Es triste esta separación
como otras que ya tuvimos,
pero más triste es el martirio
de todas tus promesas.

Yo te quise, no lo niego,
pero con el tiempo
ni el recuerdo me llevo.

Cuántas veces tus promesas
solo daño me hicieron,
y sin tú saberlo
mi corazón destruyeron.

¡Han pasado tantas cosas,
que ni pensarlo quiero!
Me has querido y sin quererlo,
mi amor lo volviste veneno.

Hoy que ha llegado el momento
verdadero,
yo pedirte quiero
que sigas bien distante,
porque yo no quiero amarte;
ni que de promesas
mi corazón llenes.

No quiero herir tus sentidos,
ni tu corazón,
pero te juro que es mejor
esta distancia definitiva,
pues ya nuestras vidas
no tienen nada en común.

Y quizás si algún día
volvemos a encontrarnos,
que tus promesas no hayan sido en vano,
y pasemos sin mirarnos,
como si fuésemos extraños...

Evalyna
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