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La
Guerra contra IRAK |
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ANTECEDENTES HISTÓRICOS....
1 El conflicto entre Irán e Irak por cuestión de fronteras es una
herencia de las disputas entre los imperios persa y otomano. Al
independizarse, Irak tenía soberanía total sobre el canal de Shatt al
Arab, donde confluyen los ríos Tigris y Eufrates por un corto
trayecto antes de desembocar en el Golfo, único acceso iraquí al mar.
2 En 1969 el sha Reza Pahlevi de Irán denunció el acuerdo. Para
desestabilizar al gobierno iraquí, el sha apoyó activamente a los
separatistas kurdos. Pahlevi y Saddam Hussein (entonces
vicepresidente iraquí) firmaron un acuerdo en Argel, el 6 de marzo de
1975, que constaba de los siguientes puntos: el reconocimiento de las
fronteras terrestres establecidas en 1914; la división del canal
Shatt-al-Arab por la línea del talweg (la de mayor profundidad), lo
que otorgó a Irán acceso propio para su refinería de Abadán; bloqueo
de fronteras a grupos armados.
3 En 1978 el gobierno iraní exigió que el ayatolah Khomeini dejara de
realizar actividades políticas contra el sha desde su exilio en
Bagdad. Irak expulsó al líder religioso iraní, que debió buscar
refugio en Francia.
4 Después del derrocamiento del sha en 1979, Irán se consideró libre
del acuerdo firmado previamente. Los incidentes fronterizos se
multiplicaron. El gobierno de Bagdad sostuvo que como el Acuerdo de
Argel ya no existía, tenía soberanía exclusiva sobre la totalidad del
canal Shatt-al-Arab, dejando a Irán sin salida al mar.
5 En setiembre de 1980 fuerzas iraquíes cruzaron el canal, lo que
precipitó la guerra. Irak encontró apoyo de Arabia Saudita y Jordania
en un frente destinado a frenar la "exportación" de la
revolución iraní a todo el Golfo. Por otro lado, Siria (permanente
opositor de Irak) y Libia apoyaron a Irán.
6 Con los años, la situación militar se estancó. Los diversos
intentos de mediación y múltiples exhortaciones a cesar el fuego por
parte de las Naciones Unidas fueron infructuosos. La guerra causó más
de un millón de bajas y un importante número de heridos. Dos tercios
de esa cifra corresponden al ejército iraní.
7 A comienzos de 1986, la marina de EEUU ingresó al Golfo para
"proteger" la navegación y asegurar el suministro de
petróleo a sus aliados de Occidente. Irán minó el estrecho de Ormuz y
utilizó lanchas rápidas para realizar esporádicos ataques, pero no
pudo evitar el control norteamericano sobre la navegación de la
región.
8 Estados Unidos, que abasteció de armas a Arabia Saudita, Jordania y
Kuwait y brindó información de inteligencia al gobierno iraquí,
vendió en secreto armas a Irán para obtener la liberación de rehenes.
Pretendía así fortalecer "sectores moderados" del gobierno
iraní, o simplemente prolongar la guerra. Israel, que fue
intermediario en las ventas, estaba interesado en este último efecto,
que dejaba fuera de combate a los dos ejércitos islámicos más
importantes luego del egipcio.
9 El 20 de agosto de 1988 se anunció un armisticio, que puso fin a la
guerra. Con la mediación de las Naciones Unidas se logró el cese del
fuego, pero no se firmó un acuerdo de paz por discrepancias sobre el
tema de fondo, que era la frontera.
10 Dicho acuerdo se alcanzó a fines de 1990, después de la invasión
iraquí a Kuwait. En ese momento el gobierno de Bagdad accedió a todas
las exigencias iraníes, a fin de asegurarse la neutralidad de este
país en su conflicto con Estados Unidos.
CARTA DE
GARCÍA MÁRQUEZ
Artículo de Gabriel García Márquez sobre el 11 de
septiembre:
Cómo se siente? ¿Cómo se siente ver que el horror
estalla en tu patio y no en el living del vecino?
¿Cómo se siente el miedo apretando tu pecho, el
pánico que provocan el ruido ensordecedor,
las llamas sin control, los edificios que se
derrumban, ese terrible olor que se mete hasta el
fondo en los pulmones, los ojos de los inocentes que
caminan cubiertos de sangre y polvo?
¿Cómo se vive por un día en tu propia casa la
incertidumbre de lo que va a pasar? ¿Cómo se sale
del estado de shock? En estado de shock caminaban el
6 de agosto de 1945 los sobrevivientes de Hiroshima.
Nada quedaba en pie en la ciudad luego que el
artillero norteamericano del Enola Gay dejara caer
la bomba. En pocos segundos habían muerto 80.000
hombres mujeres y niños. Otros 250.000 morirían en
los años siguientes a causa de las radiaciones.
Pero ésa era una guerra lejana y ni siquiera existía
la televisión.
¿Cómo se siente hoy el horror cuando las terribles
imágenes de la televisión te dicen que lo ocurrido
el fatídico 11 de septiembre no pasó en una tierra
lejana sino en tu propia patria? Otro 11 de
setiembre, pero de 28 años atrás, había muerto un
presidente de nombre Salvador Allende resistiendo un
golpe de Estado que tus gobernantes habían planeado.
También fueron tiempos de horror, pero eso pasaba
muy lejos de tu frontera, en una ignota republiqueta
sudamericana. Las republiquetas
estaban en tu patio trasero y nunca te preocupaste
mucho cuando tus marines salían a sangre y fuego a
imponer sus puntos de vista.
¿Sabías que entre 1824 y 1994 tu país llevó a cabo
73 invasiones a países de América Latina? Las
víctimas fueron Puerto Rico, México, Nicaragua,
Panamá, Haití, Colombia, Cuba, Honduras, República
Dominicana, Islas Vírgenes, El Salvador, Guatemala y
Granada.
Hace casi un siglo que tus gobernantes están en
guerra. Desde el comienzo del siglo XX, casi no hubo
una guerra en el mundo en que la gente de tu
Pentágono no hubiera participado. Claro, las bombas
siempre explotaron fuera de tu territorio, con
excepción de Pearl Harbor cuando la aviación
japonesa bombardeó la Séptima Flota en 1941. Pero
siempre el horror estuvo lejos.
Cuando las Torres Gemelas se vinieron abajo en medio
del polvo, cuando viste las imágenes por televisión
o escuchaste los gritos porque estabas esa mañana en
Manhattan, ¿pensaste por un segundo en lo que
sintieron los campesinos de Vietnam durante muchos
años? En Manhattan, la gente caía desde las alturas
de los rascacielos como trágicas marionetas. En
Vietnam, la gente daba alaridos porque el napalm
seguía quemando la carne por mucho tiempo y la
muerte era espantosa, tanto como las de quienes
caían en un salto desesperado al vacío.
Tu aviación no dejó una fábrica en pie ni un puente
sin destruir en Yugoslavia. En Irak fueron 500.000
los muertos. Medio millón de almas se llevó la
Operación Tormenta del Desierto...¿Cuánta gente
desangrada en lugares tan exóticos y lejanos como
Vietnam, Irak, Irán, Afganistán, Libia, Angola,
Somalia, Congo, Nicaragua, Dominicana, Camboya,
Yugoslavia, Sudán, y una lista interminable?
En todos esos lugares los proyectiles habían sido
fabricados en factorías de tu país, y eran apuntados
por tus muchachos, por gente pagada por tu
Departamento de Estado, y sólo para que tu pudieras
seguir gozando de la forma de vida americana.
Hace casi un siglo que tu país está en guerra con
todo el mundo.
Curiosamente, tus gobernantes lanzan los jinetes del
Apocalipsis en nombre de la libertad y de la
democracia. Pero debes saber que para muchos pueblos
del mundo (en este planeta donde cada día mueren
24.000 pobladores por hambre o enfermedades
curables), Estados Unidos no representa la libertad,
sino un enemigo lejano y terrible que sólo siembra
guerra, hambre, miedo y destrucción. Siempre han
sido conflictos bélicos lejanos para ti, pero para
quienes viven allá es una dolorosa realidad cercana,
una guerra donde los edificios se desploman bajo las
bombas y donde esa gente encuentra una muerte
horrible. Y las víctimas han sido, en el 90 por
ciento, civiles, mujeres, ancianos, niños efectos
colaterales.
¿Qué se siente cuando el horror golpea a tu puerta
aunque sea por un sólo día? ¿Qué se piensa cuando
las víctimas en Nueva York son secretarias,
operadores de bolsa o empleados de limpieza que
pagaban puntualmente sus impuestos y nunca mataron
una mosca?
¿Cómo se siente el miedo? ¿Cómo se siente, yanqui,
saber que la larga guerra finalmente el 11 de
septiembre llegó a tu casa?
Seremos capaces entre todos de parar ""ESTA""
.......?¿?
Un abrazo.
Gabriel García Márquez
Veteranos de EE.UU. hacen un llamamiento a los
soldados en activo contra el ataque a Irak.
Recibido de La Opinión Pública
el 11/02/2003
Mas de 400 veteranos de guerra piden a los soldados
que escuchen su conciencia antes de matar civiles
inocentes y hacen publicas las atrocidades cometidas
durante la guerra del Golfo.
Los veteranos señalan que la experiencia les ha
hecho darse cuenta de que tienen un deber con la
humanidad y con sus semejantes, al tiempo que se
preguntan quien es Washington para decirle al pueblo
iraquí como debe regirse su pais.
Más de 400 veteranos de las fuerzas armadas de
Estados Unidos, incluyendo de la Segunda Guerra
Mundial, la de Corea y Vietnam, así como la del
Golfo Pérsico, han hecho un llamamiento a los
soldados a cuestionar el por qué se les envia a
atacar Irak y las consecuencias que sus acciones
tendrán para sus semejantes.
Los veteranos pidieron a los soldados en activo que
cuando sean llamados por sus superiores, tomen una
decision en conciencia.
A continuación ofrecemos integro el texto del
comunicado:
Somos veteranos de las fuerzas armadas de Estados
Unidos. Estamos con la mayoría de la humanidad
-incluidos millones en nuestro propio país- en
oposición a que Estados Unidos desate una guerra
implacable en Irak. Hemos visto muchas guerras,
tenemos muchas visiones políticas y todos estamos de
acuerdo en que esta guerra está mal.
Muchos de nosotros creímos que servir en el ejército
era nuestro deber, y que era nuestro trabajo
defender este país. Nuestras experiencias en el
ejército provocaron que cuestionáramos mucho de lo
que se nos enseñó. Ahora creemos que nuestro deber
verdadero es alentarles a ustedes, como miembros de
las fuerzas armadas, para que averigüen por qué se
les está enviando a luchar y a morir, y qué
consecuencias tendrán sus acciones para la
humanidad.
Nos dirigimos a ustedes, militares activos y
reservistas, a hacer caso a su conciencia y hacer lo
correcto.
Durante la pasada Guerra del Golfo a las tropas se
nos ordenó asesinar desde una distancia segura.
Destruimos mucho de Irak desde el aire, matando a
miles; incluso civiles. Recordamos el camino hacia
Basora -La Carretera de la Muerte- donde se nos
ordenó matar a los iraquíes que huían. Aplastamos
con bulldozers sus trincheras, enterrando a personas
vivas.
El uso de uranio empobrecido dejó los campos de
batalla radiactivos. El uso masivo de pesticidas,
drogas experimentales, la quema de depósitos de
armas químicas y los incendios en pozos petroleros
se combinaron para crear un coctel tóxico que hoy
afecta tanto al pueblo iraquí como a los veteranos
de la Guerra del Golfo. Uno de cada cuatro veteranos
está discapacitado.
Durante la guerra en Vietnam se nos ordenó destruir
todo desde aire y tierra. En My Lai matamos a más de
500 mujeres, niños y ancianos. Usamos el Agente
Naranja contra el enemigo y experimentamos sus
efectos en carne propia. Sabemos cómo se ve, se
siente y a qué sabe el síndrome de estrés
postraumático porque los fantasmas de más de 2
millones de hombres, mujeres y niños aún nos
persiguen en sueños.
Entre nosotros hay más que murieron por su propia
mano tras volver a casa que los que murieron en
batalla.
Si ustedes eligen participar en la invasión de Irak
serán parte de un ejército de ocupación. ¿Saben lo
que es mirar a los ojos a un pueblo que los detesta
hasta la médula? Deben pensar en cuál es
verdaderamente su \'misión\'. Se les está enviando a
invadir y a ocupar un pueblo que, como todos
nosotros, sólo intenta salir adelante en la vida y
criar a sus hijos.
Esta gente no es una amenaza para Estados Unidos
aunque tengan a un brutal dictador como líder.
¿Quién es Estados Unidos para decirle al pueblo
iraquí cómo debe regirse su país, cuando muchos en
Estados Unidos ni siquiera creen que su propio
presidente fue elegido legalmente?
Saddam es vilipendiado por emplear gases venenosos
contra su propio pueblo y tratar de desarrollar
armas de destrucción masiva. Sin embargo, cuando
Saddam cometió sus peores crímenes tenía el respaldo
de Estados Unidos, incluso le otorgó los medios para
producir armas químicas y biológicas.
Comparen esto con los horrendos resultados de las
sanciones económicas promovidas por Estados Unidos.
Más de un millón de iraquíes, principalmente niños y
bebés, han muerto debido a estas sanciones. Después
de haber destruido en su totalidad la
infraestructura del país, incluidos hospitales,
generadores de electricidad, plantas de tratamiento
de aguas, Estados Unidos -con las sanciones-,
imposibilitó la importación de bienes, medicinas,
refacciones y sustancias químicas que eran
necesarias para la reconstrucción.
No existe honor en el asesinato y esta guerra no es
mas que un asesinato con otro nombre.
Cuando en una guerra injusta una bomba perdida mata
a una madre con su hijo, esto no es \'daño
colateral\': es asesinato.
Cuando en una guerra injusta un niño muere de
disentería porque una bomba dañó la planta de
tratamiento de aguas negras, no se está
\'destruyendo la infraestructura enemiga\': es
asesinato.
Cuando en una guerra injusta un padre de familia
muere de un ataque cardiaco porque una bomba
destruyó las líneas telefónicas y no pudo llamar a
una ambulancia, esto no es \'neutralizar las
instalaciones de comando y de control\': es
asesinato.
Cuando en una guerra injusta mueren en una trinchera
mil granjeros pobres que servían como conscriptos
para defender el poblado en el que pasaron toda su
vida, no es una victoria: es asesinato.
Habrá veteranos encabezando protestas contra esta
guerra en Irak y contra la participación de ustedes
en ella. Durante la Guerra de Vietnam miles, tanto
en Vietnam como en Estados Unidos, se negaron a
obedecer órdenes. Muchos se convirtieron en
objetores de consciencia y otros prefirieron ir a
prisión antes que tomar las armas contra el supuesto
enemigo.
Durante la pasada Guerra del Golfo muchos soldados
resistieron de varias formas y por muchas razones
diferentes. Muchos de nosotros regresamos de esas
guerras y nos unimos al movimiento antibélico.
Si alguna vez ha de ser libre la población de la
tierra, debe llegar el momento en que el ser
ciudadano del mundo tenga precedencia a ser soldado
de una nación. Ahora es ese momento. Cuando llegue
la orden de traslado, la respuesta de ustedes tendrá
un profundo impacto en las vidas de millones de
personas en Medio Oriente y aquí en nuestro hogar.
La respuesta de ustedes definirá el curso que tomará
nuestro futuro.
Ustedes tendrán opciones a lo largo del camino. Sus
comandantes quieren que obedezcan. Nosotros los
urgimos a pensar, a tomar decisiones con base en su
conciencia. Si eligen resistir, los apoyaremos y nos
mantendremos a su lado, porque hemos logrado
entender que nuestro deber verdadero es para con la
gente del mundo y hacia nuestro futuro en común.
Los niños ante el espectro de la guerra
by D. BROOKS Y J. CASON
Feb
12 '03
Los niños ante el espectro de la guerra.
En EU, metralla mediática de que se lucha contra el
mal; en Irak cunde el temor.
Nueva York y Washington, 10 de febrero. ''Todas las
mañanas me levanto, veo los obituarios en el
periódico y si no me encuentro ahí, me voy a
trabajar", bromeaba, o no, un viejo húngaro
refugiado en México.
Shigeo Sasaki estaba en los obituarios de este fin
de semana. Peluquero japonés de 87 años, había
dedicado más de medio siglo de su vida a la paz
después de que su hija, Sadako, murió en 1955, a los
12 años de edad, a causa de leucemia provocada por
la bomba atómica que Estados Unidos arrojó sobre la
ciudad de Hiroshima.
Sasaki contaba la breve historia de su hija en las
escuelas de su país. En el hospital, Sadako se
dedicaba a hacer cigüeñas de papel inspirada en una
leyenda japonesa que decía que a cualquiera que
hiciera mil cigüeñas de papel se le cumpliría un
deseo. Murió antes de acabar las mil cigüeñas, pero
su historia llevó a que los niños de Japón crearan
un fondo con el que se construyó una estatua de
Sadako, que hoy se ubica en Hiroshima. La gente
sigue enviando cigüeñas de papel a la estatua como
ofrenda de paz.
Todos los días en Estados Unidos, los niños, al
prepararse para ir a la escuela, pueden saber de las
últimas noticias en radios y televisores de sus
hogares, o enterarse en los puestos de periódicos, o
escuchar las conversaciones en los restaurantes o en
sus casas sobre la guerra que se prepara contra otro
país. Escuchan y observan que esa guerra se llevará
a cabo en nombre de algo llamado ''la paz'', ya que
alguien odioso y malévolo quiere envenenarlos con
gases químicos o enfermedades bacteriológicas. Y la
razón es que hay gente que los odia por ser gringos.
Todos los días se inunda a la población con
afirmaciones de que los países enemigos tienen algo
en común: su odio a Estados Unidos, o sea hacia todo
''lo bueno y bondadoso''. Que son odiados por tener
libertades, respeto a los individuos y por defender
los derechos humanos. Se declara que este país tiene
que defender a la humanidad del mal y, como en otras
ocasiones en la historia, a veces esto implica una
guerra. Hay que matar para vivir, hay que resolver
las broncas con armas, hay que defender la paz con
balas y bombas.
Las encuestas dicen que la mayoría se ha convencido
de estos argumentos. Los niños escuchan y leen, y se
les advierte que están amenazados, no por monstruos
o extraterrestres, sino por los padres de otros
niños, cuyo único deseo es matarlos, enfermarlos,
dejarlos huérfanos. Nadie les cuenta que esto ya es
un viejo cuento.
''En el momento en que se declara la guerra... las
masas... se convencen de que ellas han deseado y
ejecutado el hecho. Entonces ellas, con excepción de
algunos descontentos, proceden a ser sujetos de un
régimen, coercionados, desarticulados en todos los
ambientes de sus vidas y convertidos en una fábrica
sólida de destrucción... Una sensación de gran
rejuvenecimiento invade a las clases significativas,
un nuevo sentir de importancia en el mundo... La
opinión pública... se convierte en un bloque
sólido... La guerra es la salud del Estado.
Automáticamente pone en movimiento, a través de la
sociedad, esas fuerzas irresistibles de uniformidad,
de cooperación apasionada con el gobierno para
ejercer coerción sobre grupos minoritarios e
individuos que carecen de ese sentido más amplio de
la manada...", escribió el ensayista estadunidense
Randolph Bourne en 1918.
Ese mismo año, el gran líder popular Eugene Debs,
opositor a la Primera Guerra Mundial, por lo que
incluso fue a dar a la cárcel, declaró: "Nos dicen
que vivimos en una gran república libre; que
nuestras instituciones son democráticas; que somos
un pueblo libre y autónomo. Incluso para chiste eso
es demasiado. En el transcurso de la historia se han
hecho guerras para conquistar y saquear... eso es la
guerra en síntesis. Siempre es la clase dominante la
que declara las guerras y siempre es la clase
oprimida la que libra las batallas".
Pero en las escuelas de aquí esto no está en el plan
de estudios. No están los libros del historiador
Howard Zinn, ni El otro gringo, de May Brooks, ni
los discursos más radicales de Martin Luther King Jr.
contra la guerra, y menos en las primeras planas y
los noticieros.
Hoy, un niño de primaria puede pasar frente al
puesto de periódicos para ver cómo el diario más
influyente del país, el New York Times, reporta que
el secretario de Estado exige que Irak demuestre su
cooperación antes del fin de semana, o presenta un
reportaje sobre un líder "terrorista" con un "pasado
mortal". O que el Daily News dice en su portada
"Exhibición de fuerza" en referencia a la forma en
que la ciudad se protege ante la elevada alerta
"terrorista" (por lo menos también hay una modelo
tipo Barbie para distraer un poco).
Aquí, los niños están viviendo en un país que ha
declarado que en nombre de ellos matará a otros
niños (sin querer, pero ni modo, "daños
colaterales"). "Los 13 millones de niños iraquíes
están en grave riesgo de hambre, enfermedad, muerte
y trauma sicológico" por una guerra, afirmó Samantha
Nott, del grupo de expertos de War Child, agrupación
humanitaria canadiense que realizó una evaluación de
las condiciones en Irak en enero de este año.
En entrevistas con cientos de niños, el grupo de
expertos detectó que en Irak existe "gran temor a la
guerra"; que unos 500 mil niños iraquíes están
desnutridos, algunos en condiciones extremas. Si
estalla la guerra, algunos, tal vez miles, o decenas
de miles, pasarán a las filas de las estadísticas
más infames del mundo actual. ¿Cuántos más de ellos
se sumarán a los 2 millones de niños que han muerto
en guerras durante los últimos 10 años, los 5
millones que han quedado discapacitados, los 12
millones que han sido dejados sin techo y los10
millones que han sido sicológicamente dañados (véase
www.warchild.ca)?
Paolo Freire decía que la condición del opresor es
igualmente deshumanizada que la del oprimido, y que
es el oprimido el que no sólo tiene que liberarse a
sí mismo, sino, con ello, también a los opresores en
la lucha para la humanización. Pero ¿qué diría
cuando, por la sola suerte de vivir en un país que
amenaza con la opresión a otros pueblos (para
liberarlos, dice), uno es a la vez opresor y
oprimido?
Vivir en un país que se ha dedicado a la guerra, que
ahora amenaza otra vez a otros pueblos, y que no
descarta usar todos los medios, incluso una
repetición de Hiroshima, es lo que provoca
reacciones de artistas, intelectuales y poetas como
la de "No en nuestro nombre". La ironía es cada vez
más aguda cuando los desplazados por algunas de
estas guerras e intervenciones viven aquí, y hasta
se vuelven ciudadanos; o sea, algunos de los gringos
llegaron aquí por las balas gringas: panameños,
nicaragüenses, salvadoreños, dominicanos,
vietnamitas, coreanos, guatemaltecos, chilenos y,
claro, mexicanos (o ya estábamos aquí, ¿no?), ni
mencionar a los indígenas. En nombre de todos sus
hijos se declara la guerra.
Tal vez, algunos niños de aquí, inspirados por más
de 2 mil poetas (que este 12 de febrero leerán sus
poemas por la paz en varias ciudades del país),
cientos de artistas, intelectuales y músicos,
veteranos por la paz, religiosos, y mujeres que se
desnudan para crear la palabra Paz en todas las
esquinas del mundo, y los cientos de miles que
marcharán en las ciudades del mundo, incluyendo
Nueva York y San Francisco, este fin de semana,
podrán cambiar las primeras planas y los mensajes
principales de los noticieros en estos días. Tal vez
podrán evitar que algunos niños iraquíes tengan que
aprender a hacer cigüeñas de papel.
¿Cuántas cigüeñas de papel más tendrán que hacer los
niños de este país? Tal vez ninguno tendrá que leer
el obituario de un niño y, al ver que no está,
podrán irse a jugar.
DAVID BROOKS Y JIM CASON
Recopilado por...
Leonerk
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