Entrenamiento de tecnólogos para el cambio estructural
Un artículo del Dr Xavier Gamboa Villafranca
Referencia Bibliográfica:
Gamboa Villafranca,
Xavier: “Entrenamiento de tecnólogos
para el cambio estructural”, Uno más Uno. 26 de febrero de 1984. México, DF. México Ver Portada
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Para llegar a una sociedad estructuralmente diferente, el Plan Nacional
de Desarrollo persigue la aplicación de una estrategia de fortalecimiento
tecnológico. Así formulado , el planteamiento es reconocido como válido, por
buena, parte de las corrientes que, se mueven en el criterio del propio aparato
de gobierno; por las más influyentes organizaciones, que le proporciona éste su
sustento político, y por la mayoría de las organizaciones de -derecha como de
izquierda. Aunque por muy diferentes motivos, los dirigentes de este
heterogéneo conjunto de fuerzas concuerdan en que es necesario que ahora
se emprendan acciones para elevar los niveles de Ia tecnología del país, para
que al salir de la crisis tengamos, una sociedad en la que la generalidad de
las unidades económicas existentes estén aplicando más eficientes procedimientos,
para producir bienes y servicios; utilizando equipos y maquinaria funcionen mejor y generando, por
tanto, productos de mayor calidad a menor costo.
Este consenso,
en lo general, sin embargo dista mucho de darse en torno a los factores concretos,
de cuya puesta en marcha depende el que la estrategia se aplique o no en la
realidad. Dentro del propio sector público, quizá el tema más controvertido en
este sentido, es el de si, el desarrollo tecnológico se dará como resultado de
un proceso básicamente unidisciplinario si ello sobrevendrá de la
Interdisciplina.
Existe un
amplio rango de posiciones al respecto. En uno de los extremos que se sitúa la
corriente gubernamental que ha logrado colocarse en la vanguardia del Estado
mexicano, en la lucha por implantar la estrategia del cambio estructural. Su
praxis indica que ésta concibe que el cambio tecnológico es de la incumbencia
directa de las ciencias básicas y de las ingenierías pero que, si no es a
través de una actividad de apoyo de las ciencias sociales, carece totalmente de
sentido. Sin la presencia práctica de éstas, no es factible determinar
problemas tecnológicos socialmente válidos, ni evaluar el impacto
sociopolítico, económico e ideológico de diversas alternativas de resolución de
un problema tecnológico concreto; menos aún, concebir y aplicar exitosamente
programas para el desarrollo tecnológico integral de una región específica.
En el otro
extremo encontramos la posición esgrimida por los cuerpos directivos de algunos
centros de investigación, que no aciertan a comprender la complejidad social
que es menester tomar en consideración si la ingeniería ha de servir realmente
para que la tecnología cumpla el papel que le está reservado en el PND, como
ingrediente fundamental de la transformación cualitativa de este país.
Incluso en instituciones de prestigio, responsabilizadas de formar recursos humanos para la gestión tecnológica de entidades productivas, se llega a! punto de pretender suprimir la totalidad de las instancias internas encargadas de nutrir con elementos científico-sociales aplicados, el entrenamiento de los futuros tecnólogos.
Un claro ejemplo lo constituye el lastimoso caso del Centro de Enseñanza Técnico- industrial de Guadalajara, que se viene, arrastrando desde el 2 de enero del presente año, cuyas autoridades se empeñan en convertir al proceso de enseñanza-aprendizaje en asunto exclusivo de una ingeniería del más puro corte tradicional.
La distancia entre los extremos del rango de posiciones, indica qué en torno a este aspecto medular se dan agudas contradicciones entre grupos de la burocracia pública. Normar el presente en función del modelo de sociedad que para el futuro propone, el PND implica forzosamente, que la lucha se resuelva a favor de la concepción progresista.
Una manera expedita de inclinar la
balanza estriba en que las diversas cabezas de sector involucrados implanten
mecanismos que les garanticen contar con cuadros de mando en los organismos
descentralizados dedicados a educar e investigar en aras del fortalecimiento
tecnológico, capaces de entender en toda su amplitud los procesos de
cambio estructural y los requerimientos
interdisciplinarios para que la tecnología los apoye. Sin asegurar esta
comprensión, en los niveles intermedios de toma de decisiones del sector
público, la balanza bien puede inclinarse, para el otro lado.
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