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Lucha por Modernizar el Campo

 

 

Un artículo del Dr Xavier Gamboa Villafranca

 

Referencia Bibliográfica: Gamboa Villafranca, Xavier: “Estrategia de Cambio Estructural. Lucha por Modernizar el Campo”, Excelsior, Sección Metropolitana.  6 de agosto 1987.  México, DF.  México.

 

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Según la estrategia de cambio estructural del Plan Nacional de Desarrollo 1983-1984, en el sexenio de Miguel de la Madrid  se avanzaría en el proceso de modernizar al sector agropecuario y forestal. De conformidad con este documento, el régimen se comprometería en el propósito d reorientar la dinámica tradicional de la agricultura, la ganadería y la silvicultura, para lograr que el campo produjera bienes exportables, para que de el salieran mayores volúmenes de las materias primas  que utilizan la agroindustria y otras ramas de la planta industrial ubicada en México y para que generara una mayor proporción de los alimentos que requieren  las mayorías populares  que viven en las ciudades del país.

 

Pero también de acuerdo con el propio texto del plan, la administración presidencial delamadrista asume este compromiso por una razón adicional fundamental. Se pensaba que si el sector agropecuario se fortaleciera, sería una palanca formidable para contribuir al desarrollo rural integral. Y el desarrollo rural integral significaba, antes que otra cosa, asegurar que los habitantes  del campo tuviesen adecuadamente y oportunamente satisfechos sus requerimientos nutricionales. En el fondo se parte de que para ello existían dos caminos que habría que recorrer simultáneamente. El primero conseguir que los pobladores del agro produjeran buena parte de sus alimentos, el segundo camino consistía en auspiciar que los campesinos pudieran comprar la parte restante de sus alimentos en n mercado que los tuviera físicamente  disponibles  en condiciones adecuadas de preservación y a precios accesibles.

 

Se trata del PND pues, de una concepción de cambio estructural que apunta a que el desarrollo rural  integral logre traducirse  principalmente en asegurar que vía mercado y vía producción para el autoconsumo, los desempleados, jornaleros agrícolas y campesinos pobres del campo, tengan acceso a los alimentos básicos que necesitan. ¿Cómo maneja el PND que puede lograrse un desarrollo rural, que integre las políticas gubernamentales destinadas a modernizar el sector agropecuarios , con las políticas orientadas a atender las necesidades centrales de sus habitantes particularmente en materia de alimentación?

 

En una dimensión sociopolítica, es posible afirmar que se planteaban cuatro requisitos fundamentales:

 

1. Que las dependencias gubernamentales (de los tres niveles de gobierno), organismos descentralizados y empresas públicas cuyas funciones tuvieran que ver total o parcialmente  con las modalidades de comportamiento y crecimiento del sector agropecuario y forestal, realmente destinaran recursos proporcionalmente significativos  a la formulación de programas y ejecución de acciones claramente orientadas a la producción y abasto de los alimentos que la población rural necesitaba urgentemente.

 

2. Que esta actuación de aparato de gobierno y del sector público, respondiera ejecutivamente a los planteamiento de organismos que verdaderamente resisten intereses de las mayorías que están en el agro.

 

3. Que las organizaciones legítimamente representativas de la posición de los productores directos del campo no fueran solo emisores de demandas sobre el gobierno y sus empresas , sino que también participaran como corresponsales  en la planeación, ejecución, supervisión y evaluación de los mecanismos que desde el gobierno se propusieran para satisfacerlas.

 

4. Que se emplearán a fondo el talento de dialogo y la negociación tanto para lograr que la multitud de Dependencias y empresas públicas relacionadas con el medio rural actuara coordinadamente , cuanto para obtener acuerdos y concertar acciones entre aparato de gobierno y organismos representantes de mayorías populares del campo.

 

En estos cuatro requisitos, entonces había un asunto nodal: la organización de la población. Organización  en la medida requerida para fortalecer tecnologías  y administrativamente sus procesos tradicionales de producción para el autoconsumo. Organización política para empujar al sector público y operar redes tales de distribución de alimentos básicos, que garantizan que estos llegaran adecuadamente y oportunamente a las mesas de los demás débiles  consumidores  rurales a precios inferiores a los vigentes en el mercado del sector privado.

 

A partir de esta concepción y d estos planteamientos el régimen intento avanzar en su propósito de modernizar al sector agropecuario para asegurar alimentos a la población del campo. La SARH, el DIF, la SRA, Banrural y la SEP, buena parte de las instancias dedicadas al fomento agrícola y pecuario en los gobiernos de los estados, por ejemplo, intensifican los programas de huertos familiares y granjas integradas. El CONACYT refuerza sus programas y operacionaliza los instrumentos de que dispone con la finalidad  de auspiciar, fomentar y financiar  investigaciones científicas e innovaciones tecnológicas dirigidas a fortalecer los equipos que utilizan y los procesos que siguen los campesinos y jornaleros para producir los alimentos que directamente consumen. Una proporción no despreciable del conjunto de instituciones de educación superior y de centros de investigación del país participan activamente en esta nueva línea de consejo, por ejemplo: el propio INIFAP; la CIT de la UNAM; la ESIME, Instituto de Investigaciones de la UAP; el CIEIAA, de la Universidad de Guanajuato; el CIA, de la UNAL; el INSTITUTO DE investigaciones, de la Universidad de Colima; prácticamente todos los tecnológicos agropecuarios, de la SEP. También se presentaron adelantos en la acción del sector público, orientado a la comercialización para hacer llegar alimentos básicos a la población rural. Destaca al respecto, el Programa de Distribución Rural de Diconsa. Para finales de 1985, tenía ya 12497 tiendas de operación en el campo de las cuales 11614 eran Tiendas Campesinas de Participación Comunitaria, para atender perfectamente la demanda de familias que percibieran menos del salario mínimo vigente.

 

En estas y otras acciones parecidas a la administración federal y los gobiernos estatales y municipales tuvieron que dar una fuerte lucha política , por logra que se cumpliera el requisito fundamental de que su propia actuación  contara con la participación de una población rural organizada. Ante todo, fue menester enfrentar una realidad : entre los estratos de los habitantes del campo, que por sus condiciones  de trabajo y vida requerían el apoyo urgente del sector público  para asegurarles alimentación, existían niveles muy bajos de organización. Pero paradójicamente tampoco había una red –una serie de mecanismos articulados- que garantizara que desde el Estado se auspiciara el que se llenara esta laguna.

 

Los partidos y agrupaciones políticas no funcionarían fácilmente en esta dirección. Los de izquierda con arraigo popular real tenían influencia básicamente local y regional; los de apoyo forestal tenían una escasa tradición de militancia, salvo en momentos de preparación y ejecución de procesos políticos-electorales; los de derecha , estaban más enfrascados en aglutinar coyunturalmente clientela política a partir de errores del gobierno y de las fuerzas aliadas de éste, que interesados en sentar bases para la verdadera organización de la población depauperada del agro, para el mejoramiento sustancial de sus condiciones de vida.

 

La verdadera es que el Estado mexicano contaba con otros muchos mecanismos de penetración en el medio rural. Sin embargo, de los existentes prácticamente en ninguno podía echarse realmente a cuesta la responsabilidad  de organizar a los pobladores rurales, para que fueran efectivamente conductores de la manera y el ritmo conforme al cual se garantizara el acceso a los alimentos básico. Y pensar en una combinación entre ellos, con estos fines era claramente utópico. Seguramente por ello en lo fundamental no se recurrió tampoco a las organizaciones preexistentes, aglutinadas entre otras en torno al crédito rural, a la tenencia de la tierra, al agua, a la educación, a la religión y al suministro de servicios (energía eléctrica, agua potable, alcantarillado, etc.,) individuales y colectivos.

 

En estas condiciones por lo tanto fue necesario intentar, auspiciar el surgimiento de organizaciones ad hoe, para ser contraparte del gobierno en sus políticas y acciones orientadas a satisfacer, mantener elevar los niveles nutricionales. Sin embargo, la puesta en marcha de acciones concretas orientadas en esta dirección abrió otros frentes otros frentes, en los cuales la administración delamadrista se encontraba luchan, todavía para finales de noviembre de 1986; ¿Cómo evitar que organizaciones preexistentes capitalizaran políticamente a su favor, como un en sí mismo de las acciones gubernamentales y a los grupos auspiciados  por éste?. ¿De qué manera pudiera garantizarse la legitimidad de las organizaciones ad hoc auspiciadas? ¿Qué medidas habría que implantar, para evitar que los niveles de servidores públicos nutridos con esta concepción –y fuertemente motivados por ella- se desgastaran inútilmente, ante el hecho insoslayable de que a menudo se ubicaran en dependencias movidas por inercias bien diferentes a la negociación, a la concertación y sobre todo a la conducción de la acción del gobierno por los más pobres del campo? ¿De qué manera podría combatirse eficazmente la embestida ideológica del sector privado que veía, en el propósito declarado y legalmente fundamentado de fortalecer al sector social, peligrosos indicios de que el gobierno se empeñaba en acercar a México al socialismo? ¿Cómo superar las pugnas que se daban entre corrientes, que coexistían en el aparato de gobierno y en la empresas públicas, que llevaba frecuentemente  a sus respectivos  a intentar apoyar exclusivamente a organizaciones de consumidores rurales, de jornaleros agrícolas y de campesinos pobres, inscritos en organismos que coincidan con sus propios intereses y posiciones? ¿De que manera pudiera llegar la enorme distancia realmente existente entre organizaciones de alcance nacional y organizaciones locales, que dificultan el llevar a la práctica acuerdos concertados con los primeros y, viceversa, el que fueran reconocidos por estos los compromisos adquiridos con organizaciones de base?.

 

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