Site hosted by Angelfire.com: Build your free website today!

 

LA EXCELENCIA ES LA META EN TODO NUESTRO QUEHACER

 

“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;

sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.”

(Colosenses 3:23-24)

Según el apóstol Pablo todo lo que hagamos debemos hacerlo de corazón como para el Señor, eso en lenguaje moderno equivaldría a la EXCELENCIA.

La excelencia es lo mejor, lo contrario es la mediocridad. Este tema debe ser enfatizado en todo el colegio, generando conciencia en toda la comunidad educativa: niños, adolescentes, jóvenes, trabajadores, profesores, directivos, padres de familia y exalumnos. Sin embargo, este valor es uno de los más débiles en toda nuestra sociedad. Comúnmente muchas personas hacen o imitan lo que mayoría piensa o realiza, no son originales en su conducta. Podemos apreciar que lo que la mayoría de personas realizan es sin ningún sentido de responsabilidad, calidad, eficiencia, puntualidad, originalidad y lealtad. A esta actitud es la que se denomina mediocridad.

El reto y exigencia de todos los que formamos parte del colegio América es llegar a ser un colegio ejemplar, basado en principios y valores cristianos, donde la excelencia es nuestra opción. Estamos convencidos que al Señor siempre debemos dar lo mejor que tenemos y no hacer las cosas a medias, ni darle lo que nos sobra. Debemos seguir el ejemplo de Abel que dio al Señor su mejor ofrenda; su hermano Caín dio al Señor lo peor que tenía. Por esa actitud Abel recibió bendición y Caín recibió maldición.

Pero hoy en día mucha gente se pregunta si es posible lograr la excelencia o perfección en todos los aspectos de la vida. Todo el mundo habla sobre la perfección, la excelencia, la calidad de vida. En la iglesia, la santidad de vida es una exigencia para todo cristiano y cristiana. Constantemente se oyen preguntas como estas: ¿Se puede ser perfecto?, ¿Cómo alcanzar la excelencia?, ¿Quiénes alcanzan la perfección?, ¿Existe la perfección absoluta?. Ya los filósofos de la antigüedad tenían esta preocupación. Se citan, en forma muy escasa, ejemplos de personas casi perfectas que motivan a seguir sus ejemplos. Es decir, es una inquietud que está en la mente de muchas personas, religiosos o no. Ante esta situación, ¿cuál es la respuesta que debemos dar todos los componentes de la familia América desde la perspectiva de la palabra de Dios?

La respuesta pasa por un concepto que hoy se conoce como la AUTOESTIMA de la persona. La Biblia señala en muchos pasajes este aspecto y en este caso el apóstol Pablo lo indica en su carta a los filipenses: “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,  prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” (Fil. 3:12-14).

Ahora bien, si la excelencia es nuestra meta, debemos tener en cuenta algunas consideraciones que suceden en nuestra comunidad educativa y que no permiten alcanzar esta meta. Existen situaciones entre los alumnos y alumnas que perturban su estabilidad emocional, su paz, su tranquilidad para tener el tiempo para estudiar y disfrutar la vida.

Quisiera compartir con ustedes, un cuadro que hemos podido elaborar en base a un muestreo que se ha obtenido en la capilla de primaria, donde los alumnos y alumnas ponen sus peticiones en oración, todos los días:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

TOTAL

%

 

CONCLUSIONES

 

1

Familia

127

35

 

1.- 28 veces “violencia familiar” (7.7%)

 

2

Salud

126

35

 

2.- La mayor necesidad de oración es por familia y salud

 

3

Cuidado

32

9

 

3.- Los niños saben agradecer a Dios

 

4

amistad

20

6

 

4.- El dinero no les preocupa mucho.

 

5

Agradecimiento

19

5

               

6

Académico

15

4

               

7

Paz

15

4

               

8

Conducta

5

1

               

9

Dinero

2

1

               

10

Perdón

2

1

               
   

363

100

               

 

Este cuadro nos demuestra que hay dificultades en la familia y en la sociedad que no permiten lograr un nivel óptimo entre nuestros alumnos y alumnas. Hay violencia familiar, abandono de los hijos e hijas, por parte de los padres y madres, en los momentos más importantes de sus vidas, situaciones difíciles de salud familiar, que preocupan a los niños y niñas, dificultades académicas, amistades que no son sinceras, incumplimiento de las promesas que se les hace en un momento dado, ser obligados a mentir en algunas ocasiones, y así podríamos señalar más casos. Ahora bien, si no se superan estas situaciones adversas, será muy difícil exigir excelencia a nuestros niños y niñas. De ahí que el peligro que se corre es que vivan una vida de baja calidad que se manifiesta en la mediocridad. El colegio solo no podrá realizar mucho, a menos que cuente con el apoyo de las familias y del entorno social para revertir esta realidad.

En este proceso de alcanzar la excelencia es necesario destacar que la madurez es el estado que nos lleva a reconocer que la realidad es tal como es y nos permite luchar para alcanzar una meta. Es aceptar que Dios nos ha dado capacidades y talentos para un solo fin: el bienestar. Lamentablemente en el transcurso de nuestra vida se inmiscuyen factores que limitan o perturban nuestro bienestar. Salir al frente y afrontar esas adversidades depende de la autoestima que tengamos.

No es fácil llevar una vida de excelencia o perfección, se requiere humildad y ponerse en las manos de nuestro Señor, para que Él moldee nuestras vidas y nos permita tener fe en que nuestros proyectos serán realizados por su voluntad y misericordia. La excelencia o perfección no depende de nuestros propios esfuerzos humanos solamente, depende cuán dependiente somos de la voluntad de Dios. La perfección cristiana es un proceso de vida y tiene como meta final: la plenitud de vida en Cristo. Lograrla dependerá de nuestra relación con el Señor y de nuestra capacidad de esforzarnos por llegar a la meta.

No perdamos la oportunidad de ser ejemplos de excelencia en medio de nuestra sociedad que se debate en medio de la mediocridad y no sabe cómo lograr un mejor estado de vida. Quitemos la mediocridad de nuestra hoja de ruta, optemos por el camino de la excelencia. Tal vez en esta mañana muchos necesitamos salir de esta situación mediocre que de pronto se ha apoderado de nuestras vidas y no nos permite disfrutar la vida con alegría y esperanza. Para ello invito a todas las personas que quieran renovar su fe y su alegría ante el Señor, en este tiempo de aniversario, para que Él renueve sus vidas, sus familias, su salud, sus metas y sus ideales, por caminos de santidad y obtener las bendiciones que Él sólo nos puede dar.

Que el Señor nos acompañe en esta difícil tarea. Amén.

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

 

Nota.- Este sermón se predicó en el Culto de Acción de Gracias por el 122º Aniversario de fundación del Colegio América del Callao, el domingo 15 Setiembre de 2013.

 

       


Copyright © 2013 Rev. Lic. Jorge Bravo-Caballero. Todos los derechos reservados.