Plan Nacional de
Desarrollo. Presionar para el cambio estructural
Un artículo del Dr Xavier Gamboa Villafranca
Referencia Bibliográfica:
Gamboa Villafranca,
Xavier: “Plan
Nacional de Desarrollo. Presionar para el cambio estructural”. Uno más Uno. 29
de enero de 1984. México, DF. México.
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Villafranca
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El 23 de enero
en la presentación del Programa Social del Gobierno Federal para el
Mejoramiento de las Clases Populares y Medias; el Presidente de la República expuso las razones que le permiten
calificar a su administración como popular: en síntesis, el régimen se ha
dotado a sí mismo de un mecanismo que -de manera permanente, oportuna y
objetiva- le permite captar y jerarquizar las demandas, presiones y necesidades
de las diferentes clases y grupos de la sociedad mexicana. Surge entonces, el
quehacer gubernamental de articular todas estas demandas, siempre subordinando el
conjunto a la resolución, efectiva y duradera de los problemas que afectan a
las mayorías.
Independientemente
de las apreciaciones respecto al grado y tipo de contenido ideológico de esta
concepción, con base en ella podrían formularse algunos comentarios en torno al
plano específico de la génesis y evolución de las direcciones económicas:
a) La política
económica del régimen, en su nacimiento, fue más producto de la innovación que
detecta originalidad. Los funcionarios responsables de ella se ocuparon más de
negociar y modificar las presiones contables de que fueron objeto, que de
proponer y crear vertientes originales en la materia.
b) Dado que ha
sido definida y marcha ya la versión
inicial de la política económica, los funcionarios requieren ser presionados
para aligerar el paso marcado, para aminorarlo o para tomar caminos diferentes
a los del Plan Nacional de Desarrollo. Estas presiones no son suficientes,
pero, si suficientes para que el proceso
mantenga su dinámica
c) Las presiones
sobre la burocracia estatal tienen que
ser explícitas; es decir que necesitan manifestarse. De otra manera, no
serían captadas. Por esta razón, en ocasiones, la Presidencia de la República,
entre las más importantes instituciones del sistema político , juega el papel
de auténtico provocador del
afloramiento de las fuerzas latentes.
d) En la medida
en que se manifiesten presiones en favor de los trabajadores y productores
directos del campo y de las ciudades, más popular será -por la magnitud y
dirección de la resultante del paralelogramo de fuerzas que se constituye- la
política económica del gobierno de Miguel de la Madrid.
Si aplicamos
estas reflexiones a la dimensión del cambio estructural, encontramos que su
inclusión en el Plan Nacional de Desarrollo indica el grado en que a su
llegada, el Presidente y su equipo de más cercanos colaboradores estaban
dispuestos a comprometerse, en aras de las clases populares del país, con los
planteamientos del núcleo de dirigentes del movimiento obrero oficial.
Para que el
aparato de gobierno intensifique, o sólo mantenga el énfasis inicial, se
requiere de fuerzas que empujen decididamente hacia el cambio estructural. Sin
embargo, durante la segunda mitad del año pasado, las presiones que debían
haberlo provocado, no fueron precisamente frecuentes ni significativas.
Pareciera que et grueso de las fuerzas ,
progresistas del aparato gubernamental y del movimiento obrero y campesino de apoyo , pro-estatal, é
incluso la propia izquierda, se han guiado por la concepción inmediatista. Sus
cuadros dirigentes han estado preocupa- dos por 1a forma en que se aplican y
por los efectos que produce el Programa Inmediato de Reordenación Económica,
que el Plan Nacional de Desarrollo propuso para salir de la crisis. El aspecto
'crucial de la lucha que será necesario dar, para normar desde ahora el tipo de
sociedad que tendremos una vez superada la crisis, se ha venido relegando.
Sin fuerzas claramente
manifestadas en su -favor, los promulgadores del cambio estructural se verán
derrotados, y no podrán contener , los embates de los que luchan, callada pero
s eficazmente, dentro y fuera del país; por lograr que este concepto no tenga
más aplicación que la del papel en que fue escrito el Plan Nacional de
Desarrollo.
Cuando el Presidente afirmó
el 25 de enero (en la puesta en marcha del Plan Jalisco que la sociedad
mexicana está exigiendo ya cambios de calidad en la dimensión económica del
país, deben darse por aludidos todos aquellos que han temido manifestarse y
actuar abierta- mente en favor del cambio estructural.
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