ESTA PAGINA HA SIDO DESARROLLADA POR EL ING RAFAEL SOTOMAYOR MANGONES EN AYUDA DE SU PRIMO PRODUCTOR DE CINE Y TV GABRIEL MANGONES VELA
Hace unos diez años, cuando en las placas de los carros dejó de leerse "Colombia" y en su lugar comenzó a grabarse el nombre de cada municipio donde es matriculado el automóvil, mis compañeros de la universidad hicieron una algarabía de padre y señor nuestro al ver cruzar un daewoo con placas de Lorica. "Hey miren, en Lorica hay carros … es cierto, Lorica existe", fueron algunas de las sarcásticas frases, ante las cuales , viéndome en clara desventaja numérica y regional, no tuvo otra opción que recordarles a todos su querida progenitora, y no precisamente por su nombre.
Hoy pienso que si los sorprendió una placa, cómo les quedará el ojo cuando entren a Internet y descubran la página de Lorica. Y es que ese episodio histórico, a diferencia del suceso del carro, no lo podemos dejar pasar: quién iba a pensar que la historia de Lorica, su música, su gente y sus noticias estén por ahí, dándole la vuelta al universo, navegando en el espacio a la espera de que cualquier ciudadano del mundo la alcance y la conozca con solo mover un dedo. Algo parecido sucedió con la llegada de la televisión: nadie se explicaba cómo unas personas podían hablar y, sobre todo, caber en esa "caja mágica".
Era tanta la incredulidad, que en los pueblos más remotos de nuestra región la gente reunida alrededor del televisor de la plaza pública le respondía en coro al presentador del programa: -¡buenas noches señor Pacheco! La misma emoción encuentra uno casi 50 años después en los mensajes que dejan los Loriqueros al visitar a su pueblo a través de una caja mucho más pequeña que la de entonces, y en la que cabe mucha más gente, desde diferentes rincones del mundo.
Es más, en estos momentos la foto de la Catedral puede estar siendo vista en la República del Congo, o en Italia por mi querida prima Rochy o fácilmente un yugoslavo puede estar escuchando agun porro de nuestra region. Por eso no exagero si digo que este espacio de comunicación interactiva puede constituirse en el mayor avance que haya tenido nuestro pueblo en décadas, en materia de medios de comunicación. Que una página de Internet la hace cualquiera… Que muchos pueblos y ciudades tiene su propia página… Es cierto, pero fue a Rafael Sotomayor Mangones a quien se le ocurrió y quien se dedicó a diseñar este espacio para los Loriquerosos sin demandar dinero y mucho menos con ánimo de lucrarse.
Y gracias a Dios, sin requerir una decisión de gobierno, un acuerdo del Concejo, una autenticación, dos estampillas, una licitación y quién sabe cuántos requisitos más. Tampoco exagero si les digo que, a diferencia de cualquier otra página Internet del mundo, al abrir a Lorica en la Red se logra sentir hasta el entrañable calor del pueblo, acompañado de un irresistible olor a bocachico en el mercado a la orilla e rio Sinu.
En fin, este es un paso muy grande y lo dio un particular. Hay muchas cosas de beneficio colectivo que podemos hacer sin que papá-gobierno lo patrocine, lo resuelva o lo autorice. Lo que sí corresponde al gobierno municipal es facilitar el acceso de más gente, especialmente estudiantes, a la Internet. Ahora tenemos una excusa menos para no aprendernos la historia elemental de nuestro pueblo. Y pensar que cuando el Lassie de versal abrió sus puertas sólo tenía un diccionario Larousse y unos cuantos ejemplares de revistas.
