2.1. Alianza para la Producción y Medio Rural
Un elemento del artículo: 1977, Año de la "Reconstrucción": Reforma
Política y Alianza para la Producción en el Agro Mexicano del Dr Xavier
Gamboa Villafranca.
2.1. Alianza para la Producción y medio
rural
a) El aparato burocrático y la conducción de la
proletarización rural.
b) La inversión las fracciones rurales de la
burguesía
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Villafranca
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2.1. Alianza para
la Producción y medio rural
La Alianza para la
Producción tiene objetivos concretos para cada uno de los diferentes sectores
de la economía. En el caso del agro" la concepción gubernamental de la
Alianza para la Producción la coloca como posibilita- dora de: incrementos en
la producción de alimentos; la obtención de mayores volúmenes de productos
agropecuarios de exportación; mayor producción de' materias primas
industriales; generación de fuentes de empleo en número más adecuado. Para
llegar a estos objetivos, el aparato burocrático elabora una serie de planes;
todos ellos convergentes en el "Plan Sectorial" elaborado al
respecto: el Plan Nacional de Desarrollo Agrícola y Ganadero. El Plan
mencionado contempla :
a. El papel que le
toca jugar al sector agropecuario en la economía global del país ;
b. La delimitación
de lo que debería suceder, al interior del sector, para que este papel tenga
cumplimiento.
Se pretende que la puesta
en marcha del PNDAG posibilite, en la economía global del país: elevar
el ritmo de crecimiento del producto agrícola por encima del crecimiento
demográfico; impedir que se agudice la tendencia a la reducción del área de
cultivo dedicada a la producción de alimentos de consumo interno, con lo que
presumiblemente se tendría un menos acelerado proceso de aumento de los precios
al consumidor de estos productos; abatir el déficit de materias primas
industriales de origen agropecuario; evitar que se contraiga más el crecimiento
de las regiones geográficas y de los renglones económicos del sector que ha
denotado el mayor índice de crecimiento; evitar la mayor contracción de la
demanda de productos provenientes de las empresas capitalistas del agro;
colocar protecciones contra el incremento de los costos de insumos utilizados
en el proceso de producción; impedir la agudización del desempleo rural -y,
consecuentemente, urbano--, "arraigando” a las clases trabajadoras del
campo en sus lugares de origen.
En lo que se refiere a lo
que debe acontecer al interior del sector agropecuario" existe -en
los planteamientos gubernamentales respecto al contenido concreto que debe
tener la Alianza para la Producción en el agro- la clara convicción de que los
objetivos mencionados son básicamente asequibles sólo a través de la
significativa reducción de la presencia económica del "improductivo"
sector ejidal y minifundista privado. El cumplimiento del papel que le toca
jugar al medio rural dentro de la Alianza para la Producción -y dentro del
esquema gubernamental global del proceso de salida a la crisis- sólo podría
lograrse, así, en la medida en que el capitalismo se implantara "en
serio" en el agro. Resulta indudable que el modo de producción capitalista
es el predominante, no sólo en el sector agropecuario, sino en el conjunto de
la formación social mexicana. Sin embargo también es incuestionable que,
coexistiendo con él, persisten formas de producción no típicamente capitalistas
que algunos catalogan como "mercantil-simples" y otros como formas de
"organización campesina". Lo, que persiguen los planteamientos gubernamentales
es, precisamente, la reducción -al máximo posible- de estas formas de
producción no capitalistas. Es por ello que en este documento se sostiene la
hipótesis de que el esquema estatal de desarrollo en el agro gira realmente a
partir de 1978, en torno al objetivo de la "descampesinización"; de
la proletarización definitiva y sin ambajes de la mayoría de los productores
directos del campo mexicano.
De esta manera, la
implantación "en serio" del capitalismo en el medio rural -implícito
en los planteamientos gubernamentales respecto al papel que debe jugar el
sector en la Alianza para la Producción- implicaría: la máxima generalización
de las relaciones saláriales, con objeto de que éstas sustituyan al mecanismo
de dotación de tierras como principal medio de generación de empleos en el
agro,; la máxima expansión de las empresas capitalistas, sea en su forma
"pura" ( donde se admiten abiertamente las relaciones saláriales) o
en su forma mixta ( donde formalmente el capital privado o público no emplea
trabajadores ejidales y jornaleros agrícolas, sino que se "asocia"
con ellos) ; la "descampesinización" y proletarización definitiva de
una gran parte de los actuales productores directos; minimizar la situación
social conforme a la cual un trabajador directo en el campo es a la vez dueño o
poseedor formal de tierra. Más concretamente, estas cuatro implicaciones
significarían que el aparato burocrático busca: el fortalecimiento de las
empresas capitalistas ya existentes, continuando la canalización de recursos,
tecnificación y mecanización gubernamental que se ha venido dando
tradicionalmente; suprimir o reducir el apoyo gubernamental -representado por
volúmenes adecuados y oportunos de crédito, tecnología e infraestructura, así
como por todo tipo de subsidios y "condonaciones"- a las unidades
productivas" existentes y de nueva creación, que no satisfagan los
requerimientos organizativos -de empresa capitalista- planteados por los
esquemas del aparato burocrático; auspiciar la mayor concentración de la
producción y de utilidades en las empresas capitalistas agropecuarias y
agroindustriales; lograr formas "asociativas" entre "pequeños
propietarios", ejidatarios, minifundistas privados, inversionistas
nacionales y extranjeros y gobierno, con el fin de que las unidades productivas
no sean de tamaño pequeño; convertir a los ejidos y zonas comunales en unidades
de producción "autofinanciables", es decir, en empresas con
organización, dirección y tasas de explotación, ganancias, acumulación y
reproducción típicamente capitalistas; impulsar a la pequeña y mediana
industria en el campo, para "utilizar" el subempleo estacional y
"mejorar" el uso de la tierra; regularizar la tenencia de la tierra
para que no ofrezca "inseguridad" al capitalista interesado en invertir
en el agro; hacer productivas las tierras "ociosas" haciendo
depuraciones censales en los ejidos y aplicando la Ley de Tierras Ociosas en la
pequeña propiedad; no afectar superficies para fines de reparto de tierras y,
por el contrario, evitar invasiones "ilegales" ; elevar los precios
de garantía de productos agropecuarios, mejorando el proceso de
comercialización hasta llegar a niveles cercanos a la desaparición de los
intermediarios del campo; aprovechar más racionalmente, en aras del mejor
funcionamiento de las unidades productivas autofinanciables, las tierras y
aguas en los distritos de temporal y de riego; proporcionar a las nuevas
unidades productivas los resultados de la investigación agropecuaria realizada
por el gobierno.
El esquema estatal de
desarrollo del campo, como coadyuvante en el pro- ceso de salida a la crisis,
contempla así la coordinación -y constante evaluación- de las diferentes
instancias (federales, estatales y municipales) de la burocracia pública y
representantes del capital privado rural, financiero, industrial y comercial, a
fin de que la acción de los Comités Estatales de Producción, los Distritos de
Riego, los Distritos de Temporal y los Comités Locales de Producción, redunde
en última instancia en la diferenciación social básicamente constitutiva de
burguesía y proletariado rural, minimizando la presencia del campesinado.
Por el lado de la expansión
de la burguesía" los mecanismos mencionados deberán intentar, según el
esquema gubernamental, estimular la inversión privada en el campo, fundamentalmente
del capital monopolista -incluso inversión externa directa proveniente del gran
capital transnacional monopolista- y "competitivo", de manera que la
organización interna de las unidades productivas en las áreas irrigadas y en
las de buen temporal redunde en la consolidación y/o creación de empresas
agropecuarias y agroindustriales de corte típicamente capitalista.
Por el lado de la
proletarización y "descampesinización", se trata de: convertir a una
minoría de ejidatarios y minifundistas privados en "socios" de
empresarios capitalistas; transformar a la mayoría de los actuales campesinos
en asalariados -reales o formales- de los empresarios -actuales o nuevos-; dar
ocupación más o menos permanente a ]os aproximadamente 3 millones de jornaleros
agrícolas que en la actualidad existen; convertir al grueso de los solicitantes
de tierra en propietarios permanentes, ya una minoría -vinculada con
situaciones explosivas de lucha de clases- en ejidatarios, vía su colocación en
las "vacantes" de tierra abiertas por la compra gubernamental de
superficie- a pequeños propietarios, por la "regularización" de
tierras, por la puesta en marcha de las grandes obras hidráulicas de riego
iniciadas el sexenio pasado, o por el establecimiento de Nuevos Centros de
Población Ejidal en el sureste del país.
Todo lo anterior significa
que así como la Alianza para la Producción tiene objetivos concretos, diversos,
para cada uno de los diferentes sectores de la economía, también el contenido
de los planteamientos gubernamentales para un sector específico -en este caso
el agropecuario- incluye una clara delimitación de los roles económicos
que las instancias intraestatales deben jugar. Con objeto de lograr la
implantación efectiva del esquema tripartita, compuesto por la cadena "descampesinización-empresarialización-proletarización"
definitiva) conforme al cual el agro deberá convertirse en coadyuvante al
sorteo de la crisis para 1980, estas instancias tiene definido el papel que
deberán desempeñar. El aparato burocrático, además de regir el proceso de
implantación global del esquema, debe proporcionar infraestructura,
financiamiento, mecanismos adecuados de comercialización y tecnología. El
trabajador agrícola y ganadero debe tener una mayor productividad ( mayor
explotación) .El empresario agrícola debe invertir más, ,ganar más y
proporcionar mayores volúmenes de materias primas, bienes de exportación y
alimentos populares a la vez debe abrir constantemente nuevas fuentes de
empleo. El empresario, nacional y extranjero, con intereses ubicados en otros
sectores de la economía) debe canalizar fondos hacia la producción agropecuaria
y agro- industrial.
Ya se ha visto, en el
primer título de este documento, que la aceptación de las propuestas de la
fracción hegemónica de la burocracia pública, en cuanto a la implantación de la
Alianza para la Producción como mecanismo para "salir" de la crisis
de la economía del país, no compete básicamente a la izquierda revolucionaria;
es un asunto que se determina, en lo fundamental, en el ámbito interno del
Estado mexicano. También se ha pasado revista al hecho de que las diferentes
categorías sociales del capital privado no aceptan automáticamente las
propuestas, al respecto, de la fracción lopezportillista del aparato
burocrático, sino que ello depende fundamentalmente de la medida en que éstas
presenten concordancia con sus propias perspectivas en cuanto a tasas de
explotación, ganancia, acumulación y reproducción. Por último, hay que recordar
la mención en el sentido de que el mismo aparato burocrático, fuente de las
propuestas global es y concretas en cuanto a la forma en que a través de la
Alianza para la Producción puede sortearse la crisis, no está exento de
contradicciones en su seno.
En el caso concreto del
sector agropecuario, todas estas circunstancia.~ están presentes. El efectivo
cumplimiento del rol económico que la fracción hegemónica de la
burocracia central se delimita a sí misma (y delinea a las otras instancias
intraestatales vinculadas directamente al medio rural) , en concordancia con la
Alianza para la Producción, el PNIDAG y el esquema de descampesinización, va a
estar obstaculizado tanto por factores ubicados en el propio seno del
aparato burocrático" como por circunstancias localizadas en el "medio
ambiente" social en que éste se encuentra inmerso. Veamos lo anterior con
mayor detalle.
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a) El aparato
burocrático y la conducción de la proletarización rural.
Dentro de los lineamientos
económicos que implica el esquema de la proletarización-descampesinización
definitiva, del agro, el aparato burocrático se auto asigna un papel: el de
"rector" o efectivo conductor de este proceso. Sin embargo surgen en
la realidad algunas circunstancias que dejan ver claramente que el gobierno
federal no tiene la fuerza real que ello requeriría. Estas circunstancias son,
básicamente, las siguientes :
i)Al interior de
la burocracia pública hay grupos que no están de acuerdo con la
descampesinización ;
ii) Existe un
feudalismo y "tortuguismo" administrativo, que impide la coordinación
intra burocrática que se requeriría para que el gobierno, como conjunto,
realmente condujera el proceso de descampesinización ;
iii) El aparato
burocrático no tiene los recursos monetarios requeridos para cumplir con el
papel que se ha asignado a sí mismo ;
iv) El aparato
burocrático no puede obligar a la burguesía rural a cumplir el papel que le ha
asignado en sus planes.
i) "Campesinistas"
y "descampesinistas" en el gobierno
Para empezar, el que el
aparato gubernamental sea el real conductor del proceso de descampesinización
se enfrenta al hecho de que su búsqueda no tiene el total consenso interno: en
su propio seno coexisten corrientes que sostienen puntos contrarios respecto a
cómo debe el campo contribuir al proceso de salida a la crisis. Al interior de
la burocracia central del Estado mexicano se a una sorda lucha entre grupos
campesinistas y grupos descampesinistas". Durante el año parece resolverse
globalmente la contradicción -al hacer suya la fracción lopezportillista la
búsqueda de la "descampesinización"- a favor de los segundos, pero
los sectores gubernamentales que sostienen la necesidad de la permanencia,
durante la crisis, de las formas campesinas de producción en el agro, continúan
ubicados en importantes posiciones. Existen algunos puestos secundarios de
mando al interior del gobierno -principalmente en la SRA, pero también en la
SARH y en el BANRURAL-, con claros vínculos con el Congreso de la Unión y con
sectores de intelectuales y organizaciones campesinas ubicadas en el medio
exterior al aparato burocrático, de los cuales no han sido expulsados. La
simple persistencia política de esta corriente intra burocrática
"campesinista", aunque por lo pronto debilitada, implica que no es
imposible su potencial fortalecimiento, en grado determinado por la manera
específica en que sus sostenedores sean capaces de nutrirse de las
contingencias que se presenten. Su persistencia como corriente política
representa, por tanto, la constante posibilidad de sus respectivos proyectos,
planes" esquemas y programas puedan en cualquier momento influenciar, en
grado más o menos significativo, a los lineamientos económicos
lopezportillistas de proletarización definitiva del agro, Estas corrientes
"campesinistas", al intentar moldear ( conforme a sus propias perspectivas)
los planes de proletarización definitiva sostenidos por la fracción
lopezportillista, o los "contaminan" con su posición de lo que debe
suceder en el medio rural, o se oponen a su puesta en marcha. Ello, obviamente,
reduce las posibilidades globales del aparato burocrático -como conjunto
social- en tanto único "rector" de la implantación del esquema de
"descampesinización".
ii) "Feudalismo"
administrativo y planes gubernamentales
Para que el aparato
burocrático se constituya en el auténtico "rector" de la aplicación
del esquema de la "descampesinización", es requisito indispensable
que sus canales internos de acción sean fluidos y eficientes. Sin embargo
durante 1977 esta posibilidad se enfrenta a serios problemas. En primer lugar,
la puesta en marcha de una "reforma administrativa" -que en el caso
del sector agropecuario está singularmente ejemplificada por la unión de la SRH
y la SAG, dando lugar al nacimiento de la SARH- cubre, durante este año"
la imprescindible primera etapa de ajuste en que) más que agilizar
procedimientos, los obstaculiza aún más. Independientemente de ello, parecería
que -en lo general- la reforma administrativa se muestra incapaz para acabar
con la acción de las camarillas intraburocráticas de diversa magnitud de fuerza
política, con mayor o menor grado de vinculación con fuerzas externas a la
burocracia, que obstaculizan la fluidez de las decisiones
"jerárquicas" y conducen al "tortuguismo burocrático", a la
falta de coordinación entre dependencias gubernamentales, a la corrupción, al
no adecuado "embonamiento" de las nuevas oficinas de gobierno
agregadas al conjunto preexistente, a la lucha por mantener la organización
interna tal como está y al traslape de funciones.
iii) Insuficiencia de
recursos gubernamentales
La falta de fluidez y de
total consenso interno no constituyen, ni de lejos, los únicos obstáculos a que
se enfrenta el aparato burocrático para ser el efectivo rector del proceso de
implantación del esquema de proletarización en el campo mexicano, como medio para
cumplir con las metas específicas del PNDAG y con los objetivos globales de la
Alianza para la Producción. Se les agrega, de inmediato, el problema
representado por la relativa y absoluta penuria económica de la burocracia
central. El monto del presupuesto federal autorizado ( 677 000 millones de
pesos) para el año, ligeramente superior -en términos reales- al de 1976,
incluye 170000 millones de pesos destinados a inversiones. Del total del
presupuesto público destinado a inversiones, la parte correspondiente al
fomento de actividades agropecuarias representa un incremento del 50 por ciento
con respecto a la del año anterior. Con todo y ello" el incremento en la
parte de inversión pública destinada al agro no basta para que el aparato
burocrático cumpla con el papel que se ha autoasignado, conforme a sus propios
planes, de "rector" del proceso de "descampesinización" :
las secreta- rías de Estado, y dependencias vinculadas a ellas, relacionadas
con el agro tienen ahora que realizar mayores programas, generalmente con menos
recursos reales que antes. Esta situación de inmediato conduce a que la
generalidad de las dependencias gubernamentales no cubran la demanda de
iniciación y construcción de nuevas obras) destinando, lo, fundamental de sus
recursos presupuestarios al mantenimiento de servicios ya existentes.
Son múltiples los
determinantes de esta penuria económica gubernamental. El aparato burocrático
se ve imposibilitado para abatir los elevadísimos niveles de defraudación
fiscal por la oposición del capital -como clase a la implantación de una
reforma fiscal significativa. Por otra parte, se enfrenta al hecho de que no'
es posible obtener más ingresos fiscales mediante el recurso al expediente de
la elevación de impuestos pagados directamente por las clases. trabajadoras.
Asimismo los tibios intentos de dar "mejores" usos a la parte de los
recursos públicos que se canalizan como subsidios a la burguesía rural, se
enfrentan a muy eficaces presiones por parte de ésta. Se encuentra también con
el hecho, de que, por la imposibilidad de eliminar súbitamente su función
"subvencionadora" del capital, las empresas estatales siguen
produciendo "números rojos". También es un hecho que el incremento en
la captación indirecta de divisas extranjeras vía turismo no es realmente alto;
que la que corresponde a la explotación de petróleo y gas no se plantea para el
año 77, y que la posibilidad de incrementar los impuestos a las exportaciones
no se cumple en la realidad, porque éstas no aumentan significativamente y porque
los grupos del capital vinculadas a la actividad exportadora se oponen al pago
de mayores gravámenes fiscales. A su vez, el recurso gubernamental al crédito
externo, se encuentra limitado porque :
a)
La crisis mundial obliga a los países metrópolis del capitalismo
mundial a bajar sus niveles de "ayuda" financiera a los países
periféricos;
b)
De los 21 000 millones de dólares de deuda pública, 5 000
millones ven- cían en 1977;
c)
El "candado" del Fondo Monetario Internacional
establece un máximo de deuda gubernamental de 3000 millones de dólares;
d)
En las circunstancias prevalecientes en cuanto a deuda
pública externa,. la contratación de nuevos préstamos tendrían que realizarse
en condiciones más desventajosas que de costumbre. Y, por si todo ello fuera
poco, no cuenta el aparato burocrático con mecanismos verdaderamente eficientes
para asegurar que los recursos que destina formalmente al campo cumplan
realmente su .cometido; en este sentido es importante: la falta de verdadera
vigilancia, por parte del poder legislativo, sobre el gasto público; el
"contratismo" ; la corrupción.
Lo limitado de sus
recursos, pues, es uno de los determinantes de mayor ,peso en el hecho de que
el aparato burocrático no se constituya en el efectivo conductor del proceso de
implantación del esquema de proletarización definitiva: por simple falta de
recursos económicos, no puede cumplir con este papel. El alejamiento real del
desempeño de su función formal de "rector" se manifiesta, de
inmediato" en lo limitado de las metas del propio PNDAG para 1977, en
cuanto a superficie total cultivada, cosechada, fertilizada, asegurada,
irrigada, rehabilitada y cubierta con programas de extensionismo agrícola. La
penuria económica obstaculiza también la importantísima función de
"prestamista social" que el aparato burocrático del Estado se ha auto
delimitado para lo que se refiere al medio rural; función en la cual la
banca privada no lo suple en la medida que podría, a pesar de los
impresionantes incrementos en sus niveles de captación de recursos y de todo
tipo de estímulos otorgados a las fracciones bancario-financieras de la
burguesía. En fin, por esta falta general de recursos, el aparato burocrático
se ve maniatado en lo que respecta a la adecuación (cantidad) y oportunidad
(tiempo) de: la producción y distribución de la energía eléctrica requerida
para la formación de agro empresas ; 'el funcionamiento del aparato estatal de
comercialización y distribución de productos agropecuarios, en los niveles
necesarios para eliminar la "innecesaria" intermediación; la
composición y desempeño de los Distritos de Temporal y de Riego; la
política de subsidios, monetarios y / o en especie, a renglones específicos del
sector agropecuario; la contratación de personal calificado en técnicas
agrícolas y ganaderas; vinculación de enseñanza superior e investigación
agrícola" con los programas gubernamentales dirigidos al campo.
iv) Inexistencia de
compulsividad en la planeación del gobierno
Un cuarto factor, que
dificulta el que el aparato burocrático sea el real conductor del proceso de
implantación del esquema de proletarización del agro, estriba en que el
gobierno del Estado mexicano carece de mecanismos realmente compulsivos que
puedan obligar a determinada fracción o grupo del capital -con intereses
ubicados en el agro, o no- a orientar su producción en la dirección, en el
volumen y con la calidad por él determinada, a ,nivel de la planeación concreta
desprendida de los grandes objetivos de la Alianza para la Producción. A esta
incapacidad gubernamental para hacer .cristalizar en la realidad sus planes en
materia económica en el medio rural -y además de lo esencial, que consiste en
que la planeación verdadera en una sociedad capitalista es prácticamente
imposible- contribuyen: lo heterogéneo de la burguesía rural, que determina el
que un mismo planteamiento gubernamental pueda ser aceptado por una fracción
específica, en tanto que es posible que sea rechazado por otra; el
fortalecimiento político del gran capital rural, lo que hace que en caso de
"inconformidad" se entablen negociaciones entre una fracción
especialmente poderosa de la burguesía y un gobierno que denota un progresivo
debilitamiento de la autonomía necesaria para delimitar cómo deben darse las
modificaciones no sustanciales en la estructura del agro de la sociedad
mexicana; el carácter transnacional de la fracción hegemónica de la
burguesía con intereses ubicados en el campo, lo que hace que ésta,
especialmente en casos serios de no concordancia con el papel delineado para
ella dentro de los planes gubernamentales, pueda reducir el ritmo de inversión
directa o indirecta, cortar definitivamente el flujo de inversiones, o
simplemente abandonar el sector agropecuario y/o al país; las barreras
proteccionistas de los países metrópolis del sistema capitalista mundial, lo
que impide que el gobierno efectivamente logre que los capitalistas rurales
acepten la implantación de los planes gubernamentales en aspectos tales como el
de producir bienes agropecuarios de exportación; la reducción del mercado
interno, lo que obstaculiza significativamente el que los empresarios en el
campo, que orientan su producción fundamentalmente hacia el consumo nacional,
incrementen el volumen de alimentos y materias primas industriales.
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b) La inversión las
fracciones rurales de la burguesía
Para el efectivo
cumplimiento del esquema estatal de proletarización total y definitiva del agro
se requiere no solamente que el aparato burocrático tome efectivamente las
riendas del proceso de su implantación, sino que las fracciones de la burguesía
que tienen intereses ubicados en el medio rural cumplan su papel en cuanto a la
empresarialización del agro. su vez, a máxima expansión de la empresa
capitalista en el campo requiere que la burguesía rural :
i) Sustituya,
mediante nuevas inversiones, la organización campesina de la economía, que
abarca buena parte del sector agropecuario (ejido, comunidad )' minifundio
privado) ;
ii) Invierta en el
campo, de acuerdo a lineamientos que contemplan su "asociación" con
ejidatarios, minifundistas privados, jornaleros agrícolas, otras fracciones de
la burguesía y! o con dependencias gubernamentales ;
iii) Mantenga el
ritmo de crecimiento de los renglones económicos y de las regiones más
desarrolladas del sector agropecuario ;
iv) Siente las bases
para atraer inversionistas, de otros sectores de la economía, al agro ;
v) Genere
incrementos considerables en los Volúmenes de producción de bienes de
exportación, materias primas industriales y alimentos.:
vi) Proporcione
nuevas fuentes de trabajo, al ritmo requerido por el proceso de proletarización
;
vii) Reduzca la
intermediación "innecesaria" de productos agropecuarios.
Sin embargo así como al
aparato burocrático se le presentan obstáculos para el verdadero desempeño de
su papel de "rector", así también a la burguesía rural se le
presentan obstáculos para que el capitalismo en la agricultura y la ganadería
tenga, en el contexto de crisis, una acción expansiva. Todos los determinantes
del "inadecuado" comportamiento de la burguesía rural se desprenden
de la aplicación, durante 1977, de un análisis -más o menos explícito--
realizado por el empresario del campo, que se dirige a permitirle detectar si
sus inversiones arrojarán o no utilidades iguales o superiores a la que
obtendría si se especulara o invirtiera en otros sectores de la economía. A
continuación se profundiza en algunos de estos determinantes.
i) Incapacidad
burguesa para sustituir a la organización campesina
El agro requiere, durante
1977, de una inversión de 100 000 millones de pesos para
"capitalizarse". De éstos, 55000 millones fueron proporcionado'3 por
el sector público y entre 5 y 10 mil millones de pesos por el sector privado;
el consecuente déficit de inversión ( de entre 35 y 40 mil millones! de pesos )
indica, a su vez, que la burguesía se está mostrando incapaz para sustituir a
la organización campesina de la economía agrícola y ganadera.
Aduciendo factores -al
igual que el resto de los actores sociales del capital- que dificultan un mayor
ritmo de inversiones en el campo, la burguesía rural aparece así como el sujeto
de una acción económica muy distan- ciada de la que la burocracia central le ha
delineado para :
a) Poder implantar,
vía la máxima expansión de la empresa capitalista en el agro, el esquema de la
proletarización total y definitiva;
b) Alcanzar los
objetivos específicos del PNDAG ;
c) Que la
agricultura y la ganadería coadyuven al logro de los objetivos globales de la
"Alianza para la Producción".
Determinado básicamente por
el hecho de que los lineamientos gubernamentales en cuanto a actuación
económica en el agro no corresponden estrictamente a su criterio de producir
sólo si se obtienen las máximas ganancias, las diferentes fracciones del
capital rural no cumplen con los requerimientos de inversión que le han sido
asignados por el aparato burocrático del Estado mexicano. Esta no adopción del
funcionamiento económico delineado por el esquema estatal de proletarización se
manifiesta, entre otras cosas, en que la burguesía rural no aprovecha los estímulos
crediticios -como los del Fondo de Equipamiento Industrial y del
"seguro" contra la devaluación del Banco de México- para crear nuevas
empresas agroindustriales o agropecuarias, o en que no amplía o aumenta la
proporción de la capacidad instalada de las empresas que ya existen. En fin,
debido básicamente- la incertidumbre en cuanto a obtención de
"aceptables" tasas de ganancias, la insuficiencia de la inversión de
la burguesía rural es lo que conduce al hecho de que de las 32 millones de hectáreas
susceptibles de cultivo que existen en el país, durante 1977 sólo se sembraron
entre 16 y 18 y se levantaron cosechas en alrededor de 14 millones de
hectáreas.
ii) Empresas
"asociativas" y bajas tasas de ganancia
A pesar de todo tipo de
estímulos fiscales, las diversas categorías sociales incluidas en la burguesía
rural no invierten en el sector si no tienen la absoluta certeza de que con
ello obtendrán tasas de ganancia iguales o superiores a la media. En principio,
al capital rural se le presentan posibilidades de incrementar los bajos
volúmenes de producción de alimentos y bienes de exportación; de lograr
aumentos en el ritmo de crecimiento correspondientes al producto agrícola y
ganadero en relación con el producto interno bruto nacional, y de elevar la
"productividad" por trabajador empleado en el sector. Sin embargo
estas posibilidades son neutralizadas por el hecho de que, desde. la
perspectiva del capitalista, invertir significa, en las condiciones de 1977 :
a)
Transformar
el carácter "extensivo" (determinante principal de los bajos niveles
de rendimientos y producción) de las condiciones de producción agropecuaria
temporalera, mediante una mayor intensividad en la aplicación de capital, lo
que implicaría --en el caso del pequeño y mediano capitalista, especialmente-
necesariamente el acceso a recursos ( crediticios y de otra índole) de que no
dispone ;
b)
Utilizar
mayores volúmenes de insumos que, por el alto control monopólico que existe en
el proceso de su distribución y producción, tienen un alto costo;
c)
Producir
en condiciones en que las "trampas" de la legislación agrícola y
ganadera pueden llegar a impedir que fructifiquen intentos) realizados por los
empresarios, dirigidos a reducir el precio de los insumos ( forrajes, por
ejemplo, en el caso de los empresarios capitalistas ganaderos) ;
d)
Generar
bienes que no es totalmente seguro (por presiones -provenientes de fuerzas
políticas ubicadas en otros sectores de la economía- incidentes sobre la
"política" respectiva manejada por el aparato burocrático) queden
sujetos a precios de garantía juzgados por el capitalista como adecuados"
;
e)
Arriesgarse
a quedar involucrado en un proceso de real puesta en mar- cha de los
planteamientos gubernamentales en cuanto' a eliminar subsidios de infraestructura
( cobro de uso de agua de riego y por obras de irrigación construidas, por
ejemplo) , de resultados de investigación agropecuaria-gubernamental y de
energéticos ( aumento en precios de diesel y gasolina, como potencialidad,) ,
que hasta 1976 había venido otorgando la burocracia a la burguesía rural ;
f) Echar a andar
las instalaciones ( de empresas "mejoradas" o de nueva creación)
producto de las 'inversiones realizadas, en medio de una crisis global de
liquidez que dificulta el acceso oportuno y adecuado al crédito institucional-
oficial y privado ;
g)
Encontrar
mayores dificultades para vender aquella parte de la producción, de una empresa
capitalista rural, que se destina a la exportación, dadas las crecientes
barreras proteccionistas de los Estados U nidos ;
h)
El
posible abatimiento de las tasas de explotación de los trabajadores empleados,
dado que el contexto sociopolítico del país obliga a la maquinaria corporativa
a intentar extender su mecanismos de dominación a los asalariados rurales: lo que
implica su posible sindicalización y, potencialmente, la igualización de los
salarios del campo y las ciudades.
Con base en estas
implicaciones posibles, la lógica de acumulación y reproducción de su capital
le impide a la burguesía rural emprender seriamente los proyectos de su
"asociación" con los diversos componentes sociales del campesino y
del gobierno, para la formación de empresas agropecuarias y agro- industriales.
El empresario con intereses vinculados con el campo mexicano no invierte seriamente,
durante 1977, en este tipo de empresas, básicamente debido a los factores en
contra que detecta su perspectiva económica. Ello a pesar de que los
lineamientos gubernamentales plantean que las empresas "asociativas"
: serán objeto de una canalización adecuada de crédito a través del BANRURAL,
especialmente tratándose de empresas agroindustriales; recibirán inyecciones de
capital-dinero proveniente de otros sectores de la burguesía, y tendrían
enormes ventajas, entre las que destaca la posibilidad de aprovechar la gran
oferta de mano de obra barata existente en ]as "zonas deprimidas" del
país.
iii) Inversión
privada en renglones económicos y regiones geográficas desarrolladas
Además de la posibilidad de
lograr que la burguesía rural invierta en empresas "asociativas", en
los niveles requeridos para iniciar el proceso de sustitución de las
"formas campesinas" de producción, el cumplimiento del esquema de
proletarización demanda que ésta sea capaz de mantener el ritmo de crecimiento
de las áreas -geográficas y económicas- del sector agropecuario que detentan el
mayor grado de desarrollo. Si ello no es así, podría ocurrir el reverso de lo
que el aparato burocrático plantea: podría ocurrir que el :agro se
"campesinizara" aún más.
Sin embargo durante 1977 la
burguesía se muestra incapaz, no sólo para mejorar la producción agrícola y
ganadera en general, sino incluso para hacerlo en loS lugares y renglones de la
economía agropecuaria que tradicional. mente han sido sus bastiones. Ello es
consecuencia de que :
a)
El
volumen de recursos públicos subsidiados -en el contexto de penuria económica
gubernamental general- a los empresarios capitalistas de las áreas más
desarrolladas, no solamente no aumenta, sino que incluso se reduce,
traduciéndose ello en un tibio proceso de "rehabilitación" de las
obras de riego en operación y en un lento ritmo de apertura de nuevas
superficies al regadío, así como en el surgimiento de una tendencia hacia la
eliminación del subsidio por uso de agua de riego ;
b)
Se
da un general abatimiento de los mantos acuíferos disponibles como fuentes de
irrigación, producto de que durante décadas los distritos de riego han sido
sometidos a una sobreutilización vinculada a los procesos de acumulación de
capital en el agro ;
c)
La
burguesía rural no se muestra dispuesta a emprender, por su cuenta y riesgo, la
investigación agropecuaria-gubernamental y la contratación di- recta de
personal calificado, que tradicionalmente le ha sido proporcionada en forma
casi gratuita por el aparato' burocrático y que ahora, en las condiciones de
escasez gubernamental de recursos, el empresario vislumbra como tendiente a
disminuir ;
d)
Los
mercados internacionales -especialmente el de Norteamérica-, principales
receptores de los productos obtenidos en las áreas más desarrolla- das del
sector agropecuario, se han cerrado significativamente, como una medida de
"defensa" de sus economías internas en el contexto de crisis
económica mundial ;
e)
El
precio de los insumos de la producción e industrialización agropecuaria tiende
a alcanzar niveles más allá de los "costeables";
I)
Al
interior del conjunto de unidades productivas capitalistas de estas regiones
geográficas y renglones más desarrollados, la crisis global de la economía
agudiza el proceso de concentración y monopolización -principalmente en manos
del capital trasnacional- del sector, disminuyendo la presencia de las unidades
productivas de pequeña y mediana envergadura y siendo sustituida por empresas
monopólicas que no necesariamente llegan a los niveles de producción
anteriormente obtenidos ;
g)
La
"floja" relación intersectorial de la economía mexicana determina que
la producción de materias primas agrícolas y ganaderas no sea adecuadamente
absorbida por la industria;
h)
La
producción ilegal de drogas" actividad singularmente redituable para la
burguesía rural, está siendo eficientemente combatida por la acción policíaca
interna y externa del país.
iv) Fracciones
"no rurales" de la burguesía, y su inversión en el campo
Ya se ha dicho que la
"asociací6n" gobierno-capital privado-campesinado aparece, dentro de
los planteamientos de la burocracia central, como el camino "óptimo"
para lograr: la expansión del capitalismo en el campo mexicano, las metas
específicas del PNDAG y los objetivos generales de la Alianza para la
Producción. En el anterior apartado se ha visto que los capitalistas rurales
no emprenden durante 1977 significativos niveles de "asociación",
aun en las regiones físico-geográficas y las regiones económicas más
desarrolladas del agro.
Como el aparato burocrático
está en situación de progresiva penuria económica, sus planteamientos incluyen
la aclaración de que sólo la inversión privada en el agro, proveniente de
todos los sectores de la economía, salvará la situación encontrada. Sin
embargo al industrial, comerciante o financiero se le presentan, para invertir
en el agro, más o menos los mismos obstáculos a que se enfrenta el empresario
eminentemente rural: escasez de crédito oficial (por crecientes dificultades
para obtener financiamiento público adicional, tanto externo como interno) y
privado (por insuficiencia de recursos captados" lo que determina que éste
sea caro, a corto plazo y con fuertes requerimientos de solvencia) ; inadecuado
desarrollo del mercado bursátil, lo que hace que sea muy difícil la venta de
acciones de posibles empresas. agropecuarias ; posibilidades de caer en las
garras de los agiotistas que plagan el campo; probabilidad de que los
intentos oficiales por estimular la presencia -reglamentada o no por el Estado
mexicano y lo por el norteamericano- de las transnacionales en el agro
brinden resultado, lo que implicaría (especialmente para el pequeño y mediano
inversionista) el peligro de perder su inversión al agudizar- se el proceso de
concentración monopólico y de cierre de empresas,
Estos obstáculos, aunados
al hecho de que las esperadas divisas generadas por el petróleo se orientarían
en el futuro inmediato hacia la implantación de un modelo de crecimiento basado
en el paso a la tercera etapa de sustitución de importaciones -de bienes de
capital-, con lo que al agro se destinarían básicamente los residuos,
determinan el que el empresario o inversionista "no rural" -nacional
y extranjero- prefiera especular con sus ganancias y esperar a que el modelo de
desarrollo esté bien cimentado para invertirlas en otros sectores de la
economía. Por todo lo anterior, el proceso más bien tiende a invertirse con
respecto a los planteamientos gubernamentales: la transferencia de recursos no
es de la banca, la industria y el comercio al agro, sino al revés (tanto de
empresarios del país, como de la inversión extranjera directa).
v) Producción
agropecuaria
Para que el esquema de la
descampesinización tenga real cumplimiento, las fracciones de la burguesía con
intereses ubicados en el agro tienen que demostrar que son capaces de producir
en los niveles previstos por el PNDAG. Sin embargo ya se ha visto que la
burguesía rural no invierte en la medida suficiente como para sustituir el
ejido y al minifundio ejidal y privado: que no se "asocia" con otras
fuerzas económico-sociales para constituir un número significativo de empresas
agropecuarias y agroindustriales también se ha mencionado que durante 1977 los
inversionistas "extra rurales" -de fuera y dentro del país-- no canalizan
volúmenes adecuados de recursos al agro y que igual sucede con las inversiones
gubernamentales, que destinarán proporciones crecientes de las divisas y
recursos hacia el desarrollo de una industria de bienes de capital. Todo ello
determina el que, al igual que lo acontecido con los bajos niveles de
producción del resto de las fracciones de la burguesía) el capital rural no
produce durante 1977 volúmenes necesarios de alimentos, materias primas y
bienes de exportación. En este sentido, parecería que la burguesía responde,
durante este año, a la crisis de manera casi opuesta a como le ha sido señalado
-y que diversas fracciones y grupos de ella han formalmente aceptado- por el
gobierno. En vez de invertir más y tener mayores volúmenes de estos productos a
menor precio de venta, se tiende a invertir menos, con menor producción ya
mayor precio de venta. El que la burguesía rural no cumpla con la función
requerida para expandir las empresas capitalistas en el agro, a costa de la
reducción de la función económica de las formas campe.. sin as de producción
esta, determinado, como ya se ha visto, por tres grandes categorías de
obstáculo", :
a)
Obstáculos
que se desprenden de la inadecuada canalización de recursos gubernamentales a
las empresas capitalistas;
b)
Dificultades
que surgen como consecuencia de la "descapitalización" de la
burguesía rural en el contexto de crisis ;
c)
Escollos
físicos y geográficos que se vuelven más difíci1es de combatir por la mayor
escasez de fondos y recursos surgida con motivo de inflación- secesión.
Estas tres grandes
categorías de obstáculos determinan el que la producción de alimentos no
crezca. Ante una inadecuada respuesta -principalmente del sector empresarial de
la agricultura y de la ganadería-, los incrementos en el volumen de importaciones
de productos agropecuarios alimenticios son muy altos. La burguesía rural
disminuye sustancialmente la superficie destinada a la producción de alimentos
en virtud de que para ella -por no existir precios de garantía juzgados como
"aceptables"- es más redituable cultivar otros productos. Guiadas por
su lógica de máxima acumulación y reproducción del capital, algunas fracciones
de la burguesía llegan incluso a presionar al aparato burocrático a fin de
establecer mecanismos que permitirían cultivar en el país sólo productos
"rentables" y el resto tendría que importarse.
Los obstáculos mencionados
también repercuten en que las exportaciones de productos agropecuarios
disminuyan a{m más: durante el primer trimestre de 1975 la agricultura
participa con 4.2 por ciento del valor total de las exportaciones; en el mismo
periodo de 1977 su participación se reduce al 36 por ciento ( no obstante que
"compite" con un sector industrial en retracción) . La producción de
bienes de exportación denota bajas; sin embargo en este caso la reducción no se
puede atribuir significativamente a la falta de crédito, ya que los estímulos
gubernamentales a la exportación hace que éste no sea escaso con respecto a la
exportación. Aquí los factores que -a los ojos de la burguesía-- ."e
convierten en obstáculos básicos para aumentar las exporta- clones, son :
Tampoco se incrementa la
producción de materias primas agropecuarias requeridas por la industria. De
hecho, el decremento en la superficie cultivada en algunos de estos productos
(fibra y semilla de algodón, por ejemplo) ha detem1inado en algunos casos el
cierre de buena parte de la capacidad productiva de las industrias que las
utilizan.
vi) Burguesía rural
y generación de empleos
La aplicación del esquema
estatal de proletarización definitiva contempla el que la burguesía rural, al
sustituir la función económica de la organización campesina de la producción,
cree empleos en la medida requerida para dar ocupación permanente tanto a los 3
millones de asalariados agrícolas que ya existían, como a los nuevos
contingentes de proletarios que implicaría la puesta en marcha del esquema. Sin
embargo, al igual que el resto de las fracciones del capital, la burguesía
rural se muestra incapaz para contribuir significativamente al abatimiento del
desempleo. Contribuyen las diversas fracciones de la burguesía rural, por el
contrario, al agudizamiento del fenómeno, debido a que:
a)
Tienen un bajo ritmo de inversiones;
b)
Tienen una muy baja utilización de la capacidad instalada en
sus empresas;
c)
Tienden a utilizar tecnología ahorradora de mano' de obra.
Por otra parte, el gobierno -a pesar de las presiones
de los trabajadores "organizados" de éste y otros sectores de la
economía-- no puede sustituir directamente esta función del capital privado
rural, básican1ente por dos razones:
1.
Porque la estrategia de vinculación más estrecha al gran
capital, representada entre otros por el acuerdo con el FMI, establece
precisamente lo contrario ;
2.
Porque el hacerlo dañaría los intereses inmediatos de
importantes sectores de la burguesía rural.
De manera que, de acuerdo
al esquema gubernamental de la proletarización" la solución al problema
del desempleo en el campo está en manos de la burguesía rural. Sin embargo su
incapacidad al respecto -denotada durante todo el año- es notable. Esto es
especialmente claro en el caso del pequeño y mediano capital rural; resulta tan
afectado (por la reducción del mercado interno, por los altos costos de
producción, por la inadecuada administración y por la falta de crédito) por la
crisis estructural interna y por la recesión de la economía capitalista
mundial, que se generaliza la quiebra y el consecuente cierre de sus empresas.
A diferencia de ello, el gran capital rural puede fortalecerse con la
crisis: está en posibilidad de sacar ventaja del mercado, vendiendo a precios
más altos productos dirigidos a un mercado más compacto pero con alta capacidad
de compra; se apropia de los renglones del mercado de productos agropecuarios
que estaban en manos de los pequeños y medianos capitalistas, al darse el
cierre generalizado de las empresas de éstos; puede traducir las alzas de los
costos de producción en la elevación de sus productos ; está en posibilidad de
contar con altos volúmenes de créditos y otras formas de financiamiento, como
la emisión de acciones. Pero este robustecimiento no significa que el gran
capital rural genere mayores volúmenes de empleos. El gran capital rural es
fundamentalmente transnacional ( norteamericano, básicamente) ; por ello, muy
probablemente su afluencia ( en mayores volúmenes) al país se será
obstaculizado, no por el aparato burocrático del Estado mexicano ( que en el
mejor de los casos sólo lo "regulará) , sino por diversas instancias del
propio Estado norteamericano ( en la actual recesión de la economía, de ese
país) .Así, incidiendo en el monto y destino de la inversión extranjera
norteamericana directa en el país (y también en el "problema" del
bracerismo) , las diversas fuerzas sociales de la sociedad norteamericana
determinan indirectamente -en algún grado-- el abatimiento de los niveles de'
desempleo rural en la formación social mexicana.
vii) La
"innecesaria" intermediación en el agro'
El control y
regulación de la actividad comercial en el agro es especial- mente importante
para el Estado. El esquema estatal de descampesinización del agro, sólo posible
mediante inversiones privadas suficientes como para desplazar la función
económica del ejido y del minifundio, requiere que las utilidades reviertan a
los capitalistas que las efectúan. Esto implica debilitar al sector de
comerciantes que, sin tomar parte directamente en la producción agropecuaria,
sí se quedan con la mayor parte del producto agropecuario.
Sin embargo, a pesar de
modificaciones legales tendientes a hacer posible que las diversas dependencias
del aparato burocrático tengan una presencia mucho más activa en la esfera de
la distribución de productos agropecuarios y no obstante que la burocracia
central cuenta con el apoyo de fracciones de la burguesía rural que están
verdaderamente interesadas en hacer desaparecer esta intermediación
"innecesaria" y sustituirla por un aparato de comercialización
"moderno", la desaparición de los comerciantes "atrasados"
no se da durante 1977. Ello está determinado por:
a) La impotencia gubernamental para crear un sistema de
comercialización alternativo al ya existente, debido a que ello implicaría
altos costos que no puede sufragar ;
b) El hecho de que los comerciantes en general, incluyendo a
los "atrasa.. dos", robustecen durante el año su capacidad de
negociación en materia de política económica, llegando incluso a influir en la
determinación de la "política " oficial de precios; "
c) El sólido raigambre que tiene "vía financiamiento, y en
sustitución del crédito oficial y de la banca privada- los intermediarios en la
producción agropecuaria;
d) El hecho de que los empresarios de la industria y del campo,
ante la puesta en marcha de una política oficial de precios que juzgan como no
del todo adecuada) no responden, en la acción, a los llamados gubernamentales
para la creación de modernas empresas comerciales ;
e) El casi total dominio de renglones. específicos del mercado
de productos agropecuarios ( carne, por ejemplo) por parte de los
intermediarios "atrasa- dos".
i)
La
posibilidad de que las nuevas técnicas de conservación de productos
agropecuarios durante el proceso de su distribución sean aprovechadas
precisamente por los intermediarios que se intenta suprimir;
g) La "versatilidad" de la presencia del
intermediario en la producción agropecuaria, lo que hace que si una rama
específica del sector no le es lucrativa, ubica su actividad fundamental en
otras ;
h) El eficaz manejo de la imagen ideológica conforme a la cual
los comerciantes aparecen no como determinantes del proceso de inflación, sino
como una "víctima" más de éste ;
i)
La gran cantidad de leyes y ordenamientos que generan confusión, impunidad y
corrupción en el proceso de intermediación de productos agropecuarios ;
j) El hecho mismo de que, en la práctica, es muy difícil
distinguir entre la intermediación atrasada e innecesaria y la intermediación
moderna y neo.
cesarla.
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este documento
Página del Dr Xavier Gamboa
Villafranca
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