Un artículo del Dr Xavier Gamboa Villafranca
Referencia Bibliográfica:
Gamboa Villafranca, Xavier:
“En marcha, la cuarta etapa en la lucha por el cambio estructural”, Excelsior,
Sección Metropolitana. 17 de octubre
de 1987. México, DF.
México.
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El 11 de julio del
año en curso, en un artículo publicado en esta misma sección Metropolitana,
intentamos demostrar que, durante los primeros cuatro años y medio del presente
régimen se emprendió desde el gobierno una verdadera lucha por la
transformación cualitativa de la sociedad mexicana.
Afirmábamos que
la dimensión política de la contienda, se dio en tres etapas.
En la primera de
ellas, que abarca la segunda mitad del año 1983, se persigue que la estrategia
de cambio estructural, delineada en el Plan Nacional de Desarrollo como
producto de la concurrencia de importantes fuerzas sociales, tuviera la máxima
legitimidad posible.
La segunda cubre
prácticamente todo 1984 y parte de 1985; en esta etapa. el móvil del combate
consistió en lograr la organización que requería el aparato de gobierno para
poder efectivamente implantar esta estrategia, en lo que restaba del sexenio.
La tercera vez
desde principios de 1985 hasta mediados de 1987. El objetivo de la batalla, en
este lapso es el de evitar que, desde el exterior, se le impriman, al ya
incipiente proceso de modernización económica, revitalización política y renovación
social, modalidades que no correspondieron estrictamente al interés nacional.
Ahora se tiene a
la mano información suficiente, como para actualizar el articulo mencionado.
Con fundamento en ella, es posible sostener Que, entre junio de 1987 y julio de
1988, la lucha por la aplicación de la estrategia de cambio estructural del PND
pasa por una cuarta etapa. De entre los múltiples aspectos Que la caracterizan.
sobresalen dos:
I) En lo
general, la presente administración da la pelea por obtener el máximo posible
de logros tangibles, acelerando el paso que mantuvo en las tres etapas
anteriores, porque se considera que éstos servirán de palanca para profundizar
el proceso en el futuro;
II) En lo
particular, buena parte de la contienda gira en torno de aquellos espacios
políticos que resultan de importancia táctica, porque desde ellos se podrá
detener. neutralizar o impulsar -según el sentido que le impriman sus
ocupantes- a la multimencionada estrategia Desde luego que grupos, corrientes y
fuerzas chocan entre sí y se refuerzan, diluyen, alían, destruyen o evaden. en
pos de la ocupación de la más importante posición del Estado mexicano: la
titularidad del Poder Ejecutivo Federal, en el sexenio 1988-1994.
La cuarta etapa
de la lucha política por el cambio estructural tiene a su vez, dos fases. La
primera de ellas va de junio a noviembre de 1987. El campo de batalla es,
básicamente, aparato de gobierno, Poder Legislativo v Judicial, sector público
y PRI. Finaliza esta fase con la candidatura priísta formal a la Presidencia de
la República -que representa el indiscutible triunfo de uno de los grupos sobre
los demás- y con el inicio del control, gubernamental formal -de la actividad
especulativa en casas de bolsa, con la finalidad de estimular la canalización
de los vastos recursos financieros que manejan hacia la actividad realmente
productiva.
La segunda fase de esta
cuarta etapa de lucha, abarca desde diciembre de 1987 hasta julio de 1988.
Adopta la forma de lucha electoral, por lo que sus protagonistas principales
son los partidos políticos. Es una fase en que el PRI intenta consolidar e
incrementar su propia fuerza, así como robustecer sus alianzas con fuerzas
externas a él, para evitar que éstas las entablen con otros partidos en una medida
que pueda poner en peligro su hegemonía. El grupo triunfante dentro del PRI,
sin embargo, vela porque este proceso no vulnere su objetivos de cambio
estructural, como eje de la política económica, una vez iniciado el próximo
sexenio. Finaliza esta fase con la nominación de presidente electo para alguno
de los candidatos participantes.
Es importante resaltar que,
al finalizar esta última etapa, aún restan cuatro meses de la actual
administración presidencial. Por esta razón, al agrupar las cuatro etapas en un
período –que aquí proponemos se denomine período de inicio de la lucha por el
cambio estructural- justo es el reconocer que su sexenio lo cubre todo y, aún
más da lugar para que irrumpa en el segundo período, en que previsiblemente
tendrá lugar la lucha por consolidar la estrategia de cambio estructural.
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