17 de marzo

RECADI, La Gran Estafa

Capítulo 10

La participación de la banca

La primera vez que la Ministro de Hacienda, Eglée Iturbe de Blanco, apareció mencionada en La Agenda Secreta de Recadi fue el 3 de abril de 1989. El diputado Douglas Dáger, presidente de la Comisión Especial del Congreso declaró lo siguiente:

Cuando la señora ministro dice que el Estado no es una piñata, lamento que no hubiese dicho lo mismo y actuado con ese encomiable celo, cuando en el organismo que ella dirigía y fue Viceministro de Hacienda en el gobierno de Jaime Lusinchi, se produjo el más gigantesco saqueo a la Nación, como fue el manejo irregular de 30.000 millones de dólares desde Recadi.

Dáger había propuesto aplicar el artículo 30 de la Ley de Hacienda, según el cual existe la recompensa para quienes hagan denuncias que supongan el rescate de bienes y fondos de la Nación.

- La ministro no ha enfrentado mi criterio personal, sino el expresado en la Ley Orgánica de Hacienda. Por lo tanto, lo irresponsable es descartar a la ligera esta posibilidad que la ley consagra.

Eglée Iturbe de Blanco fue interpelada por la Comisión Especial el 14 de abril siguiente:

- Este despacho no es un tribunal -dijo Iturbe- pero recibió 83 denuncias relacionadas con la supervisión en las aduanas y 31 referidas al otorgamiento de divisas preferenciales... Siempre se está pensando que la motivación inicial de algo no es otra que la de cogerse unos reales...

En lo que constituyó la denuncia fundamental, casi personal, del Diputado Douglas Dáger, a lo largo de las investigaciones del caso Recadi, el también presidente de la Comisión Especial advirtió sobre "un robo mayor con las fianzas" .

- El problema está referido a que existen en el Ministerio de Hacienda más de 26 mil expedientes sobre finanzas que por irregularidades cometidas por importadores con dólares preferenciales, le dan al Estado Venezolano derecho a ejecutarlas y de recuperar miles de millones de bolívares. La información que tenemos es que Hacienda, en lugar de ejecutar esas finanzas, las está entregando a los bancos comerciales y empresas de seguros, para que junto con los importadores subsanen las fallas en los referidos expedientes y de esta manera el Estado pierde.

Esta noticia se convirtió en otra bomba super explosiva y le añadió el Caso Recadi una arista par a investigar las actividades de la banca comercial en La Gran Estafa.

Eran 26.622 los expedientes llenos de solicitudes de liberaciones pendientes por ejecutar, de los cuales 6.067 correspondían a fianzas emitidas por empresas aseguradoras, por 542 millones 691 mil 218 dólares, y las restantes 21.055 fianzas expedidas por la banca, equivalentes a 1.615 millones 846 mil 604 dólares. Lo que representaba un gran total de 2.220 millones de dólares.

El alerta lanzado por Dáger se basó, a su vez, en un informe elaborado por Eva Morales, Directora de Aduanas y Liquidadora de Recadi, donde se le expuso a Eglée Iturbe de Blanco la situación de las fianzas por ejecutar y los pasos que los importadores tuvieron que dar para afianzar sobre los dólares entregados y los que tenía que dar el Ejecutivo para ejecutarlas.

- En virtud del considerable volumen de fianzas -escribió Eva Morales- se sostuvieron tres reuniones con representantes de la Asociación Bancaria, a fin de lograr establecer mecanismos que permitieran agilizar el proceso de análisis de los expedientes pendientes por liberación de fianzas y determinar efectivamente el número de fianzas pendientes reales, por documentación incompleta. Para lograr este fin, se planteó reducir el número de documentos para el análisis, pero siempre solicitando lo necesario para la comprobación de la correcta utilización de los dólares preferenciales.

Casi en paralelo, la Directora de Aduanas y Liquidadora de Recadi, Eva Morales, el 8 de marzo de 1989 ofició a Fernando Pérez Amado, Presidente de la Asociación Bancaria Venezolana, para advertirle que "existe un procedimiento claro de liberación de fianzas en Recadi y que su liberación no exime al importador de la responsabilidad que pueda tener, de determinarse la incorrecta utilización de las divisas, ni de su obligación de reintegrarlas por el uso parcial de las mismas" .

De manera que el 4 de mayo la Ministro Iturbe de Blanco, según Dáger, autorizó el flujo de documentos desde los archivos de Recadi a los archivos de los bancos y empresas aseguradoras.

En la carta enviada por Eva Morales a la Ministro de hacienda, se dijo: "Se acordó consultar con la Contraloría General de la República sobre los recaudos mencionados y a tal efecto se efectuó una reunión en la sede del organismo quien convino en someter a estudio esta solicitud, no habiéndose recibido respuesta" .

Esta frase de Eva Morales indignó al Contralor General José Ramón Medina, quien desde La Agenda Secreta de Recadi respondió el 30 de mayo que "poco me atrae tener que hacer desmentidos por la prensa ni participar en la pugna diaria por alcanzar nivel publicitario por el trabajo institucional que se cumple en la Contraloría" .

- En la referida reunión aprovechamos la oportunidad para manifestar desacuerdo con el procedimiento que se estaba utilizando de devolver los expedientes de solicitudes de liberación de fianzas a los interesados a través de los bancos tramitadores. Expresamos que se corría el riesgo del extravío de documentos y no se tenía la seguridad de que los mismos serían devueltos oportunamente y sin modificaciones.

La Ministro de Hacienda intervino en la polémica con el Contralor y con Dáger, y el 1 de junio señaló: "los expedientes no están saliendo del Despacho, sino que se le exige a los bancos verificar si la documentación está completa" .

Según las estadísticas de Hacienda, un total de 93 empresas bancarias y de seguros tenían en sus manos la información para completar todos los expedientes.

El 20 de julio el Consejo de Ministros formó una comisión integrada por los titulares de Hacienda, Banco Central y Procuraduría General de la Nación, para hacer transparente el paso de la liberación de las fianzas aludidas por Dáger.

Antes, el 30 de junio, Carlos Tablante denunció a la Ministro Eglée Iturbe de Blanco ante el Tribunal Superior de Salvaguarda por negligente en el cumplimiento de sus atribuciones, primero como Viceministro de Hacienda durante el gobierno de Lusinchi y luego como Titular del despacho de Finanzas Públicas con la actual administración.

"Iturbe, al no tramitar las denuncias interpuestas (contra las empresas fantasmas de los célebres chinos y varias en el sector automotor) y no paralizar la entrega de divisas, incurrió en el delito tipificado en el artículo 59 de la Ley de Salvaguarda, y es por ello que solicito se abra la correspondiente averiguación sumarial, en contra de la citada funcionaria, con la finalidad de determinar su responsabilidad criminal en este caso" .

El episodio de las fianzas se canalizó con una mala noticia: la reapertura de las Oficinas de Recadi por espacio de ocho meses, para finiquitar la liberación o ejecución de las fianzas pendientes. El anuncio lo hizo El Nacional en la primera página del 26 de septiembre de 1989. Están todavía en la revisión de los 26.000 expedientes.

Cuando el Presidente del Tribunal Superior de Salvaguarda informó al país la decisión de dictar autos de detención a diez ex-funcionarios de la administración de Lusinchi, por malversar fondos públicos, varios reporteros preguntaron al magistrado sobre el destino de Eglée Iturbe de Blanco, a lo que éste respondió:

- No existen en el expediente indicios que comprometan la responsabilidad de esta ministro sino de los funcionarios a quienes se ha dictado auto de detención. Si en el curso de la averiguación surgieran indicios contra otras personas, se procederá en consecuencia....

Recientemente Eglée Iturbe de Blanco fue incorporada al Directorio de Petróleos de Venezuela (PDVSA) y sustituida por Roberto Pocaterrra.

Los porcentajes de la banca

El miércoles 21 de junio de 1989 logramos "colarnos" en una reunión efectuada en las propias instalaciones donde funcionó Recadi, entre los diputados Roseliano Ojeda, coordinador de la comisión técnica del Congreso y los parlamentarios Salvador Militello, Alexis Ortiz y Edgar Mora de Copei; Enrique Parra y Ramón Parada de AD; Angel Cacique de Nueva Generación Democrática; y Jorge León Díaz, de ORA; con el Juez XXXVII Penal, Luis Guillermo La Riva López. También se apersonaron los asistentes Tatiana Uzcátegui, Manuel Rivero Viloria, Marcos Guánchez, Juan Pedro Uzcátegui, Henry Castro, Napoleón Coronado, Francisco Díaz y Fernando Palacios.

El objetivo de la sesión, en la que el Juez La Riva no se percató de nuestra presencia, fue intercambiar criterios sobre lo detectado por el Congreso y por la instancia penal en las mismas áreas. Fundamentalmente se discutió el caso de las ensambladoras.

Pero surgió otro detalle que nos impresionó: a la banca comercial, completa, posiblemente se le podría asignar su responsabilidad en el festín de los dólares, porque no estaba remesando al Banco Central de Venezuela alrededor de unos 250 millones de dólares por concepto de anticipos sobre importaciones no realizadas o por importaciones incompletas que obligaban a reembolsos.

El punto nos llevó a buscar al Diputado Gonzalo Pérez Hernández del MIN, quien fue el que estuvo y está manejando todavía otra sub-investigación no concluida totalmente, porque la banca posteriormente comenzó a fluir los reintegros.

El 21 de febrero de 1989, Luisa Garrido de Pérez, Gerente encargada de Administración Cambiaria del Banco Central de Venezuela, envió un fax urgente a todos los bancos comerciales que operan en Venezuela, anunciando: "cumplimos en informarle que a partir del 23 de febrero de 1989 las operaciones de reintegro enviadas por ustedes a la división de Ingresos de Divisas del Departamento de Liquidación de Ingresos y Egresos, se procesarán únicamente por transferencias telegráficas, a través de nuestro corresponsal Irving Trust Company New York, cuenta Nš 8033397047. No se recibirán operaciones de reintegro que se tramiten a través de cheques. Agradeciendo la colaboración que puedan prestar a la presente solicitud" .

El 9 de marzo siguiente, la misma funcionaria del BCV envió otra comunicación con el siguiente texto: "a la fecha aparece en nuestros registro un número considerable de solicitudes de retiro de divisas para el pago de importaciones amparadas por cartas de crédito abiertas por esa institución (los bancos comerciales públicos y privados), a cargo de cuyas conformidades de importación el Banco Central de Venezuela otorgó en su oportunidad el correspondiente anticipo, sin que por otra parte, el remanente haya sido requerido. Sírvanse verificar a la brevedad posible la situación de tales solicitudes y, en los casos en que las cartas de crédito no fueron aperturadas o no se negoció y la importación no se realizó dentro de los plazos establecidos, ordenar inmediatamente con aviso a nosotros y mediante crédito (a la antes referida cuenta) indicarnos en cada caso, el número consecutivo asignado a la solicitud y la fecha valor en la que el BCV otorgó dichas divisas" .

Más adelante concluye: "Agradecemos a esta institución atender el presente requerimiento a más tardar dentro de los próximos diez días hábiles" .

El 18 de abril de 1989, la misma Luisa Garrido de Pérez se comunicó de nuevo con los bancos comerciales y reclamó lo siguiente: "sirva el presente para reiterarles nuestra solicitud formulada en télex del 9 de marzo, a cuyos fines se les concedió un plazo de 10 días hábiles contados a partir de esa fecha, el cual se cumplió el día 27 de marzo de 1989. Agradecemos informarnos por esta vía resultados de las acciones adelantadas para proceder de inmediato a los reintegros pendientes" .

Finalmente, el 23 de junio de 1989, la Gerente Encargada de Administración Cambiaría del BCV, ofició al Area Internacional "en la oportunidad de remitirle el listado de anticipos otorgados hasta el 31 de mayo de 1989, por concepto de importaciones tramitadas por este Banco, sin que hasta la fecha (junio) se nos hayan requerido los respectivos remanentes" .

Este juego de comunicaciones le permitió al diputado Gonzalo Pérez Hernández, miembro de la Comisión Especial Recadi, entrevistarse con las autoridades del BCV, fundamentalmente con el Primer Vicepresidente, José Vicente Rodríguez Aznar, y detectar la siguiente situación irregular:

- Desde que se creó el sistema de cartas de crédito para financiar importaciones con dólares preferenciales hasta el corte de fecha 31 de mayo de 1989, 31 bancos comerciales (Provincial, Mercantil, Industrial, Unión, Venezuela, Latino, Consolidado, Exterior, Internacional, Caracas, Venezolano de Crédito, Italo, La Guaira, Bancor, Caribe, Maracaibo, República, Metropolitano, Financiera, Caroní, Construcción, Lara, Orinoco, City Bank, Occidental de Descuento, Principal, Capital, Federal, Agroindustrial y Regionales de los Andes), tenían pendientes 3.432 casos de anticipos por reembolsar sobre anticipos concedidos por el BCV del orden de los 99 millones 924 mil 175 dólares.

- Los mismos 31 bancos comerciales privados y públicos tenían pendientes por reintegrar sobre anticipos otros 4.142 casos, por el equivalente a 117 millones 272 mil 679 dólares. Todo esto para un gran total de 7.574 casos pendientes para un monto global de 218 millones 44 mil 877 dólares.

Expedientes por Liberación de Fianzas en procesos de Importaciones Privadas
(Millones de dólares)
Nro. de expendientes Fianzas por Aseguradoras Fianzas por Banca Comercial Monto en $
27.122 6.067 21.055 2.167

El punto central de la investigación emprendida por Gonzalo Pérez Hernández no fue otro que establecer las razones por las cuales la banca estaba siendo reticente y lenta en corresponder los anticipos remesados previamente por el BCV. Se trató de determinar si era posible que el Banco Central de Venezuela presionara a la banca comercial por la vía de las demandas judiciales, la deducción de los anticipos a las autoridades sobre nuevas aperturas de cartas de crédito o el cobro exigible en efectivo o mediante transferencia a las cuentas externas del BCV.

El otro aspecto sustancial fue el rescate de los anticipos con los correspondientes intereses sobre los montos de operaciones de importación no ejecutadas.

La situación pareció enderezarse más recientemente, cuando el Primer Vicepresidente del Banco Central de Venezuela, José Vicente Rodríguez Aznar, comunicó al Diputado Henry Ramos Allup, de Acción Democrática, Presidente de la Subcomisión Especial del Sector Financiero de la Cámara de Diputados, sobre los reintegros efectuados por la banca comercial hasta el 31 de agosto de 1988.

La totalidad de los 31 bancos comerciales había reintegrado a la fecha de la comunicación del BCV, 29 de enero de 1989, 18 millones 538 mil 900 dólares, sobre 1.188 casos en expedientes. El proceso ha sido lento, porque si el Banco Central de Venezuela exigía todo de una vez, con sus correspondientes intereses, la banca tendría que desembolsar entre 3.161 millones y 8.720 millones de bolívares, cantidad que no tiene en cartera por la baja liquidez reinante.

Esta situación está siendo observada muy de cerca por los parlamentarios Henry Ramos y Gonzalo Pérez Hernández. Al menos este último está dispuesto a plantear otras acciones para presionar el pago de los reintegros de la banca comercial al BCV, que es otro de los problemas que trajo como secuela, junto con el de las fianzas, la liquidación del Régimen de Cambios Diferenciales, Recadi.

Una de las implicaciones que le señaló el diputado Roseliano Ojeda al Juez Luis Guillermo La Riva en la reunión del 21 de junio, fue que algunos bancos rindieron estos anticipos en mesas de dinero en Estados Unidos y que su lentitud al remesar de nuevo al BCV no se justificaba por tal razón financiera.


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