23-Septiembre-2002
Soy
vasco, pero puedo explicarlo
Esta cuchufleta me permite responder cuando me preguntan de dónde
soy, quien no se ha tropezado con mi apellido, claro. Y éstas son
mis excusas:
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Porque
nací en el centro de Bilbao. ¿Qué culpa tengo yo?
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Porque,
al menos, mis primeros 32 apellidos son vascos, pero quizá el
resto no, y todos pesan igual. ¿Acaso elegí yo a mis
antepasados?
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Porque
vivo en Getxo por decisión familiar. Esto sí que lo determiné
yo: ¿Soy culpable por admirar este municipio vizcaíno?
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Porque
amo el euskera y la cultura vasca, pero juro que no he
descuidado las lenguas y culturas españolas, latinoamericanas,
francófonas, anglopar-lantes e, incluso, el idioma esperanto. ¿Soy
culpable por poner en peligro de desaparición todas esas
civilizaciones absorbidas por la voraz cultura vasca?
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Porque
he elegido una opción política, que defiendo democrática y éticamente,
con máximo respeto a todas las demás alternativas, y
aborreciendo todas las formas de violencia y especialmente las
que sólo traen muerte. ¿Soy culpable porque unos desalmados
asesinen supuestamente para mi liberación?
En
todo caso, yo creo que la nacionalidad sólo es un rasgo más de la
identidad de cada persona. Además en mi opinión, es modificable,
elegible y acumulable. Para ser o no ser vasco basta con desearlo,
ni el origen, ni los apellidos, ni la residencia son definitorios. Y
yo quiero ser vasco, entre otras muchas razones –que no caben aquí-
porque aquí me educaron (otorgo gran importancia a este hecho
vital), y porque -como los diplodocus- quedamos muy “pocus”.
Pero también quiero ser murciano, alicantino, suizo, noruego,
saharaui, chileno, canadiense,... Lo más preocupante es que, a
veces, ¡quiero ser extraterrestre!, porque hay algunos terrícolas...
Mikel Agirregabiria Agirre
Educador
Publicado también en DEIA (16-10-2002),...
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