La ley educativa
no está a debate, ya que no sería aprobada: Hugo Aboites
Norma Trujillo Báez / lunes, septiembre 23, 2013 Jornada
Veracruz
Las manifestaciones, el rechazo magisterial y social, así
como la crítica desde el centro de las universidades “han
logrado deslegitimar” la reforma educativa de Enrique Peña
Nieto, sostuvo Hugo Aboites Aguilar, doctor por la
universidad de Harvard y profesor e investigador titular del
Departamento de Educación y Comunicación de la
UAM-Xochimilco, quien agregó que no hizo una consulta
pública con especialistas, maestros y la comparación de
resultados de otros países porque no la aprobarían. Peña
Nieto obedece a los lineamientos de Mexicanos Primero y la
OCDE y sobre todo porque le dan la bienvenida la Fundación
Chespirito, Instituto Panamericano de Suicidiología, la
Sociedad Mexicana de Alcohólicos Anónimos, el Proyecto del
Cuidado de los Animales, como respaldo social-académico de
esta ley. Con ello, más bien se deslegitima.
El especialista dio una entrevista realizada durante el
trayecto de la Unidad de Humanidades de la Universidad
Veracruzana hasta llegar a la Plaza Lerdo, en donde el
investigador acudió a platicar con los maestros que aún se
encontraban manifestándose allí, la noche del jueves 19 de
septiembre.
Ya en el automóvil, después que dictó una conferencia
sobre el Movimiento Magisterial en Veracruz y la reforma
educativa, en el auditorio de Humanidades, rompe el hielo
ante una pregunta con la aclaración “yo soy estudioso,
estudio y a lo mejor no aprendo nada, pero por lo menos
aprendo” y sonríe.
—¿Estamos ante una privatización o ante la nulidad de la
gratuidad de la educación con la reforma a los artículos 3°
y 73 constitucionales?
—Es una privatización que tiene varias manifestaciones,
la más importante es que hay un cambio radical de la
conducción de la educación, ésta pasa ahora con más claridad
al sector empresarial y a organismos como la Organización
para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), esa es la
manifestación más importante, pero hay otras, por ejemplo
que el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE) en
su ley constitutiva aparece como una agencia que puede
vender servicios a nivel nacional y a nivel internacional.
Otra manifestación es la autonomía de la gestión de las
escuelas, porque claramente apunta que los padres de
familia, las comunidades y los propios maestros van a tener
que aportar cantidades o elementos en especie para reparar o
mejorar para obtener material de laboratorio, biblioteca,
libros que necesite las escuelas, pero ya legalizado es una
contradicción que por un lado se amplié el artículo 6° de la
Ley General de Educación y supuestamente se fortalezca que
las aportaciones serán voluntarias y por otra parte se cree
una expectativa legal que los padres de familia deban
aportar en efectivo, en especie para estos gastos corrientes
o de infraestructura de la escuela. Es un proceso de
privatización con manifestaciones distintas, unas más
visibles, otras menos, pero todas igualmente importantes.
—¿Entonces ya no habrá gratuidad en la educación?
—Sí, no en el sentido en donde creo que equivocadamente
el presidente habla cuando dice que no se va a concesionar
ni se va a privatizar ni pasar a manos privadas, sino en un
sentido todavía más profundo, en el sentido de qué debe ser
la educación ya no es la idea de construcción de una nación,
sino la idea de construcción de jóvenes competitivos,
eficientes en el mercado, es decir, una visión privada de la
educación que está totalmente contrapuesta a lo que dice el
artículo 3° constitucional, cuando habla de una educación
democrática, solidaria, que responde a las necesidades
nacionales, que tenga en cuenta las culturas, en fin, una
educación para formar seres humanos. Humanista.
También hay privatización en el sentido de que se
mantiene la idea de que para recibir el servicio educativo
los padres de familia deben pagar, y eso está incluso en la
ley, es un absurdo y una contradicción, por tanto sí hay un
proceso de privatización.
—¿La intromisión de la OCDE en la educación del país
hacia dónde apunta?
—Desde estos organismos, OCDE y Mexicanos Primero, se
impone que debe haber dos tipos de educación: una
universitaria y la otra técnica, y que la mayoría de las
personas, la clases populares en realidad, deben contentarse
con una carrera técnica, esa es la idea. La ley (reforma
educativa) específicamente no tocan ese punto, pero es la
idea de educación que tienen quienes promueven esta ley, una
educación segmentada.
—¿Cuáles serían as consecuencias de la reforma educativa?
—Lo que representa aplicarla como se aprobó en el
artículo 3° y como aparece en las Leyes Secundarias (Ley del
Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, Ley
General del Servicio Profesional Docente y la Ley General de
Educación), podría acarrear varias consecuencias en
perjuicio del sistema educativo mexicano.
Estaríamos hablando de una profesión del magisterio en
donde éste ya no tiene derechos laborales, el maestro se ve
sometido a un régimen de escrutinio y vigilancia constante
donde puede ser sancionado y la consecuencia de crear este
tipo de ambiente en un proceso educativo es terrible, porque
un maestro que se siente perseguido no tiene iniciativa,
prefiere no moverse, es sumamente conservador a fin de no
sufrir ninguna sanción y esto es un impacto profundísimo en
un sistema educativo.
—De acuerdo con su experiencia, ¿cuáles son los puntos
reales que debía tener una reforma educativa para avanzar en
la calidad de la educación en México?
—Una reforma primero tendría que partir de una consulta
amplia, entonces ahí habría que oír lo que dicen los
especialistas, los que sean. Consultar a los maestros, a los
padres de familia, a otros países, consultar las corrientes
filosóficas de la educación, es una consulta muy amplia,
ningún especialista o grupo de especialistas puede decir
“aquí tenemos la propuesta de reforma”, es un trabajo muy
complicado, es un trabajo muy amplio que debe hacerse con
propuestas sucesivas para ver la respuesta que tienen. Uno
hace una consulta amplia y a partir de ella, dice uno “la
reforma debe tener estos cinco o 10 rubros fundamentales”,
la presenta uno en público y oye las reacciones. Si la
vituperan y dicen que es una mugre, dice uno “no está
funcionando esta propuesta, hay que cambiarla” o si dicen
que sí está bien pero hay que añadirle esto o eso, hay que
cambiar la versión de la propuesta. Ése es el mecanismo y es
exactamente lo que no hizo este gobierno.
—¿A que le atribuye que el gobierno de Enrique Peña Nieto
no hizo esta consulta?
—No lo hace porque finalmente no le interesa otra cosa
que seguir las presiones y las recomendaciones de Mexicanos
Primero y de la OCDE, y entonces sabe muy bien que si somete
a una consulta estas propuesta iban a ser rechazadas, lo
sabe muy bien, tampoco ignoran estas cosas. Entonces para
qué someter a una consulta si saben que lo que va a salir no
es lo que quieren ellos. No hace la consulta porque son las
instrucciones de la OCDE lo que se está proponiendo y por lo
tanto no son lo que recomendarían los maestros, los
especialistas, las comunidades, los padres de familia, los
propios estudiantes.
—Pero ahora estamos ante manifestaciones magisteriales
que crecen en los distintos estados del país y usted
afirmaba ante el auditorio que cuando una ley no es aceptada
pierde su legitimidad, ¿ya sucedió esto con la reforma
educativa?
–Sí, cuando una ley es cuestionada por muchos, cuando una
ley es objeto de críticas desde centro de investigación,
como se han pronunciado personas desde el Instituto de
Investigaciones, de la Universidad Autónoma de México y de
otras instituciones cuando hay razones incontrovertibles,
incuestionables que se ofrecen para demostrar que esta ley
es perjudicial, que esta ley es punitiva, centrada en la
evaluación, una ley que no va a mejorar, sino que va a
vigilar a los maestros y que además hay un creciente
convencimiento de sectores sociales antes no claros en su
opinión respecto a esta ley. Habla de una ley que se está
deslegitimando, es una ley que no tiene el sustento básico
que debe tener, es decir, que haya un sector que la aplauda
de manera entusiasta, le dé la bienvenida y cuando se den
pronunciamientos públicos sale esta cosa tan ridícula cuando
se recluta a Fundación Chespirito, al Instituto Panamericano
de Suicidiología, a la Sociedad Mexicana de Alcohólicos
Anónimos, el Proyecto del Cuidado de los Animales como
respaldo social-académico de la ley, más bien se
deslegitima.
Esta reforma contradictoriamente fortalece el clima
autoritario y discrecional en la conducción del rumbo del
país. Desde el Congreso, un pésimo precedente para los
esfuerzos por democratizar la sociedad mexicana y las
escuelas e instituciones de todos los niveles educativos,
pero también un polo de organización y resistencia que los
maestros pueden plantear como parte de la lucha por una
elemental democracia en el país.
—Aparte de la legitimación de la ley, mucho se ha
cuestionado que los maestros no quieren la evaluación, pero
hay opiniones que con el examen se desecharán del sistema
educativo a los maestros más pobres, es decir, los que ganan
alrededor de 4 mil pesos quincenales, ¿Esto estaría
ocurriendo?
–Claro, sí, porque todo parámetro de medición único tiene
un referente también único y es una definición que es un
buen maestro, por lo tanto todos los que no se ajusten a ese
referente serán calificados como “malos maestros”.
Generalmente siempre se hacen a partir de grupos de clase
media de maestros, no se hacen a partir de los maestros de
comunidades más pobres ¿por qué?, porque si no, entonces los
que aparecerían muy mal serían los maestros de clase media y
eso generaría protestas muy justificadas entre los maestros
de clase media, pues dirían “¿por qué se nos discrimina a
nosotros con una medición que no toma en cuenta lo que somos
nosotros?” y lo mismo dicen los maestros de las zonas
pobres: “se nos discrimina porque se hace una evaluación que
no tiene como referente a nosotros mismos”.
—Entonces, ¿cuál es el referente que debe existir?
—No puede haber un solo referente, es absurdo tratar de
hacer una evaluación única, pero tampoco es la solución
hacer 32 evaluaciones distintas, porque dentro de un estado
uno encuentra clases medias populares, en fin todo tipo de
estratos sociales evidentemente que van a estar
discriminando a alguien siempre. Entonces la solución va en
el nivel de la propuesta que hace la Coordinadora Nacional
de Trabajadores de la Educación (CNTE), de cuál es la
coordinación que hacen los mexicanos, pues es una evaluación
que surge desde cada entorno, los niños, las comunidades,
los padres de familia pueden decir “este es un buen
maestro”, los colegas sí podemos identificar a un buen
maestro. Que este maestro bueno no se parece a lo que hace
un maestro en la ciudad, pues no, pero aquí sí es efectivo,
es muy importante este maestro.
Así, a unos pasos de la Plaza Lerdo, Hugo Aboites
concluye que la reforma educativa es una reforma que ofrece
un remedio contraproducente para la educación. Porque se
introduce en la Constitución una palabra sumamente ambigua
–“calidad”– que es conceptualmente hueca, lo que permite que
en cualquier momento pueda cambiarse su significado.
Es una reforma que recupera la solución que se puso en
práctica hace un cuarto de siglo y que en este tiempo ha
demostrado claramente su incapacidad para mejorar la
educación. En 1989 se planteó la necesidad de “modernizar”
la educación mexicana y la propuesta consistía en buscar “la
calidad” mediante la evaluación. Evaluación de maestros con
la Carrera Magisterial, evaluación de académicos (estímulos)
y evaluación de estudiantes. Después de 24 años y de más de
110 millones de personas evaluadas, miles de escuelas y
programas de estudio sujetos a escrutinio, nadie pone en
duda que esas iniciativas no han generado un claro
mejoramiento y no hay quien no admita que la situación
general de la educación sigue siendo muy mala.
También entonces se dijo que se respetarían y retomarían
las culturas y la diversidad regional, sin embargo, se
impuso desde el comienzo mismo una evaluación única,
uniformadora, ciega a las diferencias entre culturas, pero
también a las que existen entre los maestros y estudiantes
que son de la ciudad y los del campo, los de clase media y
los de clase popular, los que tienen otra lengua materna,
etc. Es una evaluación que mide a la nación de acuerdo con
una sola visión de lo que debe ser un buen estudiante y un
buen maestro o una buena escuela. Hoy se hacen promesas
iguales a las de dos décadas atrás, pero es muy probable que
otra vez en el futuro nos volveremos a encontrar en la misma
situación de fracaso, porque estamos ante una reforma
laboral y privatizadora de la educación