción.
Obra pública
No obstante, Kirchner se ha identificado como "keynesiano", lo que la
prensa ha asociado a la "prioridad" que le asignaría a la "obra
pública". Esto le granjeó el apoyo de un segundo lobby capitalista, el de la
Cámara de la Construcción. La semana pasada, Lavagna concurrió a la sede de los
patrones del ladrillo y se comprometió con el llamado "Plan Posible"
presentado por la propia Cámara, que se apoya en fondos ya existentes en el
presupuesto, en créditos otorgados y no desembolsados del BID y en recursos de
las Afjp. Esto último está en veremos, pero en cualquier caso la nota de color
es que en la formulación de este plan se destacó Carlos Melconián, el candidato
de Menem al puesto de Lavagna. El plan, entonces, es keynesiano... menemista.
En realidad, el 75% de los fondos para obras públicas que figuran en el
presupuesto nacional consisten en transferencias a las provincias, las cuales
han sido autorizadas a desviar esos recursos a gastos corrientes. Algo parecido
se plantea con los dólares del BID que ingresan nominalmente para alguna obra y
se utilizan... para pagar la deuda externa. El famoso plan de obras no es más
que una estafa.
Derrumbe
La cuestión de la obra pública es más que un "blooper". En el 2002 la
inversión nacional y provincial sólo fue un 10 por ciento de la necesaria para
mantener el stock de equipamiento público. Según registra Julio Nudler en
Página/12, este año, la inversión debería multiplicar por cinco lo
presupuestado, simplemente para frenar el enorme deterioro del capital público "sino
catástrofes como la de Santa Fe pueden ocurrir en cualquier momento" (17/5).
Pero el primer punto de la agenda de Kirchner es garantizar el "superávit
fiscal" acordado con el FMI para pagar a los usureros. Por eso Lavagna
planteó el recurso; a la inversión directa externa, algo que es una pura
expresión de deseos.
Kirchner tiene en común con Lord Keynes la devaluación de la moneda, en el caso
del inglés para defender a la decadente burguesía británica contra sus
competidores yanquis, en lo cual fracasó.
Tomado de Rebelión