El Primer caso de Asesinato en Juarez


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El primer caso documentado del feminicidio en Cd. Juárez empezó con la muerte de Alma Chavarria Farel, 13 años, 23 de enero de 1993, uno de los últimos, de los más desgarradores y atroces porque además de haber sido apuñalada y violada los agresores le sacaron los ojos a la niña de solamente 6 añitos Brenda Berenice documentado en febrero del 2003.

Los últimos 5 casos del mes de marzo dan cuenta de cómo el feminicio va avanzando fuera de Juárez, en la capital de Chihuahua 4 jovencitas más de 16 años y una de 25 son salvajemente masacradas. El genocidio por goteo primero en Cd. Juárez y hoy en Chihuahua son una clara muestra de la violencia hacia las mujeres y de la impunidad.

Muchas han sido las acciones anunciadas por los gobiernos y sus instituciones, pocos los avances de este magnicidio que avergüenza a México y a los y las mexicanas.
El 7 de enero de este mes Mario Chavarria, Asesor de la presidenta de la comisión especial de la Cámara de Diputados, que sigue las investigaciones de los homicidios de mujeres en Ciudad Juárez informo, que con el apoyo del Canal del Congreso, preparan una campaña nacional informativa en medios electrónicos “para concientizar a la sociedad sobre la importancia de practicar valores como el respeto a la dignidad de las personas”.

Así mismo informo que las y los legisladores de dicha comisión asistirían a la reunión de la mesa interinstitucional que se realizará el 17 de enero en Ciudad Juárez, para dar conocer los avances de los trabajos entre instancias municipales, del estado de Chihuahua, federales, organismos civiles y familiares de las víctimas, para realizar acciones que permitan resolver los casos e impedir más asesinatos de mujeres. Es importante decir que las acciones anunciadas para este mes no se han realizado.

Por otra parte, el Dr. Soberanes adelantó el día de ayer, que abrirá en breve una queja de oficio sobre las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, "le vamos a entrar de lleno a la investigación por violaciones a los derechos humanos de las mujeres asesinadas en aquella ciudad fronteriza”.
Explicó que con la apertura de la oficina de la CNDH en Ciudad Juárez para atender las quejas de migrantes, también van a tratar el caso de las mujeres asesinadas. En breve anunciarán que asumen la investigación de las violaciones de esas mujeres cuyos asesinatos se iniciaron hace casi una década".
A una década y con 304 mujeres documentadas, muertas con violencia en Ciudad Juárez, entre enero de 1993 y marzo de 2003. Las autoridades estatales y municipales encargadas de prevenir estos delitos han declarado ante la prensa en repetidas ocasiones que el número de muertes es normal para una ciudad del tamaño de Juárez.
Cuando las autoridades califican de normal la tasa de homicidios de mujeres en Ciudad Juárez, habría que preguntarse de qué tipo de crímenes están hablando. Si se refieren a las mujeres de entre 15 y 18 años, de características físicas y sociales similares, cuya forma de morir ha llevado a expertos de talla internacional a reconocer el posible trabajo de uno o varios asesinos en serie, están equivocados.

Mucho se ha dicho acerca de las muertas de Ciudad Juárez: Que si eran obreras con doble vida, estudiantes de reputación dudosa, niñas mal atendidas por su familia, cantineras con afición por el peligro, que llevaban estilos de vida de alto riesgo, que conocían a sus victimarios, que vestían de forma inapropiada, que nacieron fuera de Juárez o simplemente, que tuvieron la mala suerte de estar en el lugar equivocado en el momento equivocado. El argumento más importante ha estado ausente de los discursos de las autoridades, de las declaraciones a la prensa y de los informes de los expertos en criminalística: las muertas de Ciudad Juárez eran mexicanas, eran nuestras hermanas y como tales, tenían pleno derecho a vivir, a dedicarse a cualquier actividad lícita de su elección y a transitar libremente sin ser molestadas y sin poner en peligro sus vidas. La constitución señala el derecho de transito de cualquier ciudadano mexicano. Por el sólo hecho de vivir en una república que cuenta con un gobierno constitucional y un cuerpo de leyes que rige la vida de sus habitantes, también tenían el derecho a recibir del Estado la protección necesaria para no ser asesinadas. Y aún después de muertas, tenían derecho a que el Estado usara su fuerza para encontrar, juzgar y condenar a sus asesinos; a que su imagen no fuera explotada de manera amarillista en los medios de información y a que su nombre y su memoria no fueran puestos en entredicho por los representantes de la fuerza pública investidos con el mandato constitucional de defenderlas. Todos estos derechos les han sido negados.

En una democracia verdadera tendría que estar presente el estado de derecho por encima de la impunidad, cada parte vale tanto como el todo y la agresión a una obrera recién llegada es una afrenta tan grande para la sociedad y las autoridades como la que pudiera hacérsele a la hija de una figura famosa, empresario o funcionario publico. En Chihuahua, esa democracia no ha llegado todavía.

Organismos defensores de los derechos humanos, han iniciado una campaña a favor de la liberación de dos sujetos que fueron acusados por el homicidio de ocho mujeres, pero que presuntamente rindieron su declaración bajo tortura.

Amnistía Internacional, sección Alemania, acusó que en México persiste la violación a los derechos humanos.
La denuncia que señala los casos de tortura es grave, ya que ha puesto en evidencia nuevamente el encubrimiento de la práctica de la tortura no sólo del gobierno sino del poder judicial. Una buena investigación debe estar fuera de todas dudas. No se puede confiar en una investigación o en juicio que se encuentra sustentado en la tortura.

Martha Altolaguirre, relatora especial de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su visita a México en febrero del 2002 comento:

“Estoy consternada y muy afectada, no es la primera vez que escucho testimonios, he encontrado situaciones muy traumáticas en otros países, pero lo ocurrido en Ciudad Juárez es intolerable, inaceptable y parece haber ahí impunidad”

“Es indiscutible que ha habido negligencia , no se ha puesto toda la voluntad requerida… Me parece increíble que las autoridades de un gobierno o de un estado hagan declaraciones que francamente deberían ser sancionadas, al menos administrativamente o no debieran existir funcionarios en activo que pienses que las mujeres por su forma de vestir y por sus necesidades son las responsables de que ocurran asesinatos” (Se refiere al panista Francisco Barrios Terrazas)

Observo una falta de confianza notable y generalizada en la administración de justicia de la entidad, cuando no se sanciona y castiga a los responsables de violaciones a derecho humanos y crímenes, el mensaje que se envía a la sociedad ES DE TOTAL IMPUNIDAD.

Por todo lo anterior demandamos:

Primero: Atraer los casos de las mujeres muertas en Cd. Juárez debido a la incapacidad del gobierno municipal y estatal para cumplir con el estado de derecho.

Segundo: Declarar el día 23 de enero como día de luto nacional para que todos y todas las mexicanas honremos la memoria de las mujeres muertas en Juárez.

Tercero.- Que el estado Mexicano garantice a los y las huérfanas de las mujeres asesinadas en Cd. Juárez una vida digna, sin violencia, con acceso a la educación y a la seguridad social.

Cuarto.- Que el parlamento de mujeres de México a través de las comisiones de equidad de género y comisión Bicameral solicite al Congreso de la Unión manifestarse a favor de atraer al ámbito federal el caso de las muertas de Juárez.

Quinto: Que las Comisiones de Equidad y Género (Comisiòn Bicameral) y el Instituto Nacional de las Mujeres, den toda las facilidades tanto económicas como de asesoria a los familiares de las muertas de Juárez para hacer denuncias publicas tanto en foros nacionales como internacionales.

Sexto: Que la Comisión de Equidad y Género de ambas cámaras soliciten a las y los legisladores del Congreso de la Unión donen un día de salario para abrir una cuenta que les permita a los familiares de las muertas de Juárez contar con un colchón minino para realizar diversas actividades.