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Caso: Hannibal Lecter

“La locura del Buen Gusto”

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La forma de hacer películas de suspenso y asesinos seriales fue revolucionada por la adaptación cinematográfica de la novela de Thomas Harris “El Silencio de los Corderos”. La película dirigida por Jonathan Demme (the silence of the lambs, MGM, 1991) impacto a todos los niveles de la cinematografía siendo la sorpresa de los “Academy Awards” de 1991 arrasando con los galardones de mejor película, director, actriz y actor.   (Anexo 1)

 

Lo más impactante de la cinta, o quizá lo más recordado, es el personaje del Doctor Psiquiatra Hannibal Lecter, además de su relación con la joven estudiante del FBI Clarice Starling. La relación entre los personajes es el eje de la película siendo su motor la búsqueda del asesino en serie Jame Gumb llamado “Búfalo Bill”.

 

El personaje del doctor Lecter se ha convertido en un icono del cine. Existen sites en Internet dedicados a su admiración (siendo uno de los más importantes loving lecter: http://mischanet.net/llf_main.html). La fuerza de encantamiento de este personaje se hizo palpable desde 1991 y fue creciendo mientras crecía la expectación de un nuevo capítulo de su vida con la esperada secuela que preparaba su autor y que tardo 7 años en ver la luz. Simplemente Hannibal se llama la novela inmediatamente adaptada (¿o desadaptada?) al cine que mueve al público con la ilusión de ver algo más de esta inquietante personalidad.

 

Sin embargo, ¿Cómo es el doctor Lecter? ¿qué llama la atención de él? ¿cómo se encuentra trazada su locura? ¿cómo sucedió?

 

Para trabajar mejor el caso me permití revisar las extraordinarias novelas de Thomas Harris con respecto a su personaje Lecter. Ya son tres las novelas escritas sobre el famoso “Caníbal”: Red Dragon, The Silence of the Lambs y Hannibal.

 

Lo más interesante de la obra de Harris y perfectamente retomado por Demme es que permite al loco hablar. En otras películas sobre asesinos seriales solo lo conocemos cuando mata y cuando burla a la policía, o de lo contrario solo sabemos del policía que anda tras de el; cosa que se muestra en la película “El sabueso” (Manhunter, De Laurentis Entertaiment Group, 1986) donde Michael Mann se enfoca más en la personalidad del detective Will Graham que en la del loco Francis Dolarhyde. Para hablar sobre la locura, Harris crea el personaje de Hannibal Lecter.

 

¿“The Tooth Fairy”? ¡NO! ¡The Great Red Dragon!

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La primera aparición de Lecter es en la novela “El Dragón Rojo”. La historia versa sobre un ex -agente del FBI que visita a Hannibal Lecter para que lo ayude a encontrar a un asesino en serie. La premisa de la historia parece la misma que “El silencio de los inocentes” solo que no es así. Conocemos algo de Lecter, quien lo atrapó. Will Graham es el detective que atrapó al doctor Lecter y que vive torturado por eso.

 

El doctor Lecter dormía en un catre, con la cabeza sobre una almohada apoyada contra la pared. Le Grand Dicctionarie de Cuisine de Alejandro Dumas estaba abierto sobre su pecho.

 

Graham había estado mirando a través de las rejas no más de cinco segundos cuando Lecter abrió los ojos y dijo:

 

-Es la misma espantosa loción para después del afeitado que uso durante el juicio.

-Me la mandan de regalo para Navidad.

-¿Ha recibido mi tarjeta? – acoto Lecter.

-La he recibido. Gracias.

-Will ¿no tiene problemas (emocionales) a veces?

-No.

-Por supuesto.

-El doctor Bloom me mostró su artículo sobre la manía quirúrgica en Journal of Clinical Psychiatry.

-¿Y..?

-Muy interesante, aún para un lego.

-Un lego... lego, lego. Interesante palabra- dijo Lecter- Tantos sabihondos dando vueltas por ahí. Tantos expertos subvencionados por el gobierno. Y usted dice que es un lego. Pero usted fue quien me atrapó, ¿verdad, Will? ¿Sabe como lo hizo?

-¿Qué importancia tiene ahora?

-A mí no me importa, Will

...

-Lo estudiaré. ¿Podría darme el número de teléfono de su casa?

-No.

-¿Sabe porqué me atrapó?

-Adiós, doctor Lecter

-La razón por la que me pudo atrapar es porque ambos somos iguales.

 

El Dragón Rojo, Thomas Harris, Mondadori

 

Entonces ya tenemos una pista para entender a Lecter, veamos como es Will Graham. Graham es un hombre sombrío y triste, más que eso, es un hombre perturbado pero tiene un don. Will me recuerda mucho al niño de la película “Sexto Sentido” donde tiene un don que es vivido como una maldición. ¿cuál es ese don? Su saber sobre la locura. Will Graham tiene la particularidad de no saber como sabe lo que imaginan y fantasean los locos que persigue. Ese no se qué que qué se yo, es su sexto sentido, su conecte con la locura, su vista directa, no por reflejo sobre cómo esta constituida la psiqué humana.

 

Will Graham se encontraba buscando al asesino de un cazador con arco el cual había sido clavado a la pared con numerosas laceraciones en el cuerpo. Graham fue a visitar al psiquiatra  de la victima, el doctor Lecter. Después de la entrevista con Lecter tuvo la sensación de que algo anda mal y decidió regresar a entrevistarlo de nuevo. En esta ocasión mientras conversaban y Will veía los libros de Lecter, de repente, Will supo que Lecter era el asesino y cuando lo supo, también supo que Lecter sabía que lo sabía. Will busca cualquier excusa para salir del consultorio de Lecter y busca un teléfono para llamar a la policía. Mientras Will utiliza el teléfono, Lecter se le abalanza alcanzándole abrir el vientre con una navaja hasta que policías llegaron a detenerlo y posteriormente meterlo en el hospital psiquiátrico de Baltimore.

 

¿Cómo supo Will? Por una imagen, la imagen llamada “El hombre Herido” (Anexo 4). Esta imagen se encuentra en diferentes libros de historia de la medicina donde se muestra las diferentes heridas que puede tener un soldado en combate. Graham la vio, pero no supo que la vio a la vez que si supo lo que había visto. Will sabía pero no sabía como sabía, tenía corazonadas, chispazos que lo atormentaban. Lo atormentaban porque Will era un humano con mente de monstruo. En el site www.manhunter.net, dedicado la mencionada película dice lo siguiente “Will Graham posee la mente de un psicópata, gracias a Dios se encuentra del lado correcto de la ley

 

Utilizo la palabra Monstruo ya que es una de las cuales nos brinda Thomas Harris para hablar de los locos que muestra en sus novelas. Me parece mejor su designación de monstruos y no tanto de terminejos como desadaptado, asesino reincidentes o psicópata mientras que monstruo, asesino serial y perverso son los que mejor delinean su locura.

 

El protagonista del Dragón Rojo es justamente el asesino en serie con ese nombre. Al principio de la novela los agentes de policía le pusieron el mote de “El hada del diente” ya que mordía a sus víctimas y su dentadura resultaba extraña. Sin embargo, esto molestó al asesino ya que su locura se encontraba tejida por una imagen y un nombre a esa imagen creada por William Blake llamada “El gran dragón rojo con la mujer revestida con el sol”. Mi lectura de esto es que justamente el termino de hada no le da la dimensión de monstruo al loco. El espanto digno de todo perverso como queda evidente en los comunes exhibicionistas a las afueras de las escuelas de mujeres.

 

¿qué es un monstruo? Les propongo las siguientes definiciones que encontré.

 

Monstruo (del latín monstrum) m. Producción contra el orden regular de la Naturaleza. 2. cosa excesivamente grande o extraordinaria en cualquier línea. 3. persona o cosa muy fea. 4. persona muy cruel y perversa. 5. versos sin sentido que el maestro compositor escribe para indicar al libretista dónde ha de colocar el acento en los cantables.

 

Así, Will Graham persigue y atrapa monstruos por que es uno de ellos. El caso de Will nos muestra que los problemas de los seres excepcionales empiezan cuando se encuentran con la ley.

 

Tal pareciera que hasta el momento se complica el entender la locura de estos casos, hagamos como Thomas Harris y permitamos que el doctor Lecter nos ayude a entender.

 

“-Barney, ¿cree que la agente Starling podría disponer de una silla?

-El doctor Chilton no me dijo nada respecto de una silla.

-¿Y qué le dicen sus modales Barney?”

 

Lo primero que sorprende del Doctor Lecter es su conocimiento, es su inteligencia, pero más que eso es su dominio del saber. El doctor Lecter no aparece haciendo alarde de los libros leído citando cuanto autor conoce. El único alarde que hace de conocimiento es sobre el arte culinarios y las marcas de ropa y zapatos. El Doctor se jacta de tener “buen gusto” además de ser cortes y educado.

 

La cortesía es uno de los ejes de la locura de Lecter. Da y es receptivo a la cortesía siendo este rasgo el que llama la atención de Lecter con respecto a Clarice y forma el lazo.

 

¿Qué es la cortesía? Es ser atento, es prestar atención a cualquiera. “Tome, es una cortesía” Este elemento es de suma importancia para vislumbrar la locura del doctor Lecter ya que su brillo es producido por su EXCEPCIONAL personalidad mientras lo que busca es ser atendido como un cualquiera.

 

Por otro lado, el saber que interesa a Clarice es sobre la locura del asesino serial. Uno en particular, Búfalo Bill.

 

El silencio de los inocentes nos muestra una forma de acceder al loco, de seguirlo. El primer paso para acceder al loco es ser cortés y escucharlo. Recordemos el primer acercamiento de Clarice. Utilicemos el pasaje de la novela de Harris para tal motivo.

 

“Clarice Starling se detuvo cerca de los barrotes, más o menos a la distancia que equivaldría a la de un pequeño vestíbulo.

-Doctor Lecter. –Su propia voz le sonó muy aceptable.

Él alzó la vista de la lectura.

Durante un exagerado segundo Clarice tuvo la impresión de que la mirada del recluso zumbaba, pero no era más que su sangre lo que oía.

-Me llamo Clarice Starling. ¿Puedo hablar con usted? –La distancia y el tono de su voz implicaban cortesía.

......

-Buenos días –dijo él como si hubiera salido a abrir la puerta.”

El silencio de los inocentes, Thomas Harris, Mondadori

 

Lecter intimida con su saber, sus ojos lo muestran además de las atribuciones que se permite. El poder de su saber, el saber de la locura es lo intimidante de él. Clarice se sorprende ante una mirada que no se anda “con miramientos”

 

“–¿Puedo ver sus credenciales?”

 

El personaje de Hannibal Lecter es el que sirve en la historia para desenmarañar la identidad del asesino serial. Tal personaje explota su saber para identificar los detalles que mostraran el trazo de un asesino sin basarse en otra cosa más que en la lectura de los datos que se tiene.

 

El doctor Lecter enseña sobre la génesis y la estructura de la locura dando cátedra a todo aquel interesado en la salud mental. Dentro de las primeras cosas que el buen doctor precisa es la simplicidad. ¿Qué es lo que hace el asesino?

 

Clarice: “Mata mujeres”

Lecter: “No. Eso es incidental”

 

El primer punto a manifestarse en un asesino serial es que el asesinato no es lo principal, sino es incidental. No matan por matar, sino por el mensaje un acto que este conlleva. Lo anterior lo explica mejor el personaje Will Graham a su esposa en la novela El Dragón Rojo (1981) de Thomas Harris.

 

-“Molly, un psicópata inteligente, especialmente un sádico, es muy difícil de atrapar por varias razones. En primer lugar, porque no existe un móvil que se pueda investigar. De modo que esa posibilidad queda descartada. Y generalmente no podrás contar con ninguna ayuda por parte de los soplones... en estos casos no hay soplones. Quizás ni siquiera él sabe lo que está haciendo. De modo que debes aprovechar las pruebas que tengas y deducir lo demás. Tienes que tratar de reconstruir su forma de pensar. Tratar de encontrar sus patrones”

 

Búfalo Bill despelleja, le quita la piel a mujeres, entonces su objeto anhelado es la piel de la mujer, no las mujeres.

 

Simplicidad: ¿porqué el término de asesino serial o asesino en serie? ¿qué implica que algo se encuentre en serie?

 

Para la producción industrial, el estar en serie significa que todas responden a un modelo predeterminado, un patrón, una matriz, una pauta, tal y como lo muestra el típico molde para hacer galletas con forma de duende.

 

Para el psicoanálisis lo primero que denota es una estructura perversa proveniente de la su-misión ante una ley, un orden incuestionable. A “Billy” se le impone trasformarse en mujer porque es lo único que podría decirle quién es. La estructura de la locura de Jame Gumb proviene de la figura del amo y el esclavo. Lo dicho por el amo es incuestionable, lo indicado por el patrón es impuesto e inalterable .

 

El neurótico se relaciona por medio del amor, así que sus posiciones de juego neurótico son a partir de su colocación como amado o amante. El perverso se relaciona por la posición de amo y esclavo. Mientras que los objetos del amor son especiales o mágicos, los objetos del amo son serios y en serie.

 

“Su nombre es Billy Rubin”

Revela el doctor Lecter al público jugando con las palabras Billy Rubin y bilirrubina

sustancia del cuerpo que proporciona a la mierda su olor

 

Después de esta palabrería técnica podemos advertir algo, el dar lugar a la locura no significa empezar por teorizar al respecto de ella, sino empezar por una premisa simple y después, si se desea, se puede teorizar.

 

Volvamos al caso. Lecter le indica a Clarice la existencia del patrón en la naturaleza de los actos de “Búfalo Bill”. Volvamos al texto de el silencio de los corderos.

 

-“Desesperadamente fortuito había escrito el doctor Lecter”

-“El doctor Lecter había dicho que el expediente contenía toda la información suficiente para identificar al asesino. “Simplicidad”, había dicho. ¿Y “primero”? ¿Dónde estaba lo de “primero”? Aquí: “Primeros principios” eran fundamentales. “Primeros principios”; le sonó de una petulancia insoportable cuando se lo oyó decir.

¿Qué hace él, Clarice? ¿Qué es lo primero, lo primordial, qué hace? ¿Qué necesidad satisface matando? Codicia, ¿Y cómo empezamos a codiciar? Empezamos por codiciar lo que vemos cada día.”

 

En otro caso ya me había topado con la consigna de un pecado capital como eje de la estructura de un asesino en serie, el caso es el de Jhon Doe y la película es el film de David Fincher: Se7en. En tal caso lo que conducía la locura del asesino eran los pecados capitales, asesinatos de personas en serie en el patrón de los siete pecados capitales de la religión judeocristiana. El detalle era que el mismo loco era “culpable” de un pecado, la envidia. El loco enviaba la vida del hombre común.

 

La codicia, tanto la envidia es de esos detalles que apuntan al deseo y a la mirada. Lecter lo dice con todas sus letras: Empezamos por codiciar lo que vemos cada día. Lecter muestra la “Psicopatología de la vida cotidiana” y hace que Clarice busque justamente ahí, donde nadie más había buscado, en la locura cotidiana, aquella que esta fuera de patrones de computadora y de  psicología, sino en el patrón del loco, de la subjetividad.

 

La codicia de la piel de la mujer no era poca cosa para el asesino en serie. Los intentos de la senadora para que no matara a su pobre Catherine se enfocaban en que Billy “mire” a su cautiva como una muchacha, una niña, una hija o cualquier otro atributo de humano y no como un objeto. Mire a su hija, no a la piel de su hija. Aquí sería importante hacer una precisión, no significa esto que un humano no sea un objeto, ya que lo que lo instituye como tal es que fue tomado en algún momento como objeto de amor. Sin embargo, difieren mucho un objeto de amor que un objeto de goce.

 

El Objeto de goce es aquel con el que esta en relación el perverso. El objeto solo brilla por el goce, léase en este caso la piel de mujer (en el caso del Conde Drácula: la sangre). Así todos los objetos son seriados, coleccionables y desechables. La artimaña de la senadora coloca a Catherine en su vida cotidiana siendo su marca la inclusión en lo mundano de forma especial. Catherine “es como cualquier muchacha llena de ilusiones” ¡Perfecto! ¡Todo queda claro! ¿Existen dos muchachas llenas de ilusiones que sean iguales como hechas en serie? No. Las distingue la subjetividad, léase su locura particular. Catherine es como ella se las arregló para ser CATHERINE. Lo que hace Jame Gumb es mudarse de piel para saber qué es Jame Gumb, un nombre incompleto (James)

 

 

“-Lamento mucho lo que ha sucedido.

La descortesía me parece una actitud de una fealdad indecible.”

Dice disculpándose Hannibal Lecter con Clarice Starling por el comportamiento de Múltiple Miggs

 

En cierta ocasión un alumno me preguntaba ¿cómo alguien tan inteligente como el personaje del doctor Lecter era asesino?, ¿Por qué alguien con tanto conocimiento mataba gente? La respuesta del porqué alguien mata no puede contestarse desde la inteligencia, o la normalidad o preceptos estadísticos de la psicología. Solo se puede tomar el caso como subjetivo (es decir, de un sujeto a la vez) y dándole al matar el estatuto de acto subjetivo y singular.

 

Volvamos ahora al caso Lecter. Lecter esta encerrado, es considerado un monstruo y sin embargo se comporta como un caballero, sin perder la cortesía hacia el prójimo. Es justo este detalle de su subjetividad la queda prendada de Clarice Starling.

 

El doctor Lecter pone el dedo en la llaga cuando le dice a Clarice Starling que solo le dará información sobre Búfalo Bill siempre y cuando hagan un trueque, “dando y dando”, cobrando por sus servicios.

 

-“Es posible que le diga a usted una cosa, una sola cosa, que podrá transmitir a la senadora Martín, pero si lo hago será exclusivamente cobrando en el acto de entrega. A lo mejor se la revelo a cambio de cierta información sobre usted. Un trueque. ¿Sí o no?”

 

Lecter muestra el deseo del analista. Es bien sabido que los primeros semestres de la carrera de psicología gozan los maestros, utilizando como material de “desperdicio de tiempo”, hacer la pregunta “¿Porqué escogiste estudiar psicología?”. Lo peor es que le respuesta en serie de esta respuesta que solo contesta trata de contestar lo que el Otro quiere escuchar es: “Para ayudar a las personas”.

 

¿Alguien le entra al terreno de la locura para ayudar a las personas? Tal vez un psicólogo si, pero ¿un psicoanalista? ¿Porqué ayudar?

 

Lecter cobra con lo que puede cobrar, la estructura de la locura de Clarice Starling. Intercambian saber, objeto que ha sido por demás angustiante para el propio Lecter.

 

Lecter es distinguido y por todos distinguido, aunque la trampa en la que se encuentra y por la que esta encerrado es su búsqueda de distinción cuando lo que le brinda relación con los objetos de amor no es otra cosa que ser alguien distinguido por su cortesía.

 

El buen gusto de Lecter por las artes (culinaria, pintura, literatura, etc) es muestra de su relación directa con el saber que no se sabe que se sabe. Veamos el siguiente ejercicio que lo demuestra.

 

Yo sé matemáticas
La manzana sabe dulce

Si yo fuera manzana podría decir,

Yo sé dulce

 

El saborear de Hannibal “el caníbal” es la prisión de su saber. No cualquier saber, un saber humano. Es justamente que la única forma de Lecter de salir de su prisión es jugando al no saber. Siendo la estrategia más común y efectiva para lograra esto el enamoramiento (“¿qué quieres mi amor?”).

 

Sin revelar esta historia sabemos de antemano que Clarice Starling juega un papel importante, ya que es intrigante.

 

¿cuál es el diagnostico de Lecter? Existen elementos que hasta el final del caso me dieron la certeza de qué es Lecter. Les presento tales elementos.

 

-Créeme, no querrás tener a Hannibal Lecter en tu mente. Haz tu trabajo y no olvides lo que es.

-¿Y qué es?

-Es un monstruo. Un psicópata puro. Es muy difícil atrapar a uno vivo. Hablando de investigación, Lecter es nuestra posesión más valiosa.

Silencio de los inocentes

 

“De hecho, no existe consenso en la comunidad psiquiátrica respecto a si el doctor Lecter puede ser considerado un ser humano. Durante mucho tiempo, sus pares en la profesión, muchos de los cuales temen su acerada pluma en las publicaciones especializadas, le han atribuido una absoluta alteridad. Luego, por cumplir con las formas, le han colgado el sambenito de monstruo.”

Hannibal

 

Hasta aquí sabemos lo sospechado, Lecter es un monstruo, pero ¿qué tipo de monstruo?

 

-¿Es cierto lo que dicen? -¿Qué?

-¿Qué es una especie de vampiro?

-No existe una clasificación de lo que es.

Silencio de los inocentes

 

“Una de las novelas más aterradoras de nuestro tiempo”

“Hannibal es el Conde Drácula de la era de los ordenadores y los teléfonos móviles”

Stephen King

 

Lecter es un vampiro. Lejos de cerrarse ahora el diagnostico, nos permite saber lo encantador de Lecter. La leyenda de los vampiros procedente de Rumania fue revolucionada con la obra de Bram Stoker llamada “Drácula”. La imagen de Drácula es lo más próximo a Lecter que existe en la literatura.

 

“Ante mí se hallaba un caballero anciano, recién afeitado, excepto su bigote blanquecino, ataviado de negro de pies a cabeza, sin la menor sombra de color en parte alguna.

Con un cortés además de su mano derecha, el anciano me rogó que entrase en el castillo, exclamando con un inglés impecable.

-¡Sea bienvenido a mi morada! ¡Entre en el castillo por su propia voluntad! Entre sin temor y deje aquí parte de su felicidad que lleva consigo.”

“Drácula”

Bram Stroker

 

La estructura del vampiro es la más recurrente en el psicoanálisis lacaniano para designar a los llamados perversos, ¿cuál es la estructura del vampiro? Es la estructura de lo siniestro.

 

“En suma, el a es invisible, es una presencia que está en otro lado y que no se hace presente normalmente en el cuello de l jarrón, allí donde debería aparecer el objeto del deseo. En la neurosis, en ese lugar, propio de esa presencia invisible, suele instalarse la demanda del Otro, constituyendo el lugar de lo familiar, de lo heim. En lo heim, lo familiar, podemos situar la demanda. Cuando la demanda del Otro es subvertida por la aparición que permite que esa presencia invisible adquiera la forma de presencia, ¿qué permite allí el paso al unheimlich? La aparición del deseo del Otro en el lugar de la demanda del Otro.”

“...Drácula tiene una característica que se presta especialmente bien para entender lo que describe Lacan, tiene esa característica propia de los vampiros, de no reflejarse en un espejo, dado que carecen de imagen especular. Esta es una característica, propia de los vampiros... El momento en que el vampiro deja de ser persona y deviene vampiro puede ser señalado como paso de lo familiar a lo no- familiar, es el mismo de antes, levemente cambiado; porque tampoco cambia del todo.. y aparecen sus malas intenciones, porque cambia un detalle en su rostro, y cuando se produce este cambio, en el héroe o heroína se genera el terror... En el caso del vampiro, el cuerpo todo vale en tanto que es objeto a ser chupado, desangrado. Pero, no es que el cuerpo todo se vuelva objeto, sino que se vuelve un pura fuente de sangre, suya relación con un todo supuesto poco importa.”

“La angustia y el deseo del Otro”

Diana S. Rabinovich, Manantial Estudios de Psicoanálisis

 

Lecter se encuentra solitario y atrapado por su locura, la locura del Buen gusto. Lecter chupa locuras, es por eso que le atrae Clarice. Lecter se pregunta lo que la hace ser guerrera y doncella  la vez. Lecter encuentra a su Elizabeth de Drácula. Lecter la transforma esperando que su lugar sea ocupado por su hermana. Lo que posibilita otra jugada es la reacción de Clarice. Starling no es la víctima de Lecter, es su salvadora, es el halo de ángel que la bestia necesita, es la miel en la boca de los leones. El final de Hannibal nos lo muestra.

 

Mirando al sesgo

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Hablando psicoanalíticamente ¿cómo se sustenta la estructura del perverso? ¿Cómo se maquilla esta estructura con Hannibal?

 

 

Lacan nos ayuda para entender esto: “¿qué es la perversión? No solo es aberración respecto a los criterios sociales, anomalía contraria a las buenas costumbres – aunque este registro no esté ausente – o atipla respecto a criterios naturales, a saber, que ella deroga, más o menos, la finalidad reproductora de la conjunción sexual. Es su estructura misma otra cosa. Por algo se dijo de cierto número de inclinaciones perversas que son un deseo que no se atreve a decir su nombre. En efecto, la perversión se sitúa en el límite del registro del reconocimiento; y es esto lo que le fija, la estigmatiza como tal...”

 

Lecter se horroriza ante la descortesía. Inmediatamente actúa contra lo que se encuentra fue de lo “dictan los cánones” Lecter se erigen como el último caballero que protege las buenas costumbres hasta lo visceral.

 

Lacan “La relación ínter-subjetiva que subyace al deseo perverso sólo se sostiene en el anonadamiento ya sea del deseo de otro, ya sea del deseo del sujeto. Únicamente se la puede captar en su límite, en esas inversiones cuyo sentido sólo se vislumbra en un relampagueo. Esto quiere decir – reflexionen bien – que, en uno como en otro, esta relación disuelve el ser del sujeto. El otro sujeto se reduce a no ser más que el instrumento del primero, que es el único que permanece sujeto como tal, pero reduciéndose él mismo a no ser sino ídolo ofrecido al deseo del otro” Jaques Lacan.- Seminario 1.- Los escritos técnicos de Freud.- Clase 18. El orden simbólico. 9 de Junio de 1954

 

Lecter vive preso de las ordenes del buen gusto.

 

Al igual que en el caso del Dragón Rojo, y gran parte de los llamados asesinos en serie, considero  necesario revisar el siguiente esquema que propone Jaques Lacan.

 

Fig. 1

 

En un primer momento cuando el cachorro humano es recibido en el mundo alguien le da lugar, Nace el niño y se concibe a través como objeto que cubre una falta. La Madre (MOther) crea una ilusión, la ilusión de completud. Ella esta completa con esto que le faltaba. Sin embargo esto no dura para siempre en algunos casos. El padre entra en escena. El padre hace evidente que ese niño no lo es todo, no hace el todo, con la madre, pero entonces, ¿qué quiere el Otro?, ¿qué tiene ese que no tenga yo? El niño deja de ser lo que hace toda a la madre y busca eso que hace que uno sea el todo, el ste de la falta, el falo.

 

El neurótico desiste de ser el falo materno a partir de que el nombre del padre introduce el orden simbólico, donde el falo no se “es” nunca  y nunca se podrá ser sino que es algo que se porta, se tiene o no se tiene. El padre introduce la relación simbólica y así trascender la relación de frustración o falta de objeto en la relación de castración. Cuando el padre dice “esta mujer es mía” también dice “el resto pueden ser tuya” Introduce una ilusión, una posibilidad. Presenta al falo en un terreno donde algo puede serlo y ese algo se le puede tener. El orden simbólico le indica al niño que podrá tener el falo pero brevemente, se irá y volverá par volverse a ir y regresar. El neurótico vive pues en la ilusión de la vuelta del falo.

 

 

 

¿Cómo cambia con el buen Doctor? ¿Cómo es este esquema con el señor Lecter?

 

Primero veamos lo que dice Lacan con respecto a otra forma de la perversión: el fetichismo.

 

fetichismo

 

“Este esquema es ni más ni menos el de la perversión fetichista. Es, si ustedes quieren, un ejemplo de solución. Hay una vía más directa. Existen otras soluciones para acceder a la falta de objeto. Ya en el plano imaginario, la falta de objeto constituye propiamente la vía humana, la realización de la relación del hombre con su existencia, en la medida en que es posible ponerla en tela de juicio. Con eso basta para hacer de él algo distinto del animal y de todas las relaciones animales posibles en el plano imaginario. Este acceso imaginario a la falta de objeto se cumple dentro de ciertas condiciones puntuadas, extra históricas, como siempre se presenta el paroxismo de la perversión.

 

En efecto, una propiedad de la perversión es que realiza una forma de acceso a este más allá de la imagen del otro carácterístico de la dimensión humana. Pero sólo lo realiza en momentos como los que siempre producen los paroxismos de la perversión, momentos sincopados dentro de la historia del sujeto. Se observa una convergencia o un crescendo hacia un momento que puede calificarse muy significativamente de paso al acto. En el curso de este paso al acto, algo se realiza, algo que es fusión y acceso a ese más allá. La teoría anaclítica freudiana formula propiamente esta dimensión transindividual, llamando Eros a la unión de dos individuos en la que cada uno se ve desposeído de sí mismo y, durante un instante más o menos frágil, más o menos transitorio, virtual incluso, se convierte en parte constituyente de dicha unidad. Tal unidad se realiza en ciertos momentos de la perversión, pero lo propio de la perversión es precisamente que la unidad nunca puede realizarse, salvo en momentos que no están simbólicamente ordenados”

Seminario 4, La relación de objeto. Clase 5

 

 

¿cómo se articula esto con Hannibal? Para saberlo, es necesario que revisemos la historia de Hannibal y cómo se entrelaza con la historia personal de Clarice Starling.

 

Caso: Mischa

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Sócrates ¿qué será el Amor?

Diótima: Intermedio entre lo mortal y lo inmortal.

Sócrates: Pero, en fin, Diótima, ¿qué es?

Diótima: Un gran demonio, Sócrates, puesto que todo lo demoníaco está entre lo divino y lo mortal”

El Banquete de Platón.

 

Sabemos que Lecter nació en Lituania. Su padre tenía un título de conde  que data del siglo X, y su madre procedía de una familia de la nobleza italiana, los Visconti. Durante la retirada alemana de Rusia, un grupo de pánzers nazis bombardeó su propiedad próxima a Vilna desde la carretera y acabó con las vidas de sus padres y de la mayoría de la servidumbre. Después de aquello, los niños desaparecieron. Eran dos, Hannibal y su hermana. Desconocemos lo que ocurrió con la hermana. Lo que cuenta es que Lecter es huérfano, como Clarice Starling. (Explica el doctor Doemling a Mason Verger)

 

Un puñado de animales consiguió sobrevivir bajo el fuego de las artillería y las ametralladoras en la guerra que acabó con las vidas de los padres de Hannibal Lecter y arruinó el extenso bosque de su propiedad.

El abigarrado contingente de desertores que convirtió la remota cabaña de caza en su refugio se mantuvo de lo que encontró a mano. En una ocasión, los prófugos dieron con un pobre cervatillo, esquelético y herido por una flecha, que había conseguido encontrar pasto bajo la nieve y sobre vivir. Lo arrastraron al campamento para no tener que cargar con él.

Hannibal Lecter, que tenía seis años, espiaba a través de una grieta del granero cuando llegaron con el animal, que sacudía la cabeza y pegaba tirones a la soga enrollada alrededor de su cuello... El raquítico animal no tenía mucha carne alrededor de los huesos, y en dos días, quizá tres, cubiertos con sus largos abrigos y despidiendo por las bocas un vaho de putrefacción, los desertores salieron de la cabaña y caminaron sobre la nieve que la separaba del granero, que desatrancaron para elegir entre los niños acurrucados en la paja. Ninguno se había congelado, así que se dispusieron a escoger uno vivo.

Tanteando el muslo, el brazo y el pecho de Hannibal Lecter, pero en lugar  de a él cogieron a su hermana Mischa y se la llevaron. Para jugar, dijeron. Ninguno de los que se llevaban para jugar había vuelto.

Hannibal se agarró a Mischa tan fuerte, se agarró a ella con tal desesperación, que tuvieron que cerrar de golpe la enorme puerta del granero, le fracturaron un brazo y perdió el conocimiento.

Se la llevaron a rastras por la nieve,. Manchada todavía con la sangre del ciervo.

Rezó con tal fuerza para volver a ver a Mischa que la oración consumió su cabeza de seis años, pero no consiguió acallar los golpes del hacha. Sus súplicas para volver a verla no quedaron sin respuesta por entero: vio unos cuantos dientes de leche de Mischa en el maloliente pozo ciego que sus captores había excavado entre la cabaña donde dormían y el granero donde guardaban a los niños cautivos tras el desastre del frente oriental en 1944.

Desde aquella respuesta parcial a sus plegarias, Hannibal Lecter había dejando de hacer cábalas sobre cualquier divinidad, a parte de reconocer que sus modestas predaciones palidecían al lado de las de Dios, cuya ironía es inescrutable, y cuya voluble ferocidad está más allá de toda medida. (Sueño de Lecter)

Hannibal.-Thomas Harris.- Grijalbo Mondadori.

 

En este extracto de la novela de Hannibal, el doctor Lecter recuerda los hechos que lo han marcado, que han marcado y organizado su locura. Como menciona Lacan podemos decir que lo que predomina es el Goce del Otro.

 

Aunque alguien puede objetar que Lecter se asusta y puede odiar a sus captores (¿capadores?), Lecter deja de añorar e implorar por Dios, la estructura del Otro. Lecter acepta que “La ferocidad de Dios está más allá de toda medida”.

 

Me parece que con el relato de Lecter podemos entender el llamado síndrome de Estambul. Ese conocido fenómeno del que se habla en los rumores psiquiátricos sobre el enamoramiento de los secuestrados hacia sus secuestradores. Lo que sucede es mucho más complejo.

 

Slavoj Zizek, en su libro “Mirando al sesgo”, lo trabaja de este modo:

 

“(en Man-hunter) el giro decisivo se produce cuando advierte que, al escudriñar esas películas, él ya está identificado con el asesino. Su mirada obsesiva que encamina cada detalle coincide con la mirada del asesino: la identificación está en el nivel de la mirada, no en el nivel del contenido”

 

Lecter devora ya que la identificación del perverso solo es con el objeto fálico o con el Gran Otro.

 

Lacan menciona:

 

“Confundir este ojo contemplativo (del místico) con el ojo con que Dios se mira a sí mismo debe seguramente formar parte del goce perverso”.

Jaques Lacan, Seminario 20.- Clase 6 “Dios y el goce de la mujer”.

 

Complementémoslo con lo siguiente:

 

“Según Lacan el sujeto sadeano (¿perverso?) trata de eludir su escisión (¿castración?) constitutiva, transfiriéndola a su otro (la víctima) e identificándose él mismo con el objeto, es decir, ocupando la posición del objeto-instrumento de la voluntad de Gozar, que es la voluntad del Otro, que asume la forma del Ser supremo del Mal”

 

“Él (el perverso sádico) no realiza su actividad para su propio placer, sino para el goce del Otro: él encuentra goce precisamente en esta instrumentalización, en trabajar para el goce del Otro *. De esto se desprende claramente la razón de que, en Lacan, el matema de la perversión se escriba como la inversión del matema del fantasma:  α    S “el objeto a deseo de sujeto en falta” (miramos a la cosa como en la pornografía).

 

“*.- La posición subjetiva perversa se diferencia claramente de las posiciones del neurótico obsesivo y el psicótico. Tanto el perverso como el neurótico obsesivo se obligan a una actividad frenética al servicio del Otro; no obstante, la diferencia consiste en que la meta de la actividad obsesiva es prevenir el goce del Otro (la catástrofe, la irrupción del goce del Otro) mientras que el perverso trabaja, precisamente, para asegurar que se satisfaga la “Voluntad del Otro”. Por ello el perverso está también libre de duda y oscilación que caracterizan al obsesivo: él simplemente da por sentado que su actividad sirve para el goce del Otro. Por otra parte, el psicótico es él mismo el objeto del goce del Otro, su “complemento” (como Schreber): es el Otro quien trabaja sobre él, mientras que el perverso, es sólo un instrumento, una herramienta neutra que trabaja para el Otro.”

 

El perverso es una tool, una herramienta, tal vez ahí radica el enigma que se podría explotar en el artificio analítico. Al perverso no se le puede centrar como un analizante, tal vez como algo analizado o analizable.

Desarticular lo analizador.

 

Lecter reconoce en Starling algo de sí. Lecter es encantado es por eso que por más increíble que parezca la historia de Lecter es una historia de amor. Es la respuesta al enigma del perverso.

 

¿Cuál es el esquema de la perversión de Hannibal?

 

esquemahannibal

 

Harris nos muestra que la forma de trabajar con estos perversos es una relación del todo por el todo, del qui pro quo, tal y como lo muestra el film francés “pasión por la seda”. Starling cambia el esquema. ¿Cómo lo hace?

 

La guerrera Clarice

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Clarice Starling es una mujer diferente. Es la última girl scout. Lo que encanta a Hannibal Lecter de la señorita Starling es que Clarice se toma a pecho la ley. Es una agente de la ley que respeta a la ley. Hija de un policía muerto en acción, Starling sigue el orden de la ley ciega e imparcial. Como lo muestra el caso Dragón Rojo, la salida de la perversión es a partir de la relación con una ciega.

 

Veamos el final de la novela Hannibal:

 

-Y así fue como llegué a creer-concluyó el doctor Lecter- que debía haber un lugar en el mundo para Mischa, un buen lugar que alguien dejaría vacante para ella, y llegué a pensar, Clarice, que el mejor lugar del mundo era el que tu ocupabas.

Starling se quedó pensativa unos instantes.

-Déjeme preguntarle algo, doctor Lecter. Si Mischa necesita un lugar de primera calidad en el mundo, y no digo que no sea así, ¿por qué no el suyo? Está bien ocupado y sé que usted no se lo negaría. Ella y yo podríamos ser como hermanas. Y si, como usted dice, hay espacio en mí para mi padre, ¿por qué no hay sitio en usted para Mischa?

-Hannibal, ¿tu madre te dio de mamar?

-Sí.

-¿Sentiste alguna vez que habías tenido que ceder el pecho a Mischa? ¿Sentiste alguna vez que te lo arrebataban para dárselo a ella?

Un latido.

-No lo recuerdo Clarice. Si se lo cedí, lo hice con alegría.

Clarice Starling se llevó la mano al profundo escote de su vestido y liberó sus pechos. El aire endureció los pezones al instante.

-No tienes por qué renunciar a éstos.

 

Clarice introduce en el perverso Hannibal el orden que falta en el esquema. Introduce el orden simbólico. Para Hannibal solo hay la sustitución. Mischa ocupa el lugar de Clarice. Clarice le muestra otra salida: Clarice “como si fuera La Madre”, “Como si fuera Mischa”.

 

Hace unos días unas personas me preguntaron después de una de mis presentaciones del Dragón Rojo: “¿Cómo sería el tratamiento para un perverso?” A lo que respondí: “Primero mandarlo a la cárcel”.  Hannibal y Clarice hacen la pareja perfecta ya que lo que los separa desde que se conocen son los lugares que ocupan en relación a una celda, a una presión. Son la Bella y la Bestia, son el lado bueno y el lado malo de la Ley, hecho harto común en la historias de asesinos en serie que alaban y desean lo mejor para el policía a cargo de su caso, su Némesis.

 

“Lo que la fantasía se esfuerza por representar es, a fin de cuentas, la escena “imposible” de la castración. Por este motivo, la fantasía como tal, como noción misma, se encuentra cercana a la perversión: el ritual perverso escenifica el acto de la castración, de la pérdida primordial que le permite al sujeto entrar en el orden simbólico. O, expresándolo en forma más precisa: en contraste con el sujeto “normal” para quien la Ley cumple el papel del agente de la prohibición que regula su deseo, para el perverso el objeto de su deseo es la Ley; la Ley es el ideal que desea, quiere ser plenamente reconocido por la Ley, integrado a su funcionamiento... La ironía de esto no puede escapársenos: el “perverso”, este “trasgresor” por excelencia que pretende violar todas las reglas del comportamiento “normal” y decente, busca en realidad la imposición misma de la Ley.”

Slavoj Zizek.- El acoso de las fantasías

 

El buen gusto es no estar atrapado por la imagen, es saber sin saber como advertido que si pusiera algo ahí se desmoronaría el saber. Al final Lecter lo sabe gracias a Starling. Clarice se involucra y mete la Ley en Hannibal. Se mete toda ella.