MANUEL CERRILLO: TECNOLOGO DEL FUTURO

EN LOS AÑOS TREINTA .

Un artículo del Dr Xavier Gamboa Villafranca

Referencia Bibliográfica: Gamboa Villafranca, Xavier: “Tecnólogo del Futuro en los años treinta” Dr. Manuel Cerrillo Valdivia: una vida ejemplar. Instituto Politécnico NACIONAL. México, DF. México, mayo de 1989. Ver Portada

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Han pasado más de 50 años desde que el .Ingeniero Manuel Cerrillo deja, en 1937, la dirección de la ESIME, para realizar su doctorado en el Massachusetts Institute of Technology. No obstante el tiempo transcurrido, su concepción del quehacer para incrementar la presencia del Instituto Politécnico Nacional en la resolución de los problemas tecnológicos del país es, no sól0 actualizada, sino de auténtica vanguardia, en los labores de la última década del siglo XX.

En su propia época, el reconocimiento a Cerrillo trascendía las fronteras de la ESIME y del IPN en su conjunto. En los lugares más disímbolos se dejaba sentir su presencia y el impacto de su obra. Incluso en la UNAM, en esos momentos rival acérrimo del Instituto -por profundas divergencias en el conceptualizar y en el actuar no se desconocían, ni sus dotes personales, ni la trascendencia de su labor.

Cuando Cerrillo ingresa a la EIME, viene acompañado de - un sólido interés por el estudio, especialmente por las matemáticas. Aprovecha al máximo esta circunstancia y el alumno Manuel Cerrillo sobresale, como lo confirman sus condiscípulos (el Ing. Claudio Castro, por ejemplo) y profesores (los ingenieros Juan Mancera, Carlos Luca y Rodolfo Peter, por mencionar a algunos). Tanto, que los más recios de ellos siguieron paso a paso su trayectoria, legándonos para el presente y el devenir documentos escritos al respecto.

El Ingeniero Manuel Cerrillo, graduado en la EIME, viaja al extranjero para realizar estudios de pos grado por convicción personal metido en un proceso de permanente actualización, descuella fácilmente allá. Desde entonces, sus contemporáneos mexicanos perciben que su preocupación básica era la de asimilar tecnología foránea para, luego, adaptarla -con altas - proporciones de innovaciones efectuadas por él mismo- a las condiciones de la planta productiva de nuestro país, y para formar cuadros capaces de manejar la componente tecnológica de esta manera incorporada a México.

Una vez de vuelta a México, el profesionista Manuel Cerrillo era altamente apreciado por sus labores en la industria privada, tanto mexicana como extranjera, ubicada en esos días en el país. Se le reconocía una capacidad poco común para aplicar la teoría a los problemas rutinarios, prácticos, -de la ingeniería. Por ello, llega a ocupar, en poco tiempo, -cargos importantes de dirección. La aplicación profesional de Cerrillo, a los procesos industriales, fue pues intachable. -Pero eso a él no le bastaba: sentía el llamado de la cátedra; la necesidad de formar a otros en lo que él manejaba.

El docente de la ESIME, Manuel Cerrillo, dejó honda huella en sus alumnos, que le reconocían sentido social a su labor didáctica y justicia en la efectiva resolución de los problemas que cotidianamente se presentan en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

El trabajo del Director de la ESIME, Manuel Cerrillo, -refleja que era innovador hasta en el ejercicio de la autoridad institucional, pero siempre le fue reconocida la capacidad de diferenciar lo posible de lo deseable. Esta enorme capacidad creativa ¡o lleva a fundar, por ejemplo, la Escuela - de Postgraduados. Fue ésta uno de los muchos mecanismos que - dejó funcionando para que su concepción del quehacer y el dinamismo que le imprimió a la ESIME prosiguiera, aún bajo su ausencia. Su sentido claro de la realidad y de las limitaciones que ésta le impuso en un momento dado, le hace ver cuándo es tiempo ya de dejar la Dirección. Y, así como dejó una importante posición en el más fuerte grupo industrial de México en esos momentos, para incorporarse a la planta docente y de Dirección de la ESIME, así abandona el más alto puesto de autoridad en su alma mater. Lo hace callada, discreta, institucionalmente. cierra un ciclo y emprende la conquista de una nueva meta: la realización de sus estudios de doctorado en el MIT. Aunque debe precisarse: lo fundamental para él no era la obtención de grados. Lo básico era armarse para dar la lucha para la técnica en su patria.

Del aula de la EIME a la fábrica del país; de la industria a los estudios en el extranjero; de éstos a la aplicación de innovación de conocimientos adquiridos, directamente a la planta productiva; de ésta a la docencia, para formar los cuadros en la propia ESIME, una vez que la tecnología extranjera había sido sometida a la prueba de la praxis en la realidad mexicana; de la cátedra a la Dirección de la ESIME; de -- ésta última, nuevamente al aula en el extranjero, para cerrar un primer plano de un ciclo interrumpido durante toda su -- vida.

Aún, desde su larga estancia en el extranjero, prosiguió su interés en coadyuvar en el proceso. Continuó haciendo todo a su alcance para que estudiantes y egresados de la ESIME siguieran el camino que él ya había transitado. Conseguía becas para el extranjero, aún cuando él no tuviera participación -- alguna en la selección de quienes las disfrutaran. En los EUA, al igual que aquí, el dinero no era gran preocupación; sólo el mínimo para vivir. y, desde allá defendió, lo más que pudo, los logros de los ingenieros politécnicos de la ESIME, para - poner muy en alto la calidad de los recursos humanos mexicanos, en el proceso del desarrollo tecnológico de su Patria.

Cerrillo conjunto virtudes muy difícilmente encontradas en un solo hombre. Conjuga sus habilidades y destrezas como - científico, administrador, profesor, organizador, tecnólogo y técnico, con profundos valores político-personales que le hacen actuar con nacionalismo aquí y en el extranjero, con honradez para el manejo de los recursos que se le asignaron y con sensatez y sensibilidad en el ejercicio del poder inherente a los puestos de autoridad académica que llegó a detectar. Tenía -y quería practicar con el ejemplo- la modestia innata al verdadero saber. Reconocía, sin embargo, que esta característica no era algo socialmente generalizado, por lo que comprendía y hasta excusaba el proceder de los que carecían de - modestia. Supo siempre ubicar los frentes tecnológicos más importantes; ubicarse siempre en la vanguardia. Hacía confluir una aguda actitud de crítica, que lo llevaba a detectar el trasfondo de los problemas que enfrentaba, con una actitud -- funcional de las relaciones de suprasubordinación con sus pares, superiores y colaboradores.

¡impresionante legado, el del Maestro Manuel Cerrillo!