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Maestros desconocen acuerdo para regresar a clases el lunes

Foto Fadia Moreno

 

Las oficinas de la SEV fueron tomadas esta mañana por maestros inconformes por la reforma educativa y en protesta por la firma entre “supuestos” miembros del Consejo Magisterial Veracruzano y el Congreso del estado mediante el cual, se habría establecido el acuerdo de reiniciar clases el lunes próximo. Voceros de la manifestación insistieron en desconocer el acuerdo porque no representa el verdadero propósito de la protesta magisterial que es la abrogación de los artículos 3 y 73 y sobre todo sus leyes secundarias, pero además fue signado por “quienes no tienen la representación de la lucha” dijero

 


La ley educativa no está a debate, ya que no sería aprobada: Hugo Aboites

Foto La Jornada

 

Las manifestaciones, el rechazo magisterial y social, así como la crítica desde el centro de las universidades “han logrado deslegitimar” la reforma educativa de Enrique Peña Nieto, sostuvo Hugo Aboites Aguilar, doctor por la universidad de Harvard y profesor e investigador titular del Departamento de Educación y Comunicación de la UAM-Xochimilco, quien agregó que no hizo una consulta pública con especialistas, maestros y la comparación de resultados de otros países porque no la aprobarían. Peña Nieto obedece a los lineamientos de Mexicanos Primero y la OCDE y sobre todo porque le dan la bienvenida la Fundación Chespirito, Instituto Panamericano de Suicidiología, la Sociedad Mexicana de Alcohólicos Anónimos, el Proyecto del Cuidado de los Animales, como respaldo social-académico de esta ley. Con ello, más bien se deslegitima.

El especialista dio una entrevista realizada durante el trayecto de la Unidad de Humanidades de la Universidad Veracruzana hasta llegar a la Plaza Lerdo, en donde el investigador acudió a platicar con los maestros que aún se encontraban manifestándose allí, la noche del jueves 19 de septiembre.

Ya en el automóvil, después que dictó una conferencia sobre el Movimiento Magisterial en Veracruz y la reforma educativa, en el auditorio de Humanidades, rompe el hielo ante una pregunta con la aclaración “yo soy estudioso, estudio y a lo mejor no aprendo nada, pero por lo menos aprendo” y sonríe.

—¿Estamos ante una privatización o ante la nulidad de la gratuidad de la educación con la reforma a los artículos 3° y 73 constitucionales?

—Es una privatización que tiene varias manifestaciones, la más importante es que hay un cambio radical de la conducción de la educación, ésta pasa ahora con más claridad al sector empresarial y a organismos como la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), esa es la manifestación más importante, pero hay otras, por ejemplo que el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE) en su ley constitutiva aparece como una agencia que puede vender servicios a nivel nacional y a nivel internacional.

Otra manifestación es la autonomía de la gestión de las escuelas, porque claramente apunta que los padres de familia, las comunidades y los propios maestros van a tener que aportar cantidades o elementos en especie para reparar o mejorar para obtener material de laboratorio, biblioteca, libros que necesite las escuelas, pero ya legalizado es una contradicción que por un lado se amplié el artículo 6° de la Ley General de Educación y supuestamente se fortalezca que las aportaciones serán voluntarias y por otra parte se cree una expectativa legal que los padres de familia deban aportar en efectivo, en especie para estos gastos corrientes o de infraestructura de la escuela. Es un proceso de privatización con manifestaciones distintas, unas más visibles, otras menos, pero todas igualmente importantes.

—¿Entonces ya no habrá gratuidad en la educación?

—Sí, no en el sentido en donde creo que equivocadamente el presidente habla cuando dice que no se va a concesionar ni se va a privatizar ni pasar a manos privadas, sino en un sentido todavía más profundo, en el sentido de qué debe ser la educación ya no es la idea de construcción de una nación, sino la idea de construcción de jóvenes competitivos, eficientes en el mercado, es decir, una visión privada de la educación que está totalmente contrapuesta a lo que dice el artículo 3° constitucional, cuando habla de una educación democrática, solidaria, que responde a las necesidades nacionales, que tenga en cuenta las culturas, en fin, una educación para formar seres humanos. Humanista.

También hay privatización en el sentido de que se mantiene la idea de que para recibir el servicio educativo los padres de familia deben pagar, y eso está incluso en la ley, es un absurdo y una contradicción, por tanto sí hay un proceso de privatización.

—¿La intromisión de la OCDE en la educación del país hacia dónde apunta?

—Desde estos organismos, OCDE y Mexicanos Primero, se impone que debe haber dos tipos de educación: una universitaria y la otra técnica, y que la mayoría de las personas, la clases populares en realidad, deben contentarse con una carrera técnica, esa es la idea. La ley (reforma educativa) específicamente no tocan ese punto, pero es la idea de educación que tienen quienes promueven esta ley, una educación segmentada.

—¿Cuáles serían as consecuencias de la reforma educativa?

—Lo que representa aplicarla como se aprobó en el artículo 3° y como aparece en las Leyes Secundarias (Ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, Ley General del Servicio Profesional Docente y la Ley General de Educación), podría acarrear varias consecuencias en perjuicio del sistema educativo mexicano.

Estaríamos hablando de una profesión del magisterio en donde éste ya no tiene derechos laborales, el maestro se ve sometido a un régimen de escrutinio y vigilancia constante donde puede ser sancionado y la consecuencia de crear este tipo de ambiente en un proceso educativo es terrible, porque un maestro que se siente perseguido no tiene iniciativa, prefiere no moverse, es sumamente conservador a fin de no sufrir ninguna sanción y esto es un impacto profundísimo en un sistema educativo.

—De acuerdo con su experiencia, ¿cuáles son los puntos reales que debía tener una reforma educativa para avanzar en la calidad de la educación en México?

—Una reforma primero tendría que partir de una consulta amplia, entonces ahí habría que oír lo que dicen los especialistas, los que sean. Consultar a los maestros, a los padres de familia, a otros países, consultar las corrientes filosóficas de la educación, es una consulta muy amplia, ningún especialista o grupo de especialistas puede decir “aquí tenemos la propuesta de reforma”, es un trabajo muy complicado, es un trabajo muy amplio que debe hacerse con propuestas sucesivas para ver la respuesta que tienen. Uno hace una consulta amplia y a partir de ella, dice uno “la reforma debe tener estos cinco o 10 rubros fundamentales”, la presenta uno en público y oye las reacciones. Si la vituperan y dicen que es una mugre, dice uno “no está funcionando esta propuesta, hay que cambiarla” o si dicen que sí está bien pero hay que añadirle esto o eso, hay que cambiar la versión de la propuesta. Ése es el mecanismo y es exactamente lo que no hizo este gobierno.

—¿A que le atribuye que el gobierno de Enrique Peña Nieto no hizo esta consulta?

—No lo hace porque finalmente no le interesa otra cosa que seguir las presiones y las recomendaciones de Mexicanos Primero y de la OCDE, y entonces sabe muy bien que si somete a una consulta estas propuesta iban a ser rechazadas, lo sabe muy bien, tampoco ignoran estas cosas. Entonces para qué someter a una consulta si saben que lo que va a salir no es lo que quieren ellos. No hace la consulta porque son las instrucciones de la OCDE lo que se está proponiendo y por lo tanto no son lo que recomendarían los maestros, los especialistas, las comunidades, los padres de familia, los propios estudiantes.

—Pero ahora estamos ante manifestaciones magisteriales que crecen en los distintos estados del país y usted afirmaba ante el auditorio que cuando una ley no es aceptada pierde su legitimidad, ¿ya sucedió esto con la reforma educativa?

–Sí, cuando una ley es cuestionada por muchos, cuando una ley es objeto de críticas desde centro de investigación, como se han pronunciado personas desde el Instituto de Investigaciones, de la Universidad Autónoma de México y de otras instituciones cuando hay razones incontrovertibles, incuestionables que se ofrecen para demostrar que esta ley es perjudicial, que esta ley es punitiva, centrada en la evaluación, una ley que no va a mejorar, sino que va a vigilar a los maestros y que además hay un creciente convencimiento de sectores sociales antes no claros en su opinión respecto a esta ley. Habla de una ley que se está deslegitimando, es una ley que no tiene el sustento básico que debe tener, es decir, que haya un sector que la aplauda de manera entusiasta, le dé la bienvenida y cuando se den pronunciamientos públicos sale esta cosa tan ridícula cuando se recluta a Fundación Chespirito, al Instituto Panamericano de Suicidiología, a la Sociedad Mexicana de Alcohólicos Anónimos, el Proyecto del Cuidado de los Animales como respaldo social-académico de la ley, más bien se deslegitima.

Esta reforma contradictoriamente fortalece el clima autoritario y discrecional en la conducción del rumbo del país. Desde el Congreso, un pésimo precedente para los esfuerzos por democratizar la sociedad mexicana y las escuelas e instituciones de todos los niveles educativos, pero también un polo de organización y resistencia que los maestros pueden plantear como parte de la lucha por una elemental democracia en el país.

—Aparte de la legitimación de la ley, mucho se ha cuestionado que los maestros no quieren la evaluación, pero hay opiniones que con el examen se desecharán del sistema educativo a los maestros más pobres, es decir, los que ganan alrededor de 4 mil pesos quincenales, ¿Esto estaría ocurriendo?

–Claro, sí, porque todo parámetro de medición único tiene un referente también único y es una definición que es un buen maestro, por lo tanto todos los que no se ajusten a ese referente serán calificados como “malos maestros”. Generalmente siempre se hacen a partir de grupos de clase media de maestros, no se hacen a partir de los maestros de comunidades más pobres ¿por qué?, porque si no, entonces los que aparecerían muy mal serían los maestros de clase media y eso generaría protestas muy justificadas entre los maestros de clase media, pues dirían “¿por qué se nos discrimina a nosotros con una medición que no toma en cuenta lo que somos nosotros?” y lo mismo dicen los maestros de las zonas pobres: “se nos discrimina porque se hace una evaluación que no tiene como referente a nosotros mismos”.

—Entonces, ¿cuál es el referente que debe existir?

—No puede haber un solo referente, es absurdo tratar de hacer una evaluación única, pero tampoco es la solución hacer 32 evaluaciones distintas, porque dentro de un estado uno encuentra clases medias populares, en fin todo tipo de estratos sociales evidentemente que van a estar discriminando a alguien siempre. Entonces la solución va en el nivel de la propuesta que hace la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), de cuál es la coordinación que hacen los mexicanos, pues es una evaluación que surge desde cada entorno, los niños, las comunidades, los padres de familia pueden decir “este es un buen maestro”, los colegas sí podemos identificar a un buen maestro. Que este maestro bueno no se parece a lo que hace un maestro en la ciudad, pues no, pero aquí sí es efectivo, es muy importante este maestro.

Así, a unos pasos de la Plaza Lerdo, Hugo Aboites concluye que la reforma educativa es una reforma que ofrece un remedio contraproducente para la educación. Porque se introduce en la Constitución una palabra sumamente ambigua –“calidad”– que es conceptualmente hueca, lo que permite que en cualquier momento pueda cambiarse su significado.

Es una reforma que recupera la solución que se puso en práctica hace un cuarto de siglo y que en este tiempo ha demostrado claramente su incapacidad para mejorar la educación. En 1989 se planteó la necesidad de “modernizar” la educación mexicana y la propuesta consistía en buscar “la calidad” mediante la evaluación. Evaluación de maestros con la Carrera Magisterial, evaluación de académicos (estímulos) y evaluación de estudiantes. Después de 24 años y de más de 110 millones de personas evaluadas, miles de escuelas y programas de estudio sujetos a escrutinio, nadie pone en duda que esas iniciativas no han generado un claro mejoramiento y no hay quien no admita que la situación general de la educación sigue siendo muy mala.

También entonces se dijo que se respetarían y retomarían las culturas y la diversidad regional, sin embargo, se impuso desde el comienzo mismo una evaluación única, uniformadora, ciega a las diferencias entre culturas, pero también a las que existen entre los maestros y estudiantes que son de la ciudad y los del campo, los de clase media y los de clase popular, los que tienen otra lengua materna, etc. Es una evaluación que mide a la nación de acuerdo con una sola visión de lo que debe ser un buen estudiante y un buen maestro o una buena escuela. Hoy se hacen promesas iguales a las de dos décadas atrás, pero es muy probable que otra vez en el futuro nos volveremos a encontrar en la misma situación de fracaso, porque estamos ante una reforma laboral y privatizadora de la educación

 

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