San Rafael Arcángel, que te encuentras a la diestra
del Trono
de Dios y le ofreces a El nuestras oraciones.
Yo te venero como especial
mensajero y amigo de Dios.
Te escojo como mi patrón y deseo obedecerte como el
joven
Tobías lo hizo contigo. Yo te consagro mi cuerpo y mi alma;
todo mi trabajo y toda mi
vida.
Deseo que seas mi guía y consejero
en todos los momentos
de peligro, de dificultades
y cuando tenga que tomar decisiones en mi vida.
Recuerda queridísimo San Rafael Arcángel,
que fue la Gracia de
Dios la que te preservó
junto a los ángeles buenos en el Cielo,
cuando los orgullosos
fueron enviados al infierno.
En la misma forma te suplico me ayudes
en mi lucha contra el
mundo,
contra Satanás y los espíritus de impureza.
Defiéndeme de todos
los peligros
y de toda ocasión de pecado.
Dirígeme siempre por el camino de la
paz,
protección y hacia la salvación de mi alma.
Ofrece mis oraciones a Dios,
asi como ofrecistes las de
Tobías,
de tal forma que con tu intercesión
pueda obtener las gracias
necesarias
para la salvación de mi alma.
Te pido que Dios me conseda este
favor,
según su Sacratísima Voluntad:
<<“menciona tu
petición”>>
San Rafael Arcángel, ayúdame a amar, obedecer
y servir fervorosamente a Dios, a morir en su Gracia Divina
que me concederá el mérito de reunirme contigo
y de disfrutar del goce de poder verle
y adorarle por siempre, en su Gloria Eterna.
Amén
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