De
hito en hito es la tercera obra de Gustavo Agrait publicada por
esta editorial. La primera, en 1971, fue El beatus ille en
la poesía lírica del siglo de oro, libro que fue premiado
ese año por el Instituto de Literatura puertorriqueña.
Un año después apareció ocho casos extraños
y dos cosas más, colección de cuentos dos de los cuales habían
aparecido publicados en revistas estudiantiles en 1930 que llevó
a tres críticos puertorriqueños, pertenecientes a distintas
generaciones, a afirmar que Agrait ha sido un pionero del cuento
fantástico en nuestra tierra y figura entre los más destacados
cultivadores del género.
La presente obra es algo distinto.
Bien que acuse la misma mirada aguda y acertada que ya se ha hecho
notar en la primera obra y también en su estudio sobre la
poesía de Luis Palés Matos, publicado en 1973 por la Biblioteca
de autores puertorriqueños, la misma editorial que dicho sea de
paso, había publicado el libro de poemas Variaciones sobre
temas obsesivos, primera obra publicada por Agrait.
Siete ensayos literarios integran
la obra. Cada ensayo constituye una unidad independiente, lo
que implica que pueden leerse en cualquier orden. Sin embargo, el
titulo del libro no es ocioso. Efectivamente los ensayos van marcando
hitos especificos en el desemvolvimiento de la literatura española.
Viene a resultar, pues, que quien lea los ensayos en el orden en que aparecen
habrá hecho un recorrido panorámico por el vasto y rico campo
de la literatura española siguiendo un estricto orden cronológico
que lo habrá llevado desde la Edad Media hasta la contemporánea.
Y el lector que tal haga descubrirá que no únicamente ha
ido transládandose de un hito a otro en ese recorrido por
el tiempo, si no que habrá tenido ocación de mirar de hito
en hito cada uno de ellos. Gustavo Agrait es un cicerone confiable
a tal efecto : por esa ruta estuvo transitando gozosa y fructuosamente
en compañía de sus alumnos por no menos de curenta
años. Si algún exdicípulo pasa sobre
estas páginas no dejará de encontrar la originalidad, alacridad
y hasta sentido del humor que parecen haber sido características
del Agrait catedrático.
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