Condenada a vagar por valles y montañas, Calistro,
convertida en osa, pasó días y años luchando con lobos y alimañas feroces.
Entre tanto, el hijo, Arcas, que ignoraba el paradero de su madre, había
llegado a la edad de quince años. Un día que él estaba poniendo redes en el
monte Erimanto se encontró de manos a boca con ella, que perseguía las mismas
piezas. Quedó inmóvil la madre, en su figura bestial. Miróla el hijo
atemorizado, el cual, creyendo que la fiera podría abalanzarse, se dispuso a
clavarle su venablo. Y lo hubiera hecho a no ser porque Júpiter, terciando para
evitar el parricidio, los arrebató a los dos convirtiendolos en vecinas
constelaciones celestes. Las que se conocen con el nombre de osa Mayor y osa
Menor.
Esta constelación, sabemos que contiene a la actual estrella Polar, por lo que
podríamos asegurar que es la más importante del cielo. Es la alfa, situada a 1o
del Polo. Todavía durante doscientos años, el Polo se seguirá acercando a
esta estrella, hasta quedar a una distancia de 30 min. Desde ese momento se
empezará a alejar y dentro de ocho mil años, el Polo estará cerca de la alfa
del Cisne (Deneb) y dentro de doce mil en Vega de la constelación de Lira.
Por tanto, la estrella polar, que se llama así porque está próxima al Polo,
va cambiando debido a ese fenómeno que citamos tantas veces, denominado
"Precesión de los Equinoccios" también llamado "Retrogradación
del Punto Aries".
Ya dijimos cómo, ayudándonos de las dos estrellas de la Osa Mayor, Dubhe
y Merak, localizamos con mucha sencillez a la Polar, que nos sirve y ha
servido desde siempre, para orientarnos en el campo. Esta constelación, lo
mismo que le ocurre a la Osa Mayor, es una constelación circumpolar del cielo
de nuestras latitudes, es decir que siempre se encuentra sobre el horizonte.
Las dos estrellas más alejadas de la Polar, la beta y la gamma, se destacan del
resto en cuanto a brillo. Esta constelación, decíamos en otro libro que
recientemente publicábamos, que es atractivo utilizarla para conocer la hora en
cualquier instante en el campo. Podemos decir, que el cielo nos ofrece un gran
reloj, proporcionado por esta constelación y que podemos utilizar para saber la
hora que es con su simple observación.
Siempre he comentado que la suerte que tenemos en nuestro hemisferio, de tener
una estrella Polar de tanto brillo como es nuestra polar, la alfa de esta
constelación, no la tienen en el otro hemisferio. Para quien tenga curiosidad
sobre la estrella Polar del hemisferio sur, puede leer cosas de ella en la
constelación de Octantis, que es la que contiene actualmente a la Polar del
Sur. Concretamente esa otra estrella, es la sigma de dicha constelación y
apenas se ve a simple vista. Lo mismo que nosotros, nos ayudamos de las dos
estrellas de la Osa Mayor, Dubhe y Merak, para encontrar nuestra Polar, en el
otro hemisferio, han de ayudarse de las cuatro estrellas que configuran esa
constelación enormemente atractiva de dicho hemisferio que es Crux, o "La
Cruz del Sur".