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Félix Gracia

        Jornadas de Convivencia

Un regalo para ti      

"Padre que habitas en mí"

 


    Félix Gracia (1.943) está casado y es padre de tres hijos. En 1.984 y formando parte de un proceso de búsqueda personal, dió un giro a su vida abandonando el mundo empresarial en el que ocupaba una elevada posición.
Sus inquietudes internas y el deseo de compartir con sus semejantes le llevaron al mundo de las comunicaciones donde ha desarrollado una intensa actividad. Fue fundador y director de las publicaciones Más Allá de la Ciencia y Conciencia Planetaria, ambas de difusión internacional.     Ha publicado numerosos trabajos relacionados con el crecimiento personal y la expansión de la conciencia, obteniendo el 2º premio nacional del Ministerio de Asuntos Sociales en 1.989, y pronunciado numerosas conferencias.
En los medios televisivos destaca su actividad asesora en los programas "La Tabla Redonda" y "El Mundo por Montera" de los que fue invitado habitual y, sobre todo, su trabajo como director y presentador del programa "Otra Dimensión" emitido por Telecinco y de la serie de video "El Final de los Tiempos".
    Félix Gracia está considerado uno de los máximos exponentes de lo que se define como cambio de paradigma y una de las voces más firmes en el anuncio de los nuevos tiempos.
    La obra de Félix Gracia no es fruto de la erudición, sino de su búsqueda personal. Félix no escribe, ni habla desde el conocimiento intelectual, sino a partir de la experiencia vivida y de una afinada intuición. Describe lo que ve, lo que experimenta y siente al recorrer el camino de la vida, que es también el de la Realización.
    Su visión es universal, no limitada a religión alguna. Pero los símbolos de la tradición cristiana y la figura de Jesús, constituyen una referencia permanente en su mensaje.

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Curso "El Hombre Nuevo"

    El Curso "EL HOMBRE NUEVO" es un medio eficaz que permite disipar el estado de ignorancia y descubrir la verdadera naturaleza del Hombre, uno con Dios, y contestar a las eternas preguntas: ¿Quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿qué sentido tiene mi vida?, ¿hacia dónde me dirijo?.
    El Curso
"EL HOMBRE NUEVO", pues, facilita el encuentro con uno mismo, con la Vida y con Dios.
    Consta de tres niveles impartidos en fin de semana y, dado que constituye una unidad indivisible, es necesario haber realizado los niveles anteriores para asistir al siguiente.

PRIMER NIVEL

    El 1er. nivel analiza el estado de ignorancia a partir del cual iniciamos el camino; el punto de partida común a todos los seres humanos al que Krhisna llamaba "el estado condicionado del alma", para desvelar seguidamente el origen del sufrimiento y la infelicidad, y cómo salir de dicha dependencia para alcanzar la LIBERACIÓN.
    En este 1er. nivel, el asistente toma conciencia exacta de cuál es su estado interno     -el estado de su alma- y se incia en la Vía del Conocimiento o Iluminación.

SEGUNDO NIVEL

    El 2º. nivel recoge los frutos de la anterior inciación al Conocimiento. El alma se ilumina y descubre cuál es la verdadera naturaleza de Dios y del Hombre, cómo hemos surgido en la materia, y cuál es el propósito y desenlace de la vida
    En este 2º. nivel, el asistente, en posesión del Conocimiento o de la Luz, se inicia en el proceso de Realización del Ser, o de Dios.

TERCER NIVEL

    El 3er. nivel consiste en el desarrollo de lo ya iniciado en el anterior;es decir, en la práctica -que eso es realizar- o ejercicio consciente de la vida conforme a nuestra naturaleza divina; en actuar desde la visión de Dios, reconociendo nuestra creación y amándola, integrándola, en una actitud de reconciliación goozosa que unifica los extremos, simbólicamente asociados a los palos de la cruz.
    En este nivel, el asistente asume la sencilla teología de Jesús y se inicia en la práctica del Amor. Así nace aquel "niño" que prometía la salvación.

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Información sobre los cursos e inscripciones:
NEUQUÉN COMUNICACIONES, S.L.

    

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libro de Félix Gracia
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Pedidos de libros o cintas:
NEUQUÉN COMUNICACIONES, S.L.
 

 

 



"Padre que habitas en mí"

Querido Padre que estás en el cielo, cobijo de mis antepasados y de mí tantas veces consuelo y esperanza.
Tantas veces Luz.
Te recibí en herencia de mis padres, así como ellos te recibieron de los suyos
y, todos, generación tras generación,
del mismo Jesús que te dio vida al convertirte
en referencia familiar, cercana y amable,
de algo intangible que hay en mí
más difícil de ver que a ti mismo,
Padre externo que tanto te pareces a mí,
y por ello capaz de entenderme,
capaz de amarme.
Año tras año, vida tras vida,
has sido mi norte y mi esperanza;
la causa mí y de mi destino.
A veces, mis ojos creyeron verte
cuando miraba a través de mis lágrimas
hacia el vacío infinito de tu cielo,
no sé si por causa de tu encuentro
o por el hecho de buscarte...
¿Qué más da, Padre, cuál fue la razón
si por un instante me sentí contigo?.
Lo que cuenta es el milagro producido,
¡el encuentro!.
Más hoy ha sabido que aquello
a lo que llamo encuentro no consiste
en el acercamiento entre los dos,
entre tu cielo y mi tierra,
sino en mi consciencia de ti.
Hoy he sabido que el milagro
no es elevarse hasta tu cielo
y descubrirte en él,
sino en penetrar en mi corazón
y reconocer que él es tu sagrado
y único recinto.

Hoy he conocido, Padre,
al Padre que habita en mí del cual tú
has sido referencia cordial y paciente
mientras busqué fuera
lo que dentro estaba.
¿Cómo agradecer tu espera?
Pero hoy siento que mi alma se agita
en intuiciones nuevas,
que vives dentro y no fuera de mí,
y que son mi consciencia y mi voluntad
las que te hacen real en mí.
Por eso voy a dejar de ubicarte en el cielo
para así poderte encontrar en mi alma;
voy a cambiar tus apellidos
y conservaré sólo tu nombre.
Voy a llamarte: "Padre que habitas en mí",
y no más: "Padre que estás en el cielo".
Con ello sé que nada cambio de ti,
que eres inmutable
sino de mí, que de tanto buscarte
al fin me has encontrado.
No te vas, no te dejo, no te olvido,
pues esta decisión no es una despedida,
sino el último y definitivo encuentro.
Te he sacado del cielo,
para introducirte en mi corazón.
Ya no tendré que buscarte,
sino sentir que mi latido es tu latido,
tu pulso mi pulso.
Que ves por mis ojos y haces cuanto hago.
Que sólo hay uno donde eran dos.
Que tu voluntad es mi voluntad,
y mi cuerpo tu cuerpo.
Y cuando hable al Padre que habita en mí,
tú sabrás que eres el mismo...
pero yo, estaré cambiado.

©, Félix Gracia, 1998

 

JORNADAS DE CONVIVENCIA DIRIGIDAS POR
FÉLIX GRACIA

 

OBJETO DE LAS CONVIVENCIAS

Las Convivencias representan un paso más -decisivo en el camino de la realización que protagonizamos que complementa cuanto ya desarrollamos en el 3er. nivel del curso "El Hombre Nuevo"-. Entonces, con la elección de la Tesuhvah como opción de vida, liberamos todas nuestras acciones futuras del karma y sus consecuencias, asegurando en cambio la liberación del alma y el encuentro con Dios. Así establecimos las bases de un futuro liberador que garantiza ese estado anímico de unidad con Dios que Jesús llamaba Reino de los Cielos. Pero no basta con esa acción. A nuestras espaldas queda un pasado que, por haberlo vivido desde otro nivel de conciencia más bajo, guarda múltiples experiencias que quedaron registradas en la memoria del alma como inadecuadas, injustas, contrarias a la voluntad de Dios o simplemente pecados.

No importa si lo recordamos o no: existen -sin ninguna duda -y, desde su vigencia, mantienen al alma condicionada. El pasado está vivo y es preciso recuperarlo, integrarlo en nuestra alma y santificarlo pues sólo así el alma queda liberada y se alcanza la meta.

Y este es el propósito de las Convivencias: la santificación del pasado y su integración, en aras a la liberación total y al establecimiento del Reino de los Cielos en la Tierra.

A QiUÉN VAN DIRIGIDAS

Exclusivamente a las personas que han realizado los tres niveles del curso "El Hombre Nuevo".

 

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