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GRAN LOGIA DE CHILE

DECLARACION PUBLICA


La Gran Logia de Chile ratifica su consternación, manifestada el 12 de septiembre, con motivo de los acontecimientos ocurridos el día anterior en los Estados Unidos de Norteamérica. Cualquier vida humana provocada por causas no naturales la condenamos, particularmente si es por consecuencia violencia dogmática, integrista o fundamentalista.

 

A la Masonería le asiste la convicción de que si la tolerancia fuera efectivamente patrimonio de la humanidad y estuviera anidada en el espíritu y la convicción de cada hombre, especialmente de quienes poseen la facultad de adoptar decisiones que involucran a los estados, a los pueblos o a sectores de la humanidad, con certeza no se producirían los horrores de la historia de antes y de ahora.

 

Manifiesta su esperanza en la cordura y lucidez de los gobernantes, de tal modo que sus definiciones no conduzcan a males mayores y que, por el contrario, establezcan la paz y el entendimiento entre los hombres y los pueblos; sin perjuicio de que los culpables de los crímenes y la violación de los derechos de los hombres y los pueblos sean juzgados por los tribunales competentes nacionales o internacionales.

 

La Gran Logia de Chile, entidad esencialmente filosófica, se ha marginado por tradición de la contingencia política y religiosa, entregando dicha participación, con entera libertad, a quienes se han adherido a sus principios.
Por excepción, como en este caso, formula declaraciones institucionales. La controversia y el debate vigente sobre aspectos valóricos en materias trascendentales para la sociedad y la inquietud de vastos sectores de la opinión nacional, frente al avance de posiciones integristas, con afanes hegemónicos, nos obligan a este pronunciamiento:

 

Debieron transcurrir más de 30 años para alcanzar la aprobación de la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria, después de vencer la resistencia de la mayoría política intolerante de la época. Otro largo camino debió recorrerse para alcanzar la separación de la Iglesia del Estado o para la dictación de las llamadas leyes laicas, entre las cuales ha sido fundamental la ley de matrimonio civil.
El divorcio vincular establecido en todos los países del mundo, menos en Chile y en Malta, se ha intentado en nuestro país desde el año 1914 (El primer Proyecto de Ley fue presentado el 28 de noviembre de 1914). La realidad legislativa muestra, pues, casi un siglo de obstáculos, de la más variada naturaleza, los que han hecho imposible la aprobación de una ley que termine con la farsa de las nulidades matrimoniales y el desamparo en que suelen quedar la mujer o los hijos y que coloque a Chile en el mismo rango y nivel de los países civilizados.

 

La presión religiosa en el desarrollo legislativo ha existido siempre, según lo aprueban los ejemplos señalados. Pero jamás en términos de un intervencionismo abierto como ha ocurrido ahora. El llamado a los católico para que no voten, en las próximas elecciones generales de parlamentarios, por aquellos candidatos que están a favor del aborto, del divorcio o de la llamada píldora del día después, excede con mucho los límites morales de cualquier credo religioso, ya que se pretende imponer una estimación valórica particular a todo el país.

 

En el tercer milenio se repite, aunque con distinto lenguaje, el mismo juicio sentencioso del Papa León XII sobre la vacuna. De haber prosperado sus condenaciones, a lo menos una gran parte de la población del mundo habría muerto a causa de la viruela. "Quien quiera proceda a esta vacunación, sostuvo el Papa, cesa de ser hijo de Dios. La viruela es un juicio de Dios. La vacunación es un desafío dirigido al cielo".

 

Con la misma autoridad, los integristas modernos pueden decir, entonces, que el divorcio, el aborto regulado y el uso de la píldora del día después, es "un desafío dirigido al cielo". Se trata como puede apreciarse, un mismo método compulsivo de presión que ahora se dirige a los legisladores y que no puede confundirse con el simple llamado a la feligresía para que no practique el aborto, divorcio o no consuma la píldora del día después. Sostener que la resolución de la Corte Suprema que prohíbe la comercialización de la píldora del día después, "demuestra que Chile tiene una actitud pro-vida, y no pro-aborto" es una afirmación maliciosa sobre los alcances de un fallo judicial, ya que incurre en la falacia de ver en la sentencias de los tribunales una interpretación de la conducta social. Con el mismo argumento podría afirmarse que el rechazo de los recursos de amparo en el pasado reciente, demostraría que Chile tuvo una actitud pro-tortura, muerte o desaparecimiento.

 

Al asegurar que el mencionado fallo es una "señal a favor de la cultura por la vida", se da por supuesta la condición abortiva de la píldora, hecho negado por entidades científicas como la Sociedad Chilena de la Fertilidad, la Sociedad de Obstetricia y Ginecología, la Asociación Latinoamericana y otras, además de destacados especialistas en la materia.
Por el contrario, nos parece que la falta de educación sexual, la planificación familiar obstaculizada y el combate al uso de anticonceptivos, son elementos que propician decididamente una cultura de la muerte.

 

150.000 abortos anuales en Chile, millones de abortos en el mundo, y miles de mujeres muertas como consecuencia de prácticas abortivas clandestinas, no conmueven tanto a los sectores autodefinidos de "pro-vida" como la píldora anticonceptiva de emergencia.

 

La Masonería condena, desde luego, los feticidios, evitables por el recurso de una educación sexual adecuada, una planificación familiar correcta, o el uso de anticonceptivos y rechaza, al mismo tiempo, la absurda afirmación de que el uso de anticonceptivos constituye una incentivación de los embarazos no deseados, hecho que aumentaría, por consiguiente el número de prácticas abortivas.

 

La Orden advierte en las actitudes que combaten el divorcio y el uso de anticonceptivos, un fundamentalismo renovado que pretende reeditar la intolerancia que condenó a Copérnico, Galileo o Giordano Bruno o que llevó a la hoguera a miles de seres humanos.
Mientras tanto, en los 40 países más caracterizadamente como católicos del mundo, se ha implantado el divorcio, y en la mayoría de ellos se ha autorizado el aborto y el uso de la píldora del día después. Sin embargo, Chile es el punto negro mundial, donde se mantiene un cerco antidivorcista sostenido rígidamente por la intransigencia religiosa local.

 

A juicio de nuestra organización, no es permisible detener el avance científico y tecnológico, que puede salvar la tierra de un colapso futuro, siempre que lleve implícito el respeto al hombre como cuestión esencial de su desarrollo. La Masonería estima, además, que las organizaciones religiosas, con elementos valóricos definidos, tiene derecho a imponerlos, sin coerción, a sus adherentes; pero no pueden pretender que se obligue de igual manera a la sociedad entera, sin observar el respeto debido a otras iglesias, otros credos y a todos aquellos que no se adscriban a ninguna religión. La aparición de "grupos laicos organizados", cuya movilización se anuncia para la defensa de los principios que, en materia de divorcio o píldora del día después, ha sostenido la iglesia, merece nuestra observación, en cuanto puede tratarse de una estrategia que pretende distorsionar los principios del laicismo, que combatió al clericalismo en el pasado y que ahora defiende el principio de la libertad, no controlada por el dogma, la intolerancia, los tutelajes religiosos o los fundamentalismo de cualquier tipo.

 

La Masonería, y el Laicismo que propicia y defiende como conducta, condiciona el principio de la libertad al respecto de todas las ideas y los valores que el ser humano quiera cultivar a su arbitrio.

Jorge Carvajal Muñoz.
Gran Maestro
Santiago, 23 de octubre de 2001.