Site hosted by Angelfire.com: Build your free website today!

 

Inicio·Consultorio·Artículos·Foro de Psicoanálisis·Banda de Moebius·Links·Comentarios·Enláceme·Correo Electrónico

El Dragón Rojo

---

 

“Siendo como Dios”

La mujer y el dagón

121 Apareció en el cielo una gran señal: una mujer envuelta en el sol como en un vestido, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en la cabeza. 2 La mujer estaba encinta, y gritaba por los dolores de parto, por el sufrimiento de dar a luz. 3 Luego apareció en el cielo otra señal: un gran dragón rojo que tenía siete cabezas, diez cuernos y una corona en cada cabeza. 4 Con la cola arrastró la tercera parte de las estrellas del cielo, y las lanzó sobre la tierra. El dragón se detuvo delante de la mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo tan pronto como naciera. 5 Y la mujer dio a luz a un hijo varón, el cual ha de gobernar a todas las naciones con cetro de hierro. Pero su hijo le fue quitado y llevado ante Dios y ante su trono;6 y la mujer huyó al desierto, donde Dios le había preparado un lugar para que allí le dieran de comer durante mil doscientos  setenta días. 7 Después hubo una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles lucharon contra el dragón. El dragón y sus ángeles pelearon, 8 pero no pudieron vencer, y ya no hubo lugar para ellos en el cielo. 9 Así que fue expulsado el gran dragón, aquella serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás, y que engaña a todo el mundo. El y sus ángeles fueron lanzados a la tierra.

Apocalipsis

---

 

 

Son pocas las novelas que presentan un caso tan interesante como la del escritor Thomas Harris: el Dragón Rojo. Resulta interesante dicha novela ya que aborda con una precisión increíble un tema por demás controversial, el tema de los asesinos en serie. En otras historias sobre asesinos seriales solo conocemos al criminal cuando mata y cuando burla a la policía, o de lo contrario solo sabemos del policía que anda tras de él. Lo anterior se hace evidente en la adaptación cinematográfica del Dragón Rojo llamada en México “El sabueso” o “Cacería Humana”  (Manhunter, De Laurentis Entertaiment Group, 1986) donde Michael Mann (Director y adaptador de la novela) se enfoca más en la personalidad del detective Will Graham que en la del asesino Francis Dolarhyde. Actualmente existen propuestas de volver a llevar a la pantalla la historia de la obra de Harris debido a que presenta la primera aparición de un personaje ya celebre en el celuloide: el doctor Hannibal Lecter.

 

Les propongo en el presente trabajo adentrarnos en el mundo del Dragón Rojo. Asesino, imagen y personaje. Un caso que resulta fascinante e intrigante como resultan para los neuróticos los casos de perversos. Apoyado con las herramientas del psicoanálisis y la escucha de la locura los invito.

 

¿“El hada dentada”? ¡NO! ¡El Gran Dragón Rojo!

---

 

Dos familias han sido asesinadas. En los crímenes, el asesino primero los ha atacado y después les ha inflingido diferentes lesiones. Ha colocado a manera de espectadores muertos a los hijos de la familia mientras destruía un espejo para colocar los trozos en los ojos de la madre de familia. Todo esto sucediendo en noches de luna nueva.

 

La policía solo ha encontrado ligeros rastros de semen y saliva, además de rastros de mordidas que muestran una dentadura excepcional por lo que la policía empieza a llamar al asesino extraoficialmente El hada dentada. (traducción literal de “Tooth Fairy”, ser que corresponde en México al “ratón de los dientes”)

 

La contraportada de la película Manhunter explica así la historia “El exagente del FBI llamado Will Graham quien tiempo atrás se hiciera famoso al atrapar al asesino en serie Hannibal Lecter, conocido por los medios como Hannibal “el caníbal”, perdiendo algo más que su mente en el proceso. Pero cuando Graham es llamado para salir de su retiro para atrapar a un psicópata conocido entre los policías como “El hada dentada”, Graham debe de nuevo confrontar los horrores del caníbal. Si Will Graham entra a la mente del asesino en serie, ¿podrá regresar?”

 

Caso D. El Dragón Rojo

---

 

Ya les he relatado brevemente los actos cometidos por el asesino. Sin embargo, ¿cuál es su historia?, ¿cómo nació este monstruo? La historia la conocemos en la obra de Harris.

 

Francis nace “pareciendo más un murciélago de nariz aplastada que un bebé” Nació con cortes en el labio superior y en la parte anterior y posterior del paladar. La parte central de su boca no estaba sujeta y sobresalía. Se madre cerró los ojos y no los abrió cuando le trajeron al bebé. Finalmente le miró. Cerraron la puerta cuando gritó. Y enseguida le pusieron una inyección.

 

El niño fue enviado a un orfanato. A punto de cumplir seis años, Francis Dolarhyde recibió su primera y única visita en el orfanato. Lo que más le llamó la atención a Francis, lo que siempre recordaría, fue que sonrió complacida al ver su cara. Eso jamás le había pasado. Y nadie volvería a hacerlo. Al llevárselo se concentraron en una única palabra: “Mamá”.

 

Francis había vivido una semana en casa de su abuela cuando fue a conocer a su madre. Su madre estaba sentada frente a la mesa del tocador. Sus ojos se abrieron desmesuradamente y permaneció sentada, inmóvil. No se dio la vuelta. Apagó las luces del espejo y su imagen desapareció del él. En la oscuridad del cuarto dejó escapar un tenue y aislado gemido que terminó en un sollozo. Podía ser por ella, o quizá por el niño. Lo llevó a todos lo mítines políticos y su esposo perdió las elecciones.

 

Francis de 5 años. Acostado en su dormitorio tenía necesidad de orinar. Pero le daba miedo levantarse a oscuras. Llamó a su abuela hasta el cansancio. Se le escurrió la orina y corrió hasta el cuarto de su abuela. Se golpeó contra la manivela y sangró de la ceja. Se metió entre las sábanas y se calentó con el cuerpo de su abuela. Ella dijo “Jamás he visto un chico tan desagradable y sucio como tú. Sal de aquí, bájate de esta cama”. Lo llevó hasta el baño y le retiró la pijama. “Mira- le ordenó. Agarrándolo por la nuca, le hizo agachar la cabeza hasta que vio su pequeño pene sobre la hoja inferior de una tijera abierta. La abuela comenzó a cerrar la tijera hasta que sintió un pinchazo. -¿Quieres que te lo corte?- No, Aela- Palabra de honor que lo cortaré si vuelves a mojar la cama ¿comprendes?

 

A los 8 años, la ocasional compañera de juegos de Francis le pidió que le mostrara sus partes íntimas, él accedió y ella le mostró las suyas. Cuando Francis se agachó a mirarla , un pollo sin cabeza se precipitó al rincón salpicando a la niña de sangre. La cocinera los vio y les pidió que ya se estuvieran quitando la ropa y que jugaran a otra cosa, su abuela también los vio. La Sra. Dolarhyde corrió a la niña y a la cocinera y le dijo a Francis que fuera a su cuarto , se quitara los pantalones y esperara allí hasta que encontrara sus tijeras. Esperó los días siguientes hasta que se dio cuenta de que la cocinera se reía de él a sus espaldas. Francis sabía que su abuela tenía razón, la había hecho sentir vergüenza. Imaginó que entraban ladrones en la casa y que él protegía a su abuela y ella se retractaba diciendo “Después de todo, no eres hijo de demonio, Eres mi niño bueno”. Francis tomó un hacha para prepararse a proteger a su abuela, al saber que podía lograrlo Francis permaneció inmóvil. El amor que lo embargaba a Francis estuvo a punto de estallar. Sentía ansias frenéticas por estar preparado para protegerla. Debía hacer algo, la sensación lo asfixiaba. El amor que lo había invadido crecía sofocándole y no podía liberarlo. Mata a una gallina cortándole la cabeza, no había sentido una sensación de paz tan dulce. Lo que su abuela no le había cortado estaba todavía ahí, como si fuera un premio.

 

La abuela corre a la cocinera y ésta notifica a Marian. Marian va por su madre para llevarla a un asilo, su madre la muerde en el brazo. Francis fue a vivir con su madre y sus dos hermanastros. Ned, el mayor golpea a Francis contra el espejo culpando a su rostro de la enfermedad de su padre, mientras Victoria mira horrorizada esta escena.

 

Francis, ahora de 40 años, ejercitaba su musculatura, pero no estaba satisfecho. Descubre la pintura de W. Blake El Gran Dragón Rojo y la Mujer Revestida de Sol (El crítico del TIME decía: Pocas imágenes demoníacas del arte occidental irradian una carga tan angustiosa de energía sexual...). Ahora a los cuarenta años, había sido subyugado por una vida de fantasía con un brillo, una frescura y una vivacidad propios de la niñez, lo que significó un paso más en la soledad. Los Jacobi fueron los primeros que le ayudaron, lo primeros en elevarle hacia la gloria de su transformación.

 

Dolarhyde frente al Dragón. El Dragón dice “Nunca he visto a un niño tan asqueroso como tu” Le advierte que si no le entrega a Reba  y continua con la Sra. Sherman entonces se lo cortará. “Dentro de poco estaré liberado de ti”¿cómo podía no entregársela al Dragón? Tenía que encontrar una solución. Comérselo.

 

Cazando demonios

---

 

El caso presenta diversas figuras retóricas relacionadas con los llamados asesinos en serie.

 

En la clínica psicoanalítica existe una “forma de normalidad” conocida como la perversión. Menciono forma de normalidad como Jaques Lacan se refirió a la neurosis, la psicosis y la perversión, siendo esta última la que me parece puede dar cuenta del entramado de este asesino. En el rubro de las perversiones Sigmund Freud distinguió a los invertidos, los fetichistas, los vouyeristas, los sádicos y los masoquistas, además de toda la amplia gama de aberraciones sexuales que a los psiquíatras les encanta nombrar.

 

Desde hace tiempo me encuentro intrigado con dos figuras que me parecen fachadas de la misma estructura; estas son el Perverso y lo demoníaco. Tal relación va más allá de lo que en el común se relaciona con el adjetivo Perverso, siempre relacionado, como lo indica el diccionario, a lo “sumamente malo, o el depravado en las costumbres u obligaciones de su estado”.

 

Resulta común escuchar toda las suerte de adjetivos relacionados con el Demonio cuando se habla de perversos y asesinos en serie. Sergio Andrade es tildado de satánico por la revista FAMA, el hijo de Sam mata por ser parte de un culto, Charles Manson hace su culto (nada oculto), Jack el Destripador inspira una novela gráfica llamada “From Hell” (desde el infierno), y así continúa la lista

 

Esto da una luz, para entender al perverso, entendamos al demonio. Primero vayamos al diccionario.

 

Demonio (del Lat. Daemonium, y este del griega damoniom, genio, divinidad inferior) m. Ángel malo, espíritu del mal. 2. ser sobrenatural, entre los gentiles. 3. encolerizarse, ser demasiado perverso, travieso o hábil, ser excesivamente inquieto o travieso.

 

Aquí vemos una relación entre el demonio y el perverso y no solo cualquier perverso, el perverso polimorfo. Los niños son inquietos y traviesos, alguien podría decir, ¡pequeño demonio!

 

¿Cómo se hace un demonio? La respuesta la muestra la historia de Francis. Primero, cuando nace, Francis es un monstruo. ¿Qué es un monstruo? Les propongo las siguientes definiciones que encontré.

Monstruo (del latín monstrum) m. Producción contra el orden regular de la Naturaleza. 2. cosa excesivamente grande o extraordinaria en cualquier línea. 3. persona o cosa muy fea. 4. persona muy cruel y perversa. 5. versos sin sentido que el maestro compositor escribe para indicar al libretista dónde ha de colocar el acento en los cantables.

 

Así Francis nace con una imagen opuesta al orden regular de la naturaleza, es feo. ¿por eso es perverso? No, falta algo más. La primera inserción de Francis en este mundo es recibido por un grito de horror de su madre. Así empieza la vida de Francis. Ahí no es perverso, poco a poco s va construyendo en uno.

 

Lacan nos ayuda para entender esto: “¿qué es la perversión? No solo es aberración respecto a los criterios sociales, anomalía contraria a las buenas costumbres – aunque este registro no esté ausente – o atipla respecto a criterios naturales, a saber, que ella deroga, más o menos, la finalidad reproductora de la conjunción sexual. Es su estructura misma otra cosa. Por algo se dijo de cierto número de inclinaciones perversas que son un deseo que no se atreve a decir su nombre. En efecto, la perversión se sitúa en el límite del registro del reconocimiento; y es esto lo que le fija, la estigmatiza como tal...”

 

Francis se reconoce en límite, él es cara de culo, el es labio hendido, el es el hijo del demonio. Este reconocimiento se da en el límite de la mirada del otro. Se encuentra estigmatizado como tal. Francis es frustrado en su deseo, es limitado. Cuando orina, cuando fluye la orina es castigado inmediatamente.

 

Lacan “La relación ínter-subjetiva que subyace al deseo perverso sólo se sostiene en el anonadamiento ya sea del deseo de otro, ya sea del deseo del sujeto. Únicamente se la puede captar en su límite, en esas inversiones cuyo sentido sólo se vislumbra en un relampagueo. Esto quiere decir – reflexionen bien – que, en uno como en otro, esta relación disuelve el ser del sujeto. El otro sujeto se reduce a no ser más que el instrumento del primero, que es el único que permanece sujeto como tal, pero reduciéndose él mismo a no ser sino ídolo ofrecido al deseo del otro”

 

Francis se construye como adorador del Dragón Rojo, de aquel que se muestra portador del goce sexual, aquel de tal poder, aquel amo que goza y dice como gozar.

 

Par explicar lo que menciono es necesario revisar el siguiente esquema que propone Jaques Lacan.

 

Fig. 1

 

En un primer momento cuando el cachorro humano es recibido en el mundo alguien le da lugar, Nace el niño y se concibe a través como objeto que cubre una falta. La Madre (MOther) crea una ilusión, la ilusión de completud. Ella esta completa con esto que le faltaba. Sin embargo esto no dura para siempre en algunos casos. El padre entra en escena. El padre hace evidente que ese niño no lo es todo, no hace el todo, con la madre, pero entonces, ¿qué quiere el Otro?, ¿qué tiene ese que no tenga yo? El niño deja de ser lo que hace toda a la madre y busca eso que hace que uno sea el todo, el ste de la falta, el falo.

 

El neurótico desiste de ser el falo materno a partir de que el nombre del padre introduce el orden simbólico, donde el falo no se “es” nunca  y nunca se podrá ser sino que es algo que se porta, se tiene o no se tiene. El padre introduce la relación simbolica y así trascender la relación de frustración o falta de objeto en la relación de castración. Cuando el padre dice “esta mujer es mía” también dice “el resto pueden ser tuya” Introduce una ilusión, una posibilidad. Presenta al falo en un terreno donde algo puede serlo y ese algo se le puede tener. El orden simbólico le indica al niño que podrá tener el falo pero brevemente, se irá y volverá par volverse a ir y regresar. El neurótico vive pues en la ilusión de la vuelta del falo. (fig. 1)

 

 

 

¿dónde está el padre de Francis? Francis aparece como todo de la Sra. Dolarhyde.

 

Fig 2

 

Con Francis la imagen se impone, es decir, existe primacía del imaginario, de hecho, es este esquema solo es entendido por la imágenes mientras que en el otro por los significantes que hacen símbolo, es decir, el simbólico. Francis se relaciona con una Sra. Madre que castra pero no en lo simbólico, sino amenaza en el Real, privilegiando la imagen. Una imagen condensa las dos identificaciones posibles del perverso: La identificación con el objeto fálico y la identificación con la Madre fálica. Francis intenta hacerse uno con el objeto fálico, intenta ser el Amor, no hacer el amor. Intenta ser el Falo, no hacer que vuelva el falo. A falta de un nombre del padre la inclusión del simbólico no se presenta y se inunda el imaginario. La metáfora rige sobre la metonimia. (fig. 2)

 

 

 

La respuesta de ser de Francis, la respuesta ante el ¿qué me quiere el Otro? Es, me quiere que lo adore. Por eso lo adoro. Francis se atrapa en el amor, no en amar como lo haría un neurótico (¿qué me quiere el Otro? Me quiere amar y que lo ame) Francis se vuelca en complacer al Gran Dragón Rojo, imagen que muestra el poderoso Dios. La estructura de Dios se instaura por su poder a partir de  que alguien lo adora.

 

Dios (Deus) Ser supremo. Creador del universo.

dios, -sa 1. cualquiera de las deidades veneradas por diversos pueblos del mundo. 2. persona o cosa a quien se venera sobre todas las cosas.

 

Fredy Louds “He tenido el gran privilegio. He visto con asombro y reverente temor la fuerza del Gran Dragón Rojo. Mentí respecto a él. He blasfemado contra el Dragón. No obstante el Dragón es misericordioso. Ahora quiero servirle. Él me ha ayudado a comprender su esplendor y le alabaré.

 

¿Porqué Francis quiere ser el Dragón? ¿Porqué el Dragón quiere ser todo Francis?

 

H. Lecter: Querido Will (su depresión) ¿no se debió realmente al hecho de que al matarle experimentara un gran placer? ¿Porqué no podía sentir un gran placer? A Dios debe gustarle. Él lo experimenta todo el tiempo, ¿y, acaso no estamos hechos a su imagen y semejanza? No se pierda los diarios. Dios siempre toma la delantera.

¿Porqué se siente bien, Doctor Lecter? Se siente bien, Will, Porque Dios tiene poder, y si uno hace lo que Dios hace suficientes veces uno se convertirá en lo que Dios es.

Me veo amado en los espejos plateados de tus ojos. (Manhunter)

 

Francis es un demonio porque se coloca en una situación similar a Satanás, envidia el goce de Dios. Ese es su trabajo.

 

 Si recuerdan el rumor sobre Satanás éste era un hermoso, el más hermoso, de los ángeles de Dios solo que quiso ser como Dios, podríamos decir gozar como él. Dios a sabiendas de que si esto es posible tendríamos un nuevo Dios o ninguno, hizo un arreglo, lo hizo el príncipe de la tinieblas, lo mandó a los hombres.

 

Por un momento, en el momento de matar, Francis se hace uno con el Dragón, se convierte en el Dragón, se convierte en el amor junto con el Dragón. Ser perverso es hacerse el amor, no hacer el amor, ser el instrumento del amor. Sócrates nos lo explica mejor en el Diálogo de Platón.

 

Sócrates ¿qué será el Amor?

Diótima: Intermedio entre lo mortal y lo inmortal.

Sócrates: Pero, en fin, Diótima, ¿qué es?

Diótima: Un gran demonio, Sócrates, puesto que todo lo demoníaco está entre lo divino y lo mortal”

 

Francis es un engendro, no un hijo de Dios. Francis es un Spawn, es su engendro. Es engendrado no creado. Sufre por el goce de Dios, y su actos perversos son sacrificios, son ofrendas a Dios. Algo de Francis se parece a ala historia de otro perverso, el personaje de la obra Equus. Es interesante que en ambas obras el título habla de quién es el gran Otro. El gran Equus podríamos decir.

 

El joven de Equus tenía su ritual, montaba a los caballos en la noche, y tuvo su acto de destrucción del Dios caballo para estar con una mujer, Francis hizo lo mismo, no pudo cegarlo, mejor lo devoró.

 

En la obra de teatro Equus, el psiquiatra muestra la fascinación por el perverso además de su relación con la figura del Cristo, del engendro. No es raro escuchar a los neuróticos recordando con nostalgia aquella época de perversidad, la niñez. Época donde la travesura mostraba la relación con el goce. La relación con Dios.

 

El Dragón Rojo, Francis en transformación, nos muestra la salida ante la castración. El Otro goza, el Otro puede castrar ante mi goce. La salida es su goce. La salida es el sacrificio de ofrenda a su goce. La salida es una mujer que no se asuste ante el monstruo. Una ciega.

 

Una mirada

---

¿Cómo entra en relación con la mirada el asesino? ¿Qué papel juega?

 

Como ya había dicho la imagen es lo que prevalece en esta estructura. Recuerden la película Copycat, ¿qué copia el asesino copión? Las imágenes de los asesinatos.

 

Slavoj Zizek lo trabaja de este modo:

 

“(en Man-hunter) el giro decisivo se produce cuando advierte que, al escudriñar esas películas, él ya está identificado con el asesino. Su mirada obsesiva que encamina cada detalle coincide con la mirada del asesino: la identificación está en el nivel de la mirada, no en el nivel del contenido”

 

“Confundir este ojo contemplativo (del místico) con el ojo con que Dios se mira a sí mismo debe seguramente formar parte del goce perverso”.

Jaques Lacan, Seminario 20.- Clase 6 “Dios y el goce de la mujer”.

 

Por mis ojos ve Dios, Yo soy un mero instrumento de su obra, pero no obra en mí.

 

“Según Lacan el sujeto sadeano (¿perverso?) trata de eludir su escisión (¿castración?) constitutiva, transfiriéndola a su otro (la víctima) e identificándose él mismo con el objeto, es decir, ocupando la posición del objeto-instrumento de la voluntad de Gozar, que es la voluntad del Otro, que asume la forma del Ser supremo del Mal”

 

“Él (el perverso sádico) no realiza su actividad para su propio placer, sino para el goce del Otro: él encuentra goce precisamente en esta instrumentalización, en trabajar para el goce del Otro*. De esto se desprende claramente la razón de que, en Lacan, el matema de la perversión se escriba como la inversión del matema del fantasma:  α      S “el objeto a deseo de sujeto en falta” (miramos a la cosa como en la pornografía).

 

“*.- La posición subjetiva perversa se diferencia claramente de las posiciones del neurótico obsesivo y el psicótico. Tanto el perverso como el neurótico obsesivo se obligan a una actividad frenética al servicio del Otro; no obstante, la diferencia consiste en que la meta de la actividad obsesiva es prevenir el goce del Otro (la catástrofe, la irrupción del goce del Otro) mientras que el perverso trabaja, precisamente, para asegurar que se satisfaga la “Voluntad del Otro”. Por ello el perverso está también libre de duda y oscilación que caracterizan al obsesivo: él simplemente da por sentado que su actividad sirve para el goce del Otro. Por otra parte, el psicótico es él mismo el objeto del goce del Otro, su “complemento” (como Schreber): es el Otro quien trabaja sobre él, mientras que el perverso, es sólo un instrumento, una herramienta neutra que trabaja para el Otro.”

 

El perverso es una tool, una herramienta, tal vez ahí radica el enigma que se podría explotar en el artificio analítico. Al perverso no se le puede centrar como un analizante, talvez como algo analizado o analizable. Desarticular lo analizador.

 

Francis que atrapado con su Dios. Francis nunca pudo darse un nombre que le hiciera ver lo que la ciega le mostró cuando dijo ¡qué hombre!

 

Héctor Mendoza

jhmchector@yahoo.com