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    ¿PODEMOS OCULTARNOS DE LA PRESENCIA DE DIOS?

 

(Salmo 139:1-18)

 

Al leer este hermoso Salmo de David, nos quedamos maravillados de la omnipresencia y omnisciencia de Dios. Estas palabras latinas significan la presencia de Dios en todas partes y que Dios lo sabe todo. Esta actitud de David de declarar que Dios está presente en todas las cosas y que su sabiduría es inalcanzable, nos da a saber que no podemos ocultarnos de la presencia de Dios. Él mismo da su testimonio de su experiencia personal. Comienza el Salmo declarando que Dios lo ha examinado y conocido, que conoce su sentarse y su levantarse, que sabe lo que hay en sus pensamientos, que su andar y su reposo han sido escudriñados por él, que todos sus caminos le son conocidos, que aún no está la palabra en su lengua y ya Dios la sabe toda, que ha sido rodeado con la mano poderosa de Dios; por tal motivo, todo este conocimiento es demasiado para él, es tan alto que no puede comprenderlo. Tal vez, nuestro testimonio personal de la experiencia con Dios sea similar al de David. De pronto hemos tenido la tentación de ocultarnos de Dios para que no nos vea, ni sepa qué estamos haciendo. En otros casos, pensamos que Dios no está presente, que está ausente de nuestras vidas, que no escucha nuestras oraciones.

 

En esa reflexión personal, David se pregunta: ¿A dónde me iré de su espíritu? ¿Y adónde huiré de su presencia? Son preguntas que también nosotros deberíamos hacernos hoy en día, cuando muchos nos preguntan: ¿Dónde está Dios? Hay tantas cosas malas y horribles que suceden día a día en nuestra sociedad, que pareciera que Dios está ausente o no existiera. Las reflexiones del rey David nos ayudarán a dar respuestas a esa pregunta. David se coloca en la suposición de subir a los cielos, y aún, el estar en el infierno, y afirma que ahí también está Dios. Que, si tomara las alas del amanecer y habitara en el extremo del mar, ahí estará la mano de Dios, si dijera que las tinieblas lo encubrirán, aun la noche lo resplandecerá, para Dios lo mismo son las tinieblas que la luz. Es decir, no hay lugar en el universo que permita esconderse de Dios. No lo hay. Esta afirmación debe servir para muchos que creen que pueden huir o esconderse de Dios y hacer lo que les viene en gana. Ahora bien, David, reflexiona sobre su propia existencia. Todo su ser, desde su formación en las entrañas de su madre, hasta el presente, es la obra maravillosa de Dios. Esta obra maravillosa de Dios es innumerable a través del tiempo, si se quisiera enumerarlas, éstas se multiplican más que la arena.

 

Sin duda, que este Salmo nos lleva a considerar que la presencia de Dios es continua a través de toda Su creación, aunque pareciera no serlo. El Señor puede estar presente en una situación determinada y en cualquier otra situación. La Biblia nos dice que Dios está en cada situación, en toda la Creación, en cualquier momento determinado (Salmo 33:13-14). Dos está en todas partes, en cada momento, no está limitado a ningún tiempo o espacio. Por otro lado, su sabiduría de Dios es tal, que conoce todos los detalles de nuestra vida y de lo que está a nuestro alrededor. Él conoce el final de la historia, nuestros pensamientos, nuestro corazón. De ahí que, siempre debemos recordar que no podemos escondernos de Dios cuando hemos pecado; sin embargo, podemos volvernos a Dios en actitud de arrepentimiento y de fe, desde donde estamos, no necesitamos buscarlo en algún lugar especial, Él está a nuestro alcance, ahí donde nos encontramos para darnos su salvación (Apocalipsis 3:20).

 

Por eso, a la pregunta si podemos escondernos de la presencia de Dios, la respuesta es contundente: NO. Salgamos al frente cuando escuchemos decir que Dios está ausente, que no escucha nuestras oraciones, o que Dios ha muerto; esas son mentiras de Satanás que pretende engañarnos y alejarnos de nuestro Dios. El Señor prometió estar con nosotros, todos los días, hasta el fin del mundo (Mateo 28:20b). Amén.

 

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

                                 


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