El tiro por la culata

Desde entonces espera que tumben a Chávez. Por eso las dificultades del comercio con Venezuela que es uno de los tres más importantes compradores de productos colombianos. La fobia golpista llegó a sectores del gobierno Uribe Vélez que tampoco ocultaron sus deseos. Pero el golpe fracasó. El pueblo venezolano apoyó al señor Chávez y ahora la derecha no se atreve a ir al referendo acordado con la OEA. No se puede olvidar que desde Juan Vicente Gómez, hace más de cien años, las riquezas mineras y petrolíferas venezolanas son del Estado. La oligarquía de Venezuela se pegó a vivir y a aprovecharse de esas riquezas estatales, propiedad de todo la nación.

El intento de golpe, con los daños materiales causados, la caída de la producción y exportaciones y la fuga de capitales produjo pérdidas por más de 10 mil millones de dólares, que es una cuenta que tendrá que pagar la oligarquía de ese país. Esto no ha importado para nada a nuestra plutocracia que sueña con el golpe contra el presidente Chávez y que se extraña ahora de que en Venezuela, como ocurrió en Colombia bajo el gobierno del doctor Carlos Lleras Restrepo, haya sido indispensable establecer un sistema de control de cambios difícil de instrumentar en un país sin experiencia anterior en la materia. Nuestra plutocracia pretende que ese estatuto no se aplique a las exportaciones colombianas y se ha vuelto exigente de un régimen excepcional de pago, como unos privilegiados al margen de las leyes generales. Por eso la metida de pata del presidente de la Asociación Nacional de Industriales de Colombia, ANDI, quien con altanería inusitada agredió la política de control de cambios de Venezuela con tan mal resultado que fue el propio presidente Uribe Vélez quien tuvo que decirle que ninguna de los países integrantes de la Comunidad Andina de Naciones se ha escapado de incumplir decisiones de sus diversos organismos. Al presidente de la ANDI le salió el tiro por la culata.

Ahora viene la cuestión tratada por los presidentes de la Comunidad Andina de Naciones, junto con el presidente Lula de Brasil. El gobierno Uribe Vélez, que rompió la unidad latinoamericana apoyando la invasión de Bush a Irak y que ha pedido intervención militar gringa en Colombia, ha dicho, por conducto del Ministro de Comercio, señor Botero, que 'nuestros intereses están en el norte del continente', notificando que su política es incorporarse al ALCA de Bush o a un acuerdo bilateral que se le ha negado. Colombia volvió a la entrega incondicional ante Estados Unidos, tal como ocurrió hace 157 años, cuando fue firmado el tratado Mallarino - Bidlack de 1846, en que por el fatídico articulo 35 fue entregada la soberanía de Panamá y del presunto canal interoceánico al control y garantía de los Estados Unidos que en 1903, hace cien años, nos lo arrebató y se quedó con las obras del Canal mismo. Lo peor fue que el ministro de relaciones de entonces, Manuel María Mallarino, festejaba que Estados Unidos recibiría todos esos privilegios y concesiones de soberanía 'porque por una feliz casualidad reúne la honra, la necesidad y la provechosa conveniencia, a lo gratuito de su consumación', como dijo en carta secreta al Congreso de la República. Fue regalada la soberanía colombiana a cambio de nada, gratuitamente.

Ahora estamos en las mismas. Colombia se apunta al ALCA, mientras Venezuela, nuestro principal comprador mira hacia el MERCOSUR y Brasil. ¿Volverá el gobierno Uribe a quebrar la unidad latinoamericana frente al ALCA, como hizo en la guerra de Bush contra Irak? Venezuela ha resuelto buscar el puente con MERCOSUR y las entrevistas presidenciales abren camino a la unidad de América Latina. Ojalá no se esfume esta nueva posibilidad de unidad de la América del Sur por culpa de la subordinación de nuestro gobierno al poder imperial de Bush.

* Apolinar Díaz-Callejas es ex Senador de la República de Colombia, ex Ministro del Gabinete del Presidente Carlos Lleras Restrepo y Miembro actual de la Comisión Andina de Juristas.

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