¿Hay una ética del acto analítico?

LA ETICA DEL PSICOANALISIS

LA ETICA DEL PSICOANALISIS

LA ETICA DE LA POLITICA

LA ETICA DE LA RELIGION

LA ETICA DE LA CIENCIA

LA ETICA DE LA CIENCIA MÉDICA

LA ETICA DE LOS DERECHOS HUMANOS

DIFERENCIAS. APROXIMACIONES. CONTRADICCIONES

DISCUSION A LA LUZ DEL CASO AMILCAR LOBO

Creemos que puede aportar a una renovación de la discusión sobre la ética del acto analítico en su diferencia a otras éticas, confrontar a partir del caso Amilcar Lobo. Se trata, creemos, de la posibilidad de mostrar esas diferencias a partir de las diversas posibilidades de construcción de dicho caso. Una cuestión elemental para poder seguir esa discusión va a ser contar con la mayor cantidad posible de elementos sobre dicho caso para ello trataremos de poner en circulación los artículos aparecidos en revistas, periódicos, libros que nos parezcan pertinentes. Agradecemos la colaboración al respecto de todos los interesados en el mismo. Adrian Ortiz, Buenos Aires, junio de 1998.

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LA ETICA DEL PSICOANALISTA FRENTE A LO SINIESTRO [1984]

Post-scriptum FERNANDO ULLOA

Hace más de diez años que trabajo en el campo de los derechos humanos. Cada tanto me detengo a elaborar un texto acerca de mi experiencia. Asi lo he hecho para esta ocasión. Voy a ceñirme al rigor del mismo intentando fijar mi posición como psicoanalista frente a los derechos humanos. El psicoanálisis se sostiene en un propósito: el develamiento de aquella verdad que estando encubierta, para el propio sujeto que la soporta, se presenta como síntoma. Alcanzar o no este propósito suele ser aleatorio, pero que el psicoanalista no desmienta en su práctica lo gue afirma teórica y técnicamente, fundamenta la calidad ética de su quehacer. Es que el psicoanálisis es una propuesta ética. Para quien se diga psicoanalista, el serlo o no serlo está, por definición, enlazado a la producción de verdad. No hay escapatoria o negación posible si se pretende desentrañar el síntoma, porque precisamente el síntoma es solución de compromiso negociada. La condición humana es de naturaleza trágica en tanto entrecruzamiento conflictivo del amor y del odio, del cuidado y la agresión, de solidaridad Y egoísmo. De esta dualidad dura está hecha la historia de cada individuo Y la de la humanidad total. Desde el punto de vista del psicoanálisis, esta dicotomía trágica tiene dos destinos: o la salida ética donde la producdón de verdad fundamenta Justicia, o el callejón ciego donde el sintoma, ahogado en el acultamiento familiar cotidiano, apaga su evidencia develadora, para volver a surgir como grito mayor en la alienación oligotimica, el sufrimiento neurótico, la perversidad violenta o el delirio psicótico. Cuando el escenario de la producción sintomática, tiene la magnitud de lo que nos convoca -los "derechos humanos"-, quien se afirme psicoanalísta, o lo es, hace justicia, o no lo es y a sabiendas, o no, hace complicidad. Según las circunstancias puede incluso hacer algo más siniestro sún. No en vano introduzco este término de tradición freudiana: lo siniestro. Aproximo con ello el horror y la malignidad de la que me ocuparé. Las personas varían en alto grado con referencia al impacto que lo siniestro hace en ellos, dice Freud citando a Jentsch. Esta diferencia del efecto siniestro depende del grado de distancia y negación o por el contrario de proxímidad y conocimiento de lo que está oculto y es fuente de horror. Freud trabaja este concepto en profundidad. Lo siniestro es aquella variedad de lo terrorífico que se remonta a lo antiguo, a lo familiar. Por de pronto -y no me extenderé en esto- el vocablo alemán heimlich, que significa familiar, se transforma con el agregado de un prefijo de negación en unheimlich, algo así como infamiliar o más precisamente oculto o secreto, concretamente siniestro. Lo siniestro siendo familiar es al mismo tiempo aquello dentro de lo cual uno no se orienta, algo promotor de incertidumbre. En lo siniestro convergen los sentidos antitéticos de secreto y familiar. Además Freud recoge en el diccionario de Sanders,. entre otros significados, el siguiente: "mantener algo clandestino ocultándolo para que otros no sepan de ello y acerca de ello". Secretamente familiar, remite en la investigación psicoanalítica a lo que se denomina "el secreto de familia" que como factor patógeno opera en la historia de algunos individuos. En estas familias algunos personajes "estan en el secreto", el secreto les es familiar e incluso les confiere poder. El resto de la familia, de acuerdo a la naturaleza de lo oculto, suelen sufrir sin saberlo a ciencia cierta, las consecuencias de la malignidad infiltrante de lo que les es ocultado. Se convive con algo que se ignora aun- que se lo presiente inquietante. Se puede sumar a lo oculto la propia negación frente a lo extraño. Comienza así a surgir el efecto siniestro. Es como la malignidad infiltrante de un cáncer ignorado, o quizás denegado, pero existente. Voy a referir un ejemplo qne irá introduciendo me- jor el propósito de esta presentación. Seguramente muchos de ustedes conocen el caso Paula. Paula es una nieta reencontrada por abuelas, que fue secuestrada junto con sus padres, Y disimulada como hija legítima de una pareja cuyo hombre participó en el secuestro, Por la edad de Paula cuando se produjo el secuestro, alrededor de 23 meses, ella tiene registro, sin duda reprimido violentamente, del horrible secreto familiar. La malignidad enfermante del mismo depende de la eficacia latente y constante que le confiere su naturaleza de horror oculto con el que se convive familiarmente. Siendo secreto no hay oportunidad de palabra que articule los hechos en un relato. Entonces el secreto infiltra y pervierte todos los vinculos y estructuras psíquicas de Paula. El único remedio posible contra la malignidad de lo siniestro es el develamiento de aquello que lo promueve, simultánesmente al establecimiento de un nuevo orden de legalidad familiar. Aún dentro de lo doloroso de esta explicitación, de este hacer justicia, la verdad operará como incisión para drenar, aliviar y curar el abceso de lo siniestro. Este caso ilustra dramáticamente el asunto de los lugares y las distintas respuestas en relación al efecto siniestro Paula, abandonada a su horrendo atrapamiento, corre los riesgos de la oligotomía, por violenta represión afectiva de la perversión, en un intento compensatorio que haga fracasar la represión útil, de la desintegración psicótica. En cambio los ejecutores de lo siniestro, los que están en el secreto, se mantienen en cierta forma insen- sibles a los efectos de lo horrendo. Ellos mismos son lo siniestro, sobre todo si logran la impunidad que pretenden, aunque de hecho en este caso ya han perdido la ocasión del ocultamiento. Esta impunidad confiere poder sádico, poder fascista. Hasta pueden elaborarse doctrinas y argumentos que intenten validar lo invalidable. Esto ocurre sobre todo cuando el escenario de lo siniestro traspasa los limites de una familia y cobra dimensión de la sociedad. Los efectos siniestros dependen del lugar que se alcanza con relación a lo oculto. Asi los responsables directos y cotidianos del horror que atravesó el pais en los últimos años, no só1o lograban impunidad desde el ocultamiento, sino que ese ocultamiento garantizaba eficacia paralizante sobre la comunidad. En esto radica la metodologia de la desaparición de personas sumado el horror de sus tormentos. Mas allá del sadismo fascista que impulsa el accionar del ejecutor, el estar secretamente familiarizado con los métodos confiere protección afectiva frente al horror. Por otra parte, esta familiaridad tiene su costo terrible: reclama cada vez más víctimas para alimentar el aparato, la convicción sádica, y la indiferencia emocional. Hay que alimentar a Drácula. Se habló cínicamente de excesos en la represión.En parte este cinismo configura una verdad. El efecto siniestro paralizante de la comunidad, pudo ser conseguido con muchas victimas. Este aparato de diabólica eficacia requiere un alto mantenimiento de victimas. El número de las mismas fue multiplicado para en- capuchar a los integrantes del propio sistema, envileciendo cada vez a los operadores y a cada vez a mayor número de ellos. Es como esos criminales, que muerta la víctima, deben seguir apuñalando hasta matar su propio horror. Lo anterior para el lugar de los victimarios, los criminales. El lugar de las víctimas está ilustrado en los terribles relatos de los sobrevivientes. Pero el lugar último, el más excéntrico y alejado de los antros de torturas es la comunidad toda, destinataria principal de la represión. Nuestro país, como muchos otros, convivió familiarmente con el horror. Muchos intentaron distintas técnicas de ceguera. Lo siniestro ataca literalmente los ojos como reminiscencia castratoria. Pero nadie pudo evitar que se infiltrara la malignidad planificada desde una metodologia posiblemente inédita de desaparición, silencio y tormento. Frente a las desapariciones reaccionaba, como podia, el pequeño círculo de familiares y allegados, también algunas voluntades solidarias capaces de no retroceder ante lo siniestro, en general con pocos resultados inmediatos e inmenso mérito. La propia lucha por romper lo oculto fortalece frente a sus efectos. Son los que intentaron salirse del lugar paralizante desenmascarando lo clandestino. En grandes mayorías surgieron los mecanismos bus- cados por la represión: no enterarse del todo, mantener cuasi-secreto lo secreto aceptar la eficacia del pánico evitando la conciencia del mismo. Denegación, aislamiento, ensimismamiento, manía, violencia desplazada, racionalizaciones, etc. El repertorio es inmenso, pero siempre precedido por la incertidumbre y el sobresalto. Cuando mayor es la degradación de los ojos que no ven, más siente el corazón el terror eficaz que paraliza. Entonces la mayor verdad es la mentira que encapucha la evidencia. Se puede ejemplificar este encapuchamiento en un recorrido tétrico. Recorrido que se inicia en la cobardía idiotizante de la conocida frase "en algo andaria" o en la más sútil aún "debe ser un error, fulano no andaba en nada", frase que en otro lugar, el de la tortura, ha de convertirse, en boca de la omnipotente cobardía del torturador sistemático, en "algo ha de saber''. Se cierra así la trayectoria siniestra que realimenta en unos el desentendimiento suicida y en otros la sádica impunidad. Mientras tanto se encapuchaban ambas evidencias en slogan y calcamonías provocadoras tales como "los valores occidentales y cristianos" o "los argentines somos derechos y humanos". Los mismos familiares pueden debatirse en los horrores de la duda "tal vez aún esté con vida" o "quizas ya murió y dejó de sufrir". Duda terrible que suele prolongarse en el tiempo donde a la esperanza de la reaparición con vida se contrapone, en algunos casos, el terror del posible precio estigmático pagado por sobrevivir: haber colaborado. Quiero retomar el comienzo. Quien se propone ser psicoanalista, por definición, está atrapado en la cuestión de ser o no ser frente a miles de calaveras, recuperadas o desaparecidas que lo interrogan, no tanto en cuanto a lo que aconteció, sino principalmente en cuanto al testimonio de verdad que su práctica rinda. No sólo lo interrogan las evidencias sociales que desde el acostumbramiento y la denegación promueven el olvido como otra forma de recrear la fuente oculta de lo siniestro. El olvido como valor social no sólo instaura una cultura siniestra con todos sus efectos, sino que pro- mueve la repetición de los hechos. El psicoanalista, concorde con su ideología, podrá o no aproximar su colaboración directa al campo de los de- rechos humanos, pero si es cabalmente analista, si su prác- tica no desmiente las propuestss teóricas del psicoanálisis, no podrá dejar de hacer justicia desde la promoción de verdad como antídoto frente al ocultamiento que anida lo siniestro. Hacer justicia es como hacer el amor, tiene actos de culminación y tiene constantes cotidianas. Finalmente, son estas constantes cotidianas las que que afirman o desmienten aquellas culminaciones. Voy a finalizar con una frase de Fidel Castro que un amigo me recordó tiempo atrás: "La tortura es absoluta- mente contrarrevolucionaria en cualquier circunstancia".

ALGO MAS SOBRE TORTURA

por ARMANDO BAULEO MARIE LANGER

Con Cuestionamos en prensa,nos llegó el diario clan- destino Vox Operaria desde el Brasil. Se trata del núme- ro 102, agosto de 1973. En el articulo "Se identificó a algunos torturadores de Guanabara", el párrafo que reproducimos estaba sub- rayado. TORTURADORES Informacões seguras identificaram o coronel Fiuza de Castro, filho do falecido marechal Fiuza de Cstro, como um dos responsáveis pela tortura de presos politicos, em quarteis do Exército. Outro oficial do Exército, da equipo de tortura- dores, é o tenente médico Amilcar Lobo Moreira. Esse oficial orienta os torturadores sobre a resistén- cia física do preso político. E como psicoanalista é o responsável pelo o "acompanhamento" da saúde mental do torturado e da melhor maneira de arran- car confissoes. Acóbertados pela farda do Exército e pela im- punidade que o regime lhes dá, no momonto, esses dois bandidos se especializaram em torturar presos políticos. O fascismo sempre gerou monstros deste tipo que deverão ser promovidos, se já nao foram, em recompensa aos serviços prestados ao Exército e à Patria. Una nota al pie, escrita a mano, dice lo siguiente: "Amilcar Lobo Moreira es candidato de la Sociedad Psicoanalítica de Río de Janeiro." Hemos enviado esta denuncia a diferentes socieda- des psicoanaliticas. Esperemos que se tomen las medidas correspondientes. ¿Qué más se puede decir frente a esta denuncia? ¿Y qué sentir, si no horror e indignación? En el primer tomo de Cuestionamos describimos la situación reinante en Viena en 1935, cuando en pos de la supervivencia de la Sociedad Psicoanalítica se prohibió a los analistas atender a militantes, y a los didactas, en especial, analizar a candidatos con actividad Polítìca. Es- te hecho encuentra su contrapartida en el Río de Janeiro de 1973. En este caso hay evidentemente de por medio un didacta que no sabe como interrumpir la formación de un candidato torturador sin atraer sobre sí mismo y so- bre la institución las eventuales represalias de este sujeto manifiestamente perverso, que ocupa una posición de po- der. Esta situación limite patentiza en toda su crudeza la relación de extrema complicidad que puede llegar a es- tablecerse entre el freudismo institucionalizado y el sis- tema imperante. Sin duda alguna, la supervivencia institucional,pue- de implicar un altisimo precio. ############################################################

''FOLLOW UP DE UNA DENUNCIA"

Psicoanálisis, política y moral [1984)

Post-scriptum SANTIAGO DUBCOVSKY

La denuncia efectuada en 1973 por Marie Langer y Armando Bauleo en el segundo tomo de Cuestionamos,pese a que planteaba importantísimos dilemas, distinciones morales y cuestiones referidas a la articulación entre politica y psicoanálisis, pareció caer en el vacío más absoluto. Su repercusión pública, ya sea a través de la prensa o bien en referencia a reflexiones en revistas especializadas fue nula y su efecto en las sociedades psicoanalíticas amortiguada por una pesada cortina de silencio. A partir de 198l ocho anos después, gracias a los resquicios democraticos que se entreabren en Brasil, se dan a conocer ciertos hechos que adquieren nueva actualidad ahora que se establece una apertura democrática en nuestro pais. Los hechos son los siguientes: A fines de 1980 Inés Etienne Romeu ex-presa política que sufrió tortura y cárcel reconoce en Petrópolis la casa de la calle Artur Barbosa 120, lugar donde fue torturada durante 96 días. Sus investigaciones le permiten reconocer a sus torturadores, personal de la policía delEjército. Uno de ellos; a quien recuerda como el médico que la trataba regulando su recuperación de las torturas recibidas es el doctor Amilcar Lobo Moreira da Silva. También reconocen al doctor Lobo, como la persona que los atendió, un grupo de ex presos políticos víctimas de tortura, representados por el abogado Modesto da Silveira, diputado por el PMDB. La señora Romeu inicia juicio a todos quienes la torturaron en dicha casa. El doctor Amilcar Lobo confiesa que atendiba-presos políticos torturab_s,. Declara al diario "Folha de São Paulo" (8-2-81) que fue enviado a un aparato clsndeetino de represión para tratar de los efectos de un <<accidente" a Inés Etienne Romeu; que aplicó shock eléctrico a Abigail Paranhos para curarla de una "par&lisia histérica", que dio catorce puntos en la cabeza a (lid &ueiroz Benjamin sin anestesia porque el joven no quería ser anestesiado, acorde con lo que le dijeron sus superiores del 1er. Batallón de Policia del Ejército. Afirma que su accionar como médico policia del Ejército se realizó bajo coacción. Durante los primeros dias de su trabajo vio cossas comprometedoras y actuó como una pieza más de una maquinaria del terror, pero lo hizo coaccionado, su hijo de 8 años fue secuestrado por unos dias "como aviso" de lo que podria suceder si no colaboraba. El doctor Lobo declara que se considera "un chivo expiatorio" tanto de la izquierda terrorista que fue torturada como de los torturadores y también de los colegas psicoanalistas que investigan su caso y de la derecha política con la cual no admite afinidades. Se declara admirador de la social democracia tal como se practica en Escandinavia. El doctor Lobo en dicha época se analizaba y era candidato en la Sociedad Psicoanalítica de Rio de Janeiro. Tal como la denuncia afirmaba, su colaboración era onocida por su analista didáctico, pués era fuente de conflicto. Había llegado a la conclusión de que debia dejar el Ejército, pero que en dicho memento no era posible. El doctor Leao Cabernite, presidente de la Sociedad Psicoanalitica de Rio de Janeiro luego de las denuncias efectuadas inició una investigación de la que participó el presidente de la Asociación Psicoanalítica Internacional. Mientras duró la misma (1974-1975) el doctor Lobo se apartó de la Sociedad. No se conocen sus resultados pues fue secreta, solo se sabe que el doctor Lobo fue reintegrado a la sociedad Psicoanalitica en 1976, lo que supone su inocencia. En 1979 el Consejo Regional de Medicina de Río de Janeiro trató una queja que efectuara el doctor Lobo por haber sido acusado por un colega en una conferencia publicada por el Jornal do Brasil. El Consejo no se pronunció, por estar intervenido. El 3 de octubre de 1979 el mismo periódico publicó una carta de la Comisión Directiva de la Sociedad Psicoanalitica de Rio de Janeiro que dice: que el doctor Amilcar Lobo nunca fue expulsado y jamás sufrió ningún castigo a causa de las denuncias recibidas". En 1981, aun después de la confesión del doctor Lobo, ninguna institución, Consejo Regional o Consejo Federal de Medicina tomaron resolución en el asunto. En relación al juicio penal que Inés Etienne Romeu había iniciado, el ministro del Interior brasileño hizo declaraciones en febrero de 1981. Dijo al periodismo que dicho juicio era realizado por una venganza y recordó a la opinión pública que la Ley de Amnistía vigente hacía beneficiarios tanto a los subversivos liberados como a las fuerzas de represión. Al día siguiente y en relación al mismo caso, Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz y defensor de los derechos humanos en su visita a Río de Janeiro, afirmó que ese tipo de juicio no configuraba la búsqueda de ven ganza sino el intento de restablecer la justicia y los derechos humanos. Al llegar a Sao Paulo, Pérez Esquivel fue detenido y expulsado del país por "intromisión en los asuntos internos de Brasil". A partir de ese momento la prensa volvió a silenciar toda noticia al respecto. En julio de l981 en el Congreso Internacional de Psicoanálisis realizado en Helsinki se resuelve no llevar a cabo el Congreso Internacional programado para 1983 en Rio de Janeiro, tal como se había aprobado en 1979. Los fundamentos de esta poco habitual resolución son expuestos en el Boletin 146 de la Asociación Psicoanalítica Internacional publicado en el International Journal of Psychoanalysis, vol. 63, part. 1, 1982, y dice así: "El doctor Joseph (presidente de la Asociación Psicoanalítica Internacional) recuerda a la Asamblea que en New York se habia acordado que el 33er. Congreso se llevaría a cabo en Río de Janeiro en 1983. Mientras tanto la atmósfera en relación al psicoanálisis, en términos de la cultura brasilena en general ha cambiado. Al aflojar los controles gubernamentales en Brasil, se han incre- mentado las actividades políticas y han aumentado las tensiones y los abiertos ataques a las figuras de autoridad. Esto se ha reflejado dentro de las asociaciones psicoanalíticas mismas y ciertas luchas y acciones políticas han sido publicadas por la prensa como asimismo muchos artículos condenando al psicoanálisis y a ciertas personas. A continuación el doctor Joseph hizo un breve resumen de los problemas de la Sociedad Psicoanalítica de Río de Janeiro resultantes de esta situación e informó que el Consejo Ejecutivo luego de una larga y cuidadosa discusión resolvió que una comisión visite próximamente Rio de Janeiro. Acorde con estas consideraciones y lamentándolo el Consejo Ejecutivo recomienda a la Asamblea por unanimidad que se cambie la sede del próximo Congreso." El doctor Joel Zac (Buenos Aires) como presidente de la FEPAL (Federación de Sociedades Psicoanalíticas Latinoamericanas) recordó a la Asamblea que los psicoanalistas latinoamericanos constituyen el 20 O/o de los miembros de la Internacional y que si bien él estaba de acuerdo con la decisión, dadas las circunstancias, consideraba que en 1987, seis años después, muchas cosas podian cambiar y que la Asamblea debía considerar que en dicha fecha podría ser posible realizar un Congreso internacional en un pais latinoamericano. A continuación el doctor Antonio Santamaria, de México, postuló a dicho pais eomo sede del Congreso para 1987. El Congreso Internacional de 1983 se realizó en Madrid; el de 1985 se realizará en Hamburgo y el de 1987 será programado para realizarse... en Montreal (Canadá). En la misma Asamblea donde se resolvió no llevar a cabo el Congreso en Río de Janeiro, se mantuvo un interesante debate sobre la conveniencia o de adoptar posturas políticas por parte de la Asociación Psicoanalítica Internacional. Como consecuencia del mismo se aprobó una resolución del Congreso contra la guerra nuclear. También en ocasión de otros Congresos Internacionales se manifestaron actitudes conflictivas y contradictorias en circunstancias en que el contexto histórico-politico ponía a prueba la naturaleza y la ideología del psi- coanálisis institucionalizado, Así, en el Congreso de Jerusalén en 1977, la Asociación Psicoanalítica Internacional, por una parte se pronunció contra el abuso de la utilización de técnicas psiquiatricas y psicoterapéuticas para privar a los individuos de su legítima libertad, contra la indicación de dichos tratamientos basándose en consideraciones políticas y contra las interferencias en la confidencialidad profesional por motivos políticos. (Todo esto en relación a ; casos denunciados ocurridos en la Unión Soviética y en los Estados Unidos de Norte América). Por otra parte, frente a un pedido de declaración relacionado con persecuciones políticas (prisión y desaparición de colegas) el presidente de dicho Congreso aconsejó "cautela en las declaraciones, pues podía causar daño a otros colegas y en otras áreas sensibles". Además dijo que los colegas pertenecientes a dicho país solicitaban que no se hiciese ninguna declaración de protesta pues podría dañar su situación" Contra esta actitud se elevó la del doctor Welter Briehl (Los Angeles) quien afirmó que si un grupo se siente expuesto a tal peligro y cede a dicha presión, eso lleva a una situación que previene toda expresión de opiniones''. Aunque correcto, decir eso en 1977 en Jerusalén y siendo norteamericano era por cierto mucho menos peligroso que decirlo en Buenos Aires y siendo argentino. Puesto a votación el Congreso resolvió que quedara a discreción del Comité Ejecutivo el procedimiento a seguir en dicha circunstancia. De ese modo la Asociación Psicoanalítica Internacional nunca se pronunció públicamente contra las violaciones de los derechos humanos en la Argentina. (O. J. of Psych.,1978, vol. 59, part.1). El psicoanálisis institucionalizado internacionalmente eligió pues la precaución y el silencio como respuesta frente a la persecución de los regímenes latinoamericanos, no realizar congresos en esos países, ni protestar por las violaciones de los derechos hnmanos, para así proteger la supervivencia del psicoanálisis y los psicoanalistas. Frente a este tipo de decisiones y su oportunidad se plantean un sinnúmero de interrogantes y desacuerdos. ¿Actitud política prudente? ¿Reconocimiento de los límites de su fuerza? Pero al mismo tiempo quizás ¿complicidad tácita?, incongruencia ética? ¿Ejemplo confusionante y discriminación paradójica? Además, ¿logra su objetivo como política?, ¿cuan grande es la deformación que inevitablemente sufre el psicoanálisis? El obstáculo que se presenta a la exigencia psicoanalítica de verdad es notorio. ¿Cabe exigir en cuanto a política del psicoanálisis se refiere, que dicha exigencia sea rigurosa? ¿Al prevalecer ciertas razones políticas sobre otras, acaso lo que sobrevive no es un psicoanálisis sin ética, sin distinciones morales, sin principios humanistas, un psicoanálisis que no sólo no reflexiona sobre objtivos políticos sino tampoco sobre los medios de obtenerlos? Lo qee no despierta dudas es que dichas decisiones o falta de las mismas tienen consecuencias y que las mismas involucran aspectos básicos de nuestro hacer, detrminan una posición qee atenta contra nuestra posibilidad de analizar. Circunstancias como las mencionadas subrayan la necesidad por parte de los psicoanalistas, institucionalizados o no, de reflexionar sobre la naturaleza de los distinciones morales que debemos hacer en el ejericio de nuestra práctica y también pensar las articulaciones entre política y psicoanálisis. Marie Langer recuerda en "Psicoanálisis y/o revolución social pag. 129, la situación reinante en Viena en 1935 cuando en pos de la supervivencia de la Sociedad Psicoanalítica, se prohibió a los analistas atender a militantes políticos a los didactas en especial analizar a candidatos con actividad política. Yo quiero recordar ahora lo que le sucedió a la Asociación Psicoanalítica en Alemania y al psicoanálisis alemán con el advenimiento del nazismo. Pues creo que nos ayudará a comprender y reflexionar sobre lo qne puede pasar con el psicoanálisis en sociedades dictatoriales. Dice Jacques Le Rider, historiador del psicoanálisis en Alemania: "La suerte del psicoanálisis bajo el Tercer Reich fue muy variable. La emigración privó a Alemania de sus mejores analistas; otros fueron asesinados: Karl Landauer, en Therensiestadt; John Rittmeister, militante de la resistencia y del grupo Rote Kapelle (0rquesta Roja), fue ejecutado en 1948; Salomea Kempner fue muerta en el ghetto de Varsovia; otros, como Alexander Mitscherlich, tuvieron oportunidad de elegir la "emigración interna" y pasar los años de guerra en Heildelberg. Otros, al precio de señales de lealtad más o menos comprometedoras pudieron seguir ocupando sus amados consultorios". En 1933 Felix Boehm, miembro del Comite Directivo de la Sociedad Psicoanalítica Alemana visitó a Freud para pedirle consejo sobre la eventual exclusión de judios del Comité Directivo de la Sociedad. La respuesta fue clara: "un cambio de miembros no impedirá que el gobierno prohiba el psicoanálisis". Los que eligieron adaptar su asociación a las nuevas circunstancias: Franz Baumeyer, Félix Boehm, Werner Kemper, Carl Muller-Braunschweig, Harald Schultz-Hencke y otros decidieron eliminar de los registros de la Sociedad a todos los miembros judios. No sólo se identificaron con un régimen racista sino que poco a poco fueron estableciendo nuevos compromisos. Se "purgó" el nombre y los conceptos del fundador del psicoanálisis, se quemaron sus libros. En 1936 fueron puestos bajo tutela del doctor M.H.Goering, sobrino del Reichmariscal Hermann Goering y médico psicoterapeuta, presidente de la Sociedad Alemana de psicoterapia. Luego fueron forzados a renunciar a la Asociación Psicoanalítica Internacional y en 1938 la Sociedad Psicoanalítica Alemana fue oficialmente disuelta. Para trabajar en el Instituto de Goering los analistas tuvieron que renunciar a su lenguaje y entonces fueron integrados al sistema médico del Tercer Reich. Branin y Kaminer señalan irónicamente qne "los nazis fueron los primeros que hicieron posible el ejerciclo del psicoanálisis en una institución estatal". Algunos testimonios describen que en dicho instituto los psicoanalistas tuvieron vínculos "estimulantes" con el doctor Linden, uno de los principales responsables de la eutanasia de los enfermos menntales, que expuso sus teorías sobre higiene racial y también con el doctor Goering que sostenía "la salud como obligación". Sin embargo, descubrimos con estupor que las discusiones y las conferencias psicoanalíticas continuaron sin interrupción hasta fines de 1944. Estos "soi disant" psicoanalistas, evitaban pronunciar las palabras "complejo de Edipo", prohibidas por los nazis; Harald Schultz-Hencke se distinguió por un trabajo sobre "La formación del coraje como finalidad de la psicoterapia" donde se criticaba el pansexualismo de Freud. Todavía persiste el desacuerdo y hay quiénes encuentran un sentido positivo a este afán de supervivencia a toda costa. En 1946 Kemper y Schultz-Hencke reconstruyen la Sociedad alemana de Psicoanálisis y en 1950 Muller Braunschweig funda otra Asociación Psicoanalítica que se supone más ortodoxa. Ambas son admitidas provisoriamente por la Internacional por último la segunda es la oficialmente reconocida. Mitscherlich, de orientación izquierdista reconstruye el famoso Instituto Sigmung Freud de Francfort y se adscribe a la segunda. Escribe libros fundamentales de psicoanálisis y sociología como "Sociedad sin padre" y "El duelo imposible" referidos a la dolorosa experiencia del nazismo y a las consecuencias del genocidio judio sobre la psicologia de los alemanes. En 1970 su opinión respecto al futuro del psicoanálisis en Alemania es de "que está destinado a desaparecer". Pero los efectos autoritarios sobre el psicoanálisis no sólo se expresan a través de la deformación y el desánimo de de los integrantes que permanecieron; tambien quiénes emigraron, el grupo de psicoanalistas alemanes que se salvaron, como Fenichel, Annie Reich, Edith Jacobson, Nunberg y muchos otros en su mayoria con idologias políticas de isquierda, ocultaron durante el resto de sus vidas sus ideologias por temor al macartismo. Un estudio reciente de Russell Jacoby revela que durante diez años mantuvieron una correspondencia secreta en la que desarrollaban sus ideas sobre política y psicoanálisis. Desaparecieron dejando una imagen de ortodoxia psicoanalítica y muy pocos rastros, casi ninguna herencia de su pensamiento más íntimo, contribuyendo así a lo que este estudioso llama "la represión del psicoanálisis por el psicoanálisis mismo". Marie Languer recuerda en sus memorias que durante casi treinta años acalló su pensamiento político, dado su temor y su condición de inmigrante y se convirtió en una prestigiosa analista didacta ortodoxa. Los terribles efectos del nazismo sobre el psicoanálisis aún no se hana gotado y a casi cuarenta años de la finalización de la guerra la problemática continua en vigencia. Frente a la realización del Congreso Internacional de Psicoanálisis en Hamburgo en 1985 se alzaron voces que se opusieron al mismo; otras requirieron que el tema a tratar fuese: "Duelo y reconstitución, pasos problemáticos en el proceso psicosocial y psicoanalítico", entendiendo bajo la palabra "reconstitución" todos los procesos psicosociales y organizacionales que llevan a la reconciliación, integración y renovación estructural. Al fundamentar su propuesta el doctor Martin Wangh de New York dijo lo siguiente: "Los psicoanalistas sabemos muy bien que ni posponer, ni desplazar, ni evitar pueden ser elaboraciones satisfactorias a los conflictos; las desarmonias persistirán subterráneamente. Nuestras disputas al respecto desde 977 han demostrado que la generación directamente traumatizaada y aquellos indirectamente afectados, como asi también la generación siguiente no han hallado aún una manera de integrar los traumas de los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial. El doctor Wangh recordó a continuación que en 1971 al reallzarse el Congreso en Viena se habia elegido el tema "sobre la agreslón" intencionadamente, para ventilar los afectos y focalizar la atención en los trágicos acontecimientos de la era nazi. Su propuesta para Hamburgo tenia pues el objetivo de continuar los los intentos de elaboración del trauma y la búsqueda de medios para recobrarse de todo lo sufrido. Sostuvo que: "los traumas y pérdidas causadas han afectado a todos los psicoanalistas del mundo como ciudadanos del mundo civilizado, ¿quién más que nosotros debemos estar deseosos de intentar elaborar lo sucedido? Habiendo consultado al respecto recibió tres tipos de respuesta: 1) ¡Nunca iré a Alemania 2) ¡No remueva cosas tan dolorosas y que pueden despertar tanta disputa! 3) ¡Los alemanes no están interesados en examinar lo que pasó cuarenta años atrás! La Asamblea resolvió que el tema a tratar sea otro. Estos ejemplos ponen de relieve que en situaciones sociopolíticas donde prevalece el autoritarismo y la dictadura, donde se pierden los valores humanos, la acción de las sociedades psicoanalíticas está aún mucho más condicionada por el contexto, su deformación es inevitable. La elección de utilizar el psicoanálisis como método terapéutico no es una mera elección pragmática, es una decisión dictada por un compromiso ético con la libertad y la dignidad humanas. Por consiguiente en circunstancias dramáticas y conflictivas como las descriptas a comienzo del trabajo, donde todos y cada uno corre el pellgro de ser víctima propiciatoria, directa o indirecta, o de convertirse en cómplice obligado o espectador silencioso, reafirmar los ideales democráticos y liberadores que se desprenden de la actitud psicoanalítica no es vano, debe ser claro y siempre estar vigente. Por cierto cabe reconocer sus límites, es una ardua tarea seguir siendo un individuo libre en un contexto violento y desintegrador que implica no sólo peligro físico sino el de la confusión que imposibilita pensar y actuar institucional o individualmente acorde con la ideologia democrática que se deriva de nuestra disciplina. El insight psicológico y el juicio moral no son excluyentes como dijo Kubie: "El psicoanálisis establece una división neta entre los valores morales pertenecientes a las acciones y los vinculados a los pensamientos y sentimientos. Frente a estos últimos vacila antes de emitir un juicio moral, no es así en el caso de las acciones. El psicoanálisis no abandona el concepto de responsabilidad humana, no destruye la distinción entre lo bueno y lo malo sino que estudia la génesis de la conducta tanto moral como inmoral Los autores de la denuncia de 1973 señalaron la "extrema complicidad que puede establecerse entre el freudismo institucionalizado y el sistema represivo imperante". Inferían que "...esa complicidad era el precio a pagar por la supervivencia institucional". Tenían razón, pero hay más. Los nuevos datos agregan que las víctimas fueron muchas más y el precio mucho más alto. El terror no sólo tuvo como víctimas al perseguido sino también (por cierto a otro nivel), a los cómplices obligados, a los cómplices silenciantes, a los espectadores silenciosos. Los propios denunciantes fueron víctimas en la medida en que se vieron obligados al exilio a causa de su valiente decisión. También el psicoanálisis cae víctima de una creciente deformación cuando se pierde la libertad y la democracia mínima para poder llevarlo a cabo. En la Argentina durante la triste época de la guerra de las Malvinas se escucharon opiniones psicoanalíticas que fomentaban "el coraje" de padres e hijos en relación a dicha guerra. Las relaciones entre psicoanálisis, política y moral son complejas, pero creo que hay ciertas condiciones mínimas para que aquello que hacemos pueda seguir denominandose psicoanálisis desde un punto de vista social, científico. Debe desarrollarse en una organzación social democrática, que nos permita ejercer sin abdicar a establecer grados de responsabilidad; es cierto que los psicoanalistas no somos jueces pero tampoco debemos permitir que por un exceso de empatía o un equivocado intento de comprenderlo todo, se borronee nuestra posibilidad de establecer distinciones morales en cuanto a la naturaleza de las condiciones sociales en que se desarrolla nuestro ejercicio. Algunas de las relaciones entre la moral social y la política parece reflejarse en el hecho de que psicoanalistas como Fenichel y su grupo, o Marie Langer, cuando se sintieron obligados a ocultar su ideología política, se volcaron a una ortodoxia, qne tal como la entendían, implicó un comportamiento "moral" que significaba la no explotación del paciente en aspectos económicos, emocionales, sexuales y en lo posible de ninpún tipo. La responsabilidad social del psicoanálisis implica para éste, tal como lo señala Erikson, "nuevas tareas hipocráticas". "No podemos reclamar meramente que curamos a los pacientes y enseñamos a los estudiantes sin intervenir en los procesos que forman y transmiten valores en la sociedad. Debemos encontrar los marcos adecuados para la enseñanza de los valores psicoanalíticos, tanto en el contexto del entrenamiento clínico como en el esclarecimiento humanista. Buscar en cada marco el estilo que amplía y promueve la consciencia ética y al mismo tiempo revela el modo de trabajo de lo inconsciente". La supervivencia del psicoanálisis está íntimamente ligada a la supervivencia de valores humanísticos y democráticos. Los acontecimientos relatados demuestran, qué otro tipo de supervivencia podría tan sólo significar la irónica afirmación que hace el personaje de Pasqualino Sette Bellezze cuando ante el espectáculo de sus hermanes prostituidas y tras haber pasado por infinitas degradaciones se dice a sí mismo: ¡Estoy vivo! Post-post-scriptum Estando ya en prensa mi artículo, llegó a mis manos el trabajo de Hans Füchter "Träurige Psychotropens" nota (1)( Nota Psyche, Zeitschrift für Psychoanalyse und ihre Anwendungen, N°7,a. 38, julio 1984, Klett-Cotta,Stuttgart, Psychoanalyse in der Krise). Creo conveniente hacer algunos comentarios al respecto. Lo considero complementario del mío. Aclara lo sucedido en la Sociedad Psicoanalítica de Río de Janeiro y relaciona estos hechos con la problemática de la formación psicoanalítica con modelos autoritarios. Este tema a mi entender es común en sus aspectos esenciales en todas partes del mundo y ha sido ampliamente debatido en la Argentina desde 1971. (Ver mis trabajos: "Ni didáctico ni silvestre, psicoanálisis, en Psicología Argentina Hoy, Ed. Búsqueda, 1972; "La formación psicoanalítica. Modelos de psicoanalistas", en mi libro Psicoanálisis real, Ed. Antorcha, 1981.) También se hace evidente al leer el trabajo de Füchtner y el mío, que coincidimos en cuanto a considerar indispensable una estructura democrática no sólo institucional sino en relación al medio sociopolítico, como necesidad previa para el desarrollo del psicoanálisis. Por otra parte, ambos señalamos las implicancias políticas de la intervención de la Asociación Psicoanalítica Internacional; por cierto yo lo hago con pelos y señales. Quizas faltaría agregar la incidencia que la política internacional tiene sobre el desarrollo del psicoanálisis y sus instituciones como el propio tesorero de la Internacional Francis Mc Laughlin, denunció en el Congreso de Madrid de 1983, al reconocer que el peso del mayor costo económico del mantenimiento de la IPA recaía especialmente sobre América latina a consecuencia de la política armamentista de los Estados Unidos de Norte América, situación que honestamente consideró lamentable. Finalmente creo que cabe celebrar que en Alemania el "malestar de los psicoanalistas" haya producido una tristeza similar a la de los psicoanalistas latinoamericanos esos "tristes psicoanalistas del trópico", como el ingenioso juego de palabras de Füchter esboza. Sin embargo y solo en caso de que otra como yo detectasen un ligero tono paternalista en ese trabajo, quiero remarcar que los psicoanalistas alemanes tienen, a pesar de su actual desarrollo democrático,muchos motivos de pesar y duelo en la terrible historia que protagonizaran sus antecesores y que relato en mi trabajo. Duelo que aún está en elaboración alque sin duda ayudará un esclarecimiento mutuo como el que ambos intentamos. BIBLIOGRAFIA Cuestionamos I y II Ediciones Granica. Psicoanálisis y democracia,por S. Dubcovsky, en Psicoanálisis Real, Ediciones Antorcha, 1981. Folha de Sao Pablo 8/9/10/2 de 1981 The Represion on Psychoanalysis by Russel Jacoby , Basic Books International Journal of Psychoanalysis vol. 63, part 1,1982. International Journal of Psychoanalysis vol. 59, part.1, 1978 Histoire de la Psychoanalyse, Roland jaccard, Hachette. Un trauma, Les psychanalystes et le nazisme. L'Ane, Mai-Juin 1983. #########################################################################

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