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TALLERES DE CAPACITACION LABORAL

  Los talleres que se realizan en la comunidad parroquial apuntan básicamente a capacitar a las personas en algún oficio, con el fin de generar ingresos propios y contribuir al presupuesto familiar, es decir la metodología utilizada es netamente de capacitación y difusión de talleres a cargo de las mismas participantes, a través de la confección y repartición de afiches y volantes, entre otros.

Aunque los talleres están abiertos a la comunidad en general, debido a su naturaleza concurren más bien mujeres, dueñas de casa.

Los oficios en los cuales se ofrece capacitación a la comunidad son:

  • corte y confección
  • chocolatería
  • peluquería
  • primeros auxilios
  • pedicure
  • reflexología
 

  Los talleres se autofinancian, ya que los participantes deben pagar una cuota de inscripción y una mensualidad de $ 3.000, ingresos que son destinados principalmente al pago de monitoras.

Los talleres se realizan en algunas capillas y en la sede parroquial desde hace aproximadamente 4 años, pero cada curso posee una duración anual, de marzo a diciembre.

Los beneficiarios del taller son principalmente del sector, pero asisten además de otros sectores y comunas. Los requisitos de los participantes de los talleres son principalmente saber leer y escribir, con excepción de los talleres de primeros auxilios y pedicure donde se les exige haber cursado octavo año básico.

La evaluación de la participación en los talleres es positiva, ya que aunque no se puede precisar, sólo en los cursos dados en la sede asisten 180 personas, con un total de 20 asistentes en cada taller.

 
       
  En cuanto a la relación que se establece con la Parroquia, además de la ocupación del espacio físico, consiste en que los participantes adquieran el compromiso dentro de una ficha de inscripción, de participar en una formación laical al mes y un retiro anual, lo que tiene buena aceptación a pesar de que muchas de las personas que asisten a los talleres no participan de las distintas actividades parroquiales, sin constituirse en requisito su participación.

Las monitoras encargadas de capacitar deben tener conciencia que el fin del taller es que los “alumnos” aprendan, por lo que se les exige ser profesionales con un alto grado de paciencia y compromiso, tal como señala Fany Sanhueza, Coordinadora de los talleres “se trata de que las monitoras se metan en este cuento del taller, que lo hagan con amor, que entreguen lo máximo posible, que haya una entrega, no que si aprendió, aprendió, o si no, mala suerte, no es ese el fin del taller”.

Obstáculos: el costo de la mensualidad para los participantes, lo cual genera mucha deserción, por no poseer los recursos económicos para seguir asistiendo.

Logros: el que las participantes aprendan un oficio y trabajen en ello, así como también el haber elevado su autoestima y mejorado su autoimagen, ya que una vez finalizado el curso se sienten capaces y útiles, no solamente como dueñas de casa, sino que además ingresando al mundo laboral.

Desafíos: consisten principalmente en generar contactos con instituciones sociales que apoyen la iniciativa, junto con abrir espacios que posibiliten a las participantes la realización de sus prácticas laborales.

 

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