En la que prometía ser una jornada
ordinaria, descubrí mi revelación más cabal.
11:00 Dentro de la rutina de la administración educativa,
visita programada a centros de enseñanza. Primero, prosaicas
reuniones en un instituto y un colegio, encerrados en los
despachos con sus cualificadas direcciones y Ana, directora del
Berritzegune (servicio de apoyo educativo) comarcal. En ambos
casos, están realizando un buen trabajo en una zona con serias
dificultades sociales y escolares. Después, visita al CEP Vista
Alegre de Sestao. Nos esperan Neli (IVEI) y María Jesús,
encabezando al equipo docente. Alumnado de etnia gitana, casi en
su totalidad. Es decir, ciudadanía vasca de pleno derecho. Sus
familias, algunas con inestimable esfuerzo, poco pueden
ofrecerles. Las ocho maestras, la bibliotecaria, la cocinera,
las monitoras de comedor, con las valiosas pero escasas figuras
masculinas del conserje, el especialista en informática y el
mediador gitano, logran -en muchos casos- el cotidiano milagro
de la educación: la MUTACIÓN SOCIAL, la preconizada integración.
Los niños y niñas que allí se educan, con sus caritas arañadas,
sus alborotadas melenas, sus despiertos ojos... tendrían
abierto todo el futuro, todavía... si el resto de nosotros les
amara como allí les quieren éstas que son no ya sus
profesoras, sino sus segundas madres y abuelas. No se puede
describir con palabras lo que allí veo, a pesar de que estoy
habituado a estos escenarios. Una vez más, como en otras
escuelas, salgo profundamente conmovido. Con gente así, este
oficio no tiene parangón.
19:00 Con algunos colegas preparamos una asociación para
dar voz y espacio social al profesorado. Surge en un momento el
reconocimiento al cuerpo de bomberos de New York. Ahora los
descubrimos, y reconocemos la labor de los anónimos bomberos,
ertzainas, carteros, sanitarios,... profesores. Maestros..., sí...,
también. Empuñan mangueras, silbatos, carritos, tiritas o
tizas; indudablemente algo escasamente homérico... para un
botarate.
21:00 Escucho música. De pronto, suena “I
Need A Hero”, de Bonnie Tyler. Súbitamente
lo entiendo con meridiana claridad. Quizás para algunos serán
sólo unos funcionarios, para otros tal vez incluso patriotas o
santos. Para mí son simple y llanamente maestros de la épica
diaria, héroes. Rectifico: heroínas y héroes, aunque ellas y
ellos ni lo pretendan, ni lo sepan.
03:00 Me despierto sobresaltado de un fascinante e inverosímil
sueño. Veía ETB y entre las noticias más destacables aparecían
nuestras protagonistas y sus sorprendentes realizaciones. Se
reseñaba el último debate, el debate educativo (“Llegará un
día en que la política no contemplará otros problemas que los
de la educación”, Nietzsche dixit).
¡Qué lejos, no... qué cerca estamos!
Mikel Agirregabiria Agirre es educador