Para los trinitanos era
la despedida de su selección,
que el próximo mes estará invitada a la fiesta más grande del fútbol. Para
nosotros, los peruanos, era el inicio de una nueva era en nuestra selección
al mando del técnico Franco Navarro. Un partido por el cual habremos cobrado
$30 mil dólares, pero ... ¿habrá valido la pena el viajecito hasta tierras
caribeñas?
Más famosos por
su "afrodisiaco" baile del Soca, sus paradisíacas playas y centros de
recreación, los trinitanos tenían grandes expectativas
cuando comenzaron a llenar las gradas del estadio "Hasley Crawford",
donde pagaron para ver a las "estrellas" de ambos equipos la "módica" suma
de cien dólares americanos. La fiesta estaba asegurada. Los rumores
sobre la organización del evento nos informaban que la Federación local
había gastado más de cien mil dólares en contratar a los artistas que
deleitaron con su arte a sus aficionados, mientras esperaban el inicio del
encuentro.
En el papel,
ambas selecciones estaban parejas. Por lo menos la que llevó Franco
Navarro. Al otro lado estaban los 23 seleccionados trinitanos que
irán a Alemania, mas un jugador que se retiraba del fútbol.
Seguramente por las gradas se esperaba la aparición de Claudio Pizarro,
Jefferson Farfán, Paolo Guerrero o Nolberto Solano, peruanos
conocidísimos en Europa y que ellos escuchaban por noticieros u otros
medios. En vez de ellos, un grupo de jugadores de la liga peruana,
destacados en sus equipos, fueron llevados a Puerto España en su reemplazo,
con la esperanza de hacer un buen papel.
Con el pitazo
inicial se dio inicio al espectáculo. Perú salía a la cancha con un sistema
típico de Franco Navarro: Una línea de cuatro defensas, con un mediocampo
en forma de cuadrado mas dos delanteros en punta, algo atípico en las
selecciones peruanas. Rinaldo Cruzado y Rainer Torres eran los
encargados de parar las veloces intervenciones de Dwight Yorke y
además funcionar como volantes mixtos que conecten el
juego con Aldo Olcese y Pedro García.
Los primeros
minutos del partido fueron de completo estudio de las tácticas del rival.
Poco juego de ataque, balones cruzados lentos, toques sin moción para
convertirse en desequilibrantes ... en fin. Para el olvido. El juego de los
caribeño era al toque en primera, estilo europeo, aunque ultra
defensivo. Terminando el primer cuarto del partido, se dieron cuenta que
inclusive para los peruanos era difícil comprenderse entre ellos, por
lo que apretaron el acelerador y subieron sus líneas hasta la media cancha.
No sabemos, a ciencia
cierta, si es que esto resultó beneficioso a la larga o no. Pero hay algo
que muchos nos olvidamos y hasta a veces malinterpretamos: Franco Navarro
le gusta jugar al contraataque. El repliegue de las líneas peruanas en
la cancha hizo que los caribeños se confiaran en el ataque, descuidando sus
líneas defensivas. Pero algo sí se le tendría que criticar: la falta de
presión defensiva. Pero este defecto se contrapesaba con la efectividad
al momento de armar el contragolpe, cuando los caribeños aflojaban la marca.
Mientras estaba en su mejor
momento el equipo local, los peruanos apelaban a la picardía. En una falta
en el centro del campo, Pedro García intentó hacer la del "Pepe el
Vivo" y cobro un tiro libre rápidamente, cuando la defensa de Trinidad
y Tobago estaba aún acomodándose, pero Wilmer Aguirre desaprovecho la
oportunidad de anotar el primero.
El gol peruano llegó en el
minuto 32. Una pirueta de Wilmer Aguirre sorprendió al dúo defensivo
de Lawrence y Birchall, haciendo que se estrellen entre ellos,
dejándolo sin marca. La proyección del "Zorrito" vio desmarcado a Gustavo
Vasallo, quien remató con el arquero vencido y colocó el primero para
Perú.
Tras el gol peruano,
nuestra selección se dedicó a cuidar el resultado. Con contraataques
esporádicos y juego en corto, trataron de amarrar el encuentro centrándose
en el juego del medio campo.
En el minuto 46'
se despidió el trinitano Russel Lapaty de su selección, dando una vuelta
olímpica alrededor de la cancha.
Ya en el segundo
tiempo del partido, los locales salieron con todo para conseguir la
victoria. El juego se hizo cada vez más rápido por las bandas, donde
estuvieron siempre prestos Amilton Prado y Wenceslao Fernández.
En el centro el juego se hizo más fuerte, a la par que hubo algunos conatos
de bronca, que felizmente no pasaron a mayores.
Los trinitanos
comenzaron a avisarle a Butrón cada vez más seguido. Un cabezazo de Yorke
choca en la base del poste, descoordinaciones de la defensa y el juego
fuerte en el centro de la cancha invitaba al peligro mediante los tiros
libres.
Precisamente, en el
minuto 74, el recién ingresado Kenwyne Jones, tras una falta de
Santiago Salazar, "fusiló" a la barrera peruana y anotó el empate
final.
Tras esto, el marcador
no se movió más. Y terminaron algunos bostezos.
Muy pocas conclusiones
se pueden sacar de este partido. El rival no era el adecuado para nuestros
intereses. Aunque los convocados jugaron un excelente partido, por momentos
la incomprensión por la falta de conocimiento de sus estilos de juego hizo
mella en el momento de conectar los pases y armar las jugadas de ataque.
Alineaciones:
TRINIDAD Y TOBAGO: Kelvin Jack; Brent Sancho, Dennis Lawrence,
Christopher Birchall, John Avery, Cyd Gray, Aurtis Whitley, Russel Lapaty,
Carlos Edwards, Dwigth Yorke, John Stern.
DT: Leo Beenhakker.
CAMBIOS: 44' Collin Samuel x Russel Lapaty; 47' Densil Theobald x
Christopher Birchall; 69' Jason Scotland x Dwight Yorke; 70' Kenwyne Jones
x John Stern, 79' Cox x Brent Sancho
PERÚ: Leao Butrón; Miguel Villalta; Amilton Prado, Wenceslao
Fernández, Santiago Salazar, Aldo Olcese, Rainer Torres, Rinaldo Cruzado,
Pedro García, Wilmer Aguirre, Gustavo Vasallo.
DT: Franco Navarro.
CAMBIOS: 56' Junior Ross x Pedro García; 66' Manuel Corrales x
Wilmer Aguirre; 77' Roberto Jimenez x Gustavo Vassallo.
Árbitro: José Pineda