Alcances y límites del Fortalecimiento Tecnológico. Arma en la disputa entre Capital y Trabajo
Un artículo del Dr Xavier Gamboa Villafranca
Referencia Bibliográfica:
Gamboa Villafranca, Xavier. “Alcances y límites del Fortalecimiento
Tecnológico. Arma en la disputa entre Capital y Trabajo”, Excelsior,
Sección Metropolitana. 1° de octubre de 1987.
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Villafranca
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El 18 de
septiembre de 1987, en la clausura del Pacto de Unidad Revolucionaria de la
Ingeniería Nacional, el presidente de la Madrid plantea que, en comparación con
lo que significó crear la infraestructura del país, el modernizarla no debe ser
tarea difícil:
“La ingeniería mexicana es un claro ejemplo de cómo la técnica se ha puesto al servicio de la ideología, en su sentido elevado, amplio, profundo; no en la ideología de retórica, sino en la ideología de eficacia política que es influir y transformar la realidad conforme a los ideales y a las doctrinas que se profesan... Si los ingenieros han hecho las presas y los sistemas de irrigación, si han hecho las carreteras y los ferrocarriles y los aeropuertos, si han hecho las escuelas, estoy seguro que sabrán apoyar a la nación en este nuevo capítulo renovación nacional...”
En
la semana comprendida entre el 21 y el 25 de septiembre se realiza en el
Instituto Politécnico Nacional el Seminario sobre Propiedad Industrial. El 28
de septiembre se llevan a cabo dos importantes eventos: por un lado, la
Canacintra inaugura la exposición “Tecnología 87”; por el otro, en el Centro
para la Innovación Tecnológica de la UNAM, tiene lugar la primera sesión del II
Seminario Latinoamericano de Gestión Tecnológica. El mismo día 28, Excelsior
publica, en su sección de avisos de ocasión el anuncio de una empresa privada
que solicita los servicios de un director de proyecto, en el área de
biotecnología.
En
su edición correspondiente al día siguiente, este rotativo presenta dos
reportajes, que cubren las sesiones inaugurales de Tecnología 87 y del Taller
de Gestión Tecnológica. Asimismo, incluye un artículo del prestigiado
columnista León García Soler y otro del profesor e investigador universitario
Sergio de la Peña. Según el primero de los reportajes, el presidente de la
Canacintra José Moreno Sada, sostiene que la apertura comercial y la necesidad
de exportar constituyen los factores básicos que determinan que el industrial
mexicano perciba que en la inversión en tecnología se encuentra el camino más
adecuado para actualizar sus procesos productivos. DE acuerdo con el segundo
reportaje. Mauricio de María y Campos, subsecretario de Fomento Industrial de
la Secofin, anuncia oficialmente el envío, al Congreso de la Unión, de una
Iniciativa de la Ley sobre Metrología y Normalización que, entre otras cosas,
someterá a normalización 18 productos y servicios generados y utilizados en
México.
Respecto
a los artículos, en el de García Soler se afirma que, como parte de la
reconversión de la empresa automotriz Ford, ésta instaló una fábrica que
utiliza tecnología de vanguardia (robótica, principalmente) en Hermosillo,
Sonora, por lo que pudo imponer una solución radical a las demandas de aumento
salarial de los trabajadores de su Planta de Cuautitlán, México: la liquidación
de 3,200 obreros. En el suscrito por de la Peña, éste defiende el que las
autoridades monetarias del país no le impriman una mayor aceleración a la
devaluación del peso –como han
insistido los exportadores-, bajo el argumento de que éstos fallaron en
aprovechar el “respiro” que les dio una alta subevaluación para generar
innovaciones tecnológicas importantes y volverse así más productivos.
¿Qué
representan estos hechos y declaraciones? Veamos algunas posibles
implicaciones:
1)
Las palabras presidenciales del 18 de septiembre, fueron interpretadas, por funcionarios
gubernamentales con jurisdicción sobre el fomento y enlace tecnológico, como
una llamada para acelerar el paso.
2)
De acuerdo a este llamado, buena parte de cuyo contenido se presenta en forma
de reto, el sector público intensifica sus acciones obligatorias de
coordinación y de concertación con los sectores social y privado, para
efectivamente movilizar –en lo que resta del sexenio- al enorme potencial para
el desarrollo, representado por la tecnología.
3)
Empresarios y autoridades educativas, en los altos y medios niveles de toma de
decisión de las organizaciones e instituciones que representan sus intereses y
concepciones, empiezan a fungir como multiplicadores del reto-llamado, lanzado
por el presidente. En parte como resultado de la acción de estímulo y
desestímulo del gobierno, acicalado para hacer más en menos tiempo; en parte
como producto de su propia dinámica interna... las principales instituciones
formadores de recursos humanos y las organizaciones “cúpula” de las fracciones
industriales del capital privado ubicado en el país, reflejan una apropiación
de la necesidad de hacer innovación tecnológica, intensiva; en las porciones de
la planta productiva sobre las que mantienen influencia.
4)
El convencimiento de efectuar el fortalecimiento tecnológico de equipos,
procesos y productos, ha arraigado en las propias empresas. La localización y
contratación de recursos humanos capaces de lograrlo, se convierte,
progresivamente, en una necesidad “sentida” en la pequeña, mediana y gran
unidad económica.
5)
El propósito de robustecer la dimensión tecnológica de las empresas y de la
parte de la planta productiva controlada por el sector privado no obedece, sin
embargo, exclusivamente al llamado presidencial. Quizá en mayor medida a las
predicciones de los intereses ligados al capital privado ya ubicado en el país.
Estas dibujan un cuadro en que, por falta de productividad, la competencia de
productos extranjeros lleva a la quiebra a la industria ahora existente. Y no
hay que soslayar, desde luego, el hecho
de que medidas jurídico-legales, como la Ley de Metrología y Normalización, de
aprobarse, obligarán objetivamente a las plantas industrial a modernizar su
tecnología.
6)
Con sus intereses en potencial peligro y con un marco jurídico-legal relativamente
determinante, el sector privado –en conjunción con gobierno y elementos e
instituciones de ciencia y tecnología- se apresta a hacer uso de las
facilidades que el régimen otorga: fondos del Programa México, estímulos
fiscales, financiamiento en proyectos de Riego Compartido del CONACYT,
posibilidad de que empleados de empresas privadas sean miembros del Sistema
Nacional de Investigadores, participación en organismos tripartitas (sectores
público, social y privado) de planeación y decisión sobre la reconversión
industrial del país, etc. De manera especialmente importante, las empresas
tecnológicas empiezan a formar parte del Registro Nacional de Empresas
Tecnológicas, operado por la Secofin, como un poderoso instrumento en la
transformación de las condiciones tecnológicas de nuestra economía.
7)
En la medida en que planes, programas y acciones tendientes al fortalecimiento
tecnológico se generalizan, la tecnología se convierte cada vez más, en un arma
de la lucha de clases. Desde espacios cerrados corrientes de izquierda y
centro-izquierda, en el sistema político mexicano surgen presiones que
persiguen obligar a una definición del para qué llevarlo a cabo, así como voces
de alarma respecto a las funestas consecuencias que una modernización
tecnológica a ultranza podría traer sobre la alianza movimiento obrero-Estado y
sobre las condiciones de trabajo y vida de las mayorías nacionales.
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