Crepusculario

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Prólogo

La primera obra publicada por Neruda en el año 1923, pero la empieza a escribirla en 1920 con dos obras que planea publicar:"Las insulas extrañas " y "Los cansancios infantiles", las cuales terminan integrando la obra de Crespulario. Por aquel entonces colaborada con las ediciones de la revista Claridad, revista oficial de la Federacion de Estudiantes del Pedagógico de Santiago.

En el mes de agosto de 1923, se publica la edición original de la obra por Ediciones Claridad.


Farewell

arriba

Desde el fondo de ti, y arrodillado,
un niño triste, como yo, nos mira.
Por esa vida que arderá en sus venas
tendrían que amarrarse nuestras vidas.
Por esas manos , hijas de tus manos,
tendrían que matar las manos mías.
Por sus ojos abiertos en la tierra.
veré en los tuyos lágrimas un día.

2

Yo no lo quiero, Amada.
Para que nada nos amarre
que no nos una nada.
Ni la palabra que aromó tu boca,
ni lo que no dijeron las palabras.
Ni la fiesta de amor que no tuvimos,
ni sollozos junto a la ventana.

3

(Amo el amor de los marineros
que besan y se van.
Dejan una promesa.
No vuelven nunca más.
En cada puerto una mujer espera:
los marineros besan y se van.
Una noche se acuestan con la muerte
en el lecho del mar.

4

Amo el amor que se reparte
en besos, lecho y pan.
Amor que puede ser eterno
y puede ser fugaz.
Amor que quiere libertarse
para volver amar.
Amor divinizado que se acerca
Amor divinizado que se va.)

5
Ya no se encantarán mis ojos en tus ojos,
ya que no se endulzará junto a ti mi dolor.
Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada
y hacia donde camines llevarás mi dolor.
Fui tuyo, fuiste mía. Qué más? Juntos hicimos
un recodo en la ruta donde el amor pasó.
Fui tuyo, fuiste mía. Tú serás del que te ame,
del que corte en tu huerto lo que he sembrado yo.
Yo me voy. Estoy triste: pero siempre estoy triste.
Vengo desde tus brazos. No sé hacía dónde voy.
... Desde tu corazón me dice adiós u niño.
Y yo le digo adiós.



Campesina

Arriba

Entre los surcos tu cuerpo moreno
es un racimo que a la tierra llega.
Torna los ojos, mírate los senos,
son dos semillas ácidas y ciegas.

Tu carne es tierra que será madura
cuando el otoño te tienda las manos,
y el surco que será tu sepultura
temblará, temblará, como un humano

al recibir tus carnes y tus huesos
— rosas de pulpa con rosas de cal:
rosas que en el primero de tus besos
vibraron como un vaso de cristal —.

La palabra de qué concepto pleno
será tu cuerpo? No lo he de saber!
Torna los ojos, mírate los senos,
tal vez no alcanzarás a florecer.

 



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